Aunque tener un coche potente y con carácter prácticamente es un crimen e, incluso, parece que está muy mal visto o es algo innecesario, hay muchos conductores que todavía siguen demandando un turismo con ciertas cualidades prácticas para utilizarlo a diario, pero con la potencia y el dinamismo necesario para disfrutar de la velocidad y de las curvas.
Por el momento, Ford es el único fabricante que nos ofrece un familiar de gasolina con 250 CV sin que tengamos que dejarnos una fortuna. Y eso, es algo que valoramos los conductores que no tenemos demasiados recursos económicos y que buscamos algo con un poco de potencia.
A mí me encantan este tipo de coches ilógicos e innecesarios para circular por una carretera abierta al tráfico. Es cierto que nunca terminas de aprovecharlos, ni de disfrutarlos como se merecen, pero me encantan. Me gusta que tengan espíritu, que vayan más allá de la aburrida tarea que nos presenta un medio de transporte con cuatro ruedas.
Aspecto de GTI
Ni que decir tiene, que el Focus ST Sportbreak no esconde sus intenciones. La carrocería tiene un aspecto muy deportivo, y a este familiar compacto de Ford no le faltan unos buenos paragolpes envolventes, unas molduras laterales, un alerón acoplado en la parte superior del portón trasero, una doble salida de escape ubicada en posición central y unas llantas de aleación de 18 pulgadas. Lo único que no me gusta de todo el paquete deportivo de la carrocería, son las lunas traseras tintadas, pero eso ya son gustos muy personales.
Por dentro, es casi idéntico a cualquier Focus normal. Lo único que cambian, son los asientos –firmados por Recaro, los pedales metálicos, el diseño del pomo de la palanca de cambios, el tapizado del techo y de los pilares A, una inserción de aluminio integrada en el volante con las iniciales “ST” y tres indicadores extra situados en el centro del salpicadero que nos informan de la temperatura de aceite, presión de soplado del turbo y presión de aceite.
Pero más allá de que su aspecto sea más o menos deportivo, lo mejor de este Focus, es que se aprovecha de las cualidades prácticas. Para empezar, el interior es suficientemente amplio. En las plazas traseras, dos adultos disfrutarán de un buen nivel de confort y espacio. Si tienes dos niños, éstos también irán muy cómodos en sus correspondientes dispositivos de retención infantil.
El maletero tiene una capacidad de 500 litros, lo que es un muy buen dato si tenemos en cuenta las dimensiones del Focus. Ni que decir tiene, que la boca de carga es muy amplia, el piso totalmente plano y la capacidad más que suficiente como para llevar mucho equipaje. De todas formas, si necesitas mayor volumen, los respaldos de los asientos traseros se pueden abatir en proporción 60/40 para alcanzar 1.516 litros. Eso sí, los asientos no quedan enrrasados con el piso, lo que es una pequeña pega para aprovechar lo mejor posible el maletero y para introducir objetos largos o voluminosos.
No quiero olvidarme de un punto importante en un coche de estas características… el puesto de conducción. Sin ser malo, la posición al volante es algo elevada para lo que cabe esperar en un coche con un cierto corte deportivo. Sin embargo, lo peor es que el cambio queda demasiado alejado como para manejarlo con suficiente comodidad.
Los asientos delanteros, fabricados por Recaro, son bastante buenos –como cabe esperar- y resultan muy envolventes. Los traseros no recogen tanto el cuerpo, y tienen una banqueta y respaldo bastante más planos.
Al volante
Llega la hora de ponerse en movimiento. El Focus ST cuenta con los refinamientos propios de un coche moderno. La suspensión, aunque se siente firme, no es excesivamente dura como para martirizarnos a diario. Quizá ese es el punto clave de este coche, que tiene su toque deportivo, pero es totalmente utilizable para el día a día.
Recorremos los primeros metros y, como suele ser norma en este tipo de coches, la dirección, los pedales y el cambio, están algo más duros de lo normal y cuentan con un tacto de mayor calidad si lo comparamos con un Focus normal.
El motor es una auténtica maravilla. Es el elemento clave que cambia a este coche por completo. No sólo son sus 250 CV y sus 360 Nm de par máximo, es la forma que tiene de gestionar la potencia y la sensación de respuesta a cualquier tipo de régimen en condiciones desfavorables. Sin ser un superdeportito de 600 CV, siempre hay par disponible, aunque vayamos a un régimen de giro bajo en marchas largas.
Aunque se trate de una mecánica sobrealimentada, como buen gasolina, se disfruta mucho cuando lo llevamos a un régimen de giro alto.
El cambio manual de seis velocidades, que puede resultar algo duro en condiciones normales, nos permite cambiar rápido y cuenta con un guiado bastante sólido.
Este 2.0 litros de cuatro cilindros permite que, el Ford Focus Sportbreak ST, acelere de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y alcance una velocidad máxima de 248 km/h.
Como es lógico y normal, el consumo es elevado aunque se trate de un motor de última generación. En condiciones normales, es complicado bajar de 9 litros circulando en carretera a velocidades legales y, ya en ciudad, la media se sitúa entre 11 y 12 litros. Pero si lo que quieres es divertirte y exprimir al máximo el motor, tendrás que pagar un peaje alto, ya que el consumo de carburante puede alcanzar medias de hasta 20 litros a los 100 km.
Suspensiones más firmes... pero con un confort lógico para el día a día
Respecto a un Focus normal, el ST equipa unos amortiguadores y muelles de mayores prestaciones que rebajan el chasis en 10 mm.
La suspensión trasera se ha revisado con un número de nuevas piezas desarrolladas específicamente para el Focus ST. Algunos elementos claves son las manguetas de suspensión más robustas y un nuevo diseño de la barra estabilizadora, ambos el resultado del deseo del equipo de desarrollo de ofrecer a los conductores una sensibilidad y control sobresalientes.
La suspensión trasera de las versiones cinco puertas y familiar del Focus ST difiere ligeramente. El Sportwagon presenta amortiguadores en ángulo –como en el modelo base– para mantener la capacidad óptima en el compartimiento de equipajes. Sin equipaje, el ST Sportwagon se le nota bastante suelto de atrás, tanto en curva rápida como en lentas. A poco que queramos provocar una transferencia de masas, la trasera entra muy rápido al trapo de una forma algo brusca, por cierto.
Si conducimos el Ford Focus Sportbreak ST de una forma ágil, es un coche divertido y estable. Otro cantar es que le queramos sacar el máximo. En ese tipo de condiciones, es un coche que nos obliga estar muy atentos, cuidar el comportamiento del tren trasero cuando queremos abordar una curva rápida e intentar ser muy finos para controlar adecuadamente los balanceos parásitos de la carrocería cuando las rectas se acaban.
En líneas generales, sin ser un coche con un tiempo de reacción especialmente directo, sí que es capaz de cambiar de trayectoria con agilidad.
Con diferencial electrónico
Aunque el Focus Sportbreak ST incorpora un dispositivo electrónico –denominado “Torque Vectorial Control”- que intenta hacer las veces de un diferencial autoblocante mecánico, al final se le atraganta el trabajo y no es capaz de controlar las perdidas de tracción de la rueda delantera que está situada en el interior de la curva.
El Ford Focus ST equipa una dirección asistida, denominada electrónica Electronic Power Assisted Steering (EPAS), que tiene un buen tacto, resulta precisa y no es demasiado pesada de manejar.
El control de estabilidad no se interpone demasiado en la conducción. Además, cuenta con un modo que nos permite desconectar el control de tracción y, otro, que lo apaga por completo.
Los frenos ofrecen una buena mordiente y son capaces de detener al Focus ST en pocos metros, aunque, eso sí, en cuanto les das caña de verdad, se vienen abajo al momento.
Las llantas de aleación de 18 pulgadas montan neumáticos Goodyear Eagle F1 Asymmetric 2 de 235/40R18, desarrollados después de rigurosos tests sobre todo tipo de superficies y condiciones, incluyendo el infame Nürburgring Nordschleife, en Alemania. A mí no me han dado una gran sensación de adherencia para tratarse de un neumático de altas prestaciones.
Precio y equipamiento
El Ford Focus Sportbreak ST 2.0 EcoBoost 250 CV está disponible desde 27.450 € (este precio incluye un descuento promocional de 3.550 €). Aquí puedes consultar todos los precios de la gama Focus.
El equipamiento de serie del Focus ST es bastante correcto. Incluye control de estabilidad, suspensión deportiva, paragolpes específicos, doble salida de escape, alerón trasero, cristales traseros tintados, asientos Recaro, pomo y volante forrados en cuero, pedales de aluminio, llantas de aleación de 18 pulgadas, seis airbags, ayuda al arranque en pendiente, detector de presión en los neumáticos y climatizador bizona entre lo más destacable.
Como el resto de la gama Focus, el ST incorpora muchas ayudas a la conducción, como el sistema de aparcamiento automático, detector de ángulo muerto, cambio automático de las luces de cruce/carretera, sistema de reconocimiento de señales, avisador de cambio de carril y un dispositivo -denominado Active City Stop- que frena automáticamente el coche siempre que sea a una velocidad inferior de 30 km/h para evitar colisiones (más información).
Conclusión: La gran virtud del Ford Focus Sportbreak ST es que, en estos momentos, no hay un rival de similares características que pueda plantarle cara. De esta forma, se presenta como una opción muy interesante para aquellos conductores que busquen un coche de corte familiar, pero que no tengan que prescindir de un buen nivel de prestaciones. Su motor de gasolina de 250 CV es de lo mejor del conjunto.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A.R. Sastre y G. Rodríguez