El Toyota Yaris es, junto al Aygo, el modelo más pequeño que comercializa la marca japonesa en Europa. Según Toyota, el Yaris ha contribuido de forma decisiva al incremento de las ventas en nuestro continente y, de hecho, se nota y se percibe que, esta tercera generación, es la más europea de la historia.
Por fuera, Toyota ha realizado un gran trabajo para ofrecer un producto atractivo que case mucho mejor con el gusto europeo. Las líneas redondeadas de la anterior generación, han dejado paso a unas más rectas y marcadas.
Por dentro, todo ha cambiado de forma radical; las formas de todos los paneles interiores siguen las líneas rectas de la carrocería, la instrumentación está detrás del volante y hay menos compartimentos para dejar pequeños objetos.
Respecto a la anterior generación, el nuevo Toyota Yaris es más grande, es mucho más amplio por dentro y tiene unos acabados en su interior mucho mejores. Además, se nota que es un coche menos ruidoso y las suspensiones filtran mejor los baches y la rodadura de los neumáticos.
Nosotros hemos probado, a priori, una de las versiones más atractivas e interesantes de la gama. Estamos hablando del Yaris con carrocería de tres puertas asociado al acabado “Sport” y al motor 1.4 D-4D Diesel de 90 CV. Esta variante tiene un aspecto más deportivo y unas suspensiones algo más enérgicas.
Analizando en profundidad lo que nos encontramos por dentro, hay que decir que, a diferencia de otros modelos de similar tamaño (Renault Clio o Citroën C3, por ejemplo), el Toyota Yaris tiene un habitáculo muy bien diseñado para que sea un coche muy amplio. En las plazas delanteras uno se encuentra cómodo -la generosa altura de la carrocería y, el techo panorámico opcional de nuestra unidad de pruebas, permite que haya muy buena sensación de espacio-. Sin embargo, lo mejor de todo está en las plazas traseras. En este sentido, no encuentro un utilitario con la amplitud que tiene el Yaris. Si duda, me parece una de las bazas a tener en cuenta para decidirse en este modelo. Además, no sólo hay mucho espacio, también se ha configurado bien la posición de los asientos para que la postura, cuando nos sentamos, sea cómoda y natural.
Los asientos delanteros de las versiones de tres puertas del Yaris cuentan con un mecanismo de de fácil acceso, que se acciona mediante una palanca situada en el asiento a la altura de los hombros. El asiento del pasajero delantero se inclina y se desliza hacia delante simultáneamente para facilitar la entrada y la salida de los asientos traseros, con una función de memoria que devuelve el asiento a su posición anterior. El mecanismo del asiento del conductor incorpora una memoria de reclinación para devolver el asiento al ángulo anterior.
Al volante la postura es elevada, tal y como cabe esperar en un vehículo urbano de estas características. Pese a que los asientos son normales y el reglaje del volante podía ser un poco más amplio en longitud, siempre me sentí cómodo desde el principio. Al margen dejo un pequeño defecto que sí que me parece realmente mejorable. Estoy hablando del reposapiés del conductor, que resulta demasiado pequeño y que no está bien estudiado para que el pie izquierdo descanse adecuadamente.
La calidad de todos los plásticos y de los asientos es muy normal, quizá demasiado para lo que cabe esperar en una versión que cuesta casi 18.000 €. No hay faltas apreciables en el ensamblaje y acabado de las diferentes piezas plásticas que recubren todo el interior, pero tampoco destacan por su aspecto o calidad táctil. En este sentido, hay mejores coches en el mercado, por ejemplo, un Renault Clio.
El salpicadero tiene un diseño que varía de forma radical. Tiene un nuevo aspecto con un estilo muy europeo y, estructuralmente, es 125 mm más ancho y 40 mm más bajo que el del modelo anterior.
Con buen criterio, Toyota ha querido que el diseño del interior y de los diferentes mandos sea ordenado y sencillo. De hecho y, salvo el manejo del Toyota Touch & Go del que hablaré más adelante, todos los mandos son de sencillo manejo y están bien ubicados para que distraigan lo mínimo al volante.
La instrumentación, que ahora está situada detrás del volante y no en el centro como en el anterior modelo, presenta unas esferas y tipografía de tamaño generoso. Este diseño es de agradecer por todas las facilidades que ofrece para una lectura rápida y cómoda. A mí me ha gustado por diseño, tamaño, tipografía e iluminación.
Pese a que está achatado en su parte inferior, el volante me ha gustado por tamaño y formas. Es algo más grueso de lo que suele ser habitual en un coche japonés, pero se maneja correctamente y será del agrado de muchos conductores. Integra los mandos justos y necesarios para controlar el teléfono, ordenador de a bordo y equipo de sonido. Todos los botones ofrecen un buen tacto, se localizan con rapidez y ofrecen un buen diseño.
Toyota ofrece dos sistemas multimedia (se denominan Touch y Touch & Go). Se trata de una interfaz con pantalla táctil a todo color de 6,1 pulgadas. En su versión básica (Touch), que ya está disponible como equipamiento de serie a partir de la versión Active, incorpora radio AM/FM, un reproductor de CD/MP3, conectividad Bluetooth con teléfonos móviles con una función de reproducción continua de música, y sincronización automática de la agenda telefónica en cada conexión. Un puerto USB que permite conectar reproductores de música portátiles, con la posibilidad de mostrar la portada de los álbumes de iTunes.
La pantalla de información del vehículo incluye la autonomía restante, el consumo instantáneo de combustible, el consumo medio de combustible por minuto en los 15 últimos minutos y el tiempo transcurrido desde la última vez que se arrancó el motor. El sistema está disponible en francés, inglés, alemán, italiano, español,
holandés y ruso.
Por otra parte, el sistema incorpora de serie una cámara de visión trasera. La imagen se muestra en la pantalla del sistema Toyota Touch al poner la marcha atrás, para ayudar en las maniobras de aparcamiento. La calidad de la imagen es mucho mejor que la que ofrecen otros sistemas de este tipo en coches más costosos.
Por 750 €, se puede adquirir el Toyota Touch & Go, que está basado en la unidad básica multimedia Toyota Touch, el sistema Toyota Touch & Go incorpora un sistema de navegación. El sistema incluye las funciones de navegación más populares, como cobertura de tráfico avanzada, límites de velocidad personalizables, alertas de radares de velocidad y señalización vial. Por otra parte, no solo permite elegir entre la ruta más rápida y la más corta hasta el destino, sino también la que tiene el menor impacto medioambiental, la opción de ruta “Ecológica”.
Por medio de un teléfono móvil compatible, a través de Bluetooth, el sistema ofrece conectividad a bordo con la función de búsqueda local de Google, la base de datos más extensa y actualizada del mundo. Mediante Google Maps, se pueden introducir destinos a distancia desde casa o desde la oficina, y se pueden descargar puntos de interés para indicarlos como destino.
La instalación de Touch & Go también complementa la unidad básica multimedia con una función de envío y recepción de SMS en pantalla, que incorpora la imagen de la persona de contacto y una función de visualización de fotografías a través de USB.
Desde el lanzamiento, se podrán descargar varias aplicaciones del sistema Toyota Touch & Go, relacionadas con el precio del carburante, la previsión meteorológica o los lugares de aparcamiento. Por otra parte, se ha desarrollado una aplicación de Facebook para que los propietarios de Yaris puedan estar conectados con los 180 millones de usuarios europeos de Facebook desde el vehículo.
El sistema Toyota Touch & Go ha sido diseñado específicamente para ser flexible y accesible. El sistema se puede actualizar con nuevas funciones o con los mapas más recientes, a medida que estén disponibles.
Este tipo de sistemas multimedia se van a ir imponiendo en muchos coches del mercado. Nuestra unidad de pruebas equipaba la versión más costosa (Touch & Go). Hay varias cosas que me parecen mejorables y que no me han gustado demasiado: la calidad de imagen no destaca especialmente y la resolución de la pantalla es muy normal, la tipografía se lee con dificultad, la calidad gráfica está anticuada para los tiempos que corren y, en días soleados, se generan reflejos que dificultan la visión de toda la información. Además, tampoco me han gustado las gráficas de rendimiento sobre el consumo de carburante, ya que son poco precisas y creo que tampoco terminan de dar una información demasiado clara.
Por primera vez, el nuevo Yaris puede ir equipado con climatizador de dos zonas y una guantera climatizada que replica los ajustes del mismo. Los mandos están muy bien dispuestos y la temperatura se puede regular mediante unas ruletas giratorias, lo que es de agradecer. Además, no es muy ruidoso –menos de lo que cabe esperar en un coche de este precio- y es capaz de enfriar y calentar el habitáculo con rapidez.
Aunque el nuevo Toyota Yaris ofrece menos compartimentos para los ocupantes que el anterior modelo, todos los que presenta son bastante prácticos:
Hay seis portavasos repartidos por el habitáculo (incluido uno para botellas de 1 litro), así como otros 13 espacios de almacenamiento, como una guantera ventilada, un portadocumentos secreto en el salpicadero, compartimientos y bandejas en el salpicadero y la consola central, bolsillos laterales delante y detrás y un compartimiento de almacenamiento oculto bajo la bandeja trasera del maletero. Ninguno de los compartimentos están tapizados e iluminados.
Con la reducción considerable, tanto en tamaño como en peso, del mecanismo de bloqueo y apertura del portón trasero, que amplía 96 mm la longitud del espacio de carga, la longitud total del maletero ha aumentado 145 mm, hasta los 710 mm, un valor líder en la categoría. Al abatir completamente los asientos con división 60:40, la longitud del espacio de carga se ha incrementado 85 mm, hasta los 1.500 mm. La anchura del espacio de carga también ha aumentado 55 mm, hasta alcanzar un máximo de 1.365 mm, el mejor del segmento.
La capacidad total de carga en el maletero de dos niveles se ha incrementado hasta los 286 litros, que abatiendo los asientos traseros pueden llegar a ser 768 litros. Al subir la bandeja trasera a la segunda posición, se crea un compartimiento de almacenamiento oculto de 633 mm de longitud, 1.006 mm de anchura y 120 mm de profundidad. Para facilitar la carga, el umbral del portón trasero se ha bajado 7 mm, hasta los 660 mm; sin duda, la menor altura del umbral del portón de la categoría. Por otra parte, la apertura del portón trasero se ha extendido 20 mm para una mayor comodidad. Todo ello hace que la utilización del maletero sea práctica y permita introducir objetos de todo tipo.
Hemos podido probar la versión asociada al acabado más deportivo, el “Sport”. Su estabilidad es la que cabe esperar en un coche de este tamaño y precio, ni es mejor o peor que la mayoría de sus rivales. La suspensión tiene un tacto firme cuando se pasa por un bache, badén o similar y, su largo recorrido y tarado blando cuando extiende, hace que la carrocería se mueva algo más de lo deseado cuando se realiza un rápido cambio de dirección o una frenada a altas velocidades (en línea recta o en apoyo). Algo que, por otra parte, no es un tipo de conducción habitual en un vehículo de este tipo.
El nivel de confort que ofrece es normal, o al menos el que se suele encontrar en un coche de este precio. La suspensión absorbe correctamente sin que se sientan las imperfecciones en exceso y, el ruido del motor, aerodinámica y rodadura no se nota en exceso.
En ciudad, que es el hábitat natural de este coche, se desenvuelve perfectamente; la dureza de la dirección está bien elegida para que no resulte excesivamente pesada en maniobras de baja velocidad, se aparca en cualquier sitio, el conductor tiene muy buena visibilidad en todas las direcciones y el radio de giro permite maniobrar en muy pocos metros.
El tacto de todos los mandos de control también ayuda para que el coche no canse cuando se utiliza durante mucho tiempo en recorrido urbano. La dirección funciona bien -como he comentado anteriormente-, los pedales tienen un tarado bastante suave y, el cambio, se maneja con bastante fluidez siempre y cuando no queramos utilizarlo con una excesiva rapidez.
Como digo, el tacto del coche está bastante logrado para que sea agradable de conducir. No es que sea una fuente de sensaciones, pero no agota cuando se conduce durante mucho tiempo. De todos los mandos de control, me gusto el guiado del cambio y me sorprendió el corto recorrido de acelerador, algo impropio en la mayoría de los coches del mercado.
En carretera es suficientemente estable, frena bien y transmite seguridad. La entrada en curva es buena, pero en mitad de la misma, el subviraje es más pronunciado de lo deseado, no obstante, cuando queremos corregir el derrapaje, es un coche que reacciona con mucha nobleza y no responde con gestos extraños que nos exijan grandes dotes al volante. En curva rápida, el subviraje es menor y, el paso por la misma, es estable.
Nuestra unidad de pruebas equipaba unos neumáticos Bridgestone Ecopia EP25 195/50 R16 84V. Son específicos para asfalto seco con temperaturas medio-altas. Su adherencia, en este tipo de condiciones, me ha parecido mejorable.
El Toyota Yaris está disponible con una gama de motores reducida, pero solvente para cubrir la demanda de potencia en un coche de esta categoría. Hay tres opciones; dos de gasolina (de 70 y 100 CV) y uno Diésel de 90 CV, que es el motor que he podido probar.
El 1.4 D-4D de 90 CV es un viejo conocido que ya estaba disponible en el anterior modelo. Este motor se caracteriza por su bajo nivel de vibraciones y ajustado consumo. Sin embargo, creo que Toyota ha descuidado ciertos detalles de su puesta a punto en este Yaris. Para empezar, es un motor que responde con lentitud cuando gira a un régimen de giro muy bajo. Hasta que no se superan las 2.000 rpm el motor está totalmente muerto. Además, le cuesta mucho trabajo salir con cierto reprís cuando se avanza con el coche desde parado o a un régimen de giro muy bajo, una situación muy habitual cuando se conduce en ciudad. Sin embargo, en carretera, cuando se circula entre 3.000 y 4.000 rpm, la respuesta es muy buena y la entrega de par y potencia es muy constante y progresiva.
Este motor se puede asociar a dos cajas de cambio (manual y automática) ambas de seis velocidades. Yo he probado la manual. Como he comentado anteriormente, su guiado es bueno para que se pueda manejar con suavidad y agrado siempre y cuando no queramos utilizarla con mucha rapidez. No obstante, los desarrollos son demasiado largos, algo que es norma habitual en la mayoría de los coches que se comercializan actualmente en Europa.
La pobre respuesta del motor, unida a los largos desarrollos del cambio, hacen que nos encontremos un motor perezoso y con un margen de utilización muy limitado. No obstante, las prestaciones son equivalentes a las de cualquiera de sus rivales con un motor de potencia equivalente.
Los 42 litros de capacidad del depósito de carburante dan mucho de sí para que la autonomía sea generosa. En ciudad, es muy fácil circular por debajo de los 6 litros en condiciones desfavorables (con mucho tráfico y con continuas aceleraciones). Ya en carretera, el consumo puede llegar a ser ridículo. En autovía circulando a velocidades legales, es muy fácil conseguir una media de 4,5 litros a los 100 kilómetros.
El Toyota Yaris 3p 90 D Sport se puede adquirir desde 17.650 € (un precio cerrado que no incluye ningún tipo de promoción). Su precio se ajusta, más o menos, a cualquiera de sus alternativas con un motor y equipamiento similar. Externamente, la versión “Sport” está equipada con un sistema de suspensión más rígido, llantas de aleación de 16”, faros antiniebla delanteros con anillos cromados y un alerón trasero integrado. El interior incorpora colores, acabados e instrumentación exclusiva en esta versión, asientos del conductor y el pasajero regulables en altura con reposabrazos, tapicería de cuero y tela y costura naranja en el volante y el freno de mano (ver configurador).
En el acabado Sport hay 2 packs: el pack Senso (cuesta 500 € e incluye sensores de lluvia y luz, retrovisor electrocromático, guantera refrigerada y climatizador dual); y, por encima de este pack, la opción del techo panorámico, que cuesta 500 € y que, únicamente, se puede adquirir, si se elige previamente el pack Senso.
Conclusión: El nuevo Toyota Yaris tiene buenos argumentos para posicionarse entre los utilitarios más vendidos del mercado. Lo más destacable es la amplitud que tienen las plazas traseras –de lo mejor del segmento- y sus buenas maneras cuando se trata de conducir por la gran ciudad. La versión Diesel de 90 CV gasta muy poco carburante y ofrece muy buenas prestaciones cuando vamos lazados en carretera, sin embargo, es un motor muy perezoso a bajos regímenes y con poco brío para lo que cabe esperar en un utilitario.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A. R. Sastre, G. Rodríguez y Toyota