Suzuki Swift Sport es la versión más deportiva y potente de toda la gama del utilitario japonés. Equipa un motor de gasolina atmosférico de 1.6 litros con 136 CV asociado a un cambio manual de seis velocidades. Se puede adquirir desde 17.495 €, no obstante, hay una campaña de lanzamiento que presenta un descuento de 1.500 €, por lo que el precio final se rebaja hasta los 15.995 € (más información).
Fiel al S-Concept
El diseño del Suzuki Swift Sport está basado en el prototipo Swift S-Concept. Como suele ser habitual en este tipo de versiones deportivas, la carrocería presenta una serie de aditamentos aerodinámicos que ofrecen una imagen más agresiva. Destacan los paragolpes envolventes, el alerón trasero y los faldones laterales.
El Suzuki Swift Sport únicamente se comercializará con carrocería de tres puertas.
Interior
El habitáculo tiene una calidad de realización exactamente igual que la del resto de la gama. Todos los plásticos que componen el interior son rígidos y tienen un aspecto sencillo (no dan sensación de ser malos). Aunque sean duros, ofrecen una calidad táctil agradable y todas las piezas están bien ensambladas. La sensación de solidez es la habitual que solemos encontrar en coches de esta categoría.
Lo mejor que tienen este tipo de materiales, es que son fáciles de limpiar y, además, suelen asumir muy bien el paso del tiempo, al menos por aspecto.
El entorno del habitáculo podría ser algo más agradable para los ocupantes, ya que los apoyabrazos de los paneles laterales son rígidos y no están guarnecidos con materiales mullidos para que podamos apoyar los codos con mayor comodidad.
Una de las grandes virtudes que tiene el Swift frente a la mayoría de sus rivales, es el espacio disponible en el interior (recordemos que la carrocería tiene una longitud de 3,890 mm, una anchura de 1.695 mm, una altura de 1.510 mm y una distancia entre ejes de 2.430 mm). No sólo es una sensación de espacio, es algo real. La cota en altura es realmente amplia y, en anchura y longitud, hay mucho espacio para cuatro adultos.
Posición de conducción y asientos
La posición al volante está muy lograda. El asiento va muy alto en su posición más baja, aunque uno se acostumbra rápido y no es un inconveniente. El asiento del conductor y el volante podemos regularlos en altura y longitud. Ambos elementos ofrecen amplias regulaciones para conseguir la postura adecuada al volante.
Los reposacabezas de los asientos delanteros se pueden regular en altura con cinco posiciones prefijadas (ver imagen). El sistema mecánico que nos permite regularlos es muy suave y facilita mucho las cosas para posicionarlos en el punto ideal. Pese a que no tienen regulación en profundidad, al menos en mi caso, quedan en la posición adecuada para que la cabeza quede protegida en caso de impacto frontal o por alcance.
Los asientos tienen un buen diseño para que sean confortables y sujeten el cuerpo adecuadamente. En curvas y en apoyos fuertes no ofrecen tanta sujeción, pero cumplen con bastante corrección. El respaldo sujeta muy bien la espalda y, sobre todo, la zona lumbar y de los hombros. La banqueta también resulta bastante ergonómica para que nos sintamos cómodos y sujetos.
Lo mejor de los asientos es el buen equilibrio que guardan en todos los campos, ya que son perfectamente utilizables para el día a día, son muy confortables y cumplen para que sean seguros en caso de colisión.
Los asientos traseros no son igual de buenos y confortables que los delanteros, algo que es habitual en la inmensa mayoría de los coches. Son peores, porque el mullido es más blando y porque no son tan ergonómicos. Los reposacabezas tienen forma de coma, se pueden regular en altura con cuatro posiciones prefijadas y quedan cerca de la cabeza, así que, cumplen perfectamente con su función.
En las plazas traseras se va muy cómodo, gracias al espacio disponible en todas las cotas –sobre todo en altura- y a la posición que tenemos cuando nos sentamos, muy natural.
Todos los asientos están guarnecidos con un tejido que parece sufrido y duradero. Además, es fácil de limpiar y es bastante adherente cuando está en contacto con la ropa.
En todos los asientos se pueden instalar dispositivos de retención infantil de los grupos 0 (hasta 10 Kg), 0+ (hasta 13 Kg), I (de 9 a 18 Kg), II (de 15 a 25 Kg), III (de 22 a 36 Kg). La instalación de estos dispositivos me ha parecido sencilla y las sillitas quedan perfectamente ancladas. Los anclajes isofix de las plazas traseras son muy accesibles y se ven con claridad (ver imagen).
Todos los mandos mecánicos que nos permiten regular y abatir los asientos tienen un tacto perfecto para que el usuario trabaje con comodidad (ver imagen).
A las plazas traseras se accede mejor desde la plaza del acompañante, que desde la del conductor. Cuando lo intentamos desde la plaza del acompañante, el acceso es amplio y el asiento se abate con el mínimo esfuerzo. Lo peor de todo es que los asientos no tienen memoria, aunque tampoco es un gran problema, ya que la plaza del acompañante, únicamente, tiene regulación en profundidad.
Iluminación del interior
La iluminación del habitáculo se reduce a dos plafones situados en el techo. Uno, está ubicado en el centro, y es el que se puede encender automáticamente cuando abrimos el coche o las puertas (su iluminación es muy pobre) -ver imagen-. Delante del parabrisas, hay otro que ilumina algo más, ya que tiene dos puntos de luz (ver imagen). Lo malo, es que hay que encenderlo y apagarlo manualmente. Cuando ambos plafones están encendidos, la iluminación del interior mejora bastante, aunque sigue resultando escasa.
Tampoco hay iluminación en los espejos de cortesía o en los compartimentos muy profundos o con tapa.
Mandos: disposición y funcionamiento
El Suzuki Swift es un coche muy agradable de conducir y de utilizar. Todo lo que queramos manejar, responde con suavidad y resulta agradable, lo que me parece una gran virtud frente a muchos de sus rivales.
Todas las puertas (incluida la que cubre el maletero), resultan ligeras y se abren y cierran con fluidez. Además, el cierre está bien amortiguado y funcionan con precisión.
Todos los mandos del interior presentan un buen tacto para que respondan con exactitud y suavidad. Los mandos que nos permiten controlar el sistema de climatización y el equipo de sonido están bien agrupados en la consola central (ver imagen). Además, Suzuki ha integrado, con buen criterio, varios mandos giratorios para las principales funciones (muchos fabricantes deberían tomar nota y evitar tanto botón).
Desde el volante se pueden manejar muchas funciones (algo que no suele ser habitual en coches de esta categoría). A la Izquierda, están ubicados los botones que nos permiten controlar el equipo de sonido (ver imagen). Por su parte, a la derecha, están los mandos correspondientes al regulador de velocidad (ver imagen). Más abajo, a la izquierda, hay tres botones dedicados para controlar el teléfono (ver imagen). Todos presentan una buena ubicación y funcionan bien cuando se presionan.
Detrás del volante, están los típicos mandos satélite que se encargan de activar los indicadores de dirección, las luces de corto y largo alcance, limpia y lavaparabrisas y la sensibilidad del sensor de lluvia (ver imagen). Ambos cuentan con el tacto suave y agradable que solemos encontrar en los coches japoneses (los fabricantes europeos deberían tomar buena nota).
En la parte inferior izquierda del salpicadero, hay tres botones que nos permiten activar el limpia de los faros delanteros, desconectar el control de estabilidad y de parking y accionar los antiniebla delanteros (ver imagen). Aquí pongo un pequeño pero, ya que los antinieblas delanteros y traseros no están agrupados en un mismo mando. Además, el botón que activa los antiniebla delanteros, está muy escondido y, cuando lo queremos activar, no aparece ningún testigo en el panel de instrumentos, tan sólo una pequeña luz verde integrada en el propio botón que, para poder verla, nos obliga a descuidar mucho la atención al volante.
En el panel de la puerta del conductor están muy bien agrupados los mandos que controlan la regulación de los espejos retrovisores (son escamoteables), los elevalunas eléctricos y el bloqueo de los mismos y de las puertas (ver imagen). Lo peor de estos mandos es que no están iluminados, un gran inconveniente cuando conducimos de noche.
El cuadro de instrumentos sigue al pie de la letra la sencillez de todo el interior. Las esferas del cuentarrevoluciones, velocímetro, temperatura y nivel de carburante se leen muy bien. En el centro, hay un pequeño display digital que ofrece datos adicionales sobre el ordenador de a bordo, hora, temperatura exterior y kilometraje. Lo peor de todo es que, para manipular el ordenador de a bordo, hay que pulsar un botón ubicado en el propio panel. Esto provoca que, para consultar o “resertear” datos, hay que soltar la mano derecha del volante y atravesarlo por el centro para acceder al botón, con toda la distracción al volante que esto supone. Es un detalle predominante en muchos modelos japoneses.
Climatizador, equipo de sonido y conectividad
El climatizador funciona muy bien, alcanza la temperatura deseada con rapidez y la mantiene fácilmente, sin dejar que caiga excesivamente, es decir, sin grandes variaciones. Como he comentado anteriormente, sus mandos permiten que se pueda manejar con rapidez y eficacia sin distraernos cuando conducimos.
El equipo de sonido es de muy mala calidad. Ofrece un sonido poco potente, que se distorsiona con facilidad a poco que le exijamos. Si te gusta escuchar buena música, lo primero que tendrás que cambiar son los altavoces.
La conectividad es realmente buena. Hay una toma USB muy accesible y perfectamente ubicada para que podamos dejar cualquier dispositivo externo sin problemas (ver imagen). El equipo de sonido ha reconocido todo tipo de dispositivos y memorias. También era capaz de reconocer un iPod/iPhone sin problemas, aunque la navegación desde la radio está limitada para pasar de canción a canción, lo que es incómodo si tienes cientos de temas.
La conexión Bluetooth funciona muy bien, se oye y nos oyen correctamente.
Uno de los sistemas que más se agradecen, es el sistema de arranque sin llave. Podemos arrancar el coche sin meter el mando en ninguna ranura ni alojamiento, de hecho, no tiene ninguno para ese fin (ver imagen). Para abrir y cerrar el coche, basta con pulsar el botón que hay en las manetas de las puertas delanteras (ver imagen) o en el portón del maletero. Esta solución es muy cómoda, aunque es cierto que en el mercado hay otros sistemas que funcionan de forma automática sin la necesidad de pulsar un botón. No obstante, es un paso adelante y un detalle tecnológico interesante que no abunda entre sus competidores.
Como suele ser habitual en los coches japoneses, el depósito de carburante se puede abrir desde el interior desde una pequeña palanca mecánica que funciona perfectamente (ver imagen). Todo un acierto.
Los mandos esenciales para la conducción están bien diseñados, algo que suelen descuidar mucho los fabricantes europeos. El volante tiene un tamaño perfecto y, aunque tiene un aro algo más grueso de lo que suele ser habitual en los coches japoneses, a mi me ha parecido perfecto por diseño. Está forrado en un cuero de tacto agradable bordado en costuras de color rojo. La zona que suele estar más en contacto con las manos está perforada para que transpire mucho mejor.
El mando del cambio sigue la tónica del volante; coherencia, buen diseño y ubicación. Además, por el mismo precio, tiene un diseño muy atractivo, lo cual es de agradecer en una versión tan deportiva y especial como esta.
Los pedales cumplen perfectamente cuando realizamos una conducción normal pero, cuando queremos hacer el “punta-tacón”, el acelerador se resbala con mucha facilidad.
Huecos y compartimentos
Aunque no hay demasiados huecos repartidos por el habitáculo, la mayoría ofrecen una buena ubicación y son prácticos. En la consola central hay un hueco muy práctico que puede servir para dejar un bote de refresco, un teléfono móvil y varios objetos de similar tamaño o varios más pequeños (ver imagen).
En la parte superior de la consola central hay un hueco con taca muy práctico que puede venir muy bien para dejar pequeños objetos como, por ejemplo, un teléfono móvil u otros que queramos ocultar de miradas ajenas (ver imagen).
Delante del asiento del asiento del acompañante hay una pequeña bandeja que no sirve de mucho, ya que los objetos que podamos dejar se caen con facilidad, y una guantera con poca capacidad, aunque es suficiente para dejar la documentación y el chaleco de señalización (ver imagen).
En los paneles de las puertas, hay un pequeño hueco a la altura de los apoyabrazos y una bolsa rígida que tiene una buena capacidad y que nos permite alojar una botella de medio litro aproximadamente (ver imagen).
En los paneles laterales de las plazas traseras hay un posavasos y una pequeña bandeja para dejar pequeños objetos.
Ninguno de los compartimentos está iluminado, ni está revestido con fondo de goma o textil.
Maletero
Tiene una capacidad de 211 litros (ver imagen). No es mucho, pero debemos ser conscientes que se trata de un coche pequeño y al que se le ha querido dar prioridad a la habitabilidad de las plazas traseras.
El hueco de carga queda alto, aunque esto hace que sea profundo. Para las mochilas de los niños, la compra semanal y muchas cosas habituales, este maletero cumple perfectamente (ver imagen).
Si necesitamos aumentar su capacidad, se pueden abatir los respaldos de los asientos traseros en proporción 60/40. No quedan enrasados con el piso, pero conseguimos una capacidad máxima de 892 litros (ver imagen). No está nada mal.
Debajo del piso del maletero hay dos moldes de poliestireno expandido que eliminan posibles ruidos e integran varios compartimentos que puede dar cabida a las herramientas, el gancho para remolcar el coche, las luces de repuesto, el kit antipinchazos y algún objeto extra. En la propia moqueta del maletero hay dos herramientas, perfectamente sujetas, que sirven para sustituir las ruedas en caso de pinchazo (ver imagen).
Los triángulos de señalización no tienen un compartimiento específico, así que tenemos que optar por las típicas bolsas que se adhieren al maletero y que ocupan demasiado espacio.
La iluminación del maletero es muy pobre.
Motor 1.6 litros de 136 CV
Respecto al anterior Swift Sport, una de las cosas que más ha mejorado ha sido el motor. El nuevo –conocido con el código interno “M16A”- incorpora un sistema de admisión variable, se ha optimizado la distribución variable de la admisión y se ha aumentado la potencia -de 125 CV a 136 CV- y el par motor -de 148 Nm a 160 Nm-, se han reducido las emisiones de CO2 -de 165g/km a 147g/km (alrededor del 9%)- y la estructura revisada del silenciador da una nota más deportiva en el tubo de escape.
El motor es sensacional, probablemente el mejor motor atmosférico de esta potencia y cilindrada que hay actualmente en el mercado. Ofrece un rendimiento impecable y su consumo es muy moderado en condiciones normales.
También es un motor muy refinado y, pese a que no tiene turbo, es perfectamente válido y utilizable para el día a día, ya que la respuesta a bajos regímenes es francamente buena.
Otra de las cosas que me ha impresionado, es lo silencioso que se muestra al ralentí. Apenas se escucha el ruido del motor y no emite una sola vibración, una maravilla. En esas condiciones, el motor gira a unas 600 rpm.
Pero no sólo me ha gustado eso. También cabe destacar lo bien que responde a las solicitudes del acelerador (me recordaba a los motores de hace años, que no estaban tan capados por la electrónica, catalizadores y puesta a punto).
Además de todo esto, el motor tiene un tacto muy deportivo, ya que sube muy bien de vueltas, es muy voluntarioso y empuja con decisión siempre que nos movamos a un régimen de giro alto. Por debajo de 4.000 rpm es un motor normal, con unas prestaciones suficientes, pero con una muy buena respuesta cuando salimos desde parado y recorremos los primeros metros, algo que en recorrido urbano es de agradecer.
Cuando se superan las 4.000 rpm, el motor se transforma por completo para convertirse en un auténtico “Super 1600”. En esas condiciones, el urbano de carácter modosito, se convierte en un coche de Rallyes que corre bastante y emite un sonido de carreras, tanto si se escucha desde dentro, como desde fuera.
Desde 4.000 rpm hasta 6.500 rpm tenemos un buen margen para disfrutar de una buena aceleración y un sonido muy deportivo y agradable. Por encima de ese régimen, el motor se desinfla ligeramente hasta las 7.000 rpm, régimen el que se produce el corte de inyección.
Las prestaciones se ajustan, más o menos, a lo que puede ofrecer un coche de esta potencia, tamaño y peso. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 195 km/h.
Cambio manual de seis velocidades
El motor se encuentra acoplado a una transmisión manual de seis velocidades especialmente desarrollada para esta versión. Presenta un sincronizador de triple cono para primera y segunda -una solución que incrementa la suavidad en las transiciones del cambio- y un contrapeso más grande en el extremo de transmisión de la palanca de cambios -consigue que el cambio se sienta más ligero y positivo-.
El tacto del guiado del cambio está muy logrado para que esta caja tenga un manejo muy suave y agradable. Además, tiene unos recorridos muy cortos y se puede guiar con rapidez, algo que se agradece en un coche de este tipo.
Esta caja ofrece un desarrollo largo, que no se hace notar en exceso siempre y cuando no exijamos una buena aceleración o queramos ir rápido en una carretera con muchas curvas. Al ser largo, hace que el Swift Sport sea más confortable a nivel de ruidos cuando se circula por carretera, de hecho, a 120 km/h el motor gira a 3.100 rpm. La sexta velocidad sirve de desahogo, ya que en cuanto hay repechos pronunciados, la situación nos obliga a jugar con el cambio para buscar una respuesta más vigorosa.
Como desventaja, el desarrollo del cambio limita ligeramente las prestaciones. De hecho, para alcanzar la velocidad máxima de este coche (195 km/h) hay que hacerlo en quinta velocidad ya que, en cuanto metemos la sexta, el motor se viene ligeramente abajo. Sin embargo, este coche es capaz de llegar a los 180 km/h con bastante facilidad y sin invertir demasiado tiempo.
En condiciones normales de conducción en carretera, respetando la máxima limitación de velocidad en autovía (120 km), hemos obtenido un consumo medio de 5,4 l/100 km, una cifra realmente buena. Ya en ciudad, el consumo siempre se estabilizaba sobre los 7,5 l/100 km.
Si nos adentramos en un recorrido que combine carreteras de alta, media y baja velocidad conduciendo a rito de tramo, el consumo se puede disparar hasta una media de 8,8 l/100 km. No está mal.
A nivel de ruidos, Suzuki ha conseguido un coche que suene muy bien y que, además, no genere un ruido molesto e incómodo, más bien lo contrario. A 120 km/h el nivel de ruidos es bajo, y lo que se impone claramente es la rodadura y la aerodinámica. Cuando el motor gira a un régimen alto (a partir de unas 4.500 rpm, aproximadamente), los papeles se intercambian, para que el motor sea el dominante, aunque siempre de forma moderada y poco molesta.
Comportamiento dinámico
Respecto al resto de versiones, el Suzuki Swift Sport presenta un bastidor con una mejor alineación, mayor rigidez de la barra de torsión y unos cojinetes más grandes en las ruedas traseras.
El aumento de la constante elástica en los muelles -delanteros y traseros- y los muelles de rebote añadidos en los amortiguadores delanteros, aumentan la estabilidad gracias a su mayor resistencia al balanceo. El uso de la caja de cambios, como elemento portante, los componentes añadidos en la suspensión y los cojinetes más grandes en las ruedas delanteras, aumentan la respuesta en el viraje y ayudan a mejorar la manejabilidad si se compara con el anterior Swift Sport.
A nivel dinámico, el Suzuki Swift Sport me parece uno de los coches más deportivos y eficaces del mercado. Me encanta por muchos motivos; da sensación de ligereza, responde muy bien a las órdenes de la dirección, transmite sensaciones de coche de carreras, es perfectamente válido para utilizarlo a diario, no te cansa cuando lo conduces durante mucho tiempo y es tremendamente ágil y muy efectivo.
En las curvas lentas es donde mejor se desenvuelve. La entrada en curva es realmente buena, ya que el tren delantero entra muy bien gracias, en parte, a que el tren trasero le coloca en su sitio sin un mal gesto y con una rapidez encomiable. Ya en mitad de la curva, el subviraje es notorio, por lo que hay que ser cuidadoso con el gas y con la trazada. Cuando hay que darle salida para rematar la trazada, pierde algo de tracción si la carretera es plana, y mucha cuando avanzamos en pendiente. En ese sentido, es un coche al que le afectan mucho los desniveles, para bien o para mal. Cuando se descarga más peso sobre el tren delantero, se mantiene mejor la trazada que si lo hacemos al contrario, en ese caso el subviraje es más notorio aunque la trasera se muestra mucho más asentada.
En curva media y rápida es un coche muy nervioso si lo queremos llevar rápido, que no al límite. En parte, tiene un carácter nervioso porque la suspensión tiene un recorrido de confort que descompensa las masas en ese tipo de condiciones. Aún así, es un coche con el que se puede ir rápido pero, manteniendo mucha atención al volante y, sobre todo a la parte trasera.
De todo lo que me ha gustado de este coche cuando toca conducirlo, cabe destacar lo maniobrable que es y lo bien que se coloca en un cambio de dirección. Por ejemplo, cuando realizamos un fuerte apoyo en curva en el que provoquemos un sobreviraje pronunciado (algo fácil de lograr en este coche) da gusto ver como la dirección recupera con rapidez la posición original para colocar el coche en línea recta.
La dirección tiene un tarado muy logrado, ya que es rápida, directa y presenta una suavidad que nos permite manejarla con muy poco esfuerzo, tanto en carretera, como en ciudad.
Si te compras un Suzuki Swift Sport, te recomendaría que, además de cambiar los altavoces del equipo de sonido, también hicieras lo mismo con los frenos. En condiciones normales funcionan correctamente pero, cuando comenzamos a exigirles, no están a la altura de las circunstancias, ya que ofrecen una frenada poco potente y desfallecen a dos frenadas un poco comprometidas que hagamos. Eso sí, aunque los frenos no estén a la altura, el Swift se detiene con rapidez a poco que “tiremos” de freno motor. Sin duda, el peso (1.120 kg), se hace notar.
El Suzuki Swift Sport equipa unas llantas de aleación de aluminio de 17 pulgadas (ver imagen). Forman parte del equipamiento de serie y cada una pesa 1 kilo menos que las del anterior modelo. Los neumáticos (195/45R17) también se han desarrollado especialmente para este modelo, ofrecen -según Suzuki- un mayor control y estabilidad. Son unos Continental ContiSportContact3 con código de carga "81" y de velocidad "W”. Su nivel de adherencia, tanto en seco, como en mojado, es excelente.
Como utilitario para el día a día, el Suzuki Swift Sport, es un coche válido, ya que apenas cansa cuando se conduce durante mucho tiempo. Además, la suspensión absorbe perfectamente las irregularidades y trata muy bien a los ocupantes aunque se sienta firme.
Aquí tienes más información sobre todas las especificaciones técnicas de esta versión.
Equipamiento
La dotación de serie es muy completo y tiene de todo, destacan los exclusivos asientos deportivos con calefacción, pedales de acero inoxidable, elevalunas eléctricos, volante de cuero, climatizador automático, control de velocidad, sensor de parking trasero, faros bi-xenon con sensor automático de encendido, faros antiniebla, retrovisores exteriores calefactables, plegables y ajustables electrónicamente, llantas de acero de 17 pulgadas, un deportivo tubo de escape doble y un spoiler en el techo del color de la carrocería y un radio CD que viene de serie con USB y kit manos libres Bluetooth con mandos en el volante.
De serie, el equipamiento de seguridad es completo; siete airbags (incluyendo los de cortina y el de rodillas para el conductor), programa electrónico de estabilidad y ABS con distribución electrónica de frenado (EBD), y dos anclajes ISOFIX en el asiento trasero.
El Suzuki Swift Sport se ofrece, de serie, en una gama de seis colores: Gris Galáctico Metalizado, Negro Cósmico Perlado, Azul Kashmir Perlado, Plata Seda Metalizado, Blanco Perlado y Rojo Ableze.
De todo el equipamiento, destacaría los faros bi-xenon, ya que ofrecen un haz de luz muy amplio y potente, sobre todo en el alumbrado de largo alcance.
Aquí tienes una información más detallada sobre el equipamiento, y aquí puedes ver el catálogo del Suzuki Swift Sport.
Sus rivales
Si lo comparamos con la competencia, el Suzuki Swift Sport es un coche muy similar -por potencia, tamaño y concepción- a un Renault Twingo RS y a un Abarth 500. Respecto a sus dos rivales más directos, el modelo de Suzuki es mejor en todos los sentidos, sobre todo en el apartado dinámico, que en este tipo de coches suele ser lo que tiene mayor importancia.
Conclusión: El Suzuki Swift Sport tiene todo el buen ‘saber hacerÂ’ de los fabricantes japoneses; es deportivo y divertido como pocos, y tiene un saborcillo muy especial similar al de los GTI de la década de los 80 y 90. Además, y por si fuera poco, es un coche perfectamente válido para el día a día, ya que ofrece unos niveles de confort que ya quisieran tener muchos coches de este tamaño sin finalidades deportivas. A mí, me ha conquistado por completo, ya que no encuentro, hoy por hoy, un coche con tantas sensaciones y con un precio tan contenido.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos A. R. Sastre, G. Rodríguez y Suzuki