El Suzuki Kizashi es la única berlina de cuatro puertas que la marca japonesa comercializa en Europa. Mide 4,5 m, una cifra que le sitúa a la altura de un Renault Laguna, Opel Insignia o Alfa Romeo 159, entre otros modelos de la misma categoría. Se comercializa con un sólo motor de gasolina de 178 CV y dos tipos de tracción -delantera o total-. La versión de tracción delantera está asociada a un cambio manual de seis velocidades. Por su parte, la de tracción trasera únicamente está disponible con un cambio automático CVT.
Nosotros hemos probado la versión con tracción delantera. Es la variante de acceso a gama y se puede adquirir por 28.495 € (el modelo con tracción total cuesta 31.495 €) -ver precios-.
Frente a su nutrida competencia, el Suzuki Kizashi tiene sus bazas; una estética muy deportiva, mucho equipamiento, un tacto de conducción agradable y un precio muy competitivo ¿Serán suficientes virtudes para plantar cara a su competencia más directa? Yo, particularmente, creo que si.
Para empezar, su denominación comercial es toda una clara declaración de intenciones, ya que la traducción al castellano de Kizashi, viene a decir algo así como “Algo grande va a llegar”. Y sí que lo es, ya que el Kizashi es el modelo más lujoso y costoso de toda la gama de vehículos del fabricante japonés.
En vivo y en directo, visto desde fuera, es un coche con muy buena planta y empaque. Es indudable, aunque cada uno tiene su opinión, que sus líneas le dan un aspecto muy deportivo. Para mi gusto, es uno de los coches más agraciados que hay en su segmento, algo fácil de superar, ya que el aburrimiento y la falta de ideas, en cuanto a diseño se refiere, es la nota predominante en la mayoría de los coches del mercado.
Interior
El nombre nos motiva, el aspecto de la carrocería nos convence y, ¿su interior? ¿Está a la altura de lo que hemos visto hasta el momento? Pues más o menos, no es ni mejor ni peor que lo que se puede ver en una berlina de su precio. Eso sí, el diseño y el aspecto de todos los materiales no pueden esconder que se trata de un coche japonés.
Todo el diseño del interior es sobrio, sencilloÂ… como suele ser en la inmensa mayoría de los coches japoneses.
El aspecto y el ensamblaje de todas las piezas son correctos o, al menos, es el que cabe esperar. Como suele ser habitual en todos los coches japoneses, la calidad táctil de todos los plásticos está bien cuidada y resultan agradables.
La parte más visible del salpicadero y de los paneles de las puertas está revestida con plásticos de tacto blando. El resto son rígidos, aunque con un tratamiento bastante correcto.
A los mandos uno se encuentra cómodo desde el primer momento. El asiento del conductor tiene reglajes eléctricos en altura, longitud e inclinación del respaldo, además de contar con tres memorias (ver imagen). No es demasiado envolvente y ergonómico, pero la anchura del respaldo y la banqueta permiten que personas muy corpulentas puedan ir con mucho confort.
La plaza del acompañante no cuenta con los mismos niveles de confort que la del conductor. No es por el diseño del asiento, ya que ambos son idénticos, sino porque el asiento carece de regulación en altura (ver imagen). Al no tenerla, la posición original es demasiado alta, y esto hace que un adulto de una estatura normal (1,70 m aproximadamente) pegue prácticamente con la cabeza en el techo y en el marco de la puerta. ¿Por qué se ha prescindido de la regulación en altura? Sin duda, es un fallo imperdonable en una berlina de esta categoría.
Los reposacabezas de las plazas delanteras se pueden regular en altura en cinco posiciones prefijadas. No tienen regulación en profundidad, algo que en mi caso no era necesario, ya que quedaban cerca de la cabeza y en el punto optimo.
En las plazas traseras se disfruta del espacio esperado en todas las cotas, y dos adultos de estatura media irán perfectamente cómodos. Lo peor de los asientos traseros es que, al igual que los delanteros, son muy poco envolventes y ergonómicos. Son los típicos asientos planos en los que te sientas y nunca terminas de encontrar la postura ideal.
Los reposacabezas traseros se pueden regular, únicamente, en altura en cuatro posiciones prefijadas. Aunque no quedan en el punto ideal, al menos están cerca de la cabeza.
Los asientos están tapizados en un tipo de piel de grano muy fino que resulta agradable y confortable. Esta tapicería forma parte del equipamiento de serie.
En todos los asientos se pueden instalar dispositivos de retención infantil de los grupos 0 (hasta 10 Kg), 0+ (hasta 13 Kg), I (de 9 a 18 Kg), II (de 15 a 25 Kg), III (de 22 a 36 Kg). La instalación de estos dispositivos me ha parecido sencilla y las sillitas quedan perfectamente ancladas. Los anclajes isofix de las plazas traseras son muy accesibles y se ven con claridad, además están cubiertos por unas tapas que los ocultan cuando no tenemos instalados ningún tipo de dispositivo de retención infantil. Me parece un buen detalle (ver imagen). Por su parte, los anclajes de los cinturones de seguridad están muy bien presentados (ver imagen).
Normalmente, los fabricantes generalistas suelen ahorrar mucho en la iluminación del interior. Ese ahorro también se percibe en el Suzuki Kizashi (hay puntos de luz en el techo (ver imagen 01 y 02), en los parasoles de las plazas delanteras y en la guantera).
Mandos: disposición y funcionamiento
Como suele ser norma en todos los modelos de Suzuki, el Kizashi es un coche muy agradable de conducir y de utilizar. Todo lo que queramos manejar, responde con suavidad y resulta agradable, lo que me parece una gran virtud frente a muchas berlinas europeas.
Todas las puertas (incluida la que cubre el maletero), resultan ligeras y se abren y cierran con fluidez. Además, el cierre está bien amortiguado y funcionan con precisión.
Una vez dentro, las buenas sensaciones permanecen. Todos los mandos están fabricados para que se utilicen con suavidad y hagan la vida a bordo lo más agradable posible.
El orden y la disposición de todos los mandos se ha configurado con inteligencia para facilitar el manejo de todos los dispositivos. Los mandos que nos permiten controlar el sistema de climatización y el equipo de sonido están bien agrupados en la consola central (ver imagen). Además, Suzuki ha integrado, con buen criterio, varios mandos giratorios para las principales funciones (muchos fabricantes deberían tomar nota y evitar tanto botón).
El volante tiene un tamaño y grosor perfecto, al menos para mi gusto. Los japoneses suelen tratar muy bien a este mando y no intentan reinventarlo ni transformarlo en un objeto de diseño. Se agradece.
Desde el volante hay varios mandos que permiten controlar el equipo de sonido, el teléfono, ordenador de a bordo y el control de crucero. La disposición, el diseño y el funcionamiento de todos los mandos es correcto. Lo mejor, es que todos están separados y agrupados de forma independiente para localizarlos mucho mejor de forma intuitiva.
En el panel de la puerta del conductor, hay una serie de mandos muy bien agrupados que permiten controlar la apertura y cierre de todas las ventanas, la regulación de los espejos retrovisores exteriores y el cierre de las puertas (ver imagen).
En la parte inferior izquierda del salpicadero, hay tres botones que nos permiten activar el limpia de los faros delanteros, desconectar el control de estabilidad y de parking y accionar los antiniebla delanteros (ver imagen). Aquí pongo un pequeño pero, ya que los antinieblas delanteros y traseros no están agrupados en un mismo mando. Además, el botón que activa los antiniebla delanteros, está muy escondido y, cuando lo queremos activar, no aparece ningún testigo en el panel de instrumentos, tan sólo una pequeña luz verde integrada en el propio botón que, para poder verla, nos obliga a descuidar mucho la atención al volante.
La instrumentación sigue la tónica del estricto orden que guardan todos los mandos. Las esferas del cuentarrevoluciones, velocímetro, temperatura y nivel de carburante se leen muy bien. En el centro, hay una zona dedicada para todos los testigos del vehículo y un pequeño display digital (ofrece datos adicionales sobre el ordenador de a bordo, hora, temperatura exterior y kilometraje). Lo mejor que tiene el cuadro de mandos es que todo está perfectamente delimitado.
Climatizador, equipo de sonido y conectividad
El climatizador funciona muy bien, alcanza la temperatura deseada con rapidez y la mantiene fácilmente, sin dejar que caiga excesivamente, es decir, sin grandes variaciones. Como he comentado anteriormente, sus mandos permiten que se pueda manejar con rapidez y eficacia sin distraernos cuando conducimos.
El equipo de sonido está a la altura de lo que se espera. La calidad del sonido es buena y no se echa en falta algo mejor. Está equipado con 5 altavoces (dos en las puertas delanteras, dos en las traseras y uno en la consola central), dos tweeter y un subwoofer. Además, gestiona bien los discos CD con mp3/wma/cd audio y reproductores MP3 conectados vía USB o Bluetooth.
La conectividad es realmente buena. Hay una toma USB muy accesible y perfectamente ubicada para que podamos dejar cualquier dispositivo externo sin problemas (ver imagen). El equipo de sonido ha reconocido todo tipo de dispositivos y memorias. También era capaz de reconocer un iPod/iPhone sin problemas. La conexión Bluetooth funciona muy bien, se oye y nos oyen correctamente.
Uno de los sistemas que más se agradecen, es el sistema de arranque sin llave. Podemos arrancar el coche sin meter el mando en ninguna ranura ni alojamiento, de hecho, no tiene ninguno para ese fin. Para abrir y cerrar el coche, basta con pulsar el botón que hay en las manetas de las puertas delanteras (ver imagen) o en el portón del maletero. Esta solución es muy cómoda, aunque es cierto que en el mercado hay otros sistemas que funcionan de forma automática sin la necesidad de pulsar un botón. No obstante, es un paso adelante y un detalle tecnológico interesante que no abunda entre sus competidores.
Huecos y compartimentos
El habitáculo resulta práctico, ya que hay suficientes compartimentos para guardar objetos de diferentes tamaños.
En el techo hay un hueco con tapa dedicado para guardar las gafas de sol (es amplio para guardar las gafas de un adulto -ver imagen-).
La guantera está muy bien guarnecida y es bastante capaz para guardar la documentación, el chaleco de señalización y varios objetos adicionales.
En el túnel central que divide los asientos delanteros hay dos posavasos muy útiles y un cofre que hace de apoyabrazos (este último, oculta un hueco interesante y una bandeja muy útil y bien guarnecida) -ver imagen-.
En las puertas delanteras hay otro compartimento que también cumple por capacidad para guardar varias cosas (ver imagen).
En las plazas traseras no hay demasiados compartimentos, pero encontramos soluciones interesantes como, por ejemplo, dos posavasos integrados en el apoyabrazos central (ver imagen) y un compartimento en el panel de cada puerta (ver imagen).
Maletero
Tiene una capacidad que permite situar al Suzuki Kizashi entre una de las mejores berlinas de cuatro puertas de la categoría (461 litros). Únicamente le superan el Toyota Avensis Sedán (509 litros) y el Renault Fluence (530 litros). Si necesitamos aumentar su capacidad, se pueden abatir los respaldos de los asientos traseros en proporción 60/40. No quedan enrasados con el piso, pero se consigue una capacidad extra muy interesante para llevar objetos de longitud generosa (ver imagen).
Si levantamos la moqueta del maletero, encontramos un molde de poliestireno expandido que eliminan posibles ruidos e integran varios compartimentos que pueden dar cabida a diferentes objetos (es una solución muy práctica) -ver imagen-. Si quitamos este molde, encontramos, justo debajo, otro del mismo tamaño y material en el que localizamos todas las herramientas necesarias para sustituir la rueda de repuesto, los triángulos de señalización y un kit antipinchazos. Todo está perfectamente ordenado, cosa que se agradece, y mucho (ver imagen).
El entorno del maletero no está completamente guarnecido (ver imagen). Todo el revestimiento es de una calidad muy normal y la iluminación es muy pobre (corre a cargo de un plafón que no da mucho de sí y que está situado ligeramente a la derecha).
Motor atmosférico de gasolina de 178 CV
Bajo el capó que, por cierto, es tremendamente pesado y no tiene una apertura y cierre asistido, se encuentra un buen motor de gasolina. Se trata de un cuatro cilindros en línea DOHC con bloque de aluminio desarrollado especialmente para este modelo. Tiene una cilindrada de 2.4 litros, una potencia máxima de 178 CV que se alcanza a las 6.500 rpm (régimen en el que se produce el corte de inyección) y un par motor de 230 Nm disponible a 4.000 rpm (ver especificaciones técnicas).
Como digo, el motor es bueno, ya que tiene un consumo razonable, un rendimiento que se ajusta a lo esperado y un funcionamiento que permite ofrecer un buen agrado de conducción. Lo que menos le gusta, es salir desde parado, no lo digo porque sea perezoso, sino porque en muchas ocasiones tenemos la sensación de que le falta algo más de par motor. Por lo demás, la entrega de potencia se realiza de forma progresiva y suave.
Sus prestaciones son normales o, mejor dicho, se ajustan a lo esperado en una berlina de esta potencia (180 CV) y peso (1.495 kg). Su velocidad máxima (215 km/h) no es destacable, ya que es equivalente a la de berlinas de menor potencia, pero la aceleración de 0 a 100 km/h es buena (7,8 segundos).
Por sensaciones, encontraras una berlina suficientemente rápida si no eres muy exigente, un motor agradable de utilizar pese a no ser sobrealimentado y un sonido muy deportivo cuando el motor gira a un régimen de giro alto.
El cambio tiene unos desarrollos más bien largos que, sin llegar a penalizar demasiado las posibilidades del motor, los conductores que apueste por una conducción deportiva y decidida echarán en falta un grupo algo más corto.
El guiado del cambio es algo denso, aunque no cansa demasiado cuando se utiliza con asiduidad. Su tacto es agradable y se puede manejar adecuadamente cuando se le quiere mover con rapidez, y mucho mejor cuando lo hacemos de una forma más lenta.
El consumo de carburante me ha sorprendido favorablemente. En carretera, circulando a velocidades legales, obtuve un consumo de 6,3 litros a los 100 kilómetros. Ya en ciudad y, como suele ser habitual, el consumo se dispara y, en nuestro caso, obtuvimos un gasto medio de 10.5 l/100 km. En circuito cerrado al tráfico y sacando el máximo partido al motor, obtuvimos un consumo medio de 15,8 litros durante un recorrido de unos 35 kilómetros.
En marcha
El comportamiento dinámico del Suzuki Kizashi de tracción delantera varía mucho en función de los desniveles de la carretera y de la velocidad a la que se vaya. En curva lenta y siempre que vayamos a una velocidad muy baja, es un coche eficaz que responde con rapidez a los cambios de dirección. Sin embargo, cuando circulamos a una velocidad elevada, la aerodinámica influye negativamente para que se descompense el trabajo de las suspensiones. En ese tipo de condiciones nos cuesta mucho guiar el coche en las curvas y ser precisos en los giros. Es como si no encontráramos un apoyo limpio... como si no sintiéramos el tren delantero.
También es un coche muy sensible a los cambios de masas. En cuanto levantamos gas o frenamos levemente en pleno apoyo, debemos tener el contravolante en la cabeza para neutralizar el paso por curva.
Para conducir en línea recta o a velocidades moderadas, el Suzuki Kizashi es un coche muy placentero, ya que la rodadura del bastidor está muy cuidada (es equiparable a la de coches más costosos). En estas condiciones es un coche competente, pese a que la dirección no es precisa, pero sí agradable de utilizar.
Las suspensiones transmiten firmeza y filtran muy bien las imperfecciones del asfalto para que el nivel de confort sea muy bueno. Si pasamos por un badén, la suspensión lo absorbe muy bien cuando comprime y la carrocería apenas cabecea.
En carretera es un coche confortable por suspensión y ruido.
Los frenos responden con corrección y ofrecen una durabilidad adecuada cuando se les exige con frenadas constantes.
Los neumáticos me han parecido bastante adherentes con asfalto seco. Nuestra unidad equipaba unos Dunlop SP Sport Maxx 235/45 R18 con código de carga "94" y de velocidad "W” (ver imagen).
Precio y equipamiento
El Suzuki Kizashi no tiene niveles de equipamiento. Sólo se comercializa en una sola versión que tiene de todo y que prácticamente no le falta de nada, salvo el sistema de navegación que no tiene la posibilidad de equiparlo ni en opción.
Por lo 28.495 € que cuesta la versión de tracción delantera y cambio manual, el Suzuki Kizashi ofrece de serie los siguientes elementos: Control de velocidad de crucero, tapicería de cuero, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona automático, equipo de sonido (con cinco altavoces, dos tweeter y un subwoofer), sensores delanteros y traseros de aparcamiento, pedales de aluminio, faros de xenón con lavafaros, guantera refrigerada, asientos delanteros con reglajes eléctricos y calefactables, sensor de luz y lluvia, techo solar eléctrico, manos libres Bluetooth y Llantas de 18 pulgadas entre lo más destacable (aquí tienes todo el equipamiento detallado).
Conclusión: Si buscas una berlina muy equipada a un precio competitivo y con aspecto y tacto deportivo, el Suzuki Kizashi podría ser una opción interesante. Su diseño exterior te gana por completo, y su toque de exclusividad se puede ajustar a lo que estabas buscando. Si se hubiera afinado algo más su comportamiento dinámico, se convertiría en la alternativa perfecta a las berlinas europeas con espíritu deportivo.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A. R. Sastre y G. Rodríguez