Si estás buscando una buena berlina y tienes un presupuesto comprendido entre unos 20.500 € y 30.000, no te vuelvas loco, ni sigas buscando entre el sinfín de alternativas que plantea el mercado, Skoda te ofrece la mejor opción de todas las posibles con su modelo estrella, el Superb.
En SOBRECOCHES.com ya hemos probado el Superb en dos ocasiones y, en ambas, las sensaciones fueron más que positivas. Se trata de una berlina espaciosa, bien hecha, dotada de motores de última generación, muy confortable, práctica, con un maletero en el que puedes meter de todo y con un equipamiento bastante correcto.
En esta ocasión he tenido el gusto de probar un Skoda Superb, asociado a un motor 2.0 TDI de 140 CV con cambio manual de seis velocidades y con el segundo nivel de equipamiento de los cuatro que hay, el “Ambition”.
Pese a que no es la versión más potente y equipada, el Superb sigue manteniendo las buenas maneras que ya me transmitió en su día cuando pude probar la versión 2.0 TDI de 170 CV con tracción integral y la carrocería familiar “Combi”. Es un coche fantástico, en el que todo funciona bien y te responde continuamente con buenos gestos y sensaciones.
Para empezar, desde fuera es un coche con buena planta y empaque. El acabado de todas las piezas que componen la carrocería es, prácticamente, equiparable al de una berlina mucho más costosa. Ya dentro, me doy cuenta que la buena apariencia que tiene este coche por fuera no es ficticia, ya que una vez sentados a los mandos, la calidad y el acabado de la mayoría de los materiales sigue estando a la altura de lo esperado.
El montaje de todos los materiales del interior está perfectamente realizado -no he detectado ni una tolerancia excesiva entre piezas, y ni un solo crujido al presionar sobre ninguna parte del habitáculo-.
Todos los plásticos del interior ofrecen un buen aspecto y acabado. Me gustó, especialmente, la composición, textura, aspecto y acabado del plástico que cubre las zonas más visibles del salpicadero y de los paneles de las puertas, una pena que este tipo de material no esté presente en otras zonas del habitáculo. El resto de materiales son de peor calidad, pero cuentan con un buen tratamiento para que sean más que aceptables por aspecto y tacto.
El interior del Skoda Superb tiene dos grandes cualidades: El espacio longitudinal disponible en las plazas traseras es muy amplio, y el maletero tiene un doble portón muy práctico que facilita la carga de objetos en función de las necesidades puntuales.
Frente a otros modelos de similar categoría y precio, el Skoda Superb ofrece mucho más espacio para las piernas en las plazas traseras. Además, los asientos me han parecido cómodos por la consistencia de su mullido. Sin embargo, la banqueta me resultó excesivamente corta para ir con total comodidad -un banqueta con ajuste longitudinal hubiera venido de maravilla). Tampoco hay demasiadas salidas de ventilación para favorecer el confort (hay difusores de aire en el piso y en los pilares "B").
En el túnel central hay una pantalla digital que nos informa de la hora y la temperatura externa, pero no hay mandos para regular la temperatura en las plazas traseras.
En el centro del respaldo hay un apoyabrazos que resulta muy cómodo para viajar.
Los asientos delanteros que vienen de serie con el acabado Ambition, cumplen perfectamente con su función y son confortables, sin ser de la misma calidad que los que montan las versiones más lujosas y equipadas. Dependiendo del acabado, los asientos pueden tener regulación eléctrica.
Me gustó, especialmente, la sencillez que presentan todos los mandos correspondientes al sistema de climatización, radio, teléfono y navegación. Todo está muy claro y ordenado. Las luces, como en todos los modelos del Grupo Volkswagen, se controlan desde una ruleta situada a la izquierda del volante.
El volante presenta un tamaño adecuado, e integraba los mandos que nos permiten manejar fundamentalmente el equipo de sonido (ver mandos parte izquierda y ver mandos parte derecha). Sin ser un volante demasiado completo, en cuanto a botonería se refiere, me pareció fácil de manejar.
La instrumentación ofrece un diseño sencillo, claro y ordenado. En el centro del cuadro, hay una pantalla multifunción en la que se pueden consultar muchos datos: hora, temperatura exterior, consumos, autonomía etc. Toda la información es muy accesible y se consulta con orden y facilidad.
La iluminación del interior es bastante correcta; hay puntos de luz en el techo, parasoles, en la guantera, en el cofre del apoyabrazos central y en el suelo. Todos los pictogramas están perfectamente iluminados, aunque los testigos luminosos del climatizador no se ven en días soleados.
El interior es práctico y funcional para guardar todo tipo de objetos:
Los paneles de las puertas integran las habituales bolsas rígidas que vienen muy bien para guardar todo tipo de objetos, siempre que no sean demasiado voluminosos.
La guantera está iluminada, y tiene volumen de sobra para guardar la documentación, el manual de usuario y el chaleco de emergencia. Asimismo, oculta la “llave” que activa y desactiva el airbag del acompañante.
En el Túnel central hay un cofre que tiene mucha capacidad (la parte mullida que lo tapa hace las veces de apoyabrazos y puede desplazarse hacia atrás sin que se mueva en las frenadas y aceleraciones).
Por lo demás, hay algún que otro compartimento extra con tapa y redes en los asientos y en el piso del acompañante para dejar más objetos, revistas o similares.
Casi todos los compartimentos están tapizados, bien con textil sintético o revestimientos de goma.
Dos carrocerías en una
El maletero tiene un sistema de apertura variable (Skoda lo denomina comercialmente como “TwinDoor”). Mediante una serie de mecanismos electromecánicos que se activan mediante dos interruptores diferenciados, podemos abrir la puerta del maletero, o bien, todo el portón con la luna trasera incluida, es decir, como si tuviéramos un coche de 4 y 5 puertas en uno. A mi, me ha parecido una de las soluciones más inteligentes y prácticas que he visto, hasta ahora, en una berlina.
El maletero es enorme. En condiciones normales, tiene un volumen de 565 litros. Con los asientos traseros abatidos, la capacidad puede aumentar hasta los 1.670 litros -un volumen que, incluso, los coches familiares de este segmento apenas pueden igualar-.
El maletero está recubierto con una moqueta bastante resistente. Bajo su base existe más espacio para almacenar objetos personales y, por debajo, está la rueda de repuesto. Hay distintos ojales en los laterales para asegurar los objetos mientras que los ganchos plegables crean el espacio perfecto para las bolsas de la compra y objetos no excesivamente grandes.
Tanto el "portón", como la "puerta" del maletero, se pueden cerrar mediante un tirador de goma que facilita mucho la maniobra. Para cerrar ambos portones, hay que tirar con bastante fuerza. El más pequeño siempre se puede abrir automáticamente sin intervención del usuario, y se ajusta automáticamente si no se cierra correctamente. El portón grande no cuenta con ningún tipo de asistente.
Conducción
La versión que he tenido el gusto de probar, estaba dotada de un motor 2.0 TDI de 140 CV, un cambio manual de seis velocidades, tracción delantera y suspensión normal.
Frente a la versión TDI de 170 CV con tracción total –que va de maravilla-, la de tracción delantera es menos ágil y estable. No obstante, creo que esto ya depende de los gustos y exigencias de cada conductor.
La versión de 140 CV con tracción delantera y suspensión normal es más confortable, y eso hace que la suspensión tenga algo más de recorrido, que los balanceos sean más acusados y que el recorrido en extensión sea más blando. Lo peor de esta suspensión, es que debería absorber mejor las imperfecciones del asfalto.
En curva de velocidad alta y en rápidos cambios de dirección no llega al nivel de eficacia y estabilidad de las versiones con tracción integral más potentes, pero sigue siendo un coche bueno, seguro y fácil de conducir. Es seguro, porque el control de estabilidad actúa perfectamente y lo hace de forma que no genere movimientos parásitos a la hora de corregir. Además, interviene de una forma suave, progresiva y eficaz.
Si eliges la suspensión deportiva –que para esta versión tiene un coste de 230 €- encontrarás un coche más estable y con un paso por curva más plano, sin embargo, perderás mucho confort, algo a valorar en un coche en el que tiene que primar la comodidad por encima de otros parámetros.
La dirección tiene un tacto muy agradable y funciona de una forma muy precisa, tal y como cabe esperar en cualquier modelo del Grupo Volkswagen.
Nuestra unidad de pruebas equipaba unos neumáticos Good Year Excellence 205/55 R16 con código de carga "94" y de velocidad "V". Destacan por su buena adherencia frenando en suelo mojado y bajo nivel sonoro y de vibraciones.
Motor
El motor Diesel 2.0 TDI de 140 CV es una maravilla. Pese a que tiene que lastrar una masa de 1.547 kg –sin pasajeros, líquidos ni equipaje- y un cambio con unos desarrollos bastante largos, da la talla con bastante dignidad y ofrece unas prestaciones más que satisfactorias. Con esta mecánica, el Skoda Superb alcanza una velocidad máxima de 207 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos.
El funcionamiento del motor es impecable, ya que resulta muy agradable de utilizar, es muy refinado y apenas transmite ruidos y vibraciones –tan sólo he detectado leves vibraciones en el pedal de embrague-.
Además de las buenas maneras del motor, los mandos mecánicos con los que entramos en contacto para poder conducir –dirección, pedales y cambio-, también ofrecen un tacto refinado y muy bien afinado para que la conducción sea confortable y el conductor tenga que esforzarse lo mínimo para conducir de una forma suave y fluida.
Te recomendaría el cambio automático DSG de 6 velocidades (cuesta 2.170 €), pero si no quieres gastarte todo ese dinero, el manual funciona muy bien.
El consumo de carburante es muy bajo. En carretera, a velocidades legales y circulando en condiciones poco favorables, el Skoda Superb TDI de 140 CV es capaz de consumir menos de 4 litros cada 100 kilómetros, una cifra realmente buena. En ciudad, el gasto de combustible siempre se situaba entre 6 y 6,5 litros.
Además del bajo consumo, el nivel de ruidos también es muy bajo. En parte, los largos desarrollos aportan mucho. De hecho, podemos circular en sexta velocidad a 120 km/h con el motor girando a 2.000 rpm.
Nuestra unidad de pruebas estaba asociada al acabado “Ambition”, que ofrece lo justo y necesario. No va a faltar el climatizador, un buen equipo de sonido con 8 altavoces, faros de xenón, sensor de luz y lluvia, espejos retrovisores eléctricos, regulador de velocidad, airbags de conductor, acompañante con función de desactivación, de rodillas, de cabeza y laterales delanteros.
De todo el equipamiento, tan sólo eché en falta los sensores de parking, que en este coche me parecen fundamentales -el trasero cuesta 345 € y, el delantero, hay que adquirirlo en un paquete que cuesta 675 €, en el que se incluyen los dos sensores-.
El Skoda Superb 2.0 TDI 140 CV Ambition se puede adquirir desde 26.000 €. Un precio que incluye un descuento promocional de 2.020 €. Por este precio, no he encontrado una berlina equiparable por calidad y tamaño.
Conclusión: El Skoda Superb es una de las mejores berlinas que he probado hasta el momento. Es muy confortable, amplia por dentro, con unas plazas traseras dignas de una limusina, ofrece una calidad de fabricación excelente, tiene un maletero enorme, presenta un precio muy competitivo y ostenta una planta de buen coche. La versión diesel de 140 CV tiene un tacto muy refinado, es agradable de conducir y hace gala de un consumo ridículo, tanto en ciudad, como en carretera.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A. R. Sastre y G. Rodríguez
