Últimamente, estamos presenciando la llegada de berlinas tradicionales de menos de cinco metros con un interior amplio y un maletero con mucho volumen. El Skoda Rapid es un buen ejemplo de ello.
El Rapid se presenta como una alternativa al Octavia, que resulta más económica y que puede cubrir las necesidades de un cliente que está buscando un modelo compacto o una berlina con un precio relativamente contenido.
Desde mi punto de vista, el Rapid destaca, fundamentalmente, por maletero y por el espacio disponible en las plazas traseras. En estos dos puntos, es mejor que berlinas de mayor tamaño y precio, lo que es algo a valorar.
Si analizamos al Skoda Rapid con mayor profundidad, destaca el buen ensamblaje y fabricación de todas las piezas de la carrocería. En este sentido, me ha sorprendido por calidad, tolerancias y sensación de solidez frente a modelos de un precio equivalente e, incluso, superior.
El cierre y el tacto de las puertas a la hora de utilizarlas son buenos. Tan sólo presentan un detalle muy curioso, y es que, cuando sólo cerramos una puerta, tenemos la sensación de que ésta no cierra bien, aunque sí lo haga y ajuste perfectamente. Todo se debe a que el aire del habitáculo no se evacua perfectamente, presentando más oposición de la deseada.
Interior amplio con buenos acabados
Por dentro, el ensamblaje y los acabados siguen siendo buenos, aunque los materiales utilizados son muy sencillos y equivalentes a los que podemos encontrar en muchos utilitarios.
En el caso de nuestra unidad de pruebas (Ambition), el volante y el pomo estaban forrados en cuero. Además, el modelo que hemos podido probar equipaba los asientos que este modelo lleva de serie –hay otros, denominados sport, que son más envolventes-. Los que he podido probar, no me han gustado demasiado. Además de ser poco ergonómicos, no recogían perfectamente la parte superior de la espalda y eran poco envolventes, al menos en mi caso.
La tapicería de los asientos, aunque parece sufrida, ofrece una calidad muy normal y el tejido resulta algo áspero.
En términos de habitabilidad no hay pegas. Y es que, en las plazas traseras, se disfruta de mucho espacio, además del confort que cabe esperar en una berlina de este tipo.
El maletero es enorme. Con sus 530 litros de capacidad, hay mucho volumen para meter de todo. Lo que más me gusta, es que, además de contar con formas regulares, el portón trasero hace que la boca de carga sea muy amplia, con todas las ventajas que esto conlleva.
En cuanto al manejo de instrumentos, lo que prima en el Skoda Rapid, es la sencillez y la facilidad de manejar todo. Lo único que me ha parecido algo engorroso y poco intuitivo, es la función que permite emparejar el teléfono móvil. Por lo demás y, una vez emparejado, todo funciona perfectamente.
Mecánica con buenas prestaciones y mínimo consumo
El motor Diesel de 105 CV es de lo mejor del conjunto por rendimiento y consumo. Es cierto que, en el Rapid, todo está poco filtrado -la mecánica transmite ciertas asperezas y puede ser algo ruidoso-. Sin embargo, este pequeño motor Diesel, rinde de maravilla y, pese a que es algo perezoso a bajas revoluciones, resulta enérgico y competente.
De todas formas, lo mejor de este motor, es su consumo. En este sentido, estoy casi convencido que es de los coches que menos carburante consume del mercado. Puedes hacer cientos y cientos de kilómetros sin pasar por la estación de servicio. Según nuestras mediciones, y siempre circulando a una velocidad legal, en carretera es capaz de obtener una cifra por debajo de los cuatro litros. Ya en ciudad, y sin preocuparnos en exceso por la conducción, la cifra no se dispara más allá de los 5,2 litros.
Su rendimiento mecánico es bueno y más que aceptable para el uso que va a tener un coche de este tipo, ya que el Rapid Diésel es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 10,6 y alcanzar una velocidad máxima de 190 km/h.
Aunque la suspensión tenga bastante recorrido, resulta algo seca. No obstante, tampoco es incómoda ni excesivamente desagradable a la hora de absorber todas las imperfecciones del asfalto.
El tacto de este Skoda Rapid puede ser algo denso para algunos conductores, y no tanto para otros. El cambio y el embrague, que transmite solidez y precisión, pueden resultar algo duros cuando se manejan con asiduidad.
Me ha gustado el control de estabilidad, no sólo porque actúa de una forma suave, sino porque funciona perfectamente para cumplir con su función.
Los frenos, que son capaces de detener al Rapid en pocos metros, transmiten una gran sensación de potencia, además de aguantar bastante bien el uso intensivo en situaciones de máxima exigencia. Por otra parte, el pedal del freno no es que tenga un tacto muy refinado, pero al menos nos permite dosificar la frenada progresivamente en condiciones normales.
La dirección, que varía su asistencia en función de la velocidad, resulta algo dura cuando se circula a una velocidad baja, y ligeramente sensible cuando se circula en carretera, aunque en este último caso es menos criticable.
Por estabilidad no es un coche que transmita inseguridad, pero tiene unos movimientos de carrocería que no invitan demasiado a ir rápido o a realizar un cambio de dirección a altas velocidades. En curvas de velocidad media y baja, a pesar de ser un coche con poco grip –sobre todo en el tren delantero- mantiene bien el tipo y es capaz de avanzar sin que nos sintamos inseguros al volante. En condiciones normales, es un coche que puede ser satisfactorio para la mayoría de conductores.
Los ruidos generados por el motor, rodadura y aerodinámica, sin ser especialmente bajos, no son molestos.
Precio y equipamiento
La versión más económica del Skoda Rapid dispone de serie de seis aribag (frontales, laterales y de cortina) y control de estabilidad. Por lo demás y, dependiendo del nivel de acabado, todos son opcionales. Entre todos ellos, se puede incluir el climatizador, asientos calefactables, sensor de parking, navegador y sensor de presión de neumáticos entre lo más destacable.
La versión que hemos probado (1.6 TDI CR 105 CV Ambition) está disponible desde 17.495 € (este precio incluye un descuento promocional de 2.785 €). Aquí puedes consultar todos los precios de la gama Rapid.
Conclusión: Lo que más me ha gustado del nuevo Rapid, al menos del Diésel de 105 CV, es el buen rendimiento de su motor, el bajo consumo de carburante, la amplitud de las plazas traseras y la capacidad del maletero. Con la actual campaña promocional que ha aplicado Skoda, el Rapid puede ser una buena alternativa si buscas una berlina amplia y con un coste de utilización muy bajo.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A.R. Sastre, G. Rodríguez y Skoda
