Skoda Octavia Green E Line es el primer prototipo, de propulsión totalmente eléctrica, que Skoda presenta en el Salón del Automóvil de París 2010, adelantando una nueva generación de modelos de emisiones cero.
Comienza a rodar en 2011
El nuevo Skoda Octavia Green E comenzará su ciclo de pruebas en 2011, en forma de una pequeña flota de unidades que tendrán como misión, adentrarse en el tráfico urbano y recopilar la información necesaria para el desarrollo y perfeccionamiento del sistema de propulsión eléctrica.
Mientras tanto, Skoda se encargará de diseñar soluciones para abaratar los costes de las baterías y el mantenimiento del mismo con el Grupo Volkswagen, de forma que la futura gama de modelos eléctricos de Skoda sea tan accesible como los actuales productos impulsados por un motor de combustión interna.
Basado en el Skoda Octavia Combi
Los ingenieros de Skoda han desarrollado este prototipo eléctrico tomando como base el Skoda Octavia Combi, un modelo construido con una plataforma modular que permite integrar todos los componentes del sistema de propulsión eléctrica (baterías, control electrónico y motor eléctrico) bajo el piso del habitáculo, no reduciendo el espacio para los pasajeros pero, sí parte del espacio destinado a equipaje que, en este prototipo ve reducido su volumen en 115 litros con respecto a un Skoda Octavia Combi, quedando en 490 litros.
Dada esta construcción, la batería está ubicada bajo la zona central y posterior del suelo, extendiéndose hasta parte del maletero. A pesar de su elevado peso, de 315 kilogramos, sus dimensiones son extremadamente compactas, midiendo 150 milímetros de ancho y 650 milímetros de longitud.
Tecnología checa de cero emisiones
Škoda Octavia Combi Green E Line dispone de un motor eléctrico, de 60 kW de potencia continua pero que puede incrementarse hasta una potencia máxima de 85 kW y con un par motor máximo de 270 Newton metros, disponible desde el arranque.
El motor eléctrico se alimenta de una batería formada por 180 pilas de iones de litio que generan una energía de 26,5 kilowatios a la hora, permitiendo disponer de una autonomía máxima de 140 kilómetros y ofreciendo una velocidad máxima de 135 km/h y una aceleración, de cero a 100 km/h, en 12 segundos.
Como en otros modelos como el Renault Fluence Z.E., la electrónica de potencia se encarga de controlar los picos de potencia suministrados al motor, así como de evitar cortocircuitos en el sistema. Los sistemas de entretenimiento y confort se nutren de la misma energía de la batería.
Recarga flexible
Cuando el suministro de energía se acerca a cero, la batería de iones de litio se recarga utilizando una conexión normalizada que, conectado a una red doméstica de 230 V, tarda ocho horas. En cambio, con una conexión eléctrica de 400 V, la recarga se puede realizar en cuatro horas gracias a la eficiencia de la unidad de control.
El cable de conexión de recarga está situado en el hueco de la rejilla delantera bajo el emblema de la marca y bajo la tapa del actual depósito de combustible.
Texto: Francisco Romero