Alguna vez, probablemente llevados por el entusiasmo del momento o por alguna locura pasajera, hemos confesado en más de una charla informal que, posiblemente, no necesitaríamos coches potentes ni de gran tamaño para realizar el transporte de los miembros de nuestra familia o de nosotros mismos a diario. Si alguna vez hemos dicho eso en serio, obviando que un coche potente no implica matarse en la primera curva y puede darnos un plus de seguridad en según qué situaciones, os podemos asegurar que el coche objeto de la prueba os va como anillo al dedo.
Desarrollos largos
La versión de acceso a la gama diesel del SEAT Ibiza ST es una de las versiones más decepcionantes que hemos probado en SOBRECOCHES.com hasta la fecha, y eso que teníamos muchas ganas de probar este tricilíndrico de 1,2 litros y 75 CV de potencia. Y lo es, básicamente, por los desarrollos elegidos para la caja de cambios que lleva este coche, tan largos, que ahogan, literalmente, el rendimiento del pequeño y voluntarioso motor. Con otros desarrollos, este coche sería un perfecto compañero para la movilidad diaria en casi cualquier vía, tanto de una pequeña familia como de los que busquen un vehículo utilitario con gran capacidad de carga porque, el resto del coche está francamente bien, con muchos argumentos a favor.
Amplio maletero
El maletero y su espacio de carga son sus puntos fuertes. En su gran maletero cabe prácticamente todo lo que necesiten llevar los ocupantes del Ibiza ST. Es ancho, largo y tiene formas regulares que, junto a su bajo borde inferior del umbral de carga, nos permite depositar los objetos sin excesivos esfuerzos ni movimientos exagerados que puedan poner en riesgo la integridad de nuestras lumbares. Además, tiene ganchos para poner bolsas y, de manera opcional, dispositivos para el reparto de la carga o la posibilidad de llevar una red.
El maletero está completamente guarnecido de un tipo de moqueta de pelo corto, muy sufrido y con apariencia de ser resistente a las rozaduras. Debajo del guarnecido del suelo del maletero tenemos la rueda de repuesto de uso temporal, los triángulos de preseñalización y las herramientas para el cambio de la rueda de repuesto.
El respaldo de las plazas traseras se abate (la proporción habitual de 60/40) para aumentar el espacio de carga, aunque hay que levantar la banqueta trasera para poder realizar el movimiento de forma correcta. Es aquí donde, para aquellos padres que quieran poner una silla con anclajes Isofix, deben poner atención porque, es fácil aunque tiene un poco de truco. Los anclajes están un poco profundos y no son muy accesibles. Para poder acceder a ellos, hay que retirar la banqueta que bascula hacia fuera tirando de ella. Una vez realizado este movimiento, se colocan las guías de plástico que vienen en todas las sillas Isofix (o deberían venir). Volvemos a poner la banqueta en su lugar original, con cuidado de no bloquear las guías y ya podemos poner la silla Isofix sin problemas y sin pelearnos con el coche. Es fácil y es seguro. El confort y acceso a las plazas es el mismo que en el Ibiza de cinco puertas.
Calidad del interiores, funcionalidad y equipamiento
Los acabados del interior son correctos. No hay ninguna pieza mal rematada pero, eso sí, prácticamente todo el interior esta forrado de plásticos duros de apariencia normal, aunque con ausencia total de ruidos parásitos del salpicadero o puertas. Parece que lo hayan hecho para parecer duro y espartano. Lo han conseguido. Sólo tenemos plásticos blandos alrededor de los aireadores y de la radio. No es que vayamos a estar tocando el coche por dentro en todo momento, pero tenemos la sensación de estar en un coche más barato de lo que realmente es.
Nos ha gustado mucho la radio, sobretodo por el sonido que produce. Nos ha sorprendido que, a diferencia de otras radios de la gama SEAT, ésta si tenía graves, algo que es de agradecer para disfrutar de una buena calidad acústica. En nuestra unidad de pruebas sólo disponíamos de una entrada auxiliar con “minijack”, no obstante, cabe la posibilidad de tener conexión USB en opción. Nuestra unidad de pruebas tampoco equipaba una conexión Bluetooth (es opcional en toda la gama). El funcionamiento de la radio es muy sencillo y podemos manipular casi todas las funciones con el mando satélite situado a la izquierda de la columna de la dirección. Esta unidad llevaba navegador “TomTom One” en un soporte “Easy Port” preinstalado con cargador incorporado (ver imagen). Lo bueno de este sistema es que es compatible con el “TomTom XL”. Esto nos permite utilizar un navegador con una pantalla más grande y mejores funciones, si así lo deseamos.
La unidad probada no tenía ordenador de bordo con datos de viaje y de consumo, algo que nos parece curioso en una versión que hace precisamente del consumo un argumento de ventas. Tampoco tenía testigo de la temperatura del motor o del refrigerante.
Esta unidad tampoco equipaba reposabrazos (opcional) ni climatizador (no se puede equipar ni en opción). El aire acondicionado y la calefacción funcionan eficientemente dando la temperatura deseada rápidamente.
Habitabilidad interior
La apertura de las puertas y el acceso al habitáculo es bueno y fácil en todas las plazas. En las delanteras es donde mejor están tratados los ocupantes; los asientos son confortables e integran regulaciones amplias para personas con diferentes tallas y tamaño. No obstante, como en la mayoría de coches, los reposacabezas quedan lejos. El tejido de los asientos es muy sufrido y presenta un textil de apariencia resistente. Todo muy oscuro, quizá demasiado.
El salpicadero es poco profundo e intrusivo hacia los ocupantes, con una buena visibilidad hacia delante. Todo queda muy a mano. Los pedales de control y los mandos están bien dispuestos, con alguna salvedad, como el tacto del pedal de freno que era un poco tosco, probablemente por un problema de algún sensor del pedal mal ajustado. El conductor tiene una zona para dejar apoyado el pie izquierdo demasiado ancha para nuestro gusto. Un servidor calza un 47 y sobra sitio para apoyar tanto pie.
El volante de plástico es de un diámetro perfecto tirando a pequeño y de un grosor justo. Está totalmente acabado en plástico (su tacto es mejorable, ya que resbala un poco). El mando de la radio interfiere más veces de las deseadas en el intento de manipulación del mando de luces de carretera y de los intermitentes. Vamos, que es bastante molesto y alguna que otra vez le hemos dado pensando que era el mando de los intermitentes, ya que están dispuestos muy cerca el uno del otro. Estaría mejor en la derecha de la columna de la dirección donde el mando de los limpiaparabrisas se usa menos.
En las plazas traseras las cotas son un poco más justas para los ocupantes. Si los que se sientan en las delanteras son de una talla por encima de la media, los ocupantes de las plazas traseras lo pasarán mal para poder meter incluso las piernas. Para niños están muy bien porque caben casi sin problemas. Eso sí, niños mayores que no vayan en sillas infantiles. Si los niños necesitas sillas infantiles, irán dando muestras de su vitalidad continuamente y de forma muy evidente contra el respaldo de los asientos delanteros. Al tener tan poco espacio, el nivel de confort termina siendo más bien bajo para todos los ocupantes. Esto no pasa si los ocupantes de las plazas delanteras no superan los 175 cm de altura, ya que van más alejados de las plazas traseras.
Mínimo consumo
Otro de los factores interesantes de este coche es su consumo de carburante, muy bajo en casi cualquier circunstancia. En condiciones de media y plena carga, siendo más exigentes, hemos medido un consumo mixto de 5,7 litros, lo que no está nada mal, aunque los hay mejores. En carreter, a velocidades legales, podemos conseguir consumos por debajo de los 4 litros cada 100 km. Esto nos da una autonomía importante.
El SEAT Ibiza ST es un coche que gusta llevar cuando está en marcha. Dinámicamente es un coche satisfactorio, ya que los movimientos de la carrocería están bastante bien contenidos y siempre pisa seguro bajo circunstancias normales de circulación. Es un coche muy noble de reacciones y con un alto nivel de adherencia en curvas lentas. Cuando la pierde, entra en acción un ESP que pone las cosas en su lugar. No es muy intrusivo, lo cual se agradece.
En carretera abierta no se comporta mal el pequeño motor de 1.2 litros (ver imagen del motor). En segunda y tercera velocidad acelera como se supone que debe hacerlo un motor TDI de 75 CV. Al meter la cuarta velocidad empezamos a notar que el cambio comienza a parecer una travesía por el desierto para el pequeño tricilíndrico. Y no digamos si metemos la quinta velocidad.
Si no vamos por una carretera llana y bien lanzados con el acelerador a media carga, nos encontraremos perdiendo velocidad irremisiblemente a poco que el repecho se complique, teniendo que cambiar a cuarta velocidad. Me ha recordado a los coches de hace 25 años, en los que la quinta la tenían para las cuestas hacia abajo.
En conducción urbana la cosa cambia a peor. Se vuelve muy incómodo. Si sumamos unas relaciones de marchas largas (lleva la misma caja de cambios que motores mucho más potentes) y un punto de embrague muy alto, tenemos un candidato a no poder subir rampas y a que se cale en las salidas más de la cuenta. Teniendo en cuenta la peculiaridad de su embrague y siendo muy finos con él, podemos subir sin problemas por casi cualquier sitio; eso sí, siempre que la cuesta no sea muy empinada y con la primera velocidad insertada, ya que si lo hacemos en segunda, nos daremos cuenta de nuestro error al instante y nos quedaremos clavados.
Conclusión: Este SEAT Ibiza ST 1.2 TDI 75 CV es una opción de compra si quieres comprarte este coche bajo cualquier circunstancia. A nivel de calidad percibida y calidad de rodadura está entre los buenos, no entre los mejores. El problema viene con su mayor contrincante, que lo tiene en casa. El SEAT Ibiza ST 1.6 TDI de 90 CV consume muy poco más, anda mucho más y sólo cuesta unos 300 euros más (impuestos incluidos). Si eres muy tranquilo conduciendo y quieres consumir como un mechero, este puede ser tu coche. Si no, tienes el TDI de 90 CV justo al lado.
Texto: Antonio Somonte
Fotos: SEAT