El SEAT Arona es un SUV urbano muy interesante que te gana y convence cuando lo pruebas. Se trata de un modelo que destaca por ofrecer un habitáculo muy amplio, grandes soluciones para hacer el día a día más confortable, un buen maletero y una conducción muy satisfactoria, tanto en ciudad como en carretera. Nosotros realizamos nuestra primera prueba a la versión diésel de 95 CV, que es muy satisfactoria por rendimiento y bajo consumo de carburante. Asociada al acabado Xcellence, este modelo se puede adquirir desde 23.600 euros (consultar todos los precios).
Amplio y confortable
El SEAT Arona mide 4.138 mm de longitud, lo que supone 79 mm más que el Ibiza, modelo del que deriva. Sin embargo, la altura es el elemento que mayores diferencias establece, ya que el Arona es 99 mm más alto. En consecuencia, el Arona no solo ofrece una mayor altura libre al suelo para poder aventurarse fuera del asfalto, sino que, además, mejora todavía más el espacio para la cabeza tanto en las plazas delanteras como en las traseras.
Los asientos son muy confortables; sujetan el cuerpo adecuadamente, transmiten calidad y están recubiertos con un buen tapizado de piel y Alcántara que resulta muy acogedores. Los asientos traseros, que puede que sean algo planos y con la banqueta corta, también nos han parecido muy confortables. Tanto es así, que es, muy probablemente, el mejor modelo de la categoría en este sentido.
El puesto de conducción está muy logrado para que vayamos cómodos desde el primer momento. Además de la variedad de reglajes en el asiento y volante, todos los mandos están muy bien ubicados. También nos ha gustando mucho la sencillez y la ubicación de todos los mandos; todo está donde tiene que estar y funciona perfectamente.
El maletero, que tiene una capacidad de 400 litros, es tremendamente práctico. Equipa cuatro argollas metálicas para sujetar la carga y un doble fondo que deja siempre una superficie lisa, incluso cuando se abaten los asientos posteriores. Debajo del fondo plano hay espacio para dejar una rueda de repuesto de galleta. Se agradece.
Nos encanta su conducción y su motor
El SEAT Arona, concretamente la que pudimos probar, es muy agradable de conducir por varios motivos: tiene una dirección precisa, comunicativa y lo suficiente asistida como para que se maneje con poco esfuerzo sin perder feeling con el coche; el volante es muy bueno por tamaño y grosor; y la suspensión tiene un muy buen balance entre confort y estabilidad, aunque nos hubiera gustado que fuera menos seca cuando pasa por encima de un bache. En ciudad, es un coche que se sigue conduciendo con suavidad y facilidad, gracias a su magnífica maniobrabilidad y a la posición dominante al volante, que nos permite tener mejor visibilidad.
Nuestra unidad de pruebas equipaba el motor diésel de 95 CV, que es muy recomendable por su buen funcionamiento, rendimiento y bajo consumo (ver especificaciones técnicas). A nuestro juicio, y frente a las alternativas de gasolina con el bloque de tres cilindros (1.0 TSI), la opción diésel nos parece preferible en todos los sentidos. Es un motor que acelera con energía, aunque le encontremos un pelín perezoso en la parte más baja del tacómetro, lógico por otra parte. No obstante, no es un obstáculo para conseguir una aceleración más que aceptable sin que el agrado de conducción se vea penalizado. A partir de las 2.000 rpm ya disponemos de su par máximo (175 Nm), una cifra que se mantiene hasta las 3.500 rpm. Si hablamos en cifras, esta versión alcanza una velocidad máxima de 173 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h que se consigue en tan sólo 11,4 segundos.
A esta motorización se encuentra asociado un cambio manual de cinco velocidades, que tiene buen tacto y unos desarrollos muy bien elegidos. Quizás, lo único que echamos de menos, es una sexta velocidad para desahogar aún más el motor cuando circulamos estabilizados en carretera y un tacto en el guiado menos denso.
El consumo de carburante es magnífico, pues llegamos a conseguir una media por debajo de los 5,0 l/100 km en carretera, mientras que en ciudad esta cifra no fue más allá de los 6,1 l/100 km.
Disponible con un amplio equipamiento
El acabado Xcellence, que es el que lucía nuestra unidad de pruebas, apuesta por ofrecer un aspecto elegante y gran equipamiento en confort y seguridad. Añade sobre el Style: control de crucero adaptativo, sensor de lluvia y luces, función Coming & Leaving Home, retrovisor interior electrocromático, cámara de visión trasera, Full Link, Radio Media System Plus (con pantalla táctil a color de 20,3 cm (8’’), USB, radio con CD, Aux-In, SD Slot, 6 altavoces y Bluetooth), climatizador automático bizona, retrovisores exteriores calefactados, ajustables y plegables eléctricamente, sensor de aparcamiento delantero y trasero con asistente de aparcamiento automático, sistema de apertura y arranque sin llave Kessy, asiento del conductor y pasajero regulables en altura, espacio de almacenamiento bajo los asientos delanteros, reposabrazos central delantero, bolsas en parte trasera de asientos delanteros, barras de techo cromadas, carrocería bicolor, marcos de las ventanas cromados con logo crossover cromado, y techo interior en negro.