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SEAT Altea FR 2.0 TDi 170 CV

El Altea FR 2.0 TDi de 170 cv es el monovolúmen diesel más deportivo y estable del mercado. Es el coche ideal para ese padre de familia que no quiere colgar las llaves y que todavía se encuentra motivado para disfrutar de sensaciones deportivas al volante, sin descuidar los buenos detalles de un buen familiar.

Estética más deportiva
A nivel externo, el FR se diferencia del resto de la gama gracias a unos paragolpes específicos, que contienen una toma de aire con trama de nido de abeja que recorre toda su parte inferior. En el lateral, donde aparecen las siglas TDI pintadas de rojo para significar que el coche lleva el TDI de 170 CV, se han adoptado espejos retrovisores con carcasas pintadas en tono gris, como es habitual en los modelos FR. Las llantas de 17 pulgadas, de aleación y de cinco radios, reciben un diseño totalmente nuevo en dimensiones 7J x 17 y con neumáticos 225/45 R 17.

En la parte trasera de la carrocería aparece un paragolpes de distinta forma y con su parte baja de color negro. En él, destaca en la parte inferior izquierda el escape, con salida doble y cromado. Las siglas FR se sitúan en la parte inferior derecha del portón.

Ya en su interior, el salpicadero presenta una nueva apariencia, con una combinación de gris y negro. La parte delantera del habitáculo está presidida por el tablero, elemento que tiene dos zonas diferenciadas. La primera corresponde a la parte más próxima al cristal delantero, mientras que la segunda es la que queda más cerca del conductor y acompañante. Esta última zona se diferencia por el grabado técnico imitando a la fibra de carbono. El elemento que más destaca del tablero es la gran consola central que, ligeramente ladeada hacia el conductor, incorpora el equipo de sonido, sistema de navegación y climatización. Se accede perfectamente a todos los mandos, siendo muy intuitivos. La botonería funciona correctamente, pero su tacto transmite imprecisión.

Justo a la izquierda de la consola, frente al conductor y tras el volante, localizamos el nuevo cuadro de instrumentos con fondo blanco, con tres relojes de visera tubular. Tanto el velocímetro como el cuentarrevoluciones tienen el “cero” situado “a las seis”, de forma que los indicadores empiezan a contar desde abajo y en el sentido de las agujas del reloj. Ahora en la esfera de la izquierda, –donde está presente el indicador del nivel de combustible y temperatura- presenta un dispay de generoso tamaño que nos informa sobre la hora, consumo, kilometraje, temperatura y también nos avisa si las puertas están correctamente cerradas. La instrumentación nos gusto por su fácil lectura y buen orden. La iluminación se adapta automáticamente según la luz ambiental. La intensidad de la luminosidad también se puede hacer de modo manual, a través del reostato de regulación.

Cambios en su interior
El puesto de conducción, presenta algunas novedades. El volante y el pomo del cambio son iguales a los del León FR. Ambos elementos son nuevos y específicos para esta versión. El volante tiene tres radios, y en la parte inferior del radio central aparecen las siglas FR grabadas sobre una pieza metálica. En cuanto a sus cualidades ergonómicas, tendrá defensores y detractores. Es grueso, transmiten solidez, tiene un diseño moderno, atractivo y es el elemento que mayor calidad transmite. El aro del volante no es uniforme. Cuenta con una serie de cortes y formas que pretenden ganar en ergonomía de uso, pero que no aportan gran cosa. Las mismas siglas FR, junto con el esquema de las marchas, aparecen también en el “pomo metálico” de una palanca de cambios de diferente diseño, que presenta una estética atractiva, pero que no es demasiado ergonómica.

Además de ser regulable en altura y profundidad, incorpora mandos multifunción, situados en cada brazo lateral, que nos permiten controlar diferentes funciones con facilidad y comodidad el equipo de audio y el sistema de navegación utilizando sólo los dedos pulgares.

En el interior encontramos unos magníficos asientos delanteros deportivos, en los que destacan bordadas las siglas FR, grabadas en la parte superior de los respaldos. Tienen un elevado nivel de sujeción. Son unos asientos a los que te adaptas con facilidad y que ofrecen un buen nivel de confort. Además, parece que están bien fabricados y que mantendrán sus buenas cualidades durante bastante tiempo. Por diseños, son similares a los del León FR, aunque no son exactamente iguales.

El aspecto y los acabados del interior son aceptables, sin ser brillantes. Encontramos demasiado plástico rígido, de tacto y aspecto mejorable. De los plásticos que quedan a la vista, los situados en los paneles de las puertas, en la zona inferior y en el fondo del salpicadero son los de peor calidad y aspecto. El salpicadero ofrece un acabado moderno con motivos que imitan a la fibra de carbono.

Muy práctico
El Altea tiene 30 posibilidades para ubicar objetos. Al alcance de conductor y acompañante hay los siguientes espacios: portagafas en el lado izquierdo, una guantera frente al asiento del acompañante –que no tiene iluminación con una capacidad que cumple pero no destaca-, un hueco y dos posavasos debajo de la consola central, cajón debajo de cada asiento delantero y gran bandeja en los paneles de las puertas anteriores con espacio para colocar hasta una botella de litro y medio.

Además, el apoyabrazos delantero dispone de una guantera de doble fondo, un primer nivel para guardar objetos (por ejemplo, las carátulas de los CD) y el espacio inferior para colocar el cargador de CD, no está iluminada y además no cuenta con mucha capacidad, con la documentación y poco más cubrimos su escasa capacidad. El lateral exterior del asiento del acompañante también lleva una bandeja portaobjetos con espacio para colocar hasta una lata.

En la parte delantera del túnel central se encuentra la desconexión del ESP, el mechero o una toma de 12 voltios y el bloqueo automático de las puertas. Para las plazas traseras hay un hueco para dejar pequeñas cosas y otra toma de 12 voltios.

Quienes viajan en los asientos traseros, pueden aprovechar los siguientes espacios: bandeja en el lateral de cada asiento, bandeja en los paneles de las puertas (capacidad para colocar hasta una botella de litro), bolsa en el respaldo de cada asiento delantero, hueco al final del túnel central y el apoyabrazos abatido ofrece un espacio portaobjetos y dos posavasos. En la parte inferior de los asientos traseros hay dos cintas que permiten fijar un paraguas. La iluminación del interior no llega a ser la deseada, pero es una norma habitual que encontramos en la mayoría de los coches.

El Altea está homologado para acoger a cinco ocupantes, pero por diseño está más concebido para transportar a cuatro, si lo que deseamos es comodidad. El espacio para las piernas y en altura es lo suficientemente amplio como para que viajen cuatro personas adultas con total comodidad. Desde el puesto de conducción, el Altea da sensación de amplitud y protección.

Los asientos traseros pueden desplazarse longitudinalmente. Pueden deslizarse hasta 14 centímetros hacia delante. En concreto, la ganancia es de 101 litros que, sumados a los 409 que ya ofrecía, da como resultado final un volumen de 510 litros. Este espacio puede ampliarse abatiendo los asientos traseros y sin necesidad de retirar los apoyacabezas. Con el doble fondo, más los asientos traseros abatidos y quitando la bandeja superior se consigue la capacidad máxima de maletero: 1.320 litros.

El maletero presenta una estructura de doble fondo (dos niveles) y, por debajo del mismo, aún queda sitio para alojar la rueda de repuesto del mismo tamaño que las de dotación o una más pequeña de emergencia o bien el kit de reparación de pinchazos.

También nos encontramos soluciones para sujetar objetos: robustos anclajes para enganchar la red de sujeción de carga al piso, redes laterales para aprovechar el espacio que dejan los pasos de rueda y dos ganchos para poder colgar un par de bolsas. Además, la bandeja trasera, abatible, cuenta igualmente con un doble fondo para guardar, por ejemplo, los obligatorios triángulos de señalización. Y si hay que llevar unos esquís, la mejor solución es reclinar el apoyabrazos trasero y pasarlos por este espacio.

Mayores prestaciones
El motor es un derivado del 2.0 TDI de 103 kW (140 CV) ofrece ahora una potencia de 125 kW (170 CV) y está asociado a una caja de cambios manual de seis marchas de desarrollos específicos. Los desarrolos están bien elegidos. Tiene un tacto que transmite solidez, los recorridos están muy marcados y aunque el cambio es algo duro, se puede manejar con rapidez. Para lograr este importante incremento de potencia se ha optimizado la geometría del turbocompresor, se ha aumentado el caudal máximo del sistema de inyección y se ha adoptado un sistema de cierre de los canales de admisión.

No obstante, la principal modificación supone la incorporación al sistema de inyección directa diesel la alta presión de inyección que proporciona el sistema PPD (Piezo-Pumpe-Düse). Los inyectores piezoeléctricos optimizan la posición y la cantidad de las inyecciones, dando lugar a una acústica mucho mejor y a ventajas con respecto a las emisiones.

Si bien con el nuevo sistema de inyección cumple las normativas Euro IV sobre emisiones, va más allá al recibir también el sistema DPF de filtro de partículas diesel, que funciona sin aditivos y sin mantenimiento del filtro, cuya duración supera la del ciclo de vida del coche.

El motor tiene un carácter uniforme progresivo, áspero y algo brusco. A partir de 1.800 rpm se muestra como un motor muy enérgico –no tiene la patada de aquellos 1.9 de 130 y 150 cv-, y tiene una entrega buena y constante hasta las 4.000 rpm. Destaca por contar con una buena respuesta al acelerador y por subir de vueltas de forma alegre. Para ser un diesel, nos sorprendió lo rápido que sube de vueltas cuando se acelera en vacío.

Sus prestaciones se ajustan perfectamente a lo esperado por potencial y posibilidades. Alcanza una velocidad máxima de 208 Km/h y acelera de 0 a 100 Km/h en 8,6 segundos.

El 2.0 TDi del Grupo Volkswagen, es un motor que tiene un consumo de combustible algo elevado. Según cifras homologadas por el fabricante, el Altea FR tiene un consumo en carretera de 8 litros 5,2 y 6,2 en ciclo combinado. Nosotros las superamos –en los registros más bajos- en 1 litro aproximadamente.

Estable y preciso
El chasis del Altea FR ha sido optimizado para asimilar los 170 cv de su motor y para obtener unos resultados más deportivos en carretera. El esquema de suspensiones se mantiene –independiente tipo MacPherson con triángulo inferior en el eje delantero y eje trasero multibrazo–, pero se ha aumentado la rigidez de los muelles y el diámetro de las barras estabilizadoras. De esta forma, la altura de la carrocería con respecto al suelo es siete milímetros menor que en el SEAT Altea con suspensión Sport-Up. El nuevo Altea FR, dispone del programa electrónico de estabilidad ESP con sistema de ayuda a la frenada de emergencia EBA, control de tracción TCS y numerosas funciones adicionales de ayuda a la conducción. El SEAT Altea FR, desarrollado íntegramente en el Centro Técnico de Martorell.

El Altea incorpora el concepto Chasis Ágil (DSR), estrenado en su día por el SEAT Ibiza. Este concepto se obtiene a través de la combinación entre los tarados de muelles y amortiguadores, unos neumáticos específicos con muy poca deriva y una dirección electromecánica de asistencia variable en función de las condiciones de conducción.

El Altea FR es un coche muy preciso, estable. También transmite mucha confianza y seguridad al volante y tiene carácter deportivo. No debe engañarnos su carrocería de monovolumen, estamos ante un coche con el que se puede disfrutar conduciéndolo. Sus reacciones cuando lo llevamos al límite son muy seguras, y fáciles de controlar cuando superamos los límites de adherencia. Cuando realizamos fuertes apoyos en curva, la respuesta del Altea es siempre subviradora, quizás demasiado –es menos subvirador que el Altea con el terminado Sport-Up-. Para recuperar la trayectoria con levantar gas y frenar si es el caso conseguimos que la zaga se coloque con mucha educación y suavidad, sin sustos y sin posibilidad de que se provoque un imprevisto sobreviraje. El control de estabilidad controla todo perfectamente. Está correctamente tarado.

En carreteras de montañas enlazando curvas, se puede ir a un ritmo muy alto y con una gran estabilidad y aplomo, tan sólo tenemos que hilar muy fino y ser precisos, porque si cerramos demasiada dirección en los giros o simplemente entramos demasiado pasados, el subviraje del Altea es excesivo, quizás más de los esperado.

Las atractivas llantas de 17 pulgadas de cinco radios cuentan con un diseño que permite que los frenos se refrigeren lo mejor posible. Nuestra unidad montaba unos neumáticos Bridgestone Potenza RE 050 que tenían una excelente adherencia. El perfil de los neumáticos es perfecto para carreteras en buen estado, pero no lo es tanto para vías bacheadas.

Dirección y frenos
El sistema de dirección electromecánica permite adecuar, en todo momento, el nivel de asistencia a las necesidades de conducción. Esta asistencia actúa tanto en los giros como en el retorno del volante y permite reducir el consumo de combustible hasta en 0,2 litros por cada 100 km recorridos. El software, adaptado a las particularidades del vehículo (peso, reacciones), decide el nivel de asistencia aplicable en todo momento en función de la velocidad del vehículo y la rapidez de giro del volante. Tiene un tacto agradable, lo transmite todo y es muy precisa, sobresaliente.

Las dimensiones de los frenos también se han incrementado. Ahora son de 16 pulgadas en las cuatro ruedas, con discos ventilados de 312 milímetros de diámetro en las ruedas delanteras y con discos macizos de 286 milímetros en las ruedas traseras. El sistema de frenado del Altea FR cuenta con la ayuda de un ABS de última generación con distribución electrónica de frenada –que podía ser menos intrusivo en conducción deportiva-. Las distancias de frenado son buenas, aguantan correctamente el uso intensivo, sin que pierdan demasiada eficacia.

El tacto del pedal del freno es esponjoso. En caso de realizar una frenada de emergencia, -necesitamos un recorrido generoso para frenar con eficacia- el sistema de frenos sigue actuando durante unos instantes, si levantamos el pie del pedal del freno. El resto de los pedales –acelerador y embrague- tienen un tacto preciso y transmiten solidez y parecen estar bien realizados.

Equipamiento
El equipamiento de seguridad incluye ocho airbags, dos frontales, dos laterales para las plazas delanteras y opcionalmente dos en las plazas traseras y dos de cortina que protegen las plazas delanteras y las exteriores traseras. Cinturones de seguridad de tres puntos de anclaje con limitadores de fuerza, y con pretensores pirotécnicos en las plazas delanteras. En los asientos laterales traseros también se encuentran los puntos de anclaje Isofix para las sillitas de niños.

En lo que hace referencia al confort, el Altea FR cuenta con climatizador de dos zonas, asiento del conductor regulable en altura y con ajuste del apoyo lumbar, asientos posteriores deslizantes longitudinalmente 140 milímetros y con respaldo regulable y abatible por secciones 60/40, cajones debajo de los asientos delanteros, elevalunas eléctricos en las cuatro ventanillas, cierre centralizado con mando a distancia, retrovisores regulables y abatibles eléctricamente, ordenador de viaje, volante regulable en altura y profundidad y con mandos para manejar el equipo de sonido, radio con lectores de discos compactos y antena en el techo.

Publicado el 04/02/2007 a las 15:22