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Saab 9-3 1.9 TiD vs Ford Mondeo 2.2 TDCi

La deportividad está de moda y casi todos los fabricantes están aprovechando ese filón. Ford le ha dado un carácter más sport a su veterano Mondeo y Saab denomina al 9-3, como “Sport Sedán”. Pero... ¿Son sólo unos deportivos de fachada?

En los últimos años se ha demostrado que la deportividad no está reñida con las mecánicas de gasoil y consumos reducidos, ya que el usuario de este tipo de vehículos busca sobre todo un automóvil con un bastidor eficaz que no resulte incómodo para realizar viajes kilométricos con toda la familia a bordo. El Mondeo y, sobre todo, el 9-3 representan dos buenas opciones si quieres salir de la típica berlina de un padre de familia.

SÓLO DIESEL
Nada más comenzar esta comparativa, apreciamos dos mecánicas con potencia similar empleando dos caminos diferentes. El Mondeo utiliza el conocido cuatro cilindros fabricado conjuntamente con PSA –Peugeot y Citroën- al que le ha subido la cilindrada 200 centímetros cúbicos, de esta forma la potencia sube de los 136 a los 155 caballos. En la publicidad de Ford dicen que es el cuatro cilindros más potente de su segmento, algo que le queda muy poco tiempo, ya que en unos meses llega el 2.0 TDI de VW con 170 caballos para el nuevo Passat.

El motor del Mondeo es muy temperamental, apenas pasadas las 1.800 ofrece todo el par, 36 mkg, que puede llegar a 40 con la función del Overtorque. Por otra parte, el motor del Saab con 150 caballos, de origen Fiat, es mucho más suave y progresivo –a pesar de tener menor cilindrada y una potencia similar-, ofrece 32 mkg de par a 2.000 vueltas, pero por debajo de estas revoluciones, tiene un empuje aceptable. En el Mondeo no existe esta posibilidad, o todo o nada por debajo de 1.800 rpm.

En prestaciones se impone el americano. Ya que a pesar de su mayor tamaño –casi un centímetro más largo, cincuenta milímetros más ancho y quince milímetros más ancho- tiene un peso menor –92 kilogramos-. A estos datos, tenemos que añadirle la enorme potencia de Mondeo una vez superadas las 1.800 rpm, por lo que es normal que acelere de 0 a 100 en casi un segundo menos y sus recuperaciones sean mejores. Aunque como hemos comentado antes, no esperes progresividad, el 2.2 TDCi es un auténtico “destrozacuellos”.

El Saab por su parte, no se queda muy atrás, ofrece unas prestaciones casi al mismo nivel y unos consumos mucho más reducidos, ya que en el Mondeo es normal circular con una media de 8 litros a los cien kilómetros, mientras que el sueco se conforma, como mucho, con 7 litros de media. Lo que supone una buena suma de euros cuando realizas un viaje de 900 kilómetros.

MAYOR HABITABILIDAD EN EL MONDEO Donde si se aprecian mayores diferencias es en el espacio interior, aunque con matices. El Mondeo siempre ofrece mayores cotas de habitabilidad en la anchura de las plazas delanteras y las traseras. Pero la sensación de amplitud es menor debido a la elevada cintura del americano. En el tamaño del maletero, barre el Mondeo con sus 500 litros de capacidad y la practicidad de la quinta puerta.

En el tema de calidad de los acabados no nos encontramos con dos vehículos del segmento Premium, aunque en Saab se empeñen en posicionar su 9-3 en esta categoría. Desde que se lanzó al mercado, el Mondeo adolece algunos detalles de acabados mejorables, ya que los plásticos del salpicadero y los de la columna central son muy similares a los que lleva el Ford Fiesta. El Saab ofrece un acabado interior más exquisito, pero tampoco llega al estándar de Audi, BMW o Mercedes.

EN CARRETERA
Si cuando acuda el concesionario y el vendedor intente venderle estos coches diciéndole que tienen un comportamiento deportivo, dígale que deportivo es un 9-3 Aero o un Mondeo ST. Los dos modelos diésel que hemos probado ofrecen una actitud en carretera confortable, eficaz pero nunca deportiva. Tampoco es su objetivo la deportividad, ya que son automóviles ideados para disfrutar en largos viajes en autopistas o carreteras nacionales.

Nada más sentarnos al volante hemos apreciado dos caracteres muy distintos. En el Saab todo es sutileza. La dirección es muy suave, pero peca de ser demasiado sensible, lo que requiere un periodo de adaptación, ya que hay que realizar correcciones constantemente. El Ford ofrece una dirección de tacto más duro, pero más precisa que la de su rival. En la caja de cambios también se pueden observar dos mundos distintos. El Mondeo tiene un tacto suave y preciso, mientras que el 9-3 tiene un tacto más duro y algo más impreciso. Por otro lado, cuando accedemos a carreteras reviradas, el Ford saca a relucir un chasis más deportivo, aunque subvirador, que unido a la dirección permite realizar una conducción más veloz. El comportamiento del Saab no es que sea malo, pero el enfoque de los amortiguadores es más burgués y la dirección excesivamente sensible impide disfrutar de una conducción más decidida.

Con unos precios de venta muy similares, 30.010 para el Mondeo y 31.450 el 9-3, preferimos el modelo sueco por sus mejores acabados, imagen más refinada y sobre todo por el excelente motor 1.9 TiD de 150 caballos de prestaciones excelentes y consumos muy reducidos. Aunque por otro lado, si necesitamos espacio y un comportamiento más efectivo tendremos que recurrir a la berlina de Ford.

Publicado el 29/04/2008 a las 10:39