Probamos este superventas que ha recibido hace unos meses una pequeña actualización antes de que aparezca su sustituto, dentro de dos años. Aparentemente se apreciará un leve retoque estético con respecto al anterior “fase” como lo denomina Renault, pero es algo más. Ha recibido mejoras mecánicas y de equipamiento interesantes que iremos recalcando a medida que avancemos en esta prueba.
Con vocación familiar
Amplio, versátil, cómodo y muy familiar son las palabras que describen el interior. Esta versión se viste con textiles de color negro, gris oscuro y plásticos en tonos grises más claros dando un toque bitono tan de moda, la tapicería es mucho más sufrida en este color para las manchas. El tejido de los asientos, agradable al tacto y resistente, con aspecto de ser poco caluroso en verano a pesar del color oscuro, debido al tipo de entramado del tejido, que es muy transpirable. Es muy de agradecer que Renault abandone el terciopelo que montaba no hace mucho y nos ofrezca tejidos modernos. El mullido de los asientos también nos ha gustado mucho, con el grado de dureza justo para ser cómodos y aguantar los kilómetros sin inmutarnos. También nos ha gustado el agarre lateral, no es que sea un coche deportivo ni los asientos bacquets, pero tienen el suficiente resalte lateral para sujetarnos satisfactoriamente.
La ergonomía, siempre muy estudiada por parte de Renault, esta muy conseguida en el coche. Todo queda a mano del conductor y lo que no queda a mano, es que no es importante para la conducción.
Los mandos de satélite para manejar el equipo de sonido, la palanca de cambios, los mandos del climatizador, los mandos para regular el limpiaparabrisas o las luces, todo queda a mano. El botón para activar el regulador esta oculto al lado de la coquina que protege el volante, algunos necesitaran adaptarse a su funcionamiento a ciegas, es sencillo, pero tenemos que saber si activamos el regulador o el limitador mirando la instrumentación después de activar el mando.
El puesto de conducción nos ha gustado por como accedemos al asiento, que esta mas bien alto y eso ayuda mucho y también debido a los amplios y buenos reglajes en altura, en desplazamiento longitudinal, inclinación del respaldo y ajuste lumbar y lo rápido que nos hemos sentido a gusto al volante, que tiene un aro de tamaño y grosor ideales para nuestro gusto, cubierto de cuero perforado. A esto sumamos que el volante tiene ajuste en altura y profundidad y será difícil que cualquier talla no encuentre el ajuste idóneo. La unidad probada no tenía reposabrazos, que es opción en esta versión y que va unida al cofre refrigerado y con desplazamiento longitudinal eléctrico. Existe un reposabrazos mas barato de instalación en postventa, como accesorio. Nos parece una opción más que aconsejable, ya que aunque tiene muchos huecos, el reposabrazos deja más a mano un hueco para el conductor o acompañante para dejar objetos sin tener que agacharse, a parte del componente de confort para el conductor como reposabrazos.
Las plazas traseras son amplias, la del centro mas estrecha que las laterales, y tienen desplazamiento longitudinal independiente para aumentar la capacidad del maletero, ya de por si bastante capaz, o para acercar a un pasajero necesitado de alguna atención en el caso que sean niños. Si lo necesitamos podemos extraer los asientos, pero podemos abatirlos y plegarlos hacia delante para dejar un espacio de carga espectacular sin tener que sacarlos del coche. La maniobra se realiza con rapidez, facilidad y sin demasiado esfuerzo. La extracción de los asientos se realiza correctamente, pero nos encontramos elementos cortantes de su estructura de acero, realmente peligrosos.
Del equipamiento del interior de esta versión decir que disponía de climatizador, freno de mano totalmente automático, sensores de lluvia y alumbrado automático y sensor de aparcamiento, tanto delantero como trasero, regulador y limitador de velocidad, espejo interior de oscurecimiento automático, espejo especial para la vigilancia de las plazas traseras, espejos exteriores abatibles y regulados eléctricamente, elevalunas con impulsonal automático en las cuatro puertas, cortinillas en las puertas traseras, radio mono cd y un largo etcétera. Nos sorprende que Renault incluya en opción la rueda de repuesto (cuesta 150 € y no es del mismo tamaño que el resto) y en caso de no incluirla tampoco disponemos de Kit antipinchazos. También es opcional el “Kit fumador” que incluye cenicero y mechero.
A nivel de confort comentar que percibimos ligeras vibraciones –que no llegan a ser preocupantes- en el volante, en los pedales y en el cambio –sobre todo cuando lo arrancamos en frío y en mayor medida en el embrague-. Esto está todavía por pulir, no podemos excusarnos en que es una mecánica diesel, ya existen medidas para amortiguar estas vibraciones, pero tienen que ver mas con la reducción de costes que con la decidida marcha hacia la calidad con mayúsculas en la que dice estar inmersa Renault. Es algo que las marcas, la gran mayoría, tienen que mejorar. Nos ha gustado mucho que los espejos estén montados en la carrocería, cerca del parabrisas delantero, porque nos permite un amplio ángulo de apertura de la puerta y mayor visibilidad. Una curiosidad de los espejos. Si tenemos abatidos los espejos, al abrir la puerta se abrirán automáticamente, debido a que si no lo hacen, chocarán con la puerta al abrirla. Cuando cerramos la puerta vuelven a abatirse automáticamente si estaban abatidos anteriormente. Es un detalle que se agradece.
También se agradece el sensor de parking delantero que podemos desactivar y activar para que no sea molesto es un atasco, por ejemplo.
Una de las innovaciones es que es el primer modelo de Renault en llevar faros equipados con diodos como fuente luminosa, para los faros traseros y las funciones de posición y pare. Dan mucha luz y se ven claramente aunque les de la luz directamente, nada que ver con algunos faros con tecnología similar que hemos visto en algunos modelos, que cuando les da la luz solar no se ven.
Equipo de sonido. No entendemos porque Renault monta unos sistemas de sonido tan pobres, para definirlos amablemente, no solo en prestaciones, sino en calidad de sonido. Nos queda la posibilidad de poder cambiarlos por otros mejores cobrándolos a precio mucho mayor, que en tiendas especializadas, en su red de postventa, pero entendemos que si otras marcas consiguen poner equipos más que decentes, Renault no debería ser una excepción. La entrada AUX opcional, para conectar fuentes de sonido externas como reproductores mp3, esta bien pero parece un parche para un sistema de sonido mas bien malo, aunque venga de serie.
El climatizador tiene un funcionamiento peculiar. Es un mal de todos los Renault. Los sistemas de climatización automáticos son demasiado suaves en la climatización del habitáculo. La versión sin climatizador, la que tiene el aire acondicionado manual, parece mucho más potente. En la versión con climatizador, para sentir calor en estas fechas, lo conseguimos usándolo en modo manual, mucho antes que en modo auto. Luego, una vez calentado el habitáculo, en modo auto mantiene correctamente la temperatura. Eso si, con el motor caliente, que es que además este motor tarda bastante en calentarse. Esto es debido quizás a la calibración del climatizador y los sensores interiores o exteriores, que un sensor tenga mayor margen de error o haga lecturas erróneas pueden hacer que un par de grados de error se noten y mucho en modo automático.
Un diésel suave y económico
El motor 1.5 dci de 105 cv funciona muy bien en líneas generales y se muestra muy voluntarioso. Es suave, agradable y progresivo. Genera muchas vibraciones cuando está al ralentí y cuando arrancamos, sobre todo en frío, aunque el habitáculo esta bien aislado y no se perciben ni ruidos ni vibraciones a parte de las mencionadas anteriormente.
Como todos las versiones del 1.5 dci por debajo de las 2.000 rpm no tiene la respuesta esperada y es más bien perezoso. Su respuesta en el resto de su banda de utilización es satisfactoria.
El cambio de 6 marchas, que se fabrica en Sevilla y se denomina TL4, le va muy bien a este motor. Cuando se maneja rápido se vuelve más duro –sucede en la gran mayoría de los cambios de los coches de serie-, probablemente debido al complicado mecanismo que va desde la palanca hasta el selector de la caja y cuando se maneja normal (en condiciones de conducción normales) es bastante más suave y las marchas entran perfectamente. Es un buen cambio en líneas generales y tiene unos recorridos cortos. Los cortos desarrollos son tremendamente aceptados y aprovechan el motor de forma sobresaliente, buena elección.
La nueva TL4 con diferencial esférico de seis marchas nos sorprende por dos cosas; Primero, que no es más grande que la de cinco marchas tradicional ya que mide 390 mm (tan solo 15 mm más que las JB) y que tampoco es más pesada ya que con 41 kg, resulta ser solo un 10% más que las JB equivalentes de cinco marchas. La TL4 recurre al mando por cables.
La sincronización es de triple para la primera y segunda velocidad y marcha atrás -que también está sincronizada-. Esto permite accionarla sin esperar a la parada total del vehículo, es decir, que no nos encontremos con la típica rascada de turno cuando insertamos la marcha atrás con rapidez.
Su consumo es bajo y puede variar entre 5 y 7 litros dependiendo del tipo de conducción. En conducción exclusiva en ciudad su consumo medio se puede situar como máximo sobre los 6,5 litros. En carretera, a ritmo vivo en carreteras secundarias, y con dos personas no hemos conseguido ver un consumo medio superior a 7 litros, lo cual está francamente bien. Sus prestaciones son destacables (con uno y dos ocupantes) teniendo en cuenta la masa y la voluminosa carrocería que tiene que mover.
El pedal de freno tiene una asistencia muy directa (su funcionamiento y tarado es muy bueno si se practica una conducción más dinámica). En conducción normal puede ser algo incómodo de manejar al principio. Esto fue un defecto la generación anterior de la familia Mégane, ya que la asistencia era en algunos casos exagerada y frenaba bruscamente. Parece ser que han adoptado un nuevo sistema de frenos de la firma Teves que atenúa bastante esta característica en los anteriores Mégane y Scènic. Nosotros no lo vemos como defecto en la actual generación, ya que esta bien atenuada y es fácil acostumbrarse a ello. Una vez aprendido se agradece mucho, según las circunstancias. No es como cuando entra en acción el sistema de frenada de emergencia, mucho más violento. Es más suave, pero se agradece que cuando necesitamos una frenada fuerte sin tener que pisar muy fuerte lo tengamos disponible. La respuesta y el rendimiento de los frenos es sencillamente excelente. Es muy complicado encontrar un coche que tenga un equipo de la calidad de la versión que nos ocupa. Sus distancias son muy cortas y no acusan demasiado el calentamiento, podemos llevarlos al rojo y siguen frenando sin problemas, buen trabajo.
.
El embrague tiene el punto en la zona ideal pero según vaya desgastándose, irá teniendo el punto de embrague cada vez más alto, debido al mecanismo de ajuste del desgaste automático típico de Renault. Su funcionamiento podía ser más suave e uniforme en su recorrido ya que tiene diferentes cambios de resistencia a la pisada.
El acelerador tiene un tacto correcto, pero nos resulta poco agradable ese tope que tiene debido al sensor de que desconecta el limitador en emergencia al acelerar a fondo. Es poco refinado, una versión un tanto tosca de un sistema kick-down de un vehículo automático.
Se comporta mucho mejor
El tacto de la dirección mejora, y mucho. Se nota que el cambio de proveedor y concepción de la dirección eléctrica ha sido para mejor. Ahora es mucho más comunicativa y te transmite lo que pasa en las ruedas. Tiene un tacto agradable y es suave.
Se ha reducido el balanceo de la carrocería y ahora tiene un tiempo de respuesta más rápido al cambio de dirección. Las reacciones de las suspensiones son más secas y los baches se notan más que antes, aunque no llegan a penalizar el confort. Sigue manteniendo las oscilaciones y el cabeceo característico de los modelos de la casa, pero los han limitado bastante. Esto hace que tenga un plus de confort con respecto a la anterior generación. Es un óptimo rutero, y siempre pisa bien, es un coche con un andar muy seguro en conducción normal y con una notable calidad de rodadura.
No es un deportivo, pero cuando le exigimos más nos encontramos que su paso por curva es más subvirador de lo deseado –aunque debemos tener en cuenta el vehículo que llevamos entre manos-. El control de tracción y de estabilidad están bien tarados porque no son demasiado vigilantes y te dejan cierta libertad. Es recomendable contar con el ESP si lo que queremos es un coche muy estable y fácil de controlar cuando superamos los límites de adherencia. En situaciones críticas (y sin ESP) podemos descolocar la trasera con facilidad. Cuando el ESP entra en acción no lo hace de forma brusca, pero si de forma efectiva.
En definitiva, mejoras que no se notan pero que están para darle mayor empaque en aras de conseguir que siga siendo un superventas dentro de uno de los segmentos más competidos. Sin duda, este vehículo sigue teniendo argumentos que hay que tener en cuenta. Para nuestro gusto, es un producto casi redondo, y nos parece que le falta muy poco para ser la referencia de lo que debe ser un monovolumen medio de carácter familiar.