La tercera generación del Renault Mégane está siendo un éxito comercial –las 4.042 unidades vendidas durante el mes de junio y el liderato en la lista de los superventas así lo atestiguan-. Como es el modelo con más peso comercial en nuestro mercado, hemos decidido probar la que es, a nuestro juicio, la carrocería y motor más interesante de toda la gama.
Para empezar, tengo que confesaros que a mi, personalmente, la carrocería familiar de la gama Mégane es la que más me gusta estéticamente. Si a esto le sumamos un buen maletero, mucho espacio en las plazas traseras (60 mm más que en la carrocería berlina de cinco puertas), un equipamiento completo y un buen motor Diesel de 130 CV, el coctel es sumamente atractivo.
Buena calidad percibida
Todos los materiales y acabados del interior ofrecen una calidad percibida bastante conseguida. La primera sensación es que todo está bien ensamblado y el remate de todas las piezas está cuidado.
La parte más visible del salpicadero está recubierta por un plástico de tacto blando que ofrece buena calidad visual y táctil. Hay otros plásticos, como el de la consola central o el de los difusores de la climatización, que tienen un acabado mate que ofrece muy buena impresión visual, pero que parecen sensibles a los arañazos. Hay otros materiales de inferior calidad que están repartidos por las zonas del habitáculo menos visibles. Ofrecen un buen tratamiento y aspecto.
Huecos y compartimentos
Como suele ser habitual en la marca, el diseño del interior está bien pensado, ofrece un aspecto moderno y todo está donde tiene que estar, con una ergonomía muy cuidada. Por esta razón, todos los compartimentos y huecos portaobjetos están bien dispuestos y son tremendamente prácticos. En este sentido, el Renault Mégane, es de esos coches en los que te subes y tienes los huecos necesarios para dejar los típicos objetos que solemos llevar encima.
En la consola se aglutinan varios huecos muy prácticos. Delante del mando del cambio hay un posavasos y un hueco bastante amplio donde podemos dejar muchos objetos. A la derecha del freno de mano, hay otro posavasos en el se aloja un cenicero nómada que puede servir para guardar monedas o unas llaves, por ejemplo (ver imagen).
Todas las puertas integran unas bolsas rígidas que, sin ser especialmente amplias, si que cumplen muy bien con su función. Las bolsas de las puertas delanteras tienen algo más de capacidad que las traseras.
En el apoyabrazos central, se esconde un cofre bastante amplio que está guarnecido con fondo de tela. En la parte posterior de este apoyabrazos, hay otro hueco que puede ser muy útil para los pasajeros de las plazas traseras.
Delante del asiento del conductor hay una guantera muy amplia, iluminada y refrigerada (ver imagen).
En el piso de las dos plazas delanteras hay un compartimento con tapa que se esconde debajo de las alfombrillas. Su capacidad es suficiente para guardar, por ejemplo, el chaleco de señalización y objetos que necesitamos llevar en el coche pero que utilizamos muy poco o para ocultarlos de miradas ajenas (ver imagen).
Salvo los compartimentos que están integrados en el piso de las plazas delanteras y el hueco que se esconde en el apoyabrazos, todos los demás carecen de guarnecidos con fondo de goma o textil.
Ya que hablamos de los revestimientos del interior, me gustaría destacar la calidad que tiene el guarnecido del techo. Está compuesto por un textil bastante esponjoso que tiene un tacto muy suave y que parece fácil de limpiar.
Puesto de conducción y asientos
El puesto del conductor ofrece muchos reglajes para que personas de diferentes complexiones puedan encontrar la postura adecuada con facilidad. El volante se puede ajustar en altura y profundidad. Por su parte, el asiento hace lo propio para que podamos ir en una posición elevada o más baja.
Los asientos delanteros no son los que equipa la versión asociada al paquete deportivo “GT Line”, pero cumplen correctamente. A mi me hubiera gustado que la banqueta recogiera mejor el cuerpo, que fuera un poco más larga y que el mullido fuera un poco más firme. El respaldo sujeta algo mejor el cuerpo y hace que la espalda se apoye correctamente.
Los reposacabezas se pueden regular en altura y profundidad para que podamos posicionarlos en el punto adecuado (ver imagen). Tienen un ajuste de tipo libro que debería ser un ejemplo para la mayoría de los fabricantes ya que, además de cumplir con su función, quedan lo suficientemente cerca de la cabeza.
Los asientos traseros sin ser perfectos, cumplen correctamente. Al igual que los delanteros, el mullido puede que sea algo blando para los ocupantes de las plazas laterales. Los reposacabezas tienen forma de coma y, únicamente, pueden ajustarse en altura. No es necesario que tengan ajuste en profundidad, ya que quedan cerca de la cabeza.
En el centro de la banqueta trasera hay un apoyabrazos batiente que se esconde en el respaldo. Supone un buen plus de confort para los ocupantes de dichas plazas e integra dos posavasos bastante prácticos.
Una de las razones por las que la carrocería Sport Tourer me parece interesante frente a otros modelos de la competencia o compactos con carrocería de cinco puertas, es la habitabilidad que hay en las plazas traseras, difícil de encontrar, como bien digo, en otros modelos de este tamaño. No hay problemas de espacio en altura y anchura y hay bastante espacio para las piernas. Utiliza la misma plataforma del Renault Fluence.
La iluminación del habitáculo es correcta. Hay dos plafones en el techo que ofrecen una iluminación no demasiado potente (ver imagen) y luces de cortesía en las puertas delanteras (éste es un detalle que me ha llamado la atención). Los dos parasoles del conductor y del acompañante tienen espejo pero no tienen luz de cortesía, un fallo en el caso del acompañante. El del conductor tiene una tira que permite sujetar tarjetas o similares.
Maletero
Tiene una capacidad de 524 litros, volumen más que suficiente para llevar mucho equipaje, además de cumplir holgadamente con la utilidad de uso diario. El piso y la boca de carga es totalmente plana y el entorno está completamente guarnecido con moqueta de pelo corto. A diferencia de otros modelos de similar categoría y precio, el maletero del Mégane Sport Tourer está muy bien acabado (ver imagen).
A ambos lados del maletero hay dos compartimentos en los que se pueden guardar botellas de medio litro u otros objetos que creamos oportuno, como las luces de repuesto, guantes, bayetas de limpieza o cosas similares. También hay dos ganchos para colgar, por ejemplo, las bolsas de la compra.
Debajo del piso del maletero hay dos compartimentos que, a mí, me resultan tremendamente prácticos, ya que pueden servir para guardar los triángulos de señalización (ver imagen). Estos compartimentos están cubiertos por la moqueta del piso del maletero que, a su vez, puede doblarse para dejarla fija a dos topes, específicos para esta función, que permiten fijarla con solidez para la carga vaya más sujeta (ver imagen y ver imagen).
A diferencia de otros coches, la rueda de repuesto está muy protegida (ver imagen). Está situada en el fondo del maletero, cubierta por la moqueta del maletero y por otra moqueta textil que se puede quitar con facilidad, Para ello, dispone de un gancho muy práctico que permite levantarla con poco esfuerzo (ver imagen).
Al igual que la inmensa mayoría de los coches, la iluminación del maletero es muy mejorable y de muy poca intensidad. Todo corre a cargo de un pequeño plafón que está situado a la izquierda del maletero.
El maletero se puede cubrir con una bandeja, de material sintético y flexible, que se puede enrollar y quitar por completo. Aunque sea flexible, puede soportar objetos que no sean muy pesados (ver imagen).
Si se desea mayor capacidad (podemos conseguir un volumen máximo de 1.600 litros), los respaldos de los asientos traseros se pueden abatir en proporción 60/40 (ver imagen). Los mecanismos que permiten abatirlos funcionan muy bien y permiten que los respaldos se abatan con poco esfuerzo. Aunque el piso no quede totalmente plano cuando los asientos están abatidos, todo está bien guarnecido.
La apertura y cierre del portón está bastante cuidada. Hay dos amortiguadores que ofrecen un tarado muy bueno para que el portón se abra de una forma rápida, ágil y bien amortiguada. Para cerrarlo hay que aplicar más fuerza, aunque el portón no llega a resultar pesado.
Las cuatro puertas que nos permiten acceder al interior se abren y cierran correctamente, aunque, dejando de lado el tacto de apertura, que es más o menos equivalente al de coches de su categoría, me hubiera gustado que el cierre estuviera mejor amortiguado. No obstante, las bisagras asisten muy bien para que las puertas se cierren con muy poco esfuerzo.
Mandos: disposición y funcionamiento
Todos los mandos, indicadores y testigos del vehículo tienen el “saber hacer” típico de Renault. Todos están bien colocados, con un tacto y funcionamiento impecables.
El tablero de bordo está fabricado en una sola pieza para limitar las vibraciones y los ruidos parásitos. Tiene una iluminación blanca, marca de la casa. La pantalla LCD que hace de velocímetro y donde aparecen las indicaciones del limitador y regulador de velocidad, temperatura del líquido refrigerante del motor y del nivel de carburante, tiene una iluminación potente. A la izquierda de esta pantalla, tenemos el tacómetro analógico y, a la derecha del todo, una pantalla multifunción donde aparecen los datos del ordenador de bordo sobre consumos, velocidad media, anuncio de eventos relacionados con el funcionamiento del vehículo y el acceso al menú donde podemos configurar ciertos aspectos del vehículo, como el encendido de las luces diurnas, el radar de aparcamiento, la gestión del cierre automático de las puertas, el idioma, etc.
A la izquierda de la columna de la dirección, tenemos el mando de los indicadores de dirección y de funciones de alumbrado (ver imagen). Nuestra unidad de pruebas equipaba sensor crepuscular para las luces de cruce. Todas las funciones de alumbrado de los faros delanteros están equipadas con fuentes de luz halógenas. Los pilotos traseros tienen diodos para las funciones de posición y freno. Para el resto de funciones, las fuentes de luz son halógenas. Tengo que decir que la intensidad de luz que dan las luces de cruce es muy mejorable. Es preferible la opción de luces de xenón (alumbran mucho más y mejor). En el salpicadero tenemos el reostato que regula la intensidad de luminosidad del cuadro y consola, el mando que regula la altura de los faros, el mando que desactiva el ESP y el que desactiva el radar de aparcamiento (ver imagen).
A la derecha de la columna de dirección, tenemos el mando de los limpia y lavaparabrisas y del sensor de lluvia (ver imagen). Este último tiene, además, regulación de sensibilidad según la intensidad de la lluvia que reciba nuestro parabrisas.
Detrás del volante, tenemos el mando satélite que gestiona diversas funciones del sistema de audio y del teléfono (ver imagen). Es un buen mando. Transmite solidez y los botones tienen buen tacto y están bien perfilados (no tienen bordes cortantes y todo está muy bien fabricado).
El volante, forrado en cuero como equipamiento de serie, tiene un diámetro muy bueno, un tacto duro y un grosor fino. Incorpora botones que controlan las funciones del limitador y regulador de velocidad (desde la izquierda se controla la velocidad y desde la derecha se cancela y resume la función de limitador o regulador). No hay muchos fabricantes que incorporen, a su control de crucero, la función de limitador (a mi me parece fundamental). Es muy cómodo y muy fácil su manejo. Cuando necesitamos acelerar más allá de la velocidad limitada, sólo tenemos que pisar a fondo el pedal del acelerador, venciendo un pequeño tope que no deja de ser uno de los dos sensores que tiene el pedal, para que la función quede momentáneamente desactivada.
Climatizador y equipo de sonido
El climatizador bizona funciona muy bien y permite alcanzar la temperatura deseada con rapidez, no obstante, su funcionamiento es ruidoso cuando funciona a plena potencia (algo normal por otra parte). Equipa todas las funciones que tienen los climatizadores de otros fabricantes, con automatismos para el funcionamiento completamente automático y con tres estrategias predefinidas para un funcionamiento automático suave, normal y rápido.
El equipo de sonido está firmado por Arkamys y ofrece una calidad de sonido muy buena si tenemos en cuenta que no es un equipo de alta gama. Gestiona bien los discos CD con mp3/wma/cd audio y reproductores MP3 conectados vía USB o AUX. Ambos conectores están situados en la guantera del pasajero (ver imagen). Además, hay dos tomas RCA delante del mando del cambio (ver imagen).
Los botones del climatizador y del equipo de sonido tienen un tacto diferente. No sé si es para diferenciar ambos dispositivos. El caso es que los botones del equipo de sonido apenas tienen recorrido cuando los pulsas, por lo que a veces te queda la duda de si realmente has activado alguna función cuando has pulsado uno de los botones. Los del climatizador tienen un tacto algo más agradable y preciso.
La temperatura del climatizador se regula mediante unos pulsadores (ver imagen). No me parece una mala solución, no obstante, yo prefiero regular la temperatura mediante mandos giratorios. Es un tipo de mandos que vienen muy bien en caso que queramos regular la temperatura con rapidez, si deseamos bajar o subir 10 grados en un momento, por ejemplo. Para mi es un movimiento más natural.
En marcha
El tarado de las suspensiones está pensado y orientado para que prime el confort por encima de todo. Si buscas un coche con un tacto deportivo (creo que este no es el caso) te recomendaría que optaras por el acabado GT Line, que tiene unas suspensiones algo más enérgicas.
En cualquier caso, yo prefiero que un coche de este tipo sea cómodo. Las suspensiones amortiguan muy bien los baches y las imperfecciones del asfalto, sin responder con vibraciones o ruidos parásitos. El rodar de este coche es realmente bueno y ayuda a que el paso de los kilómetros no nos pase factura en forma de cansancio.
La medida del neumático me parece todo un acierto (nuestra unidad de pruebas equipaba unos neumáticos Michelín energy saber 205 55 R16), ya que aportan su granito de arena para mejorar la absorción de los baches y para que las reacciones cuando se superan los límites de adherencia sean progresivas y predecibles (ver imagen).
En carretera su comportamiento es seguro. Bien es cierto que las suspensiones tienen algo más de recorrido y son más blandas que las de un Renault Mégane equivalente con carrocería de cinco puertas, pero es un coche con el que he disfrutado conduciendo, porque he ido cómodo y seguro a lavez.
Los frenos, como suele ser habitual en la marca, tienen una frenada potente y segura (creo que con otros neumáticos mejorarían aún más). El tacto del pedal es muy bueno, ya que tiene poco recorrido, asiste con mucha potencia desde el principio y se puede dosificar muy bien la fuerza de frenado.
La dirección, de asistencia eléctrica, tiene un tarado muy suave. Aporta mucho para que la conducción no canse lo más mínimo, sobre todo en ciudad.
Motor y caja de cambios
El Diésel 1.9 dCi de 130 CV está a punto de ceder el testigo a un nuevo Diesel de 1.6 litros y de la misma potencia. Todavía no he tenido el gusto de probarlo, pero tiene que ser muy bueno para superar el funcionamiento y rendimiento que ofrece el veterano 1.9 dCi. Bajo mi punto de vista, es el mejor motor Diésel que tiene la gama Mégane en estos momentos.
Me parece un buen motor porque apenas genera ruido y vibraciones al habitáculo y mandos de control, porque tiene un consumo bastante ajustado, porque tiene un tacto bastante agradable y refinado, porque ofrece muy buenas prestaciones y porque su funcionamiento es realmente bueno.
La respuesta a lo largo de todo el régimen de giro es muy bueno y la entrega del par y la potencia está muy bien dosificada. Es un motor muy plano y progresivo, pero con una aceleración que nos hace disfrutar de unas buenas prestaciones y de un rodar muy agradable.
El consumo de carburante nos ha parecido bajo. En carretera, según nuestras mediciones, hemos obtenido un consumo medio de 5,8 litros a los 100 km. Esta cifra la hemos conseguido en un recorrido formado por un 80% por autovía y con el regulador de velocidad tarado a 114 km/h. Recorrimos una distancia total de unos 700 km. En ciudad, el consumo puede variar entre 6 y 7 litros, dependiendo de las condiciones del tráfico y el tipo de conducción.
El motor se encuentra asociado a una buena caja de cambios de seis velocidades. Es un cambio suave y rápido de manejar. Es de lo mejorcito que he probado en un coche de esta categoría y precio. Si los recorridos del guiado fueran un poco más cortos, sería perfecto.
El equipamiento puede llegar a ser muy completo y ofrece elementos tan interesantes como la tarjeta manos libres que supone un plus de confort destacable. Nosotros probamos la versión Dynamique asociada al Pack Confort (aquí puedes configurarlo a tu gusto). Se puede adquirir desde 21.950 €.
Conclusión: Espacio, versatilidad, prestaciones suficientes, comodidad de marcha, calidad general por encima de la media y un precio ajustado, así podríamos definir la que es, a nuestro juicio, la versión mas interesante de todas las carrocerías y motorizaciones que ofrece la gama Mégane, que son muchas. Si se limaran los pequeños defectos que hemos señalado a lo largo de toda la prueba sería, probablemente, el más equilibrado de la categoría. Las cifras de ventas no mienten y atestiguan que es un coche muy aceptado y apreciado. Y si lo elegimos con el acabado GT Line, además, nos llevamos uno de los familiares compactos más agradables a la vista del segmento.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A.R. Sastre y G. Rodríguez