El Renault Mégane Coupé Cabrio es un vehículo con muchas posibilidades. Primero, es un coupé cabrio, algo que le da un carácter lúdico. Segundo, tiene cuatro plazas, lo que hace posible que pueda ser usado como un vehículo compacto y, tercero, con el techo puesto tiene un maletero muy respetable, algo que le otorga mayor utilidad para el día a día.
No debemos mirarlo con los ojos del que mira un capricho inaccesible, ya que esta versión, de acceso a la gama, tiene argumentos suficientes para cubrir las necesidades diarias de transporte de una pequeña familia y, además, ser un capricho lúdico con un precio muy accesible, y todo ello, aderezado con un motor muy interesante y voluntarioso. Podríamos conformarnos perfectamente con esta versión.
Interior: Habitabilidad y asientos
Como en los vehículos compactos, cuya carrocería ha sido convertida en un coupé cabrio, el espacio interior efectivo es justo. No sobra ni un centímetro, aunque todo está bien aprovechado. Todo depende de quien ocupe las plazas delanteras. Si los ocupantes de las plazas delanteras son muy altos, no quedará mucho espacio para que los pasajeros de las plazas traseras puedan siquiera meter las piernas. Eso sí, lo mejor está delante, donde los ocupantes tienen una buena habitabilidad en casi cualquier medida. Puedes ir sentado muy cerca del suelo, más que en el resto de la gama Mégane (salvo el Renault Mégane RS con bacquets).
Los asientos delanteros me han parecido muy buenos, cómodos, con un mullido muy confortable y con una sujeción difícil de encontrar en un coche de este precio (la sujeción es mejor en el respaldo que en la banqueta). Están vestidos en cuero y tejido textil con costuras gruesas a la vista (tienen apariencia de ser resistentes al uso intensivo). Los ajustes de los asientos son muy amplios, y más que suficientes para que cualquier persona de casi cualquier tamaño encuentre su posición ideal al volante.
El ajuste de los reposacabezas en altura es mecánico. Además, cuentan con un ajuste adicional de tipo libro que es un ejemplo para el resto de fabricantes (ver imagen). Ponerse el cinturón en las plazas delanteras es incómodo, porque al no tener pilar B, hay que hacer cierto esfuerzo para cogerlos de su emplazamiento, que queda un poco retrasado y no cuenta con ayudas mecánicas como otros vehículos del mismo tipo (ver imagen).
Al ser un vehículo de dos puertas, el acceso a las plazas traseras se realiza mediante el abatimiento de los respaldos de los asientos delanteros. El mando para desenclavar el respaldo es mecánico, y el mecanismo que permite mover los asientos longitudinalmente para acceder a las plazas traseras es sencillo. Los asientos delanteros guardan la posición que tenían antes de ser abatidos. El acceso a las plazas traseras es el típico de este tipo de vehículos; justo e incómodo. No obstante, el acceso es mucho mejor cuando el coche está descapotado. Una vez dentro, si nos caben las piernas entre la banqueta trasera y el respaldo delantero, la sensación es buena, ya que las dos plazas traseras están bien pensadas para cuidar a sus dos ocupantes. Los asientos son confortables y el entorno está bien guarnecido y es de calidad. Los asientos son envolventes y se ajustan perfectamente. En mi caso, que mido 1,88, el asiento me ha parecido perfecto. Pensaba que la excesiva verticalidad del respaldo trasero iba a ser incómoda, pero no ha sido así. Incluso el reposacabezas trasero quedaba a una altura ideal.
Sólo he echado un par de cosas en falta: un buen reposabrazos en el lateral de los paneles, y algún asidero para ayudar a los ocupantes de las plazas traseras a salir del vehículo. Lo que “hace” la función de reposabrazos, es un simple resalte estético del guarnecido del panel lateral que es más estético que funcional. La altura del techo, que suele estar limitada en este tipo de vehículos, no ha sido tan mínima para una persona alta, porque me sobraba espacio en altura. Además, al tener un techo de cristal, la sensación de amplitud es mayor y más agradable. Tenemos la posibilidad de poner sistemas de retención infantil en las plazas traseras, tanto con anclaje (mediante los cinturones del vehículo), como por los anclajes Isofix de las dos plazas traseras, accesibles fácilmente.
Acabados y compartimentos
En general, es un vehículo con buenos materiales y ajustes. Los plásticos más a la vista tienen un tacto blando y agradable. El plástico de la consola es más delicado, ya que su recubrimiento, que le da un tono mate y un tacto agradable. Este acabado es muy sensible a los arañazos, lo que hará que en poco tiempo tenga un mal aspecto. Las puertas y paneles laterales traseros están guarnecidos en plástico de calidad y textil (los materiales de la parte superior son mejores que los de la inferior).
El interior tiene pocos huecos repartidos por el interior. En la consola tenemos un pequeño hueco delante del selector del cambio donde tenemos conectores Aux y USB para fuentes auxiliares (están cubiertas con una tapa y un receptáculo redondo -ver imagen-). Este hueco puede servir para alojar botes, botellas pequeñas o un cenicero nómada con tapa que también sirve para meter objetos. El conductor tiene a la izquierda del volante, debajo del reostato que regula la intensidad de luminosidad del cuadro y consola, un hueco con tapa que está guarnecido de un textil sintético similar a la moqueta de pelo corto, donde podemos colocar objetos pequeños (ver imagen). La plaza del acompañante delantero tiene ante sí una guantera iluminada y refrigerada con tapa sin cerradura (cuidado con lo que dejamos ahí cuando tengamos vehículo descapotado). Es muy profunda y tiene una gran capacidad. En las puertas encontramos huecos para meter pequeños objetos. El reposabrazos tiene un hueco muy profundo y estrecho (ver imagen). Detrás, como continuación de la consola, tenemos un hueco sin tapa para poder dejar algún objeto que tengan los pasajeros de las plazas traseras.
Mandos: disposición y funcionamiento
Todos los mandos, indicadores y testigos del vehículo tienen el “saber hacer” tan típico de Renault, bien colocados y con un tacto y funcionamiento impecables. Los pedales de control tienen buen tacto y son muy suaves.
El tablero de bordo está fabricado en una sola pieza para limitar las vibraciones y los ruidos parásitos. Tiene una iluminación blanca, marca de la casa. La pantalla LCD que hace de velocímetro y donde aparecen las indicaciones del limitador y regulador de velocidad, temperatura del líquido refrigerante del motor y del nivel de carburante, tiene mucha iluminación... tanta, que por la noche se hace necesaria reducirla, ya que se hace incluso incómoda. A la izquierda de esta pantalla, tenemos el tacómetro analógico y, a la derecha del todo, una pantalla multifunción donde aparecen los datos del ordenador de bordo sobre consumos, velocidad media, anuncio de eventos relacionados con el funcionamiento del vehículo y el acceso al menú donde podemos configurar ciertos aspectos del vehículo, como el encendido de las luces diurnas, el radar de aparcamiento, la gestión del cierre automático de las puertas, el idioma, etc.
A la izquierda de la columna de la dirección, tenemos el mando de los indicadores de dirección y de funciones de alumbrado (ver imagen). Nuestra unidad de pruebas equipaba sensor crepuscular para las luces de cruce. Todas las funciones de alumbrado de los faros delanteros están equipadas con fuentes de luz halógenas. Los pilotos traseros tienen diodos para las funciones de posición y freno. Para el resto de funciones, las fuentes de luz son halógenas. Tengo que decir que la intensidad de luz que dan las luces de cruce es muy mejorable. Es preferible la opción de luces de xenón (alumbran mucho más y mejor). En el salpicadero tenemos el reostato que regula la intensidad de luminosidad del cuadro y consola, el mando que regula la altura de los faros, el mando que desactiva el ESP y el que desactiva el radar de aparcamiento (ver imagen).
A la derecha de la columna de dirección, tenemos el mando de los limpia y lavaparabrisas y del sensor de lluvia (ver imagen). Este último tiene, además, regulación de sensibilidad según la intensidad de la lluvia que reciba nuestro parabrisas.
Detrás del volante, tenemos el mando satélite que gestiona diversas funciones del sistema de audio y del teléfono (ver imagen). Es un buen mando. Transmite solidez y los botones tienen buen tacto y están bien perfilados (no tienen bordes cortantes y todo está muy bien fabricado).
El volante, forrado en cuero como equipamiento de serie, tiene un diámetro correcto, un tacto duro y un grosor fino. Incorpora botones que controlan las funciones del limitador y regulador de velocidad (desde la izquierda se controla la velocidad y desde la derecha se cancela y resume la función de limitador o regulador). No hay muchos fabricantes que hayan incorporado, a su control de crucero, la función de limitador (a mi me parece fundamental). Es muy cómodo y muy fácil su manejo. Cuando necesitamos acelerar mas allá de la velocidad limitada, sólo tenemos que pisar a fondo el pedal del acelerador, venciendo un pequeño tope que no deja de ser uno de los dos sensores que tiene el pedal, para que la función quede momentáneamente desactivada.
Techo duro retráctil
El principal atractivo de este vehículo es el techo duro retráctil. Se compone de tres piezas que se pliegan sobre sí mismas, en una cinemática sencilla para alojarse en el maletero en sólo 23 segundos (ver secuencia). Para ello, el vehículo debe tener el maletero preparado, colocando una cortinilla que hace de tope de seguridad para asegurarnos que no hay ningún objeto que impida su alojamiento en las zonas señalizadas (ver imagen). Hay que estar parado en un sitio llano con el motor en marcha. Manteniendo pulsado el mando destinado a esta función, la capota se abre o cierra sin mas intervención del usuario. Con el coche “capotado”, uno de sus atractivos es que el techo es de cristal, lo que hace que tengamos una gran luminosidad (es muy agradable).
Para mitigar el calor cuando la temperatura es elevada, tenemos una cortinilla de tela, de funcionamiento manual, que permite cubrir el techo (el cristal tiene una de las mayores protecciones para rayos UVA).
Hemos encontrado cierta dificultad a la hora de limpiar la luneta trasera, tarea imposible con el techo puesto, ya que el cristal parabrisas que está fijo entre los reposacabezas traseros (ver imagen), no deja pasar la mano. Para limpiarlo, la única solución es abrir el techo y dejarlo abierto para realizar la limpieza de la luneta, una operación de limpieza bastante normal y frecuente (ver imagen).
El nivel sonoro interior, con el techo colocado, no es precisamente lo mejor del vehículo. Es bueno hasta 100 km/h, donde el ruido de rodadura y aerodinámico no difiere de otras versiones de la gama. A partir de esa velocidad, había una turbulencia que generaba un sonido aerodinámico grave. Superados los 140 km/h, este ruido, se hacía más incómodo y desagradable.
Se puede circular perfectamente con el techo puesto y con los cuatro cristales bajados. Para evitar que se produzcan turbulencias (hasta unos 120 km/h), hay un pequeño parabrisas fijo de cristal que está situado entre los reposacabezas traseros (ver imagen).
Si decidimos circular sin techo, se puede instalar un cortavientos en las plazas traseras que permite mitigar aún más dichas turbulencias, ya que cuando se conduce descapotado, éstas, aumentan. Su instalación es muy sencilla. Además, este cortavientos está bien fabricado y es suficientemente sólido (ver imagen). Se puede guardar dentro de una bolsa que se adhiere mediante velcro a la moqueta del maletero (ver imagen).
Sin techo, el parabrisas queda cerca de la cabeza en el caso de personas que midan más de 1,88 m de altura (en mi caso, notaba el aire procedente del parabrisas).
He detectado vibraciones en el parabrisas, en algunos casos, con movimientos muy evidentes e, incluso, con algún crujido que se producía al pasar por pequeños baches, como grietas del asfalto o bandas de rodadura. Con el techo puesto, no hay vibraciones, lo cual da una idea de la posible excesiva flexibilidad del chasis sin el techo puesto. Seguramente algo controlado, pero sin duda algo mejorable, ya que no suma en la buena impresión general del conjunto.
Maletero
Con el techo colocado, el maletero me ha gustado mucho, más que el de otros cabrios similares muchísimo más caros. Está completamente guarnecido, tiene formas regulares y es muy aprovechable, ya que los elementos mecánicos encargados del techo están bien pensados y diseñados para que ocupen poco espacio (ver imagen). Si el techo está recogido, tendremos un espacio pequeño pero aprovechable (ver imagen). Además, tenemos bajo el piso del maletero un portaobjetos profundo y muy útil (ver imagen).
La iluminación del maletero, corre a cargo de un sólo plafón en la parte derecha (su iluminación, es pobre). Para cerrar el maletero no hace falta pegar un portazo, con dejarlo apoyado es suficiente para que la cerradura lo ajuste y lo cierre automáticamente.
Sistema de navegación y climatización
El vehículo objeto de la prueba, disponía del navegador “TomTom” y un equipo de audio con procesador DSP firmado por “Arkamys”, especialista francés en procesadores de audio profesional y de consumo. Equipa conexión bluetooth con perfil de audio estéreo A2DP y conexiones para fuentes auxiliares. También cuenta con lector de CD compatible WMA/MP3. El sonido es correcto, mejora lo que Renault nos ha enseñado durante los últimos años con la gama updatelist o tunerlist (su sonido era malo). Este sistema está en la media en equipos de audio embarcados, no obstante, a diferencia de las versiones Cabasse y Bose, sigue sin mejorar la calidad de los altavoces (los “arkamys 3D” de esta versión siguen siendo mejorables). Con unos altavoces decentes, este sistema es, incluso, bueno. Con unos buenos altavoces, es cuando se aprecia, de verdad, la espacialización y la buena ecualización que nos da el procesador “DSP”. Las funciones del sistema de audio y del bluetooth se controlan mediante un mando giratorio y dos botones, de selección y cancelación, que se sitúan en el frontal del propio sistema de audio (ver imagen). Nos hubiera gustado que estuvieran integrados en el mando HMI que controla el “TomTom”, tal y como Renault ofrece en los modelos que montan Carminat DVD (Itsystem).
El navegador dispone de cartografía en 2D/3D con una resolución y texturas un poco simples, pero bastante claras. Podemos cambiar el avatar del punto que representa el vehículo en la pantalla, por alguno de los que componen la colección de imágenes que tenemos a nuestra disposición, que incluye la vista trasera de prácticamente toda la gama Renault y algunos vehículos históricos, como el Renault Spyder. La cartografía y los puntos de interés, sin embargo, son muy completos y personalizables. Las indicaciones vocales son muy claras y exactas. Además, tiene información sobre radares fijos y cartografía (actualizable) en tarjeta SD, Map Share de TomTom y una serie de servicios interesantes para compartir con otros usuarios, etc. Una opción barata y muy recomendable por lo completa que es.
El mando HMI, que Renault utiliza, tanto para el TomTom como el Carminat DVD, es muy bueno e intuitivo, con los atajos justos y unos menús sencillos. Sin duda, éste, es un buen sistema. El tacto es muy bueno, los botones son fáciles de aprender y con poco entrenamiento podemos llegar a manejarlo sin mirar.
El climatizador bizona funciona muy bien y conseguimos alcanzar la temperatura deseada con rapidez, no obstante, su funcionamiento es ruidoso cuando funciona a plena potencia (algo típico en muchos modelos de Renault). Equipa todas las funciones que tienen los climatizadores de otros fabricantes, con automatismos para el funcionamiento completamente automático y con tres estrategias predefinidas para un funcionamiento automático suave, intermedio y rápido.
En marcha
Dinámicamente, es un vehiculo peculiar. No trasmite las mismas sensaciones descapotado, que con capota. Con el techo puesto, el vehículo va más firme en las curvas, donde no pierde la compostura a velocidades y en carreteras normales. Sin techo, lo he notado más blando de chasis, con movimientos de balanceo y cabeceo más amplios. Las suspensión es confortable, algo dura de compresión y más blanda en extensión.
El Renault Mégane Coupé-Cabrio siempre va bien asentado en carretera. El tacto de la dirección es precioso y ayuda a guiar de forma eficiente al vehículo (es algo más precisa de lo habitual en los fabricantes franceses).
Cuando decidimos buscar los límites de adherencia, encontramos un tren trasero que ayuda a cerrar la trayectoria. Las reacciones son siempre progresivas y fáciles de controlar.
Los neumáticos, en medida 205/50 R17, tienen un compuesto blando que facilitan, y mucho, el buen agarre del vehículo en todo tipo de circunstancias. El control de estabilidad “ESP” está bien tarado, apareciendo solo cuando realmente es necesario. Actúa eficientemente y sin brusquedades. Como suele ser norma en la casa, los frenos se han comportado muy bien en toda circunstancia. Además, resisten muy dignamente el uso intensivo y el tacto del pedal de freno no es demasiado esponjoso, lo que ayuda a dosificar la frenada sin dificultad.
Motor y caja de cambios
El motor 1.4 TCE de 130 CV, que se fabrica en Valladolid, es una delicia. Funciona perfectamente, sin saltos ni tirones (incluso a bajas revoluciones). También es reseñable su bajo nivel sonoro y lo bien que responde desde 2000 rpm hasta las 6000 rpm de forma muy lineal y continua. A altos regímenes, el ruido es más evidente, pero dentro de lo esperable es un motor de gasolina y turbo montado en un compacto.
Otra de las cosas que cabe destacar de este motor, es lo bien que responde en marchas largas a media carga, siempre de forma intensa e inmediata.
Hemos tenido un consumo mixto, a régimen de prueba, que no ha superado nunca los 9 litros de media, siempre en conducción rápida. Hemos circulado sin pensar en el consumo, a buen ritmo, con atascos frecuentes.
La caja de cambios TL4 de seis velocidades, fabricada en Sevilla, tiene un tacto bueno, con guiados precisos y marchas bien escalonadas. El pomo del selector del cambio, forrado de cuero, tiene un hilado demasiado grueso que hacia incómodo el manejo. Un defecto solo atribuible a esta unidad concreta.
Conclusión: El Renault Mégane Coupé-Cabrio es un buen coche para disfrutar cuando circulamos descapotados, ya que la baja rumorosidad de su motor y lo acertado de su aerodinámica evita turbulencias molestas, incluso si conducimos a velocidades por encima de las legales. Tiene cosas que no nos han gustado, pero las que sí nos han gustado son muchas más, lo que deja un balance positivo. Lo suficiente para decir que estamos antes un buen vehículo, bien acabado y con un tacto muy bueno. Un coche para todo el año y con un encanto especial, porque tal y como nos han mirado por la carretera, entendemos que es un vehículo bastante apreciado por el gran público. Aquí puedes configurar el Renault Mégane Coupé-Cabrio a tu gusto.
Texto: Antonio Guzman
Fotos: A.R. Sastre y G. Rodríguez
