Comparándolo con el modelo al que sustituye (un producto muy bien realizado en líneas generales), el nuevo Renault Mégane supone un gran avance en la mayoría de sus apartados (es más grande, seguro, estable, amplio y tiene unos acabados mejores).
El Renault Mégane es un compacto que nos parece muy recomendable por las posibilidades de equipamiento que presenta (un apartado que también se cuidaba el anterior modelo), por la dinámica de su bastidor (mucho más elaborada que la de su predecesor) y por el precio, que sigue siendo muy competitivo si valoramos la calidad del producto y su respectivo equipamiento.
Probamos la versión con motor diesel intermedia (105 CV), que ofrece unas buenas cualidades dinámicas, un consumo ajustado y un rendimiento mecánico destacable, si se tiene en cuenta la cilindrada (1.461 cm3). El Renault Mégane 1.5 dCi de 105 CV está disponible desde 18.100 € hasta 19.100 € (sin contar el equipamiento opcional).
Para empezar, el diseño de la carrocería y el concepto cambia por completo (ver dimensiones). Ahora las formas no son tan atrevidas, y sí más conservadoras, muy en la línea de sus competidores directos (Citroën C4, Peugeot 308, SEAT León, Opel Astra y Toyota Auris entre otros). Como en el caso del Citroën C4, el actual Mégane diferencia claramente la carrocería de tres y cinco puertas.
Interior
Sus mayores dimensiones y el nuevo diseño de su carrocería otorgan una mayor habitabilidad interior, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Por su parte, el maletero ha ganado 75 litros de capacidad (ahora alcanza los 405 litros).
El acceso al maletero se facilita por un umbral de carga muy bajo y una boca de carga amplia. La banqueta trasera separada en porciones 1/3 - 2/3, puede abatirse facilmente gracias a la presión de un boton situado en el umbral de la puerta, una de las soluciones mas sencillas y cómodas del segmento. Abatiendo los asientos traseros la capacidad del maletero aumenta hasta los 1.129 litros.
Cambia la postura al volante. En el anterior Mégane, la posición de los ocupantes delanteros era elevada, y la sensación de espacio era menor. En el actual el diseño permite mayores reglajes en el asiento, y se puede adoptar una postura más baja, si así lo desea el conductor.
La habitabilidad en las plazas traseras es correcta y no plantea problemas en altura a personas con una media de 1,80 cm. La banqueta es algo corta y la posición de los asientos es ligeramente sobreelevada.
Al reglaje del volante en altura y en profundidad se añaden los mandos de reglaje de los asientos. Se puede ajustar la inclinación de su respaldo y de su reposacabezas, modificar el reglaje de sujeción lumbar o incluso de regular la altura del respaldo (70 mm de carrera).
La instrumentación cambia por completo (ahora ofrece un cuadro mixto). Así, se utiliza la indicación analógica para el cuentarrevoluciones y la indicación digital para el velocímetro. Este último integra las funciones de velocidad, limitador-regulador de velocidad, niveles de combustible y temperatura, indicador de cierre de puertas y presión de neumáticos. Como suele ser habitual en Renault, el nuevo diseño de la instrumentación nos parece un acierto pleno. Incluso, resulta más ordenado y se accede a la información con mayor rapidez, gracias al cuidadoso orden de todos sus elementos.
El limitador y regulador de velocidad incorpora un nuevo interfaz. Cuando lo activamos, la velocidad de consigna, se indica en la parte alta para una mejor visualización. Además, se enciende un testigo luminoso como un círculo en torno al indicador de velocidad. En modo limitador, este círculo se vuelve de color rojo y la velocidad consignada se muestra intermitente cuando el conductor la rebasa. Esta solución técnica de colores nos permite ganar en rapidez y facilidad de manejo.
La ergonomía del interior está muy bien cuidada. Se accede sin problemas a todos los mandos, todo está perfectamente ordenado, es claro y sencillo de manejar. A diferencia del anterior modelo, ahora los mandos del equipo de sonido se sitúan en una zona más baja, justo a la altura de la palanca de cambios. En el modelo anterior se accedía mucho mejor a los mandos de la consola central (climatización y equipo de sonido).
El habitáculo ofrece un buen número de huecos para guardar objetos. Las bolsas de las puertas son bastante amplias. Debajo de la consola central y en el apoyabrazos hay dos huecos muy prácticos para dejar los objetos que habitualmente llevamos encima (móvil, cartera, llaves o incluso una lata de refresco). Al igual que el anterior Renault Mégane, el actual conserva los los útiles huecos bajo el piso delantero. Estos compatimentos son muy útiles para dejar otros objetos que se utilizan con menor asiduidad, pero que son útiles en un caso determinado (una linterna, chaleco o parte de la documentación).
Con tarjeta "manos libres"
Nuestra unidad, con acabado Dynamique, disponía del tradicional freno de mano mecánico. A diferencia del anterior modelo, que contaba con un tirador del freno “tipo avión”, nos resulta mucho más cómodo de manejar y parece que apenas ocupa espacio. Su acceso y manejo es tan bueno, que no echamos de menos uno eléctrico (lo puede equipar de forma opcional).
Todas las versiones del nuevo Renault Mégane siguen funcionando con tarjeta. En el caso de nuestra unidad con acabado Dynamique, el manejo de la tarjeta era convencional, es decir, como si utilizáramos una llave normal. Para apertura y cierre de las puertas se tiene que presionar el correspondiente botón que activa estas funciones. Para arracar el coche, es necesario insertar la tarjeta en la ranura situada debajo de los mandos del equipo de sonido. Desde la tarjeta se puede abrir el maletero de forma independiente y encender las luces a distancia (una función muy útil que se agradece cuando el coche se encuentra en una zona sin iluminación).
El motor se pone en funcionamiento mediante un botón (con un leve toque se pone en marcha). No hace falta mantenerlo apretado durante varios segundos y tampoco es necesario pisar el embrague o freno (siempre que el cambio se encuentra en “punto muerto”). En el nuevo Renault Laguna es necesario pisar uno de los dos pedales para ponerlo en marcha.
El sistema de climatización de nuestra unidad era bi-zona (permite al conductor y al pasajero delantero regular individualmente la temperatura de cada cual y personalizar el nivel de ventilación gracias a los mandos “Soft – Auto – Fast”). En modo automático, el sistema optimiza el confort térmico, acústico y rapidez en función de la temperatura elegida. El programa “Soft” da la prioridad a un caudal de aire más bajo. El modo “Fast” ventila de una forma más rápida el conjunto del habitáculo.
Por primera ver en un modelo de Renault, se ofrece un equipo de música con sonido tridimensional (este sistema está desarrollado en colaboracióncon ARkamys. Este tratamiento digital (3D) ofrece, entre otros, la posibilidad de adaptar el nivel sonoro al número de pasajeros en el vehículo. Para una mayor eficacia, la recepción de radio se hace gracias a una doble antena. Una de ellas exterior y la otra, serigrafiada en la luneta trasera.
El Renault Mégane incorpora asimismo un dispositivo de conectividad con una toma RCA de serie (esta toma puede ser muy útil para conectar un DVD portátil). Opcionalmente, en el acabado Dynamique, se puede incluir una toma usb (situada en la guantera), que permite conectar dispositivos de sonido externos (MP3 o un iPod).
Dentro de las posibilidades de equipamiento, se puede incorporar un techo panorámico eléctrico (nuestra unidad de pruebas lo equipaba). La zona acristalada cubre prácticamente todo el techo por fuera. Por dentro son dos huecos quedando fijo el trasero y movil el delantero. La parte acristalada que cubre las plazas delanteras puede abrirse mediante una ruleta giratoria muy fácil de utilizar. Cuesta 950 €.
Motor Diesel de 105 CV
Probamos el motor turbodiesel 1.5 dCi de 105 CV. Es probablemente una de las mecánicas más equilibradas de la gama, gracias a los buenos resultados que consigue en cuanto a consumo y prestaciones. También es un motor que rinde por encima de lo esperado y cumple con creces para mantener buenos cruceros en carretera (con cinco ocupantes adultos y aprovechando toda la capacidad del maletero). Su consumo es bajo en todo tipo de circunstancias. En Autovía, sin ocupantes ni equipaje y a una media de 120 km/h, nuestra unidad gastó 6,0 litros de media en un recorrido de unos 200 kilómetros. En condiciones de máxima exigencia (aprovechando todo el margen de revoluciones) el consumo de carburante se situó sobre los 9 litros. Al igual que el anterior modelo, el nuevo sigue prescindiendo del engorroso tapón de combustible.
A pesar de ser un motor de baja cilindrada que tiene que mover una masa de 1.290 kg, la respuesta por debajo de las 2.000 rpm es aceptable, y muy buena por encima de dicho régimen hasta 4.000 (régimen en el cual consigue la potencia máxima). Con menos fuerza, aunque con soltura, el motor es capaz de girar hasta prácticamente las 5.000 rpm.
Este motor se encuentra acoplado a un cambio manual de seis velocidades, que cuenta con unos desarrollos muy bien elegidos para favorecer el consumo y las prestaciones. El guiado (muy suave) permite manejarlo con la rapidez necesaria, aunque los recorridos son ligeramente largos.
Comportamiento
Uno de los puntos en los que más ha mejorado el nuevo Renault Mégane es en la puesta a punto del bastidor. A pesar de que las suspensiones cuentan, como es normal, con un recorrido amplio, las inclinaciones de la carrocería son progresivas tanto en compresión como en extensión. Esto se traduce en una gran sensación de seguridad cuando el coche apoya en curva (tanto en las zonas lentas como en las más rápidas). No se perciben movimientos parásitos que transmitan inseguridad o nerviosismo. La pisada del Renault Mégane 1.5 dCi de 105 CV es siempre muy sana. Por su parte, la estabilidad lineal también es muy buena (el coche mantiene la línea sin incomodas alteraciones). Además, es un coche con un gran nivel de adherencia y que hace trabajar muy bien al neumático para sacar lo mejor de sí (nuestra unidad de pruebas montaba neumáticos Continental ContiSportContact3 con medida de 205/50 en llanta de 17 pulgadas - ver foto -).
Otro detalle que nos sorprendió gratamente de su comportamiento, es el buen trabajo que realizan las suspensiones. Son muy confortables y absorber perfectamente los baches sin castigar lo más mínimo a los ocupantes. No encuentro un modelo de su categoría que absorba los baches de la forma que lo hace el Renault Mégane 1.5 dCi de 105 CV.
De esta forma, se puede decir que Renault ha conseguido un coche muy eficaz, confortable, fácil de conducir al límite y seguro de reacciones.
Otro elemento que cabe destacar de su dinámica, es el control de estabilidad. Sólo el Renault Laguna actual tiene un control de estabilidad tan trabajado y avanzado como el que tiene el nuevo Mégane.
Puede desconectarse por debajo de 40 km/h (para salir desde parado o a bajas velocidades en superficies de baja adherencia). Por encima, se activa automáticamente (tanto el control de estabilidad como el de tracción). Cuando interviene, lo hace de una forma más progresiva (no es brusco) y equilibrada. No es el típico ESP que te corta de raíz cuando el sistema detecta pérdida de adherencia. Da la sensación que las reacciones del chasis van en sintonía con el control de estabilidad, que sólo actúa cuando es necesario y lo justo para mantener el coche en la trazada correcta.
Suspensiones, dirección y frenos
En cuanto al diseño del bastidor, la arquitectura de las suspensiones es muy sencilla en ambos ejes. El tren delantero de tipo falso Mac Pherson está unido a una cuna soporte. Esta arquitectura permite limitar los desplazamientos laterales del soporte motor y garantizar una perfecta rigidez de guiado. El tren trasero es un eje elástico con un perfil de deformación programado. El eje tiene a partir de ahora forma cerrada, lo que posibilita un aumento de recorridos en torsión a la vez que se aligera el peso del conjunto.
La dirección asistida es eléctrica. Respecto a la del anterior Mégane mejora ostensiblemente. Ahora es más comunicativa, además de ser suficientemente rápida, suave y agradable de utilizar.
Como suele ser habitual en Renault, los frenos destacan por su eficacia y durabilidad cuando se les exige. El tacto del pedal no es demasiado esponjoso y el recorrido del pedal para encontrar la frenada deseada no es excesivamente largo. Los discos delanteros son ventilados de 296 mm y discos macizos de 260 mm en el tren trasero. De 100 a 0 km/h el Renault Mégane 1.5 dCi de 105 CV sólo necesita 37 metros para detenerse. El nuevo Ford Focus RS -un coche de mayores prestaciones- se detiene en 34,8 metros.
Las posibilidades de equipamiento son muy amplias. El Renault Mégane 1.5 dCi de 105 CV puede llegar a equiparse con sensor de lluvia, luz y aparcamiento (delantero y trasero), techo panorámico, control de estabilidad, opticas bixenón, tarjeta manos libres, navegador, conexión Bluetooth y airbag frontales, laterales y de cortina.
Agradecimientos: La unidad de pruebas ha sido cedida por cortesía de Arroyo S.A., concesionario oficial de Renault en Arroyo de la Encomienda - (Valladolid), Ctra. Burgos-Portugal, km 129. Tlf: +34983408910
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Renault Megane Berlina Dynamique 1.5 dCi 105 CV
Publicado el
30/01/2009 a las
00:29