El GTI de Renault ha dado un giro radical en concepto, tecnología y parte mecánica. Para empezar, gana en tamaño –parece un compacto de los de antes-, su motor ya no es el atmosférico de 2.0 litros de cilindrada, ahora sólo se vende con cambio automático y la carrocería únicamente está disponible con cinco puertas. En fin que, como puedes ver, poco o nada tiene que ver con el modelo al que sustituye.
Con detalles diferenciadores
Estéticamente, el nuevo Clio RS no esconde sus intenciones y, aunque prácticamente el aspecto es como el de cualquier “Clio Normal”, hay que reconocer que las llantas y el difusor trasero le dan un toque bastante racing. Por dentro, tampoco varía mucho respecto a sus hermanos de gama con el equipamiento más alto. Sin embargo, sí que hay detalles diferenciadores… como los toques de color rojo presentes en los cinturones de seguridad y las agujas de la instrumentación que lucen de una forma más visible. El rojo, es también protagonista en los pespuntes de los tapizados, en el punto cero del volante, en el cerco de los aireadores y en los junquillos de puertas. Por su parte, la palanca de velocidades presenta, a su vez, toques de rojo en el pomo y los pespuntes del fuelle.
Por lo demás, también encontramos detalles diferenciadores en los pedales y reposapiés fabricados en aluminio, una discreta placa con la leyenda ‘Renault Sport’ dispuesta en el extremo derecho del salpicadero y los asientos específicos de esta versión. Estos últimos, sin ser exageradamente envolventes, resultan equilibrados por sujeción y, sobre todo, confort. Además, no resultan duros, pero tampoco son blandos. Están tapizados en una tela de calidad normal y el diseño de sus fundas me recuerdan mucho a los asientos que montaba el añorado Supercinco GT Turbo. Los asientos traseros son más planos y no ofrecen el confort y la sujeción de los delanteros.
La posición al volante es muy buena, porque se consigue con facilidad y se va cómodo a los mandos, algo muy importante en un coche en el que la conducción es uno de los puntos fuertes.
La calidad de materiales y acabados es equivalente a la que podemos encontrar en un Clio con el nivel de equipamiento más alto. En este sentido, no encontramos ese plus de calidad que ofrecían las anteriores generaciones de este modelo, en las que se percibía un extra que le permitía diferenciarse de sus hermanos de gama, y nos hacía pensar que estábamos a los mandos de un producto más elitista y exclusivo.
Acceso a la telemetría del coche
Pero dejando de lado la calidad de los materiales del interior, que no es algo por lo que destaque especialmente este coche, uno de los elementos que más llama la atención cuando nos subimos al nuevo Clio R.S., es el monitor R-Link. Se trata de una práctica tablet que, además de ofrecernos muchas opciones multimedia y de navegación, en este Clio, adicionalmente, podremos acceder a la telemetría del coche. De esta manera, podremos consultar muchos datos, como, por ejemplo, el par motor y la potencia, la temperatura del agua, la temperatura del aire de admisión, la presión del turbo, la apertura de la mariposa, la presión de frenado, la temperatura del agua, el ángulo en el volante, el régimen del motor, la temperatura de los embragues de la caja EDC, el régimen del motor, el par en la rueda… etc
También podremos visualizar la esquemática interna de la caja EDC: la marcha metida, la relación preseleccionada y la temperatura del embrague. Y, además de todo esto, no nos faltarán datos sobre la medición de las aceleraciones longitudinales y laterales, y visualización de los valores máximos registrados.
Todos estos parámetros pueden guardarse en una llave USB. Así pues, pueden leerse después en el ordenador. Asimismo, la posición del vehículo puede proyectarse en un mapa en vista satélite, con todos los parámetros de conducción correspondientes visualizados en dinámico. Se puede registrar todo: una hora de conducción cabe en un archivo de tan solo 3 Mb.
Con otro estilo
Cuando nos adentramos en el apartado dinámico, vemos desde el primer momento que, este nuevo Clio, ha cambiado mucho, no sólo porque haya dado un giro radical en aspecto, tamaño o carrocería, también porque nada tiene que ver en cuanto a motor y comportamiento en carretera si lo comparamos con su más directo predecesor.
Si comenzamos por el motor, ya sabrás que el 2.0 atmosférico de 197 CV ha dejado paso a un nuevo 1.6 sobrealimentado de 200 CV. No es que suponga un gran cambio en cuanto a potencia y prestaciones se refiere, pero sí en su funcionamiento. Ahora, el nuevo, es un coche más utilizable cuando no toca correr, ya que entrega el par máximo más abajo (240 Nm a 1.750 rpm, en lugar de los 215 Nm a 5.400 rpm del anterior modelo). También permite que podamos ir en marchas más largas aplicando más carga al acelerador sin percibir esa sensación de que el coche vaya algo “ahogado”. En definitiva, que el nuevo Clio se aprovecha de las bondades de lo que viene a ofrecer un motor turbo, pero perdiendo ese encanto y elasticidad del buen atmosférico de gasolina que portaba su antecesor.
Si hablamos de prestaciones, las cifras son prácticamente clavadas a las del anterior R.S. Y es que, el nuevo Clio R.S., es capaz de de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos, tarda 27,1 segundos en recorrer 1000 metros con salida en parado y alcanza una velocidad punta de 230 km/h. Son unas cifras que en cierto modo siguen siendo respetables, pero cuando pones a prueba estos números en la vida real, la sensación es que no es tan rápido como parece. Además, el motor de este nuevo Clio R.S. tampoco tiene un rendimiento especialmente brillante, ni tiene un sonido de esos que te cautivan cuando te subes a un coche con cierto toque deportivo, ni presenta un aspecto muy agraciado cuando levantas el capó. En definitiva, que en muchos aspectos uno se acuerda demasiado del ‘viejo Clío’.
Cambio automático de doble embrague
Otras de las novedades más relevantes del pequeño modelo de Renault, es el cambio. Y es que, la caja manual de 6 velocidades, ha dejado paso a una automática de doble embrague con idénticas relaciones. Después de probarla a conciencia, debo decir que sigo prefiriendo la manual por rapidez de funcionamiento. No es que esta automática sea lenta, pero no es todo lo rápido que cabe esperar en un coche de este tipo, sobre todo cuando se trata de bajar marchas. Para manejarla de forma manual, se puede hacer desde la palanca de cambios, o bien, desde unas levas ubicadas detrás del volante (están fabricadas en un plástico de baja calidad y ofrecen un tacto algo artificial).
El consumo de carburante en condiciones reales, es más o menos el esperado en un coche de esta potencia. Circulando por carretera a un ritmo legal, nuestro Clio gastó una media de 7,7 litros a los 100 kilómetros. Ya en ciudad, esta media se disparó hasta los 13,1 l/100 km.
Menos deportivo y puede que más racional
Por lo que respecta al chasis, ahora el Renault Clio RS es un coche menos deportivo y radical en sus planteamientos. Por ejemplo, aquel punto de coche de carreras del Clío, ha dejado paso a un coche más fácil de conducir y con un nivel de confort que llega a ser exagerado para lo que cabe esperar en un R.S. puro y duro equipado con el chasis más deportivo, el ‘Cup’. Y es que, el Clío, incorpora unas suspensiones con demasiado recorrido que hacen que los balanceos sean mucho más acusados, perdiendo la efectividad de la que hacía gala el anterior modelo. Además, también es un coche bastante más subvirador, sobre todo en curva lenta. Y, aunque viene equipado de serie con un diferencial electrónico -que a mí no me ha terminado de convencer-, a la salida de las curvas hay una apreciable pérdida de tracción que hace trabajar a destajo al este diferencial, lo que limita la velocidad a la salida de las curvas más lentas –el funcionamiento es similar al de un control de tracción convencional-.
Tampoco quiero olvidarme de los frenos, que resultan muy buenos por tacto de pedal y por la potencia que muestran, incluso si se utilizan con frecuencia y conduciendo a un ritmo alto. En lo negativo, tan sólo me gustaría destacar la frenada algo inestable del Clío a altas velocidades. Siempre y cuando no tengamos la dirección perfectamente alineada cuando queremos parar el coche en línea recta y circulando previamente a altas velocidades, la parte trasera tiende a zigzagear algo más de lo deseado. El control de estabilidad mantiene bien el coche por su trayectoria en este tipo de condiciones.
Más equipado
En cuanto a equipamiento se refiere, el Clío es un coche muy bien dotado. Entre lo más importante, cabe destacar el amplificador de sonido que se encuentra en el interior del habitáculo, y que utiliza los altavoces para emitir sonidos digitalizados de varios modelos de la marca (el sonido resulta poco creíble, aunque es mejor tenerlo, que no tenerlo).
Además, este nuevo Clio también incorpora un modo más agresivo que hace que el coche sea algo más deportivo. Al pulsar el botón «R.S. Drive», se modifica al mismo tiempo la cartografía de la caja de velocidades (leyes de paso / tiempos de paso) y del motor (respuesta en el pedal y sonoridad), el comportamiento del ESC y del ASR, y el feeling de la dirección asistida. Este sistema funciona en 3 modos (‘Normal’, ‘Sport’ o ‘Race’) y moldea la personalidad de Nuevo Clio R.S. 200 EDC de forma claramente diferenciada, según los deseos y los usos.
Si hablamos de dinero, encontramos un precio que se ajusta a lo esperado en un coche con esta potencia y equipamiento. La versión de acceso está disponible desde 24.900 € (aquí puedes ver todos los precios de la gama Clio).
Conclusión: La versión más deportiva del Renault Clio ha cambiado de manera radical en sus planteamientos. A diferencia de las ediciones anteriores, esta nueva generación es menos deportiva en cuanto a sensaciones y chasis se refiere. Por lo que ahora es un coche más racional para el día a día, con un nivel de confort superior y con un equipamiento que crece de manera significativa.