Hemos probado en esta ocasión el Clio 1.6 16v de 110 cv en su versión Luxe Privilege, con carrocería de 5 puertas y dotado con una caja de velocidades automática secuencial Proactiva, de 4 marchas. La prueba ha sido realizada durante 1200 km incluyendo tramos de autovía, carreteras secundarias y trayectos urbanos. Durante esta prueba hemos sacado las siguientes conclusiones e impresiones.
Habitabilidad notable
La prueba se ha realizado con un conductor, y con dos sillas infantiles montadas detrás. El fin de el montaje de las sillas era determinar la capacidad y la habitabilidad de las plazas traseras con estos dispositivos ya que entendemos que en bastante ocasiones este coche será destinado como segundo coche de muchas familias con niños pequeños, susceptibles de usar estos dispositivos de seguridad. La silla utilizada en primer término fue una Britax Trio, de anclaje por cinturones, de las de tipo universal, pensada para un ámbito de masa de 9 a 36 kg. La segunda silla era un elevador Renault asociado al nuevo reposacabezas convertible adulto/niño diseñado para un ámbito de masa de 24 a 36 kg. Las dos sillas van perfectamente ajustadas gracias a la forma de la banqueta y el respaldo, que facilita que se puedan instalar firmemente los sistemas de retención infantiles que se anclan con cinturones. Hemos decidido realizar la prueba con este tipo de sillas porque son las mas extendidas del mercado aunque el Clio dispone de anclajes isofix en las plazas traseras y en el asiento del copiloto para aquellos usuarios que elijan este tipo de sillas infantiles.
La habitabilidad delantera es muy buena, teniendo en cuenta diversos factores. El primero mi altura, cerca de un metro noventa, la altura (incluso en el nivel mas bajo) del asiento del conductor y la falta de reglaje en profundidad del volante. Encontrar la mejor postura al volante no es difícil, pero quedamos un poco altos al volante. La altura del techo ayuda a no tener sensación de cercanía con el techo. Teniendo en cuenta que la postura es similar al del Mégane entendemos que es marca de la casa y que Renault a cuidado este aspecto que tanto tiene que ver con la seguridad en los impactos. Además, tal y como es la banqueta, más bien corta, la postura más elevada ayuda a no tener la sensación de que falta asiento. Pero sigo echando en falta en casi todos los compactos un reposabrazos. Sobre todo cuando se realizan trayectos largos. Sin él, nos obliga a llevar los brazos demasiado bajos y pegados al cuerpo.
A diferencia del Mégane, en el Clío no golpeamos con aristas de plástico ni en la consola ni en la puerta. No puedo decir si un conductor mas bajo le da la misma sensación, pero parece que en el Clío han solucionado este problema.
Visibilidad y maletero
El campo de visión es muy bueno en casi todas las direcciones. Digo casi porque cuando elevamos los apoyacabezas traseros, bastante voluminosos, reducimos mucho el campo de visión trasero. En esto tengo que comentar algo curioso. A pesar de lo alto que se va, no vemos el capo salvo las nervaduras laterales del mismo. Es la única referencia dimensional de lo que esta entre nosotros y el paragolpes.
El maletero, sorprendente. Muy aprovechable, fuimos capaces de meter una maleta mediana, un coche de niño plegable y varias bolsas. Para ser un compacto, es muy aprovechable ya que el cubremaletero esta mas alto. Viene completamente tapizado lo que le da una sensación de acabado muy buena.
Su interior
El volante esta forrado de cuero de tacto agradable. La forma y el grosor son correctos. Todos los mandos son conocidos de otros modelos Renault. Tienen buen tacto, su funcionamiento es sencillo y parecen sólidos. El modelo de la prueba dispone de climatizador que trabaja muy bien y es capaz de enfriar todo el volumen de aire del coche rápidamente. En estos días de tanto calor (la temperatura exterior a llegado a 35 grados según el coche), no hemos bajado de 22 grados en modo auto para tener una sensación térmica ideal. De todas formas, hemos echado de menos un botón de apagado del clima.
El funcionamiento es completamente automático, salvo en la función de desempañado y de la luneta térmica, que hay que pulsar dos botones aparte. Cuando desconectamos el aire acondicionado, sigue funcionando el ventilador, y hay que pulsar varias veces el botón del ventilador para anularlo. La solución del clima del laguna, con botón de apagado, nos parece mejor para esos días donde no hace falta ni siquiera el flujo de aire. Mejor pulsar un botón que cincoÂ…Solo un “pero” a los mandos. El botón que activa el regulador/limitador esta casi escondido. Para activarlo hay que ir a tientas. Creemos que no han cuidado este aspecto. Reagrupar los botones del ESP (que no se debe tocar normalmente) la intensidad de la iluminación del cuadro y el regulador/limitador no tiene mucho sentido cuando este ultimo se puede utilizar bastante teniendo en cuenta que es un elemento de seguridad que cada vez se usa mas. Y la posición, muy baja, de la botonera es poco accesible.
Prima la sencillez
El cuadro de mandos es de fácil lectura y tiene una iluminación ámbar uniforme y de una intensidad, en su punto máximo, que no deslumbra. Tiene regulación manual de la intensidad.
Los asientos tienen un mullido bastante confortable, mas duro el respaldo que el asiento. Falta sujeción lateral ya que no tiene casi nada. No es que en un coche así vayamos a realizar una conducción extremadamente deportiva, pero agilizamos la marcha y nos encontramos con curvas los asientos no ayudan mucho. La tapicería es muy agradable, tanto a la vista como al tacto y parece que se puede limpiar bien. Además, no es calurosa.
Tiene bastante huecos para dejar esas pequeñas cosas que siempre nos llenan los bolsillos y una guantera bastante grande donde nos cabe la documentación, el juego de luces y dos chalecos y nos quedara sitio para más.
Fácil de conducir
El Clío es un coche fácil de conducir, aunque no es uno de esos coches que transmita sensaciones y diversión al volante. En su acabado Privilege monta unas suspensiones algo más blandas que en el Dynamique. Cuando atravesamos alguna ondulación o un cambio de rasante, la carrocería responde con ciertas oscilaciones parásitas que se deben en parte a unos amortiguadores que son más bien blandos a la extensión. Cuando aumentamos el ritmo en curva rápida el Clío nos invita a aminorar la marcha, aunque mantiene la línea sin mayores problemas.
En líneas generales es un coche estable, con empaque de coche mas grande, sobre todo en autovías –su concepto de “batalla larga” dice mucho en este sentido-. Esta versión no lleva ESP que es opcional, pero salvo que hagamos el salvaje con el coche, no le sacaremos los colores.
Tenemos que hacer especial mención de la dirección eléctrica que equipa el utilitario galo. Realmente nos ha gustado mucho en ciudad, donde se aprecia mas la gran asistencia y nos facilita mucho circular y maniobrar por la ciudad. Pero en carretera es otra historia. La asistencia disminuye pero tan levemente que nos parece una dirección de chicle. No decimos que el coche no vaya por donde le decimos con el volante, pero no notamos nada de lo que pasa en las ruedas. Es una dirección precisa, pero nos resulta muy artificial.
Motor 1.6 litros de 110 cv
Con una cilindrada de 1.598 cc (a base de unos pistones de 79,5 mm de diámetro y 80,5 mm de carrera) el K4M 800 proporciona una potencia de 110 CV (medidos a 6.000 vueltas) con un par motor de 151 Nm a 4.250 vueltas. Asociado a una caja de velocidades manual de cinco marchas puede alcanzar los 186 km/h y un consumo de combustible de 6,1 litros cada 100 kilómetros en recorrido extra urbano, según declara el fabricante.
Este motor K4M dispone de un sistema desfasador del árbol de levas de admisión conocido también por sus siglas en inglés VVT (Variable Valve Timming) mediante el cual varía su calado inicial hasta 45º en continuo con el fin de producir un incremento instantáneo de potencia. Cuando el calculador detecta que la velocidad de hundimiento del acelerador supera un valor establecido, produce este desfasado, que desaparece cuando la presión sobre el pedal del acelerador, se reduce.
Transmisión automática
Nuestra unidad de pruebas incorporaba la caja de velocidades automática con mando secuencial y leyes proactivas. Mediante esta estrategia, el umbral de cambio de velocidades se adapta a tres tipos de informaciones principales: motor, perfil de la carretera y perfil del conductor. Para ello integra información procedente de los periféricos del motor para conocer si trabaja a ralentí, plena carga o en fase de calentamiento.
Fundamentalmente recomendamos éste cambio para aquellos conductores que valoren el confort y la facilidad de uso por encima de otros parámetros. Es un cambio fácil de utilizar pero que penaliza demasiado al motor, con una sensación como si el 1.6 litros de 110 cv fuera de una cilindrada y potencia inferiores.
Quizás no le vendría mal un reajuste en las para sacarle más partido a la mecánica. Con el manual podemos obtener mejores prestaciones en ciertas condiciones y nos permite más libertad de movimientos.
El Clio es uno de los utilitarios con mayor equipamiento de seguridad y confort –también es de los más caros- , cuenta con elementos como la tarjeta manos libres, navegador y los faros de iluminación en cruce y de xenón que pueden ser interesantes para un buen número de conductores.
En definitiva, este Clio es un coche muy recomendable para aquellos que quieran un compacto realizado con una calidad por encima de la media, con detalles de equipamiento interesantes, con una buena habitabilidad y con un comportamiento dinámico estimable y seguro.