Porsche 911 GT3 R Hybrid se presenta en el Salón de Ginebra el próxima día dos de marzo. Destinado en principio y únicamente para rodar en circuitos de competición como prototipo, será a partir de 2012 cuando se pueda ver en la siguiente generación del Porsche 911 que ya prepara la firma alemana (ver vídeo de este modelo).
Porsche ofrecerá una versión híbrida en la segunda generación del SUV Cayenne y también en la nueva berlina Porsche Panamera pero con un sistema de propulsión diferente al que monta este modelo.
Propulsión híbrida inédita
Partiendo de la base mecánica y técnica del Porsche 911 GT3 RSR, el Porsche 911 GT3 R Hybrid monta un motor de gasolina en disposición clásica bóxer, de cuatro litros de cilindrada, que desarrolla una potencia máxima de 480 caballos y montado sobre el eje trasero, como todos los Porsche 911.
Este sistema híbrido ha sido realizado por la especialista Williams Hybrid Power, una empresa filial de la escudería Williams F1 y se asemeja más al concepto tecnológico del sistema de recuperación de energía cinética KERS (Kinetic Energy Recovery System).
El sistema de propulsión que monta el Porsche 911 GT3 R Hybrid es totalmente diferente a lo que actualmente se monta en modelos de producción en serie como el nuevo Volkswagen Touareg (tienes más información sobre la mecánica híbrida del SUV de Volkswagen, aquí) y cuyo mismo propulsor híbrido se montará en la segunda generación del Porsche Cayenne.
Si en el eje trasero se monta el motor de combustión térmica, en el eje delantero hay dos pequeños motores eléctricos que se encargan de mover las ruedas de este eje (ver imagen).
Pero, la novedad reside en la total ausencia de baterías de almacenamiento de la energía cinética y en la sustitución de este elemento por los dos motores eléctricos del eje delantero que, se encargan de convertir la energía cinética generada en las frenadas y retenciones del motor en corriente eléctrica, energía que se transmite a un volante de inercia, capaz de almacenar, en un sólo giro de hasta 40.000 revoluciones, nada menos que 120 kilowatios de potencia o, lo que es lo mismo, 160 caballos de vapor de un motor de combustión.
Demanda de potencia
Cuando el conductor demande una mayor potencia, sólo tiene que pulsar un botón del salpicadero para que, durante poco más de siete segundos, los 120 kilowatios adicionales, se pongan a su entera disposición, pudiendo afrontar una recta tras salir de una curva, a máxima potencia, con un total de 640 caballos.
Texto: Francisco Romero