A Peugeot siempre se le ha dado bien eso de diseñar y fabricar buenos utilitarios. Desde que lanzara al mercado el 205 en 1983, la firma gala no ha dejado de cosechar éxitos y buenos productos. Con la llegada del 208, modelo que sustituye al 207, Peugeot se ha esforzado para que su nuevo utilitario entre con fuerza en el mercado y se sitúe en lo más alto de la lista de ventas. Parece que lo están consiguiendo.
Desde el primer impacto visual, se nota que Peugeot lo ha dado todo para ofrecer un producto superventas que se posicione como uno de los utilitarios de referencia. Lo que más me ha sorprendido, además de un diseño bastante deportivo y atractivo, es que los estándares de calidad están por encima de la media.
Mejorando lo presente
Bien es cierto, que el 207 es un producto que ya estaba bastante bien en líneas generales, y a mí me parecía un coche bastante logrado y recomendable, no obstante, Peugeot no se ha dormido en los laureles y, con el 208, ha querido dar otro salto más para colocarse entre los mejores de la categoría y superar con creces a sus más directos rivales como, por ejemplo, el Renault Clio o el Ford Fiesta.
Curiosamente, si lo comparamos con su predecesor, el 208 es un coche más pequeño (su longitud y altura es 7 cm y 1 cm inferior respectivamente). Sin embargo, esta reducción de tamaño no ha afectado a su habitabilidad y capacidad de maletero. Por ejemplo, en las plazas traseras hay 5 cm extra en longitud para las rodillas y el maletero incrementa su volumen en 15 litros.
Por dentro, es cierto que no es de los utilitarios más amplios, pero a mi me gusta que tenga ese espíritu de urbano y coche pequeño.
La posición al volante es algo elevada. Por su parte, los asientos, sin ser malos, creo que podían ser mejores en términos de ergonomía, pero esto ya son gustos personales no extensibles a otro tipo de usuarios.
El volante es muy pequeño, cosa que me encanta, ya que facilita su uso y deja un mayor espacio para los brazos. Al ser tan pequeño, la instrumentación está ubicada por encima del volante. Dependiendo de la altura del conductor y de la posición del volante en altura, es posible que el aro del mismo oculte la parte inferior del cuadro.
Diseño atractivo y buena calidad de realización
El interior resulta muy agradable a la vista. Además, transmite una gran calidad de construcción y la calidad de los materiales está a la altura de los mejores de su categoría. A destacar queda la parte más visible del salpicadero, que está recubierta con un plástico blando mate de buen tacto y mejor aspecto. También hay plásticos rígidos, pero éstos están bien terminados y presentan un aspecto cuidado.
El cuadro de mandos me encanta por diseño e iluminación. Además, muestra la información de forma clara y ordenada, y toda la tipografía resulta moderna.
Pantalla táctil multifunción
Las versiones de mayor equipamiento incorpora una pantalla táctil de 7 pulgadas en la que se pueden controlar el sistema de navegación, el equipo de sonido, el ordenador de a bordo y ajustes varios del vehículo. Aunque no me ha parecido tan claro y aparentemente ordenado como el R-Link de Renault, es un muy buen sistema y presenta una interfaz y tipografía moderna.
El habitáculo tiene una capacidad de almacenaje normal. Sin ser escasa ni peor que la mayoría de sus rivales, sí que es cierto que se echa en falta algún hueco extra o, al menos, algunas zonas algo más capaces. De todas formas, como digo, todo se ajusta a lo que se espera en un coche de este tamaño.
El maletero, tal y como he comentado al principio, ha ganado en capacidad respecto al Peugeot 207. Su volumen en condiciones normales es de 285 litros, una cifra que puede aumentar hasta los 1.070 litros si se abaten los respaldos de las plazas traseras en proporción 60/40.
Las formas de todo el entorno del maletero son regulares, lo que permite aprovecharlo al máximo. Además, está equipado con cuatro ganchos que nos permiten instalar una red elástica. Sin embargo, lo más llamativo, es que la rueda de repuesto es del mismo tamaño que el resto y, por si fuera poco, la llanta es de aleación ligera.
Motor Diésel de 1.6 litros y 92 CV
El Peugeot 208 presenta una renovada gama de propulsores de baja cilindrada que apuestan por unas emisiones y consumo reducidos. Nosotros hemos probado el Diésel de 92 CV, una mecánica que, a priori, debería ser la más exitosa de todas las presentes.
Este motor no hace que el Peugeot 208 sea un coche especialmente rápido o dinámico, pero cumple más que de sobra con la utilización que se va a realizar en un coche de este tipo.
Como buen HDI que se precie, es una mecánica suave y agradable de utilizar, no obstante, me gustaría que la entrega del par y la potencia fuera un poco más progresiva y que, sobre todo, la respuesta en la zona baja del cuentavueltas fuera mucho más enérgica.
Este pequeño motor de 1.6 litros está asociado a un cambio manual de cinco velocidades, que cuenta con unos desarrollos adecuados, aunque también hay que decir que son ligeramente largos. El tacto es bueno, y el guiado nos permite moverlo con soltura, sin embargo, los recorridos del mismo son demasiado largos.
El consumo es uno de los puntos fuertes de esta versión. Te puedes hartar de hacer kilómetros y kilómetros sin pasar por una estación de servicio, lo que es algo a valorar teniendo en cuenta los tiempos que corren. Según nuestras mediciones, este 208 ha sido capaz de consumir poco más de cinco litros en ciudad, unos 4,6 litros en carretera circulando a velocidades legales y 6 litros de media circulando a un ritmo más ligero en una carretera de segundo orden.
Correcto en carretera y ágil en ciudad
Las suspensiones, que realizan correctamente su trabajo, me han parecido algo firmes en compresión y bastante más blandas en extensión. Esto hace que los baches se noten algo más de lo deseado y que la carrocería tienda a extender bastante cuando se circula muy rápido con asfalto bacheado. Si llevamos al coche por la línea y el firme está perfecto, el comportamiento mejora considerablemente, aunque hay que tener en cuenta que no se trata de una versión deportiva, sino de un utilitario normal.
Por lo demás, la dirección cuenta con un tarado suave que nos agrada la conducción en ciudad o a bajas velocidades, y los frenos responden con distancias cortas sin agotarse en exceso cuando se utilizan con mucha frecuencia.
Precio y equipamiento
El Peugeot 208 está disponible con tres niveles de acabado (Access, Active y Allure). Nosotros hemos probado el más lujoso y costoso (Allure) asociado a la serie especial "Intuitive". Como podrás suponer, el equipamiento de serie es muy completo, y está formado por asientos delanteros deportivos, climatizador automático bi-zona, faros direccionales de xenón con luz diurna, volante de cuero regulable en altura y profundidad, apoyabrazos delantero, detalles cromados en frontal, sistema de aparcamiento asistido, llantas de aleación de 16 pulgadas, Park Assist (primer modelo de Peugeot en montar este sistema de aparcamiento asistido), llantas específicas Hélium de 16 pulgadas y lunas traseras sobretintadas.
Una versión tan equipada no es precisamente barata y, para disfrutar de un 208 tan equipado, tendrás que desembolsar unos 17.000 €. No obstante, siempre puedes optar por la versión más económica, que en estos momentos está disponible por menos de 10.000 € siempre y cuando te acojas al Plan PIVE.
Conclusión: El nuevo Peugeot 208 es uno de esos coches con atractivo que engancha nada más verlo. Una vez que lo pruebas, resulta ser un coche satisfactorio que consigue convencerte. La versión Diésel de 92 CV gasta muy poco carburante y resulta bastante refinada, aunque se echa de menos una mejor respuesta a bajos regímenes. Su comportamiento en carretera resulta correcto y, en ciudad, se desenvuelve perfectamente.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A.R. Sastre y G. Rodríguez