Opel Insignia 1.6 Turbo Cosmo es una berlina de cinco puertas que pasa por nuestras manos para someterla a una exhaustiva prueba. Con un precio de 26.010 euros, incluye un completo equipamiento de serie y una potente mecánica para disfrutar cómodamente de trayectos largos.
Rival de modelos como el Alfa Romeo 159, Citroën C5, Ford Mondeo, Mazda6, Peugeot 407, Renault Laguna, SEAT Exeo, Toyota Avensis o Volkswagen Passat, presenta una calidad de fabricación nunca antes vista en un modelo de Opel, pudiendo hacer frente a berlinas de mayor porte como el Audi A4 o BMW Serie 3.
Un chasis excepcional
Partiendo del magnífico bastidor del Opel Insignia, construido sobre una nueva plataforma, nuestra unidad contaba con el sistema de suspensión adaptativa FlexRide y que dispone de tres leyes de funcionamiento, Normal, Tour y Sport, estando, por defecto, en modo Normal (se pueden seleccionar mediante estos botones ubicados en la consola central). Al seleccionar cualquiera de los modos Tour o Sport, el recorrido del acelerador varía con respecto al modo Normal.
En carretera convencional o en autopista, seleccionamos el modo Tour. Con este programa, la suspensión se ablanda y se aprecia un leve balanceo de la carrocería cuando tomamos curvas a alta velocidad. Aún así, la excelente configuración de la suspensión, reforzada con este sistema, hace que los viajes sean totalmente placenteros, filtrando con precisión todas las irregularidades de la carretera.
Decidimos probar el comportamiento dinámico del Opel Insignia 1.6 Turbo Cosmo en carreteras viradas, con muchas curvas y, para ello, seleccionamos el modo Sport. Sabemos que este modo se encuentra activado porque la iluminación del cuadro de instrumentos cambia a un deportivo color rojo (ver imagen); el recorrido del pedal del acelerador vuelve a cambiar, la aguja del cuentarrevoluciones sube muy rápidamente hasta el corte de inyección a cada demanda de potencia que exigimos y se endurece el tacto de la dirección. La suspensión se endurece pero, igual que el modo Tour, filtra todas las irregularidades del terreno y la respuesta de la dirección es más precisa y directa.
En cualquiera de los dos modos, la dirección se comporta impecablemente, obedeciendo a todas nuestras órdenes y rectificando, perfectamente, la trayectoria cuando ha sido necesario. Además, traza las curvas con decisión y fácilmente.
A diferencia de otros modelos rivales, en los que el control de estabilidad ESP es muy intrusivo, en el Opel Insignia 1.6 Turbo Cosmo ocurre todo lo contrario, echándose de menos, en algunas ocasiones, su intervención, especialmente al salir de las curvas a gran velocidad donde se percibe una leve falta de tracción.
Nuestra unidad de pruebas equipaba unos neumáticos Continental ContiSport Contact 3 con medida 245/45 R18. Su nivel de adherencia nos pareció muy bueno tanto en seco como en mojado. La rueda de repuesta está debajo de la moqueta del maletero. Su tamaño es inferior y la marca del mismo es distinta (Bridgestone Turanza ER 300con medida 225/55 R17 97W y llanta de acero).
Mecánica para disfrutar
La mecánica de cuatro cilindros, 1,6 litros de cubicaje y 180 caballos que equipaba nuestro Opel Insignia es la versión mecánica intermedia de la oferta de propulsores de gasolina de la berlina. Es una versión aconsejable para aquellos que disfrutan viajando los fines de semana y en vacaciones.
Acoplado a una transmisión manual de seis velocidades, es fácil poder alcanzar un régimen de giro de 7.000 revoluciones por minuto, pudiendo alcanzar en tercera una velocidad de 160 km/h, lo cual es indicativo de que se puede usar esta velocidad para incrementar la potencia y realizar adelantamiento con gran facilidad, en parte, gracias a la acción del turbocompresor de bajo soplado.
Cabe destacar que percibimos un tacto algo brusco a la hora de acelerar y de cambiar de marcha (tanto al subir como al reducir), quizá un comportamiento algo impropio en una berlina que debe buscar una puesta a punto algo más refinada. También percibimos algún que otro vacío de potencia a lo largo del margen de utilización que ofrece este motor.
El capó que cubre el motor está fabricado en aluminio y no de acero. Además está sujeto con dos amortiguadores que facilitan mucho la maniobra cuando tenemos que abririlo y cerrarlo.
Circulando a velocidad legal en autopista, el consumo medio homologado por la marca en 7,9 litros cada cien kilómetros, se puede rebajar en poco más de dos décimas, hasta dejarlo en unos 7,6 litros cada cien kilómetros, si bien con las posibilidades que ofrece el motor, muy suave, progresivo y extremadamente silencioso, es posible alcanzar los 11 litros de consumo. Practicando una conducción extrema, exigiendo lo máximo de este motor, el consumo de carburante puede alcanzar los 19 litros.
Interior amplio, cómodo y de buena calidad
Al acceder al interior del Opel Insignia 1.6 Turbo Cosmo, nos damos cuenta enseguida del alto nivel de calidad del mismo, de fabricación y de materiales, además de la especial atención prestada a los detalles, no existiendo tolerancias entre las uniones de las piezas.
Aún así, hay algunos botones de la consola central o piezas como los tiradores de las puertas realizados en un plástico de imitación a aluminio, cuyo resultado podría ser mejor, más en un acabado que se supone es el más alto de la gama.
Dado que el nivel de acabado de la unidad probada es el más lujoso, todos los asientos están tapizados en cuero, siendo especialmente cómodos los del conductor y del acompañante. Además, la base de estos asientos cuenta con una extensión ajustable para reposar las piernas y disponen de múltiples posibilidades de regulación, de ajuste eléctrico, por lo que adaptarse al puesto de conducción es muy fácil. Esta facilidad se acentúa, aún más, con la regulación en altura y profundidad de la columna de dirección, por lo que personas de tallas de hasta 1,80 metros pueden encontrar una buena y cómoda postura de conducción. Por su parte, el asiento del acompañante combina la regulación eléctrica y manual. Únicamente se puede regular eléctricamente el ajuste lumbar y la altura del del asiento (ver imagen).
El puesto de conducción ofrece un amplio espacio en el que se pueden estirar los brazos y los codos sin rozar con los paneles laterales. Sin embargo, no nos resultaba muy cómodo manejar la palanca de cambios (solíamos presionar inconscientemente con el brazo este mando giratorio cuando insertábamos la segunda velocidad).
La consola central sirve de separación entre cada una de las plazas delanteras y contiene todos los controles de climatización, radio y sonido a la mano del conductor. Su aspecto es muy atractivo y moderno, aunque da la sensación de que hay demasiado botón para favorecer un manejo más rápido, intuitivo y que distraiga lo menos posible a la hora de conducir. Hay dispositivos, como el control de crucero, que son complicados de manejar. Para ponerlo en funcionamiento, hay que realizar una serie de acciones, entre el botón que lo activa y el regulador de velocidad, que nos costaba activar.
Nos gustó mucho el mando que gestiona el funcionamiento de las luces; es muy fácil de manejar y las funciones del mismo están bien agrupadas (ver imagen).
El freno de mano es eléctrico. No se activa automáticamente cuando apagamos el motor, tal y como ocurre, por ejemplo, en un Renault Laguna. Por otra parte, cuando lo activamos en marcha, frena de una forma brusca, sin que actúe ningún dispositivo de seguridad que anule este tipo de acciones. Se activa desde este pulsador.
A diferencia de otras berlinas (por ejemplo, un BMW Serie 3), el interior del Insignia es práctico y funcional. No echamos en falta huecos y compartimentos para guardar objetos. El apoyabrazos central es amplio y práctico. Por su parte, la guantera cuenta con bastante capacidad para guardar el chaleco reflectante, la documentación y algún que otro objeto extra. Casi todos los compartimentos están tapizados, salvo el cajón que se encuentra debajo del mando que controla las luces.
Plazas traseras limitadas
Aunque el espacio, a lo ancho, de las plazas traseras es muy bueno, no lo es tanto el espacio para la cabeza de los pasajeros traseros. Personas con una talla de 1,80 metros no viajarán excesivamente cómodas, al rozar la cabeza con el techo, una desventaja del diseño de pseudo-coupé de la carrocería, con una pronunciada caída del techo hacia el portón trasero. Además, los amplios montantes traseros tampoco facilitaban demasiado la visión al conductor.
Aún así, el espacio para estirar las piernas y los brazos es suficiente. Para mayor comodidad de los pasajeros traseros, en el respaldo de la plaza central se aloja una bandeja replegable que nos permite apoyar los brazos, acceder al maletero, guardar pequeños objetos y dejar en sus soportes alguna lata de refresco o botella de agua. Para completar el paquete de confort, los paneles de las puertas integran bolsas rígidas para guardar objetos y entre los dos asientos de las plazas delateras hay un una toma de 12V y un difusor para disfrutar de una mejor climatización. Las tres plazas traseras cuentan con reposacabezas regulable en altura y un pequeño plafón en el techo que, sin iluminar demasiado, si que aporta la luz necesaria en casos de escasa iluminación.
Amplia capacidad de maletero
Nuestra unidad de pruebas disponía de cinco puertas, un punto a favor para aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece el amplio maletero. Éste, ofrece un volumen de 530 litros de capacidad, totalmente aprovechable gracias a las regulares formas del hueco destinado a equipaje. Aunque es la misma cifra de volumen que la versión de cuatro puertas, la apertura del portón trasero nos permite poder introducir objetos voluminosos en el mismo.
En la parte derecha del maletero los triángulos de señalización quedan perfectamente sujetos (ver imagen) y en la parte izquierda hay una red que permite guardar pequeños objetos (ver imagen). Abatiendo el respaldo de los asientos traseros en proporción 60/40, el volumen aumenta hasta 1.530 litros, a pesar de disponer de una rueda de repuesto de tamaño normal bajo el piso del mismo (ver imagen).
Equipamiento completo y de alta tecnología
Además del equipamiento de serie que trae el acabado Cosmo, compuesto por climatizador electrónico, airbags de cortina para las plazas delanteras y traseras, airbags delanteros y laterales, control electrónico de estabilidad ESP PLUS, control electrónico de tracción TC Plus y sistema de frenos ABS, entre otros elementos.
Nuestra unidad de pruebas disponía de algunos elementos opcionales como suspensión adaptativa FlexRide, sistema de reconocimiento de señales Opel Eye con aviso de cambio de carril involuntario LDW, Paquete Sport Plus, sensores de aparcamiento delantero y trasero y equipo de sonido Infinity, todos ellos valorados en 4.658 euros.
Aunque el sistema de reconocimiento de señales Opel Eye es aconsejable para incrementar nuestra seguridad, pudimos comprobar que la microcámara ubicada tras el espejo retrovisor interior que reconoce las señales de la vía estaba desajustada, ya que, en algunas ocasiones, nos transmitía la limitación de velocidad de las salidas de las vías rápidas.
Por el contrario, el aviso de cambio involuntario de carril LDW funcionó a la perfección. Realizamos varias pruebas, todas sin activar la intermitencia izquierda y pudimos comprobar que, al pisar la línea, el sistema emitía una señal acústica avisándonos del peligro.
Otro de los sistemas que incluía en el equipamiento opcional era el sistema de iluminación AFL+, de faros bixenón adaptativos con iluminación diurna mediante LED. Este sistema de iluminación viene integrado en el Paquete Sport Plus, formado por climatizador electrónico de doble zona, freno de estacionamiento eléctrico y el pack visibilidad, compuesto por sensores de luces y lluvia y espejo retrovisor interior fotocromático.
Texto: Francisco Romero
Fotos: A.R. Sastre, G.R. y Opel