Desde la desaparición del Almera, Nissan no ha contado con un compacto en su gama para competir con sus rivales –el Tiida, que fue un experimento fallido, no cuenta-. Con el nuevo Pulsar, la marca japonesa no ha pretendido revolucionar el segmento, ni lanzar al mercado una referencia que logre destacar en algo. Simplemente, encontramos un coche sencillo, correcto y sin grandes aspiraciones.
Por fuera, no es un coche que trate de emocionar. Salvo la parte frontal, que hay que reconocer que tiene su gracia, en general el diseño del Pulsar no es muy estilizado. No obstante, gracias a la generosa distancia entre ejes y a un aspecto que logra asemejarse algo al de un SUV, encontramos un coche muy amplio por dentro. Sobre todo destaca el espacio disponible en las plazas posteriores, que es de lo mejor de su segmento y que ofrece un espacio para las piernas realmente generoso.
Los asientos son otro cantar, y no lo digo porque sean incómodos, sino porque no resultan demasiado ergonómicos y envolventes, sobre todo por banqueta y en las plazas traseras. El guarnecido de los mismos, que es de un tejido sintético, también deja bastante que desear en cuanto a calidad se refiere. No obstante, ya va siendo algo muy extendido en muchos coches del mercado.
La calidad de los materiales del interior tampoco es demasiado buena. En este sentido, encontramos demasiado plástico duro y poco consistente, más propio de lo que podemos encontrar en un modelo urbano, que en un coche perteneciente al segmento C.
El maletero tiene una capacidad normal. Sus 385 litros son suficientes para cubrir cualquier tipo de necesidad, aunque no es uno de los mejores en este apartado. Como suele ser habitual, los respaldos de los asientos posteriores pueden abatirse. En este tipo de condiciones, los asientos no quedan enrasados con el piso del maletero, pero conseguimos una capacidad máxima de 1.395 litros.
La posición a los mandos es correcta y hay suficientes reglajes para ir cómodo. Nissan ha simplificado mucho todos los mandos y, gracias a ello, todo se maneja y localiza correctamente. En el centro del salpicadero, encontramos la típica pantalla multifunción desde la que se pueden gestionar varios ajustes del vehículo, además de ver el asistente de aparcamiento –la calidad de las cámaras no es demasiado buena, aunque disponemos de una vista cenital-.
Una mecánica muy económica
La opción diesel del Pulsar incorpora el motor de cuatro cilindros 1.5 dCi turbodiesel. Esta unidad de 110 CV de sexta generación, es más suave, más eficiente y más refinada que las versiones anteriores. Los cambios realizados en la parte interna del motor han proporcionado un funcionamiento más silencioso y una reducción de las vibraciones mientras que el peso del conjunto se ha reducido gracias al uso de componentes más ligeros.
Adaptado específicamente para el Pulsar, dispone de numerosos elementos de ahorro de combustible como el sistema Stop-Start de serie. Para este motor se ha trabajado en la reducción de ruidos y vibraciones del sistema que ahora es más suave y con una puesta en marcha casi imperceptible.
Nissan ha trabajado de manera efectiva en la usabilidad del sistema Stop-Start del Pulsar, con una electrónica de control del proceso de puesta en marcha más refinada. Por ejemplo, si el conductor gira las ruedas de manera notable con el coche detenido, lo que podría entrañar riesgo de bloquear el volante, el sistema Stop-Start pone el coche en marcha antes de que el conductor acelere.
Además de ser un motor bastante refinado y suave en su funcionamiento, ofrece unas prestaciones más que correctas para cubrir todo tipo de necesidades. Con esto no quiero decir que sea un coche rápido, pero se mueve por encima de lo esperado y no se le ve limitado. Por consumo, es un coche brillante, ya que, en condiciones normales, obtuvimos una media de unos 5 litros a los 100 kilómetros.
Dinámicamente, no estamos ante un velocista, ni ante el mejor coche de su segmento. Simplemente es un coche que cumple con un confort aceptable y unas reacciones seguras y predecibles, gracias a todas las ayudas electrónicas que funcionan perfectamente para mantener la trazada correcta.
El tacto de conducción es exageradamente artificial, muy en la línea de otros modelos de Nissan y Renault. El guiado del cambio responde de manera suave, siendo los pedales menos refinados en su funcionamiento. Por su parte, lo peor del conjunto, es la dirección. Bien es cierto que se maneja con muy poco esfuerzo, pero no comunica absolutamente nada.
La versión Diésel de 110 CV está disponible con cuatro niveles de acabado; Visia, Acenta, N-TEC y Tekna. El primero y más básico de ellos, equipa de serie aire acondicionado, Stop & Start, seis airbags, conectividad Bluetooth, llantas de aleación, climatizador bi-zona, Auto Pack (con faros automáticos, limpiaparabrisas automáticos, retrovisor interior con sistema anti-deslumbramiento automático y llave inteligente Nissan con botón de arranque), además del volante y el pomo del cambio forrados en cuero. Esta versión está disponible desde 20.250 €, un precio que no resulta especialmente bajo (consultar todos los precios).
Conclusión: El nuevo compacto de Nissan es un coche que no te vuelve loco en la parte emocional, pero que cumple -con sus luces y sombras-, correctamente en casi todos los apartados. En un segmento tan competido, uno espera que el nivel entre todos los contrincantes sea aterrador, sin embargo, todavía seguimos encontrando coches que creemos que deberían mejorar. En el caso del Pulsar, la calidad del interior y el tacto de conducción deberían ser mejor, no obstante, encontramos un motor Diésel que resulta refinado y que gasta realmente poco en casi todo tipo de condiciones. La habitabilidad del interior también es uno de sus puntos fuertes.