Es la versión más extrema, potente y deportiva de toda la gama. Equipa un motor 1.6 litros turbo de 184 y, en el caso de nuestra unidad de pruebas, la mecánica está asociada a un cambio manual de seis velocidades y a un sistema de tracción integral. Esta versión se puede adquirir desde 31.000 € (ver configurador).
El MINI Countryman Cooper S ALL4 está destinado para aquellos conductores que buscan un coche con una estética muy personal, con cierta amplitud interior, con un tacto deportivo y un motor potente que es capaz de ofrecer muy buenas prestaciones.
Cargado de diseño
Como todos los modelos de la firma de origen británico, la estética es uno de los puntos fuertes. Te podrá gustar más o menos, pero hay que reconocer que es un coche original y con mucha personalidad, sin duda, una de las asignaturas pendientes de la mayoría de los modelos que hay en el mercado.
En el caso de nuestra unidad de pruebas, la carrocería tiene un diseño muy agresivo, gracias, en gran medida, a las llantas de aleación de 18 pulgadas pintadas en negro mate y a las inserciones de fibra de carbono que están presentes en los retrovisores e intermitentes laterales.
El interior sigue la misma tónica de la carrocería, con el negro como color dominante. Todos los plásticos oscuros se combinan con inserciones de imitación metálica y fibra de carbono.
El habitáculo ofrece una buena sensación de amplitud, ya que la altura de la carrocería es generosa. En las plazas delanteras el espacio es bueno en todas las cotas.
Asientos
El puesto del conductor presenta una posición sobreelevada, incluso cuando bajamos el asiento al máximo. Los asientos de nuestra unidad estaban forrados en un cuero de grano fino que ofrecía un buen tacto –la funda de cuero tenía un buen grosor y una calidad aparente bastante buena-.
Estéticamente, los asientos están inspirados en los diseños que ofrecía MINI en las décadas de los 60 y 70.
Por ergonomía, me han parecido mejorables, y no sólo por sujeción lateral (que es muy pobre), sino porque nunca terminé de encontrarme cómodo (puede que la banqueta y el respaldo fueran demasiado planos, al menos para mi gusto). Para un adulto de estatura media (1,75 cm, aproximadamente) la banqueta le quedará algo corta, aunque el respaldo cubrirá la espalda por completo.
Los reposacabezas no quedan lejos de la cabeza y se pueden regular en altura, con un total de cuatro posiciones (ver imagen).
Los dos asientos delanteros cuentan con las habituales regulaciones en altura y longitud.
En los asientos traseros encontramos los mismos inconvenientes que en los delanteros, a lo que hay que sumar la carencia de un apoyabrazos central (se echa mucho de menos). Los reposacabezas quedan cerca de la cabeza y, al igual que los de los asientos delanteros, únicamente se pueden regular en altura (en el caso de los traseros, en tres posiciones).
Una ventaja que tienen los asientos traseros, es que se pueden regular en longitud y se puede inclinar el respaldo. Cuando retiramos el asiento hacia atrás, el espacio que tenemos para las piernas está bastante conseguido, al menos el que cabe esperar en un coche de poco más de 4 metros de largo. Para los pies tenemos menos sitio, ya que las salidas de ventilación del sistema de climatización restan espacio.
En todos los asientos, salvo en el del conductor, se pueden instalar dispositivos de retención infantil de los grupos 0 (hasta 10 Kg), 0+ (hasta 13 Kg), I (de 9 a 18 Kg), II (de 15 a 25 Kg), III (de 22 a 36 Kg). La instalación de estos dispositivos me ha parecido sencilla y las sillitas quedan perfectamente ancladas.
El acceso al habitáculo es muy cómodo, ya que la altura de la carrocería y del asiento facilitan mucho dicha maniobra. Además, la boca de acceso es amplia y la banqueta y el respaldo son muy planos.
La apertura y el cierre de las puertas no transmiten la calidad esperada. Aunque se muestran muy sólidas, no nos han gustado por varios motivos: Primero, los tiradores de las puertas integran un gatillo de apertura que está muy duro y resulta muy incómodo. Segundo, las bisagras de las puertas tienen tres posiciones muy marcadas que restan suavidad en la apertura y cierre, aunque también permiten que las puertas queden perfectamente fijadas, algo que se agradece cuando queremos que permanezcan sujetas cuando el coche esta estacionado en una vía con una leve inclinación o en días de mucho viento. Por último, el cierre de las puertas no es malo, pero debería estar más amortiguado.
Huecos y compartimentos
Aunque el interior tiene un diseño retro bastante atractivo y llamativo, me ha parecido poco práctico (hay pocos huecos, todos ofrecen poca capacidad y son de difícil acceso).
El conductor dispone de una bolsa rígida situada en el panel de la puerta (ver imagen), una diminuta bandeja ubicada en el pie de la consola y dos posavasos situados delante del mando del cambio (ver imagen).
El acompañante cuenta con una guantera iluminada y climatizada que ofrece suficiente capacidad para guardar la documentación, el chaleco de señalización y algún que otro objeto extra que no sea muy voluminoso (ver imagen).
Encima del túnel de transmisión hay un rail bastante ingenioso que divide los asientos y da mucho juego para dejar ciertos objetos, como unas gafas, un bote de refresco o un teléfono móvil (comercialmente, esta solución, se denomina “MINI Centre Rail”).
La fijación de los diferentes módulos de almacenamiento se lleva a cabo mediante unos clips que permiten acoplar e intercambiar, según las necesidades, otros módulos portaobjetos adicionales. Los portaobjetos y los adaptadores de fijación pueden desplazarse libremente hacia adelante o atrás a lo largo del MINI Centre Rail. Si se fijan dispositivos electrónicos como teléfonos móviles o unidades MP3, éstos se conectan automáticamente al sistema de entretenimiento de a bordo del coche a través de los cables tendidos del Centre Rail.
Por lo demás, los pasajeros de las plazas traseras disponen de dos compartimentos en los paneles de las puertas y dos bolsas en la parte posterior de los respaldos de los asientos delanteros.
Salvo la guantera que está delante del asiento del acompañante, ninguno de los huecos y compartimentos están revestidos, ni cuentan con fondos de goma o similar.
Mandos: disposición y funcionamiento
Para bien y para mal, el MINI Countryman es un modelo que está condenado por el diseño, y eso se nota, fundamentalmente, por la disposición de la mayoría de los mandos.
Como suele ser habitual en los modelos de MINI, el velocímetro está situado en la parte central del salpicadero (ver imagen). En las versiones equipadas con sistema de navegación, el velocímetro se ve realmente mal y distrae demasiado si queremos ver la velocidad a la que circulamos, no obstante, el cuentarrevoluciones, que se encuentra delante del volante y más a la vista, integra un pequeño display en el que se puede ver la velocidad mediante dígitos.
La mayoría de los mandos tienen un acceso complicado (sobre todo los que están situados en la consola central). Tampoco terminan de ser intuitivos y distraen demasiado cuando conducimos. Para accionar cualquier función o consultar un dato, hay que invertir demasiado tiempo para localizar el mando y, posteriormente, accionarlo.
El velocímetro integra, en su interior, una pantalla multifunción desde la que se puede visualizar mucha información sobre el ordenador de a bordo, equipo de sonido, climatización, teléfono y ajustes del vehículo entre lo más destacable (ver imagen). Cuenta con una interfaz gráfica bastante clara y moderna en la que, fundamentalmente, impera el atractivo del diseño. Se puede navegar mediante un mando situado detrás del mando del cambio. Es tan fácil e intuitivo de manejar que, cuando uno ya está habituado a utilizarlo, se puede manipular sin apartar la vista de la carretera o de la pantalla.
Todos los mandos ofrecen un tacto sólido y de calidad, aunque unos más que otros. Los que mejor tacto ofrecen, son las palancas metálicas que activan los elevalunas y el cierre centralizado. También me gustó el funcionamiento de los mandos que permiten accionar los limpiaparabrisas, el alumbrado exterior y las luces de señalización (ver imagen). El resto de los mandos son precisos pero su tacto es normal.
El freno de mano es mecánico y resulta poco convencional, ya que el mando que lo acciona no es la tradicional palanca que tondos conocemos, sino una especie de tirador muy similar a la que equipaba un Renault Mégane de segunda generación (ver imagen). Su manejo requiere de muy poco esfuerzo y es suave, aunque tiene demasiado recorrido. Respecto a un mando convencional, puede que libere algo de espacio, pero tampoco supone una mejora, al menos bajo mi punto de vista.
Equipo de sonido y climatizador
Nuestra unidad de pruebas equipaba un equipo de audio firmado por “Harman Kardon”. El sonido que ofrece es bastante limpio y potente (se nota que es un equipo opcional de mayor calidad). Gestiona tanto discos CD con mp3/wma/cd audio, como reproductores MP3 conectados vía Jack y USB.
Hay tomas USB en la guantera (la de nuestra unidad no funcionaba) y otra entre los dos asientos delanteros. También hay una toma Jack en esa misma ubicación (ver imagen).
El climatizador ha funcionado correctamente durante toda la prueba. Ha sido capaz de enfriar y calentar el habitáculo rápidamente sin tener que utilizar la máxima potencia del sistema de ventilación. Los asientos de nuestra unidad disponían de calefacción (al igual que el sistema de climatización, siempre ha funcionado con mucha rapidez y eficacia).
La climatización es mejor en las plazas delanteras que en las traseras, sin embargo, los pasajeros traseros disponen de conductos de ventilación para los pies, lo cual se agradece.
Acabados interiores
La calidad de los materiales y el ensamblaje de muchas piezas no se corresponden con la categoría y precio que tiene este Countryman tan deportivo. Las partes más visibles del salpicadero y paneles de las puertas presentan un recubrimiento sintético de tacto blando y reducido espesor. El resto de materiales son plásticos de aspecto y acabado sencillo, quizá demasiado.
Además de calidad, a todas las zonas del interior les falta algo de solidez y mejor ajuste entre piezas. Hemos detectado algún que otro fallo de acabado. Por ejemplo, las inserciones de “fibra de carbono” que adornan la consola central y uno de los difusores del sistema de climatización no estaban bien ajustadas. Además, algunas zonas de la consola central, del velocímetro y cuentarrevoluciones respondían con crujidos al realizar una ligera presión sobre ellos.
Hay otras cosas que también nos han parecido mejorables. Por ejemplo, el cierre de la guantera no está muy cuidado y todos los mecanismos que nos permiten ajustar los reglajes de los asientos son duros y requieren de mucho esfuerzo por parte del usuario (sobre todo para mover longitudinalmente los asientos traseros).
Nueva iluminación ambiental
MINI ofrece un paquete opcional de iluminación que hace que el habitáculo adquiera una atmósfera especial. El color de la luz se puede cambiar de modo continuo, variando desde naranja cálido hasta el azul deportivo. Estas luces están presentes en los tiradores de las puertas, en el techo y en el "MINI Centre Rail". Por lo demás, la iluminación del interior es escasa. Tan sólo hay dos puntos de luz en la parte más alta de parabrisas y en el piso.
Maletero
Tiene una capacidad de 350 litros (a la vista parece mucho más pequeño de lo que indica la cifra oficial). Las formas de todo su entorno son bastante regulares y el piso es completamente plano, lo que facilita mucho la carga y descarga (ver imagen).
Para aumentar la capacidad de carga, se pueden abatir los dos asientos traseros. Cuando se realiza esa operación, el volumen aumenta hasta los 1.170 litros. Cuando abatimos los asientos traseros, éstos quedan casi enrasados con el piso, lo malo es que, al ser independientes, el piso no queda totalmente plano (ver imagen).
Debajo del piso del maletero hay un compartimento muy amplio en el que se pueden guardar, como en el caso de nuestra unidad de pruebas, las herramientas para sustituir una rueda en caso de pinchazo, los triángulos de señalización, un botiquín, el gato, el juego de las luces de repuesto y hasta un extintor (ver imagen). Tan sólo el gato (que estaba muy bien guardado en una bolsa específica) estaba sujeto mediante dos cintas. El resto de objetos quedaban sueltos. Este compartimento, esta cubierto por una bandeja muy sólida y bien fabricada que se abate perfectamente.
Todo el entorno del maletero esta revestido con un guarnecido de calidad que tiene un tacto bastante suave y agradable. Ese mismo material está presente en el piso del maletero y en las alfombrillas.
El portón que cubre el maletero está sustentado por dos amortiguadores. Éstos, hacen que la apertura sea muy progresiva y ligeramente pesada. Por el contrario, el cierre es más rápido y requiere de menos esfuerzo por parte del usuario.
Motor 1.6 litros Turbo de 184 CV
El MINI Countryman Cooper S ALL4 está propulsado por un motor turbo de gasolina que tiene una cilindrada de 1.6 litros. Ofrece una potencia de 184 CV a 5.500 rpm y un par máximo de 240 Nm entre 2.400 y 5.000 rpm (ver motor).
Pese a que tiene que lastrar un peso de 1.455 kg, un sistema de tracción integral y unos desarrollos que son más bien largos, su funcionamiento, rendimiento y respuesta son muy sorprendentes.
Es un motor que rinde de maravilla, que se le nota con fuerza y que es capaz de obtener muy buena respuesta, aceleración y prestaciones. De hecho, acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h, a la que se llega con relativa facilidad.
Nosotros hemos detectado un par de cosas que, quizá, podrían haberse mejorado. En primer lugar, es probable que el coche se cale en ocasiones cuando salimos desde parado, y es que la tracción integral se nota más de lo que parece en este tipo de situaciones. No es algo que ocurra con asiduidad, aunque es recomendable jugar bien con el gas y el embrague en estos casos. Por otra parte, aunque el motor ofrece un rendimiento excelente, nosotros hemos detectado un pequeño bache de potencia, no demasiado importante, a 3.500 rpm.
Además de tener un buen rendimiento, es un motor muy suave de utilizar y apenas transmite vibraciones y resonancias parásitas al interior. De hecho, cuando gira al ralentí, parece que el motor está apagado.
El consumo de carburante es elevado o, al menos, creemos que se ajusta a lo que cabe esperar en uno coche de este peso, transmisión y potencia. A velocidades legales en carretera, el consumo del MINI Countryman Cooper S ALL4 puede variar entre 7,5 y 10 litros, cifra que varía dependiendo de si nos movemos en circuito urbano o carretera.
Si decidimos exprimir el motor al máximo y disfrutar de una conducción más deportiva, el consumo de carburante se puede incrementar hasta los 13 litros de media, una cifra que ya comienza a ser considerable.
El capó que cubre el motor está fabricado en aluminio y, además, está asistido por dos amortiguadores que facilitan mucho la maniobra de apertura y cierre.
El tapón del depósito de carburante es de rosca. Si repostamos, podemos dejarlo fijo en un soporte específico para dicha función, se agradece (ver imagen).
En marcha
El tacto que tienen todos los mandos de control (dirección, pedales y cambio) está bien conseguido para que la conducción sea agradable.
El tacto que tiene el cambio manual de seis velocidades es sólido y permite que podamos manejarlo con suavidad o rapidez, según se requiera.
El MINI Countryman Cooper S ALL4 es una versión deportiva por tacto, y no tanto por eficacia y comportamiento. Transmite un tacto deportivo gracias a la dirección (es muy directa y copia cualquier insinuación por parte del conductor, por muy pequeña que sea) y por la dureza que transmite la suspensión.
Aunque la suspensión es firme, no es un coche incómodo. La delantera absorbe muy bien los baches y, la trasera, hace lo propio pero con algún que otro rebote algo más seco.
Los balanceos de la carrocería están bien contenidos y el control de masas es bastante correcto, y más teniendo en cuenta que se trata de un coche pesado.
Cuando circulamos en ciudad o en carretera a un ritmo ágil sin ser a una velocidad excesivamente elevada, aunque sí respetable, es un coche con tacto deportivo y divertido de conducir. También es un coche que transmite bastante seguridad al volante y tiene unas reacciones bastante fáciles y predecibles cuando se sobrepasan los límites de adherencia, incluso con el control de estabilidad desconectado.
Cuando se trata de sacar el máximo partido al motor, el MINI Countryman Cooper S ALL4 es un coche algo más torpe, ya que el subviraje aparece muy pronto, sobre todo en las curvas más lentas. No obstante, el tren trasero da bastante juego para jugar con él y contrarrestar ligeramente esa tendencia subviradora tan marcada.
Pese a que la dirección es muy directa, el MINI Countryman Cooper S ALL4 no es un coche particularmente rápido a la hora de cambiar de dirección, aunque tampoco es excesivamente torpe.
Si buscas un tacto más deportivo. Se puede endurecer la dirección y mejorar la respuesta del acelerador. Estas dos funciones se pueden activar pulsando un botón (denominado “Sport”) que está situado en la consola central.
Frenos, neumáticos y alumbrado
Los frenos, sin ser malos, podían ser algo más potentes, sobre todo cuando abusamos de ellos en carreteras con muchas curvas. En ese tipo de situaciones, desfallecen con rapidez. El tacto del pedal tampoco es excesivamente malo, aunque es demasiado esponjoso para lo que cabe esperar en una versión deportiva tan espacial como ésta.
Los neumáticos se han comportado bastante bien en seco y en mojado, con un nivel de adherencia bastante bueno. Nuestra unidad de pruebas equipaba unos GoodYear efficientGRIp Runflat con medida 225/45 R18 con código de carga "91" y de velocidad "W” (ver imagen).
La calidad de rodadura es destacable, ya que el MINI ofrece una pisada contundente y un nivel de ruidos y vibraciones muy bajos. En carretera, el nivel de ruidos es normal, y los que más se imponen, aunque no en exceso, son los producidos por la aerodinámica y el motor (este último, en menor medida). De todas formas, es de recibo comentar que nuestra unidad de pruebas estaba equipada con un techo panorámico, así que sin él, es probable que se pudieran mitigar algo más los ruidos aerodinámicos.
Todo el alumbrado de los grupos ópticos es de mucha calidad. Nuestra unidad de pruebas equipaba unos faros de xenón que ofrecían una iluminación amplia y potente.
Para finalizar, hay que hablar del precio y del equipamiento. El precio de salida de la versión que nos ocupa es de 31.000 €, una cifra que se puede aumentar considerablemente si decidimos personalizarlo y completar su equipamiento (aquí puedes configurarlo).
Conclusión: Si eres un fan de MINI y necesitas algo más de espacio y versatilidad, el Countryman puede ser la alternativa que andabas buscando. Además, sino quieres perder ese toque deportivo de las versiones más prestacionales de la firma de origen británico, el Cooper S puede ser la elección acertada si te gusta disfrutar de un motor potente que es capaz de ofrecer muy buenas prestaciones.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A. R. Sastre, G. Rodríguez y MINI