El Mazda5 es la propuesta del fabricante japonés para las familias que demandan un monovolúmen de siete plazas en disposición 2+3+2 (ver imagen). En esta ocasión, probamos la única versión Diesel que ofrece la gama, se trata del 1.6 CRTD de 115 CV. Se puede adquirir desde 22.500 € (aquí puedes configurar la versión que buscas).
Interior
Por dentro, encontramos el espacio habitual que hay en este tipo de familiares de unos 4,5 metros de largo. El espacio longitudinal es bastante correcto, en altura es bueno y en anchura es algo justo.
Los materiales utilizados para revestir el interior son plásticos rígidos (de aspecto normal) y algún revestimiento textil con escaso mullido. Respecto a la mayoría de sus rivales europeos, la calidad percibida y la sensación de solidez es ligeramente inferior. El ensamblaje de piezas es correcto y no hemos detectado grandes fallos de acabado, salvo que el salpicadero debería ser más sólido y debería estar mejor sujeto a la carrocería (en nuestra unidad solía temblar levemente cuando manejábamos el cambio con mucho ímpetu).
Los asientos delanteros son confortables por mullido y tienen un tejido textil que parece bastante sufrido. Lo peor de todo es que no tienen demasiada sujeción, ya que la banqueta y el respaldo son demasiado planos. Los cinturones de seguridad cuentan con regulación en altura. Se agradece.
En el respaldo de los asientos delanteros hay dos reposabrazos muy prácticos que favorecen mucho el confort cuando se circula durante mucho tiempo en carretera (ver imagen).
La posición al volante es sobreelevada, aunque las personas de altura generosa no tendrán problemas para adaptarse bien a los mandos. El asiento del conductor tiene las regulaciones habituales en altura, inclinación, lumbar y longitud.
Los reposacabezas únicamente se pueden regular en altura en cuatro posiciones prefijadas (ver imagen). Pese a que tienen una ligera inclinación hacia adelante, no es suficiente para ubicarlos en la posición ideal.
Los asientos traseros son cómodos para dos adultos sentados en las plazas laterales de la segunda fila, además, dos niños con sistemas de retención infantil de cualquier grupo viajarán sin problemas. El espacio disponible para las piernas es muy bueno, siempre que los asientos delanteros no estén muy retrasados.
La plaza central de la segunda fila tiene su utilidad, ya que si se abate, se convierte en un pequeño reposabrazos (ver imagen) o un cesto para guardar objetos (ver imagen), por ejemplo. Además, si la desplazamos, deja un pasillo que nos permite acceder a la tercera fila o para introducir objetos largos.
El acceso a la tercera fila se realiza perfectamente, ya que la boca de acceso es amplia. Además, los asientos de la segunda fila se pueden abatir para facilitar, aún más, el acceso (ver imagen). Estas plazas son recomendables para niños o para adultos que no superen 1,80 de altura -si viajan adultos de mayor altura, tendrán que ir con las piernas encogidas-. Si los ocupantes de la tercera fila necesitan más espacio para las piernas, la segunda fila de asientos puede desplazarse hacia delante, en proporción 60/40.
Huecos y compartimentos
Existen varios huecos repartidos por el interior del habitáculo que contribuyen a dar mayor capacidad de almacenaje o, en el caso de tener a niños como pasajeros, tener espacios suficientes para sus necesidades de almacenamiento. El hueco que menos nos ha gustado, por capacidad, es la guantera (es poco espaciosa, está dividida en dos huecos y solo es suficiente para meter la documentación y alguna cosa más).
El conductor tiene varios huecos; una bolsa rígida en la puerta y dos huecos en la parte izquierda del salpicadero (ver imagen).
El pasajero delantero tiene delante de él, un hueco largo y poco profundo con un pequeño resalte para poner algún objeto. Este compartimento no es muy útil, ya que los objetos se caen con facilidad cuando el coche está en movimiento (ver imagen).
En el plafón delantero hay pequeño porta-gafas con tapa amortiguada que únicamente sirve para guardar unas gafas pequeñas.
En la consola tenemos un hueco pequeño y profundo –está situado justo detrás del selector del cambio- (ver imagen).
Al lado del mando del freno de mano, tenemos dos posavasos y un pequeño hueco al final de la consola, accesible para la segunda fila de asientos (ver imagen).
En la segunda fila de asientos, tenemos unos huecos debajo de las banquetas de las plazas laterales con diferentes funcionalidades, y unas bandejas abatibles integradas en los respaldos de los asientos delanteros.
En las plazas de la tercera fila hay un posavasos situados en los paneles laterales. El plástico de esta zona es el de peor calidad de todo el habitáculo y se raya con suma facilidad.
Ninguno de los compartimentos están revestidos para evitar ruidos y para que los objetos más delicados puedan rayarse.
Puertas correderas
Las puertas que nos permiten acceder a las plazas traseras son correderas (ver imagen). Esto hace que el acceso sea muy sencillo y confortable. En función del equipamiento, el mecanismo de cierre y apertura puede ser eléctrico o manual (nuestra unidad de pruebas carecía de asistente eléctrico). En SOBRECOCHES.com hemos probado los dos, y la verdad es que el manual cumple más que de sobra, ya que las puertas se abren con suma facilidad y con muy poco esfuerzo. Además, el cierre está muy bien amortiguado.
Las puertas que dan acceso a las plazas laterales también son muy suaves de manejar, algo habitual en la mayoría de los coches japoneses.
Maletero
Tiene una capacidad enorme, está muy bien terminado y completamente guarnecido en moqueta de pelo corto (ver imagen). Los paneles laterales son de plástico duro y aspecto muy sencillo –tienen reposabrazos y posavasos-.
Está equipado una toma de corriente, una tapa con acceso a herramientas en el lateral izquierdo (ver imagen), una cincha regulable para sujetar un objeto como un extintor o similar, cuatro ganchos para poner una red elástica, una guantera con tapa con otra cincha dentro y un punto de luz que alumbra muy poco. No entendemos como para un maletero tan grande tenemos tan poca luz.
El maletero está cubierto con una bandeja enrollable en la que no podemos poner ningún objeto pesado, además, no tiene un alojamiento especial en caso de utilizar las plazas de la tercera fila de asientos.
Debajo del suelo del maletero tenemos el alojamiento del triángulo de preseñalización y la rueda de repuesto de uso temporal, así como espacio suficiente para poner herramientas y pequeños objetos (ver imagen).
La capacidad del maletero se puede aumentar hasta los 1.485 litros si abatimos los asientos de la segunda y tercera fila. Estos quedan perfectamente enrasados con el suelo, cosa que se agradece (ver imagen).
El portón del maletero tiene apertura mecánica y no resulta demasiado pesado de manejar.
Mandos: disposición y funcionamiento
El cuadro de instrumentación tiene una tipografía moderna y legible. La iluminación es de color blanco para el velocímetro y tacómetro y de color ámbar para los testigos de la consola, puertas, mandos e indicadores. Es muy agradable a la vista y la intensidad está muy bien escogida. Tiene un reostato para regular la intensidad de la iluminación del cuadro y la posibilidad de alternar, de forma manual, entre la iluminación diurna y nocturna.
Los mandos del puesto de conducción están bien dispuestos, justo a mano. La iluminación del habitáculo es pobre, porque tiene pocos puntos de luz y de intensidad muy mejorable. Los parasoles tienen espejo y, en el acabado Style, no tienen ningún punto de luz (ver imagen).
La información del vehículo se presenta en dos pantallas: hay una pantalla, entre el velocímetro y el tacómetro, que presenta la información referente al nivel de carburante, el total de kilómetros recorridos y el parcial de kilómetros recorridos. Esta pantalla tiene una mala situación, porque hay que poner el volante muy bajo para verla sin problemas. Hay otra pantalla, situada en la parte superior del salpicadero, que muestra los datos referentes al ordenador de bordo, climatizador, equipo de audio así como la hora y la temperatura ambiental (ver imagen).
Los botones que accionan el menú del ordenador de bordo es sencillo e intuitivo. Este mando está situado en el brazo izquierdo del volante (ver mandos), junto con el control del equipo de audio, control por voz y la elección de la fuente de sonido. Nos ofrece datos sobre consumos, velocidades y distancias habituales en los ordenadores de viaje. En el brazo derecho del volante tenemos los botones del control de velocidad (ver mandos).
Los mandos dispuestos en el volante son buenos por tacto y funcionamiento –están bien anclados y no presentan movimientos extraños- (ver imagen).
El volante, forrado en cuero, tiene un tacto agradable, un aro con un grosor más bien delgado y un diámetro muy bueno. Tiene una buena regulación en profundidad y limitada en altura. Otros fabricantes deberían aprender de marcas como Mazda para diseñar y fabricar volantes en condiciones.
Sistema de climatización y equipo de sonido
El climatizador funciona correctamente, ya que es silencioso y se obtiene la temperatura deseada en poco tiempo. Los mandos están situados en la consola central -no tiene mandos específicos para las dos filas traseras y sólo se puede seleccionar una temperatura común para todo el habitáculo- (ver imagen).
El equipo de audio es bueno, con un sonido limpio y muy potente. Gestiona bien discos CD con mp3/wma/cd audio y reproductores MP3 conectados vía AUX. Este conector está situado al final de la consola, detrás del selector del cambio. Está protegido por una tapa de aspecto poco sofisticado pero de fácil acceso (ver imagen).
También disponemos de un sistema bluetooth con perfil de audio A2DP. El funcionamiento y emparejamiento del teléfono es un poco engorroso, ya que hay que seguir las instrucciones del sistema de control por voz. Una vez emparejado, todo funciona perfectamente -la emisión y la recepción de las llamadas son muy buenas y la gestión de la agenda del teléfono se hace de forma automática para el usuario-. La reproducción de audio vía bluetooth es perfecta.
El alumbrado del Mazda5 es muy bueno, porque alumbra muy bien y los sistemas de ayuda funcionan correctamente. Lleva luces de cruce y carretera de descarga de gas xenón que se activan automáticamente mediante un sensor crepuscular (ver imagen). Salvo las luces de cruce y carretera y la tercera luz de freno trasera, el resto son luces halógenas, tanto las delanteras como las traseras.
Los espejos tienen un tamaño correcto y la retro visibilidad no tiene ningún problema; los retrovisores son grandes y cubren un amplio campo de visión. Además, para las maniobras de aparcamiento o maniobras marcha atrás, contamos con un radar de parking trasero con aviso sonoro. No obstante, el Mazda5 no dispone de radar delantero ni cámara de visión trasera, algo criticable en un vehículo de estas características, en el que toda ayuda es poca -muchos de sus competidores si que equipan este tipo de ayudas complementarias-.
Motor Diesel de 115 CV
El Mazda5 únicamente está disponible con un motor Diesel de 1.6 litros con 115 CV (ver motor). Lo mejor de este motor es que es suave y refinado. Su rendimiento es muy bueno, y más si tenemos en cuenta que tiene que mover un vehículo pesado (1.490 kg) con una carrocería voluminosa. Con un ocupante y sin equipaje, mueve toda la masa con solvencia, siempre que no seamos exigentes. Con siete ocupantes o cinco ocupantes con mucho equipaje la respuesta es algo más limitada, aunque si nos movemos a velocidades legales y no somos muy exigentes con las prestaciones, termina dando la talla.
Por rendimiento es un motor que cumple, ya que se muestra voluntarioso, responde bien a bajos regímenes y sube de vueltas con alegría. El margen de utilización es más o menos el habitual en este tipo de motores; ofrece una respuesta bastante correcta a partir de las 1.700 rpm y la mantiene bien hasta las 3.600 rpm sin baches de potencia. Por encima de esa cifra, no merece mucho la pena seguir estirando el motor.
El consumo no me ha parecido especialmente bajo. Según nuestras mediciones, en carretera, circulando a una velocidad máxima de 120 km/h, hemos obtenido un consumo medio de 7,4 litros a los 100 kilómetros. Sin embargo, en ciudad aumenta considerablemente para situarse por encima de los 8 litros, una cifra que también es fácil de conseguir si circulamos a un ritmo alegre por carretera o vamos con muchos ocupantes o equipaje.
Este motor está asociado a un cambio manual de seis velocidades (ninguna versión ni motor del Mazda5 ofrece cambio automático). Tiene un guiado bastante preciso, siempre que no le pidamos mucha rapidez de movimientos, algo que no procede en un vehículo de estas características. Lo importante es que se maneja con suavidad y no es demasiado duro, incluso cuando la caja de cambios no tiene la temperatura adecuada.
Filtro de partículas limpio y exento de mantenimiento
El nuevo Mazda5 incorpora un nuevo sistema de filtro de partículas. Utiliza un catalizador de oxidación para elevar la temperatura de los gases de escape y mejorar la combustión de las partículas sólidas. Además, no requiere mantenimiento ni necesita aditivo, lo que supone una reducción de costes para el cliente.
En marcha
El Mazda5 tiene la buena pisada de los coches japoneses. Frente a muchos vehículos europeos, los nipones cuidan mucho la calidad de rodadura, para que el confort en orden de marcha sea bueno. La suspensión amortigua bien y mitiga mucho las imperfecciones del asfalto. Pese a que es un coche grande y pesado, la sensación cuando se conduce te dice lo contrario, algo muy a valorar.
En curvas de velocidad media y lenta es un coche bastante ágil, ya que el tren trasero tiende a cerrar la trayectoria con facilidad. En curva rápida, siempre que no nos movamos a una velocidad elevada, es un coche que se muestra asentado e igualmente ágil y estable.
Aunque no es un coche concebido para disfrutar de la conducción, el Mazda5 1.6 CRTD 115 CV es un coche agradable de conducir, ya que en todos los mandos mecánicos prima la suavidad. Además, en Mazda han conseguido que el 5 se maneje casi como un utilitario, algo que ninguno de sus principales rivales son incapaces de conseguir.
El Mazda5 ofrece un completo equipamiento de seguridad de serie, compuesto por seis airbags (delanteros, laterales y de cortina). Entre las medidas de seguridad activa destacan los grandes frenos de discos ventilados de 300 mm de las ruedas delanteras (278 mm en el caso de las llantas de 15 pulgadas), los frenos traseros de 302 mm (280 mm en el caso de las llantas de 15 pulgadas), ABS de cuatro canales, distribución de la fuerza de frenado (EBD), asistencia a la frenada, control de tracción (TCS) y DSC. Asimismo, se ha incorporado una señal de parada de emergencia (ESS) que advierte a los vehículos que circulan por detrás de una frenada brusca haciendo parpadear rápidamente las luces de emergencia.
Los modelos con llantas de 17 pulgadas (disponibles de serie en el acabado Luxury) incluyen el sistema de control de la presión de los neumáticos (TPMS). Adicionalmente, el Mazda5 ha sido el primero en incorporar el sistema de priorización del freno, que da prioridad al pedal del freno sobre el del acelerador en caso de pisar ambos simultáneamente, y ayuda a detener el vehículo de manera segura.
Nuestra unidad de pruebas equipaba unos neumáticos Toyo J48 205/55 R16 con código de carga "91" y de velocidad "V”. Su funcionamiento en seco nos ha parecido mejorable (ver imagen).
Los ruidos generados por la aerodinámica, rodadura y motor están más o menos en la media de su segmento. Sin ser un coche especialmente silencioso en carretera, no fatiga demasiado cuando se recorren muchos kilómetros a regímenes moderados.
Equipamiento
El nuevo Mazda5 ofrece un completo equipamiento, que facilita y hace más entretenido cualquier desplazamiento. La dotación de serie, disponible desde el acabado de acceso Active, incluye retrovisores eléctricos, aire acondicionado, asiento del conductor ajustable en altura, elevalunas eléctricos delanteros y traseros con función one touch en la ventana del conductor, siete asientos con funcionalidad Karakuri y cierre centralizado.
También forma parte del equipamiento de serie el nuevo sistema de radio CD con cuatro altavoces y tecnología de procesamiento de señales digitales (DSP), que reduce las interferencias. Por último, el doble sintonizador (exclusivo para Europa) asegura una correcta recepción de la radio. Cuenta, además, con un sistema de audio FIX-EQ que optimiza automáticamente las características del sonido en función del espacio interior, controles de audio en el volante y una toma AUX con la que pueden conectarse reproductores de MP3 al sistema de sonido del vehículo.
El acabado siguiente, denominado Style, añade elementos como ordenador de a bordo, control de crucero, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento, faros antiniebla delanteros, cristales traseros tintados, dos altavoces adicionales y llantas de aleación de 16 pulgadas, entre otros. Por último, el acabado Luxury ofrece faros de xenón, puertas correderas eléctricas, Bluetooth, control de presión de los neumáticos y llantas de aleación de 17 pulgadas.
El Mazda5 1.6 CRTD de 115 CV se puede adquirir desde 22.500 €, un precio que puede incrementarse hasta los 25.650 € de la versión tope de gama (Luxury). Opcionalmente, se puede incluir la pintura metalizada (cuesta 400 €) y una amplia gama de accesorios (más información).
Conclusión: La principal virtud que tiene el Mazda5, respecto a su feroz competencia, es en el apartado dinámico. Lo mejor que tiene el monovolúmen japonés es que se conduce y maneja como un utilitario, que cansa muy poco cuando se circula con el durante mucho tiempo y que tiene un maletero en el que puedes meter de todo. Las puertas correderas son una solución que otros no tienen, y que en un vehículo de este tipo son unas grandes aliadas para entrar y salir del habitáculo con mayor comodidad. Tan sólo debe mejorar en la calidad de la mayoría de los materiales interiores y de los asientos. Por precio, no es de los más económicos.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A.R. Sastre , G. Rodríguez y Mazda
