Lotus Elise es un descapotable deportivo de dos plazas que mide 3,80 metros de largo. Ahora presenta una imagen rediseñada y unas emisiones de C02 que lo convierten en el modelo más ecológico de la firma británica.
Se trata de un modelo de dos plazas que fue lanzado en 1996 tras dos años de intensos desarrollos y que marcó el renacimiento de la marca de deportivos británicos. Su nombre es un homenaje a Elisa, la nieta del presidente de la marca Romano Artioli.
Chasis: una obra de ingeniería británica
El chasis del Lotus Elise es construido por la empresa Hydro Aluminium y está realizado íntegramente con perfiles de aluminio extrusionado, soldados con resina epoxy y remachado, de forma, que se construye una estructura extremadamente rígida y ligera, con un peso de 68 kilogramos. El sistema de remachado permite aligerar el peso de la estructura frente al clásico sistema de soldadura, pues los cordones pueden aumentar el peso de forma significativa.
Los elementos de la suspensión también son de aluminio y los discos de freno están realizados en un compuesto de aluminio llamado “metal matrix”. Además, es significativo el peso de las llantas de aleación que, entre todas, sólo pesan 29,26 kilogramos.
El peso del conjunto es de sólo 876 kilogramos.
Diseño más aerodinámico
La carrocería del Lotus Elise ha sido rediseñada, mejorando el coeficiente de penetración aerodinámica en un cuatro por ciento, lo que significa que este valor, ahora, es de 0,32x, mejorando el consumo de combustible.
En la parte delantera, se adoptan unos nuevos faros, similares a los del Lotus Évora, que se extienden por las musculosas aletas. Los grupos ópticos delanteros cuentan con LED para la iluminación diurna DRL, función integrada en los faros principales y, los intermitentes, también funcionan mediante diodos emisores de luz.
En la zaga, se ha implantado un nuevo difusor que remarca el protagonismo de la misma, manteniendo el clásico diseño de dos dobles parejas de pilotos redondos, al estilo de modelos de Ferrari. Además, la carrocería cuenta con numerosas branquias de respiración y tomas de aire, especialmente en el paragolpes delantero, de gran tamaño, para surtir de un generoso caudal de aire al sistema de frenos.
Dado que el motor se encuentra ubicado en posición central, las branquias sobre el capó del mismo permiten extraer el aire caliente que genera la mecánica.
Interior espartano
El habitáculo del Lotus Elise es espartano y simple. Disponible únicamente con dos plazas, los asientos están posicionados muy bajos, el volante es de aro pequeño, la dirección no dispone de asistencia y prácticamente no existen elementos de confort como elevalunas eléctricos o un sistema de capota de accionamiento eléctrico. El único sistema que puede montar, opcionalmente, es un control de velocidad de crucero, todo ello con el único objetivo de que sea lo más liviano posible (este dispositivo se acciona desde este botón).
Motor trasero: tres versiones, una muy ecológica
El motor está colocado en la parte trasera, en disposición transversal, lo que permite una distribución de pesos en una relación de 40/60.
Lotus Elise S se ofrece con tres propulsores, todos ellos alimentados por gasolina (aquí tienes las especificaciones técnicas de todas las tres versiones disponibles). La versión más básica corresponde a un motor de origen Toyota de 1,6 litros de cubicaje que rinde 136 caballos a 6.400 revoluciones por minuto.
Está equipado con distribución variable de válvulas VVT-i Dual. Consiguen unas aceleraciones de cero a 100 km/h en sólo 6,7 segundos, con una velocidad máxima de 200 km/h y 6,1 litros cada cien kilómetros de consumo en ciclo combinado y unas emisiones de CO2 de 155 gramos por kilómetro, siendo el modelo con las emisiones más bajas jamás construido por Lotus.
Lotus Elise S se ofrece, de serie, asociado a una caja de cambios, manual, de seis velocidades.
La segunda opción es el Lotus Elise R que monta el conocido motor de 1,8 litros y 192 caballos, haciendo el cero a 100 km/h en sólo 5,4 segundos. Lotus anuncia, para esta versión, unas emisiones de 196 gramos de CO2 por kilómetro.
La versión tope de gama, el Lotus Elise SC cuenta con la misma mecánica anterior pero potenciada hasta 220 caballos, gracias un turbocompresor con el que consigue alcanzar los 100 km/h desde parado en nada menos que 4,6 segundos y emitiendo sólo 199 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.
Texto: Francisco Romero