Koenigsegg CCX es un deportivo de altas prestaciones construido por el fabricante sueco Koenigsegg. Se comercializa con carrocería descapotable y con tecnología muy avanzada.
Koenigsegg CCX es un nuevo modelo, pues todo el proceso de ingeniería fue reprogramado por completo, para cumplir con las regulaciones que establece Estados Unidos en materia de seguridad y emisiones, un paso necesario para incrementar las ventas en este mercado, dada la gran demanda de clientes en América del Norte.
La denominación de este modelo, CCX, son las abreviaturas de Coupé de Competición X, un modelo que conmemora el décimo aniversario de la primera prueba del primer prototipo de la marca, el Koenigsegg CC.
Chasis y carrocería realizados con tecnología aeroespacial
Koenigsegg ha construido para este modelo un chasis de estructura monocasco en fibra de carbono que, previamente ha sido impregnada en kevlar y honeycomb. El kevlar es una fibra de polímero sintética perteneciente al grupo de las aramidas que, por su resistencia a la tracción y sus propiedades mecánicas, se utiliza en la industria aeronáutica y aeroespacial. Unido al honeycomb, un material plástico de núcleo que ofrece niveles máximos de flexibilidad, ligereza, fortaleza, elasticidad, con una alta resistencia al impacto, de estabilidad térmica alta y de máximos aislamientos térmico y acústico, permiten rebajar el peso, reducir el tamaño y mantener una rigidez estructural óptima y de alta efectividad contra posibles impactos.
Koenigsegg CCX ofrece sistema de frenos compuesto por unos discos de 362 milímetros de diámetro con unas pinzas de seis pistones en ambos ejes aunque, opcionalmente se puede instalar unos discos cerámicos de 382 milímetros de diámetro en las ruedas delanteras y de 362 milímetros de diámetro en las ruedas traseras. Estos frenos presentan mordazas de ocho pistones en el tren delantero y de seis en el trasero. Cada disco de freno cerámico es dos kilogramos más ligero que los discos de fundición del equipamiento de serie.
Llantas de magnesio o carbono
Las llantas tienen distinto diámetro, según el eje. En el anterior, son de 19 pulgadas de diámetro y en el posterior de veinte pulgadas de diámetro, siendo éstas las que están en el tren motriz y están realizadas en aleación de magnesio.
En opción, se ofrecen unas llantas realizadas en fibra de carbono que disminuyen el peso del conjunto en tres kilogramos por rueda, con lo que el Koenigsegg CCX puede presumir de ser el automóvil con menor peso apoyado en el suelo. Esta es una manera de diferenciar la masa suspendida que hace contacto con el suelo.
Estas llantas e montan sobre unos neumáticos Michelin Pilot Sport 2, cuyas medidas son 225/35 R19 delante y 335/30 R20 detrás.
Carrocería rediseñada
En el diseño de la carrocería del Koenigsegg se puede apreciar la evolución seguida desde el CC8S hasta este nuevo modelo, una evolución tan leve que le otorga a todo vehículo de esta marca una gran personalidad, pudiendo diferenciarlos con facilidad entre ellos pero reconociendo rápidamente cuál es la marca del vehículo.
En el frontal, de líneas simples, destacan numerosas entradas de aire, así como los característicos faros ovalados que acaban en una forma un tanto puntiaguda en los extremos para poder integrarse en las nuevas formas del paragolpes
En el lateral se ha imprimido una gran personalidad, con una zona acristalada mínima y llamando poderosamente la atención la gran entrada de aire que sirve para refrigerar el propulsor y, tras la cual, se encuentran las letras que nos indican qué modelo tenemos ante nosotros. Cabe señalar que, como exige la normativa americana, monta luces de posición laterales.
En la zaga, un gran difusor bajo la única salida de escape del coche, con forma trapezoidal, nos recuerda a la utilizada por el modelo italiano Lamborghini Murciélago LP640. Sobre la tapa del motor hay un pequeño alerón fijo y, algo más elevado, los grupos ópticos traseros tienen las funciones separadas en tres pilotos independientes.
Acceso increíble a un interior modesto
Para acceder a su interior, tenemos que abrir una puerta cuyo mecanismo es de desarrollo exclusivo de Koenigsegg. Al tirar de la puerta, se separa ligeramente del vehículo y a continuación hay que elevarla en vertical, un sistema diferente del empleado por Lamborghini, pues las puertas del Koenigsegg CCX rotan sobre sí mismas quedando totalmente verticales respecto al coche.
Dentro, los dos asientos tipo bácquet desarrollados en conjunto con Sparco, están realizados en fibra de carbono para optimizar el peso total del vehículo y están tapizados en una combinación de cuero y alcántara. Además, son exclusivos de este modelo, no pudiendo equiparse en otro vehículo.
Frente a este refinamiento, el espartano salpicadero carece de estridencias. En la cúpula de los relojes encontramos un solitario velocímetro y, bajo éste, un pequeño display que indica las revoluciones y el consumo. En la consola central, destacan dos difusores de aire realizados, al igual que todo el salpicadero, en fibra de carbono. Debajo de ellos, el sistema de audio extraíble, haciéndose notar la colocación de la botonería del sistema de radio y de algunos controles del vehículo como las luces o el botón de arranque del motor en forma de círculo.
Frente a la consola central encontramos una generosa palanca de cambios que acciona el cambio semi-automático de doble embrague de seis relaciones.
Potente motor V8 con prestaciones de infarto
Como en sus antecesores, Koenigsegg CCX equipa un bloque de ocho cilindros en arquitectura de V con 4.712 centímetros cúbicos de cilindrada que rinde una potencia máxima de 806 CV a 6.900 revoluciones por minuto, con un par motor máximo de 920 Newton metro a 5.700 revoluciones por minuto. Toda esta potencia es obtenida gracias a los dos turbocompresores Rotrex que trabajan a una presión de 1,2 bares.
Dado que el mercado norteamericano es uno de los principales demandantes de este vehículo, puede funcionar con gasolina de 91 octanos sin renunciar a semejante nivel de potencia pero, para ello, ha sido necesario modificar algunos elementos como las cabezas de los cilindros, agregando mayor área para el accionamiento de las válvulas, los árboles de levas también son nuevos y se han implantado de inyectores dobles más pequeños.
La tracción es posterior y el motor se encuentra acoplado a un cambio manual de seis velocidades. De serie incorpora un control de tracción que se puede regular con cinco posiciones diferentes.
Koenigsegg CCX posee una velocidad punta de nada menos que 395 km/h, necesitando de sólo 3,2 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado. Con todas estas cifras, el vehículo es capaz de crear una fuerza lateral de 1,3g.
La cifra de consumo mixto homologado asciende hasta los 17 litros cada cien kilómetros.
No lo suficientemente exclusivo
Koenigsegg CCX tiene un precio base de 458.000 euros que puede ascender hasta los 510.00 euros si instalamos todas las opciones que la marca ofrece como la pintura customizada al gusto del comprador, un opción que cuesta 5.000 euros aunque, también se puede montar el sistema de navegación que tiene el mismo precio de la pintura, el sistema de frenos con discos carbonocerámicos o las llantas realizadas en fibra de carbono que están valorados en 15.000 y 11.000 euros, respectivamente.
También con un sobreprecio de 6.000 euros se puede extender la garantía dos años más o 3.000 kilómetros.
Texto: Iván Bueno