El KIA Sportage es un SUV compacto de cinco plazas que se comercializa en España desde finales de 2010. Su gama de motores está compuesta por un gasolina de 1.6 GDi de 135 CV y tres Diésel de 117, 136 y 184 CV. La versión más económica de todas las opciones posibles cuesta unos 18.000 € (ver gama).
Nosotros hemos probado la variante, a priori, más interesante que ofrece la gama del modelo coreano. No es otra que la versión Diesel 2.0 CRDi de 136 CV asociada a un cambio manual de seis velocidades y a un sistema de tracción integral (4x4). Esta opción la puedes adquirir desde 26.817 € (ver configurador de KIA).
Diseño exterior
Antes de entrar en análisis, debo decir que el KIA Sportage me ha agradado muy positivamente. Me atrevería a decir que, dentro de las innumerables alternativas que tiene como oponentes, el Sportage es uno de los modelos mejor colocados.
Para empezar, a nadie se le escapa que, el esfuerzo que está haciendo KIA en diseño, es digno de elogio. En un momento en el que muchas marcas europeas no son capaces de afinar para presentar productos medianamente atractivos, KIA está acertando de lleno para lanzar coches que consigan ser agradables a la vista, al menos para el usuario europeo.
Como bien apunta Peter Schreyer, jefe de diseño de KIA, “Mi deseo es aumentar el atractivo universal de Kia, y quiero que ese atractivo se base, fundamentalmente, en el diseño. El nuevo Sportage supone un gran avance para alcanzar ese objetivo”.
Pero dejando de lado la estética que, sin duda, es algo muy personal. La gran virtud que tiene el Sportage es lo polivalente que resulta y lo bien que se desenvuelve en todos los terrenos, sobre todo cuando salimos del asfalto.
Habitabilidad, asientos y acabados
De su interior hay varias cosas que me han gustado. La primera y más importante, es que, además de ser un coche confortable, hay mucho espacio en todo el habitáculo. Un apartado a valorar si tenemos en cuenta que se trata de un coche familiar.
Los asientos delanteros, sin ser especialmente buenos, me han resultado muy cómodos. Tanto la banqueta como el respaldo recogen muy bien el cuerpo y el mullido es confortable. El tapizado de tela es de una calidad bastante normalita, aunque parece sufrido y fácil de limpiar. Por su parte, los reposacabezas se pueden regular en altura y en profundidad, aunque en mi caso la regulación en longitud quedaba algo escasa.
Detrás, los asientos son peores por diseño y mullido, si bien los reposacabezas quedan cerca de la cabeza y la postura es natural y tremendamente confortable -los reposabrazos de los paneles de las puertas y el de la plaza central quedan a la altura perfecta, y la posición de la banqueta y del respaldo es muy buena para que vayamos con un muy buen nivel de confort-. Pero lo mejor es que, además de ir a gusto, hay mucho espacio en todas las cotas, sobre todo en altura y longitud. También cabe destacar que el piso es completamente plano, lo que aumenta la sensación de espacio y la posibilidad de movernos de una plaza a otra con facilidad.
Todo el interior tiene un diseño moderno y atractivo, pero resulta poco acogedor. La calidad de la mayoría de los materiales es muy normal, demasiado para lo que se espera de un coche de esta categoría. Tanto es así, que la calidad del interior –al menos la percibida- es equivalente a la de un modelo del segmento A (utilitarios).
Yo no he detectado faltas de acabado reseñables, salvo algún crujido cuando presionamos algunas zonas del salpicadero. Sin embargo, hay plásticos en los que no se ha cuidado su aspecto y, otros, son rígidos y de una calidad mejorable. Salvo la pieza más visible del salpicadero, todos los materiales del interior son duros y tienen un aspecto mejorable. Por lo demás, la sensación de ensamblaje y solidez es la equiparable a la de un coche de este precio.
En el caso de nuestra unidad de pruebas, había pequeñas zonas tapizadas en un cuero de aspecto sintético. Estas zonas, contaban con un mullido demasiado escaso para que los codos pudieran apoyar con comodidad (ver imagen).
Mandos: disposición y funcionamiento
Como en los últimos modelos fabricados por KIA, uno de los puntos que más se está cuidando por la marca coreana, es la ergonomía. El cuadro de instrumentos cuenta con una tipografía acertada de fácil lectura. Además, todos los mandos que nos permiten manejar el climatizador y el equipo de sonido están bien ubicados y tienen un tacto suave y preciso.
El volante es perfecto por tamaño, formas y grosor. Está forrado con un tapizado de cuero de una calidad muy normal pero de tacto agradable. En el volante hay una serie de mandos desde los que se puede controlar el equipo de sonido, el regulador de velocidad, el teléfono y el control por voz. Todos ofrecen un buen tacto y responde con precisión cuando se utilizan.
Detrás del volante, están los típicos mandos satélite que nos ayudan a manejar el limpiaparabrisas y las luces. Como en muchos modelos coreanos y japoneses, estos mandos se utilizan con suavidad y resultan muy agradables.
A la izquierda del volante, justo al lado de la puerta, están bien agrupados una serie de botones desde los que se puede controlar el control de descenso, el bloqueo del diferencia y la intensidad de la iluminación del cuadro de instrumentos y de los pictogramas de todos los mandos. (ver imagen).
Me han gustado menos los botones que nos permiten consultar los datos del ordenador de a bordo y del reseteo de los kilómetros parciales. Como ocurre en muchos coches orientales, estos se encuentran ubicados en el panel de instrumentos. Creemos que esa no es la mejor ubicación, al menos cuando se trata de consultar los datos del ordenador de a bordo (ver imagen).
El sistema de audio del nuevo Sportage consta de radio RDS, reproductor de CD, conectividad MP3 , USB e iPod, con un altavoz en cada puerta y un altavoz tweeter en cada extremo del salpicadero. La oferta se completa con el un sistema Bluetooth y reconocimiento de voz. Todo funcionaba perfectamente.
A diferencia de otros coches similares, el KIA Sportage está a la última en conectividad. Para empezar, el sistema Bluetooth funciona muy bien y se activa con rapidez cuando arrancamos el coche y llevamos el móvil emparejado. Además, hay dos tomas (USB y Jack) que están muy bien situadas delante del mando del cambio para que podamos conectar dispositivos externos con facilidad. Justo al lado de estas tomas, hay una pequeña bandeja –no muy grande- para que podamos dejarlos (ver imagen).
Nuestra unidad de pruebas equipaba un climatizador bizona que enfriaba todo el habitáculo con bastante rapidez y, como he comentado anteriormente, se podía manejar muy bien gracias al funcionamiento y disposición de todos sus mandos.
Compartimentos interiores y maletero
El espacio de almacenamiento en el interior del habitáculo es bastante correcto. Incluye una guantera refrigerada del tamaño justo para dejar la documentación y el chaleco de emergencia (ver imagen), un cofre entre los dos asientos que hace de apoyabrazos y tiene una capacidad de 6 litros (ver imagen), redes detrás de los asientos delanteros (ver imagen) y cuatro compartimentos en las puertas (ver imagen). Entre el selector de marchas y la consola central hay dos grandes portavasos, mientras que el reposabrazos central plegable del asiento trasero lleva dos portavasos gemelos (ver imagen).
Casi todos los compartimentos, salvo la guantera o las bolsas de las puertas, estaban tapizados con fondos de goma.
La iluminación de todo el interior me ha parecido demasiado escasa para leer el manual de usuario o buscar un objeto una claridad mínimamente decente.
El maletero tiene una capacidad de 465 litros -un buen dato si se tiene en cuenta el espacio que hay en longitud en las plazas traseras-. Todas las formas del interior del maletero son bastante regulares, por lo que se puede aprovechar muy bien. Si se desea aumentar su volumen, pueden abatirse los asientos en proporción 60/40 para alcanzar los 1.353 litros (ver imagen). Cuando los respaldos de los asientos traseros están abatidos, estos quedan prácticamente enrasados con el piso.
El equipamiento del maletero está formado por un pequeño plafón que apenas ilumina, una toma de 12 voltios (ver imagen), un pequeño compartimento en la parte derecha (ver imagen) y una red que se puede sujetar en varios puntos para mantener la carga en su sitio (ver imagen). Debajo del piso, se encuentra la rueda de repuesto -que es de la misma medida del resto y equipa la llanta de aleación-, los triángulos y el gato. Si levantamos el piso, este puede quedar sujeto mediante un gancho. Se agradece (ver imagen).
Motor y cambio
La versión Diesel 2.0 CRDi de 136 CV es una de las más potentes de la gama. Asociada a la tracción total, tiene potencia suficiente como para mover el coche con suficiente soltura. Lo mejor de este motor, además de su consumo, es el funcionamiento que ofrece; es refinado, entrega la potencia de forma progresiva, apenas transmite vibraciones y es agradable de utilizar.
Pese que tiene que mover una masa de 1.600 kg y un sistema de tracción a las cuatro ruedas, el 2.0 CRDi de 136 CV es de los pocos motores de este tipo que no tiene un vacío de potencia notorio cuando salimos desde parado o lo mantenemos a bajas vueltas. Siempre responde con alegría y entrega el par y la potencia con suavidad, sin brusquedad alguna. Con buen criterio, KIA ha realizado una fenomenal puesta a punto para que, este motor, dé lo mejor de sí a bajas vueltas, aunque penalice algo a altos regímenes.
Los ruidos y las vibraciones generadas por el motor también están muy contenidas, mucho mejor que en muchos motores de similares características. Sin embargo, los ruidos de la rodadura y aerodinámica, sin ser exagerados, sí que podían haberse limitado algo más.
El consumo es bueno, o al menos entra dentro de lo esperado. Si tu recorrido suele ser urbano, el gasto de carburante se estabiliza sobre los 8,5 litros a los 100 km, no obstante, si cuidas la conducción, es un motor agradecido que te permite rebajar esa media por debajo de los 8 litros. Ya en carretera y circulando a velocidades legales, el consumo es bajo, ya que podemos circular por debajo de los 7,5 litros, lo que es un muy buen dato teniendo en cuenta la masa del coche y el sistema de tracción que utiliza.
De serie, este motor está acoplado a un cambio manual de 6 velocidades que está bien escalonado y adaptado para encontrar un buen equilibrio entre prestaciones y consumo. Sin ser malo, tiene un guiado con demasiado recorrido y un tacto que, aunque es suave, debería ser mejor.
En marcha
Partiendo de la base que el KIA Sportage es un coche que apuesta claramente por el confort, su comportamiento en carretera es bastante aceptable. Es cierto que no tiene la estabilidad de un turismo, que su adherencia es bastante pobre cuando imprimimos un ritmo ágil y que podemos descolocarlo de la trayectoria con facilidad a poco que realicemos un cambio de masas, sin embargo, a mi me ha resultado satisfactorio si lo que se busca es una conducción normal que se ajusta a los límites de velocidad.
No es un coche inseguro y, como todos los coches modernos, su estabilidad es buena siempre y cuando no le pidamos lo que no puede dar.
A cambio de todo esto, tenemos un coche muy cómodo, que filtra bien las imperfecciones del asfalto y que cansa muy poco cuando se realizan muchos kilómetros.
Además de todo esto, KIA ha cuidado el funcionamiento de todos los mandos de control (dirección, pedales y cambio). Todos ellos funcionan con suavidad y, en el caso de la dirección, resulta precisa y muy agradable de utilizar.
Pero lo mejor del KIA Sportage llega cuando salimos de la carretera. En este punto, su aspecto de “4x4 de carretera” no debe engañarte, porque el Sportage es un todoterreno de verdad, con su tracción total, su control de descenso y su bloqueo del diferencial. Todas estas ayudas nos permiten avanzar con confianza por caminos complicados y rampas pronunciadas. Tanto es así, que el Sportage tiene un ángulo máximo de subida de 44 grados y un ángulo límite de vuelco potencial de 45 grados.
Las suspensiones trabajan bastante bien para absorber las imperfecciones, y sólo hay algún que otro rebote molesto cuando queremos ir muy rápido por caminos muy estropeados.
Los ángulos de ataque (24,2 grados) y salida (26,9 grados) son muy buenos y sólo encontramos pequeñas limitaciones en el ventral, aunque no resulta demasiado preocupante para un uso normal (la distancia al suelo es de 170 mm).
Otra de las limitaciones que he encontrado, son los neumáticos. Nuestra unidad equipaba unos Hankook Optimo K415 con medida 225/60 R17 con código de carga "99" y de velocidad "H" que ofrecían unas prestaciones muy pobres en carretera y, aceptables en campo, siempre y cuando no busquemos una conducción extrema (ver imagen).
La tracción a las cuatro ruedas ha funcionado muy bien. Éste es un sistema de ratio único (alto) que proporciona el 100% del par motor a las ruedas delanteras cuando la conducción se realiza en condiciones normales, mejorando la eficiencia del consumo. Cuando una rueda delantera pierda agarre, un porcentaje del par se transfiere automáticamente a las ruedas traseras, para mantener el avance.
Al conducir con tracción integral en suelos deslizantes – por ejemplo con lluvia, nieve, barro, caminos no asfaltados y fuera de la carretera – se puede seleccionar manualmente la función ‘Lock ModeÂ’ para aumentar la estabilidad. Esta función divide el par 50/50 entre los ejes delanteros y traseros y mantiene este reparto hasta una velocidad de 40km/h.
Precio y equipamiento
El KIA Sportage Drive 2.0 CRDi 136 CV 4x4 está disponible desde 26.817 € -el precio incluye un descuento promocional de 2.483 €-.ver configurador de KIA.
El acabado más básico que se puede adquirir con este motor y sistema de tracción (Drive), ofrece un equipamiento de serie bastante correcto: control de estabilidad y de descenso, bloqueo del diferencial, sensor de lluvia y luces, climatizador bizona, un equipo de sonido bastante decente, llantas de aleación, sensor de parking, regulador de velocidad y airbags frontales, laterales y de cabeza para las plazas delanteras y, únicamente de cabeza, para las traseras. Con este nivel de acabado, la única opción que queda a la vista es la pintura metalizada (cuesta 430 €).
Conclusión: El KIA Sportage es un coche bastante polivalente. Como vehículo familiar para utilizarlo en recorrido urbano y cortos desplazamientos, cumple perfectamente. Para realizar viajes de largo recorrido es cómodo y gasta poco carburante. Pero, cuando se trata de dejar la carretera para adentrarse en el campo, te sorprende y se revaloriza por las buenas cualidades que tiene y lo bien que se desenvuelve, incluso, en situaciones muy complicadas. En definitiva, que te vale para todo y cumple perfectamente en todos los campos. Además, y por si fuera poco, tiene un maletero bastante aceptable y unas plazas traseras muy amplias.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: G. Rodríguez y KIA