El Kia Optima Sportswagon es la versión familiar de la berlina de mayor tamaño de Kia. Además, es el primer familiar de la marca destinado al segmento D. Desde mediados del mes pasado está a la venta en los concesionarios. Su precio de salida es de 23.645 € (aquí puedes consultar todos los precios). Nosotros probamos la versión 1.7 CRDi de 141 CV asociada a un cambio automático de seis velocidades y al acabado Concept -es la más económica de la gama-.
El Sportswagon mantiene la anchura (1.860 mm) y longitud de la berlina (4.855 mm), pero crece 5 mm en altura (hasta 1.470 mm), debido, fundamentalmente, a las nuevas barras situadas en el techo.
La capacidad de carga adicional en esta carrocería familiar hace del Optima Sportswagon uno de los modelos más prácticos de su clase, con un volumen de carga de 552 litros (VDA) tras la segunda fila de asientos.
Respecto a la berlina, el maletero es mucho más práctico, amplio y funcional. Además, está muy bien equipado con una red de seguridad tras los asientos traseros y con unos raíles deslizantes escamoteables -estos permiten fijar los objetos que podrían resbalar o rodar por el maletero-.
Otra de las ventajas que tiene el maletero respecto a la berlina, es que resulta relativamente fácil introducir objetos pesados, gracias al borde de carga, plano y bajo.
Si se desea aumentar el volumen del maletero, los respaldos de los asientos posteriores se pueden abatir en secciones 40:20:40. Esto permite introducir objetos largos, como esquíes o tablas de snowboard, en la sección central.
Por último, el Optima Sportswagon también está equipado de serie con un compartimento situado bajo el piso, junto a la boca de carga. Este hueco nos permite guardar la bandeja flexible, en vez de sacarla del vehículo.
En el interior se impone el confort
La calidad de los materiales utilizados en el interior se ha mejorado significativamente respecto al modelo anterior, con una proporción de superficies blandas mucho mayor. No obstante, nos ha parecido que hay materiales que deberían ser mucho mejores. Por ejemplo, la parte más visible del salpicadero está recubierta por un plástico blando demasiado áspero que, además, generan brillos con facilidad –también cuenta con unas falsas costuras que desmerecen demasiado el resultado final del conjunto-.
Respecto al anterior modelo, la ergonomía del interior ha ganado significativamente. La posición al volante es mucho mejor; es confortable y la nueva ubicación de los mandos permite que el acceso a los mismos sea mejor y se haga de una manera más intuitiva. Sin embargo, lo que menos nos ha gustado es la posición del mando del cambio, que queda algo retrasado.
Como suele ser habitual en todos los modelos de Kia, el cuadro de instrumentos es muy claro, la conectividad del cualquier dispositivo externo es rápida y sencilla, y el manejo de la radio y la climatización, por ejemplo, se realiza con suma facilidad.
Los asientos de las plazas delanteras que equipaba nuestra versión cumplen correctamente, aunque nos han parecido mejorables; la banqueta resulta demasiado corta y no recogen perfectamente en la zona lumbar. El tapizado de tela es de una calidad normal.
En las plazas traseras el espacio disponible es espectacular. Sin embargo, nos hubiera gustado que los asientos ofrecieran mayor sujeción y la postura, una vez sentados, fuera algo más natural -creemos que se ve muy condicionada por el diseño de la banqueta-.
El Kia Optima cuenta con un rodar realmente confortable. Al momento, uno nota que las suspensión filtran a la perfección, transmitiendo una sensación de suavidad que está a la altura de berlinas de mayor precio y categoría. El ruido de la rodadura también está muy bien aislado, por lo que lo único que se percibe con notoriedad es el ruido del motor.
Por estabilidad, el nuevo Optima también ha dado un paso adelante. Ahora, la berlina coreana es mucho más estable, ágil y aplomada. También da una gran sensación de ligereza, lo que supone un plus importante a la hora de disfrutar de la conducción, ya sea en una carretera virada, o bien, en ciudad.
La dirección funciona con suavidad, y su nivel de precisión es más que correcto. En ciudad, su asistencia permite que podamos manejarla con poco esfuerzo sin que apenas canse cuando nos movemos mucho tiempo en este entorno.
Una mecánica muy eficiente
El motor diésel 1.7 CRDi de 141 CV, que es una evolución del anterior mecánica de 136 CV, ofrece unas prestaciones más que adecuadas para practicar una conducción normal en la que no veamos limitaciones de ningún tipo. Incorpora un nuevo turbocompresor de geometría variable controlado electrónicamente, que proporciona una sobrealimentación más eficaz para la respuesta al acelerador y el par a bajo régimen. El par máximo está disponible ahora entre 1.750 y 2.500 rpm, lo que facilita la conducción en margen muy amplio de velocidad; el par máximo del anterior Optima estaba disponible entre 2.000 y 2.500 rpm. Un nuevo recubrimiento del pistón reduce el rozamiento en los cuatro cilindros y unos nuevos piñones en la cadena de distribución reducen el ruido del motor, lo que se combina con el aumento de material aislante en todo el coche.
Está mecánica se encuentra asociada a un cambio manual de seis velocidades, que hace gala de un guiado y tacto preciso. Asimismo, los movimientos del cambio resultan suaves, lo que redunda muy positivamente en una conducción confortable. Sus desarrollos nos han parecido lo suficientemente equilibrados como para encontrar ese balance deseado entre prestaciones y consumo. Precisamente, ya que hablamos de consumo, hay que desatacar lo ajustado que resulta, ya que, según nuestras mediciones, nuestra unidad de pruebas obtuvo una media de unos 5,4 litros en carretera.
El nuevo Optima se comercializa con tres niveles de acabado (Concept, Drive y Emotion). Ya desde el primero de ellos, este modelo dispone de un sistema de navegación, regulador de velocidad, llantas de aleación, sistema de ayuda de arranque en pendiente, airbag de rodilla para el conductor, sistema de control de presión de los neumáticos, espejos retrovisores eléctricos y calefactables, volante y palanca de cambios forrados en piel, climatizador y sensores de lluvia y luces.
Conclusión: la versión familiar del nuevo Kia Optima es mucho más práctica y hasta atractiva que la berlina. Destacaríamos la capacidad de su maletero y el espacio disponible en las plazas traseras, que le permiten colocarse en lo más alto de la categoría. La versión diésel de 141 CV ofrece buenas prestaciones y un consumo de carburante muy bajo.