El Fiat Freemont es un monovolumen de 7 plazas y 4,89 metros de longitud que viene cubrir el hueco que ocupaba en Fiat Multipa, un modelo de similares características que dejo de comercializarse en España en 2011.
Se trata del primer vehículo Fiat fruto de la asociación con Chrysler Group, por lo que el Fiat Freemont es un Dodge Journey que ofrece una serie de mejoras que afectan al diseño y calidad del interior, además de presentar varias mejoras mecánicas respecto al modelo americano.
En SOBRECOCHES.com hemos probado la versión Diésel de 170 CV asociada a un cambio manual de seis velocidades y a un sistema de tracción delantera.
Conductor o pasajero
Como muchos coches de estas características, el Fiat Freemont se puede analizar desde dos puntos de vista, como ocupante o como conductor.
Desde el punto de vista del conductor, el Fiat Freemont que hemos probado no es un coche demasiado agradable de conducir, ya que algunos mandos de control (embrague y cambio) tienen un tacto demasiado denso, quizá demasiado para lo que cabe esperar de coche moderno de última generación.
El embrague, además de contar con demasiada dureza en gran parte de su recorrido, cuesta dosificarlo para evitar tirones en las transiciones de las marchas. Algo parecido ocurre con el guiado del cambio; este es demasiado duro y termina siendo agotador cuando se utiliza con frecuencia.
La dirección es suave, siempre y cuando no la queramos manejarla con rapidez. Por ejemplo, si queremos realizar rápidos y continuos cambios de dirección a una velocidad baja o media, se vuelve demasiado dura y cuesta demasiado trabajo guiar el coche por donde uno quiere. En maniobras de estacionamiento o similares su tacto es bueno.
La conducción de Fiat Freemont se asemeja más a la de un todoterreno, que a la de un turismo. Su estabilidad es correcta, siempre y cuando respetemos las limitaciones de velocidad. Sin embargo, cuando se trata de ir a un ritmo ágil, el subviraje a la entrada de las curvas aparece pronto, no es un coche que te permita cambiar rápido de dirección y los balanceos y cabeceos de la carrocería no invitan a ir demasiado rápido.
La suspensión trabaja bien para que el Fiat Freemont sea un coche confortable en carretera. El amplio recorrido de la suspensión y el generoso perfil de los neumáticos permiten absorber bien las imperfecciones del firme.
Fuera del asfalto, es un coche que puede ser válido para circular por caminos que no se encuentren demasiado deteriorados. Si pasamos por zonas muy bacheadas, es un coche incómodo con el que hay que ir despacio. Tampoco le podemos pedir que suba por rampas pronunciadas, ya que tiene un ángulo ventral reducido y, lo que es más importante, las ruedas delanteras pierden demasiada tracción para que el coche pueda avanzar de forma competente.
Motor Diésel de 170 CV
Bajo el capó, encontramos el 2.0 Multijet de segunda generación. Esta mecánica se comercializa con dos niveles de potencia (140 y 170 CV). Nosotros hemos probado la más potente, que se caracteriza por ofrecer buenas prestaciones y un consumo de carburante bastante correcto.
Esta motorización está dotada de un turbocompresor de geometría variable y de una nueva bomba de aceite de cilindrada variable. Respecto a la anterior generación Multijet, cambia el sistema de alimentación con inyectores más rápidos y capaces de efectuar inyecciones múltiples muy seguidas. Es posible efectuar una inyección principal de combustible en varias fases diferentes y anticipar las siguientes. El sistema Multijet II puede gestionar hasta 8 inyecciones por ciclo, gracias a la nueva servoválvula con obturador equilibrado, brindando mayor velocidad, flexibilidad y precisión en las distintas fases de funcionamiento. Además, es un motor más económico y fiable, gracias a una mayor sencillez constructiva y a un 40% menos de componentes.
Con el Multijet II, y gracias a la nueva tipología de inyectores, es posible realizar estrategias orientadas a mejorar la combustión, como la Injection Rate Shaping (IRS) que contempla dos inyecciones principales consecutivas tan cercanas que generan un perfil continuo y modulado del suministro de combustible en los cilindros. Con esta modalidad se mejora el proceso de combustión, reduciendo las emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno (NOx), adelantándose a futuros y más severos niveles normativos.
La nueva tecnología Multijet II se combina con un cambio de 6 velocidades, situando al propulsor 2,0 del Fiat Freemont en lo más alto del mercado en prestaciones y elasticidad de marcha. El par máximo (350 Nm) ya se alcanza a 1.750 rpm y es constante hasta las 2.500 rpm. Considerando el rango de uso común (del arranque a las 4.000 rpm) el par nunca es inferior a 300 Nm, evitando incómodas “reducciones de relación” y resaltando el placer de conducción. Esto hace que el motor sea muy elástico y muestre excelentes valores de aceleración 0-100 km/h y de velocidad máxima: 11 segundos y 195 km/h.
Por prestaciones, la versión de 170 CV es recomendable para aquellos usuarios que buscan un motor con mucha sensación de fuerza y más que válido si se circula el coche con muchos pasajeros y con el maletero al completo.
Además de ser un motor con buena respuesta, ofrece un consumo muy bajo, algo a valorar en un coche destinado a realizar muchos kilómetros. Según nuestras mediciones, en recorrido urbano, hemos obtenido un consumo de 7,8 litros a los 100 km, lo que es una cifra estupenda si tenemos en cuenta el tamaño y la masa de este coche. Ya en carretera secundaria, sin exceder los límites de velocidad, es fácil conseguir una media de 6,0 litros. Ambas cifras, son buenas si normalmente te mueves por entornos urbanos y realizas cortos desplazamientos.
Cuando se trata de viajar y recorrer largas distancias por autovías y autopistas, el consumo no se dispara, manteniéndose en una media que nunca ha excedido los 7,5 litros a los 100 km/h, al menos en nuestro caso.
Si hablamos de confort, el Fiat Freemont cumple correctamente y dentro de lo que cabe esperar en un coche de este precio. Las suspensiones absorben bien en carretera -como he comentado anteriormente- y, el motor, no se hace sentir demasiado en el interior, salvo cuando lo arrancamos en frío, cuando lo llevamos a un régimen de giro alto o cuando aplicamos una carga plena al acelerador. En cuanto a los ruidos generados por la aerodinámica y rodadura, se mantienen a unos niveles normales.
Mejor para los pasajeros
Después de analizar el Freemont desde el punto de vista del conductor, toca verlo desde la perspectiva del pasajero, algo a valorar en gran medida en un coche de corte familiar.
Para empezar, el Fiat Fremont tiene una longitud cercana a los 5 metros, una cifra que le coloca muy cerca de un Audi Q7. Con este dato, puedes hacerte a la idea de que estamos ante un coche de generosas dimensiones. Todo ese tamaño da lugar a un buen habitáculo de siete plazas con espacio real para cinco adultos y dos niños de hasta unos 12 años.
Si hablamos de confort, donde mejor se va es en las dos plazas delanteras (la del conductor y acompañante). Los dos asientos no son demasiado envolventes, pero resultan confortables. Además, son los únicos asientos que cuentan con reposacabezas con regulación en altura y profundidad, todo ello para evitar latigazos cervicales en caso de colisión frontal o por alcance.
En las otras dos filas restantes no se disfruta de tanta comodidad. En la segunda, el espacio en altura y longitud es correcto sin más. No obstante, lo que menos me ha gustado es que los asientos están anclados en una posición demasiado alta. Además, no recogen demasiado bien el cuerpo.
En la tercera fila hay dos asientos y más espacio que en la inmensa mayoría de monovolúmenes de 7 plazas. Dos adultos no muy altos y dos niños de unos 12 años -como máximo- irán correctamente, aunque sin grandes dosis de confort e, incluso, seguridad. El respaldo de los dos asientos puede reclinarse 6 grados para que resulte más cómodo el viaje o puede abatirse para aumentar la capacidad de carga. Detrás de la tercera fila de asientos, está disponible de serie un compartimiento portaobjetos escondido en el suelo.
Disponibles en tejido o en piel, los asientos incluyen en el equipamiento Freemont la regulación manual en sentido longitudinal y la regulación de la inclinación para mejorar el confort del pasajero. En el equipamiento Urban se ha previsto la regulación eléctrica de 6 vías y lumbar de 4 vías del asiento del conductor. En la tapicería en piel, se propone como opcional la función de calefacción de los asientos delanteros.
Nuestra unidad de pruebas equipaba los asientos con tapizado de tela, que tiene una calidad muy normalita, aunque parece sufrida y fácil de limpiar.
Como suele ser habitual en este tipo de vehículos, el interior es bastante configurable para adaptarse a las necesidades de cada momento. Para empezar, el acceso al habitáculo es bueno, ya que las puertas traseras presentan una apertura de hasta 90 grados. Esto facilita la entrada y salida de los ocupantes de la segunda fila y el acceso a la tercera fila de asientos. En particular, se ha diseñado y desarrollado una novísima bisagra “90 grados” de tres fases. El ángulo de rotación completamente abierto es de 87 grados, y brinda una amplia apertura para cargar una silla para niños en la segunda fila o proporcionar el acceso a los asientos de la tercera fila. El primer tope mantiene la puerta abierta a 26 grados, permitiendo que una persona salga del vehículo sin que la puerta golpee el vehículo aparcado al lado. La posición intermedia es de 58 grados, apertura lo suficientemente amplia para entrar y salir cómodamente del vehículo.
Asientos de la segunda fila divisibles y abatibles 60/40
De aspecto similar a los delanteros, pero con rellenos menos acentuados para garantizar una superficie de carga plana cuando se abaten, los asientos traseros de la segunda fila proponen un sistema versátil de cojines divididos y plegables 60/40 (ver imagen). Asimismo, la parte reclinable central del respaldo de la segunda fila se abate hacia delante transformándose en una superficie que dispone de 2 portavasos y una bandeja para guardar temporalmente pequeños objetos (ver imagen). Las guías del asiento se regulan hacia delante y atrás un total de 10 centímetros.
Sistema “child presenter”
Es una combinación de configuraciones de asientos delanteros y de la segunda fila que permite alcanzar con facilidad a un niño sentado en la segunda fila. El asiento de la segunda fila se mueve hacia delante, hasta 50 milímetros más adelante que la posición inicial, situando al niño más cerca de la parte delantera del habitáculo. También es posible instalar una silla en una cualquiera de las tres posiciones, incluida la central.
Asientos con elevadores para niños integrados “child booster”
El Fiat Freemont brinda de serie el sistema “child booster”, dos cojines elevadores situados en la zona de asiento de las plazas exteriores de la segunda fila. La sección central del cojín del asiento se levanta y retrocede para crear un elevador de 10 centímetros. De esta manera, el niño puede sentarse correctamente, mejorando la geometría del cinturón de seguridad y garantizando protección, utilidad y confort (ver imagen).
Asientos “Tip ‘N Slide”
La segunda fila de asientos se caracteriza por el sistema “Tip ‘N Slide” que permite el acceso a la tercera fila con un simple movimiento de una mano. Accionando una palanca situada al lado del respaldo los cojines de los asientos se inclinan hacia arriba y el asiento se desliza hacia delante (ver imagen).
Compartimientos portaobjetos y maletero
El interior del Fiat Freemont resulta práctico para dejar los pequeños objetos que se suelen utilizar con frecuencia –hay más de 20 huecos repartidos por todo el habitáculo-.
El apoyabrazos delantero es más profundo y garantiza la máxima capacidad albergando el puerto USB (también para iPod) y la toma de 12 voltios (ver imagen). El asiento del pasajero delantero tiene un cómodo compartimiento de fácil acceso debajo del cojín (ver imagen). La mini consola situada debajo del techo dispone de un cómodo compartimiento portagafas con tapa de dos posiciones que esconde un espejo de seguridad para vigilar a los niños sentados en las plazas traseras (ver imagen). El suelo de la segunda fila alberga dos compartimientos con tapa de más de 12 litros, con revestimientos interiores amovibles y de fácil lavado (permite su utilización como neveras durante el viaje). En la sección central del respaldo de la segunda fila, abatible con función de apoyabrazos, hay dos portavasos y una bandeja para guardar pequeños objetos (ver imagen). La consola central integra dos huecos: uno encima de los mandos de la climatización (ver imagen) y, otro bastante amplio y con dos posavasos, delante del mando del cambio (ver imagen). Delante del asiento del acompañante hay una guantera de escasa capacidad y sin climatizar (ver imagen). Detrás de los asientos de la primera fila hay dos bolsas y dos ganchos para colgar bolsas (ver imagen). Hay una bolsa rígida en cada una de las puertas (ver imagen). El amplio maletero está dotado de un compartimiento doble (ver imagen).
Sistema “Flip ’N Stow”
El asiento del pasajero delantero lleva de serie el sistema “Flip ‘N Stow”, un práctico y seguro compartimiento portaobjetos integrado en el cojín. Si se abate hacia delante, muestra en su interior un amplio contenedor de 29 x 23,6 cm capaz de guardar objetos personales con un volumen máximo de hasta 5 litros. Además, el respaldo del asiento del pasajero delantero tipo “Flip ‘N Stow” se abate hacia delante para una mayor capacidad de carga, también para objetos especialmente largos, y ofrece una mejor visión a un niño sentado detrás del asiento reclinado (ver imagen).
El maletero tiene una capacidad de 145 litros con las tres filas de asientos (ver imagen), de 540 litros con las dos filas de asientos (ver imagen) y de 1.461 litros cuando se abaten todos los asientos salvo el del conductor (ver imagen). Cuando los asientos están abatidos, la superficie de carga queda totalmente plana, por lo que favorece mucho todo el aprovechamiento del maletero (ver imagen).
Para cubrir el maletero hay una bandeja de tela, bastante raquítica, que sólo sirve cuando no hay ningún asiento abatido (ver imagen). No existe la posibilidad de instalar la típica bandeja enrollable que permita cubrir el interior del maletero cuando están abatidos los asientos de la tercera fila -una situación bastante habitual cuando queremos tener un volumen decente en el maletero de unos 540 litros-.
Todos los mandos mecánicos que permiten abatir los asientos o regularlos para colocarnos en la posición más adecuada, son poco refinados, generan unos movimientos demasiado bruscos cuando toca moverlos y su mecanismo presenta un tacto bastante mejorable.
Respecto al Dodge Journey, el Fiat Freemont tiene un interior de mayor calidad. Aunque el aspecto de la mayoría de los materiales y el ensamblaje de algunas piezas podía ser mejor, hay mucho plástico acolchado en todo el entorno del habitáculo, cosa que se agradece para que disfrutemos de un coche bastante acogedor.
Mandos, climatización e iluminación interior
En cuanto a la disposición y funcionamiento de los mandos, hay cosas que debería mejorar y, otras, me han parecido curiosas. Por ejemplo, es la primera vez que veo en un coche un solo mando satélite detrás del volante (ver imagen). Desde este mando se controla el limpiaparabrisas y las ráfagas -las luces se manejan desde un mando giratorio ubicado a la izquierda del volante-.
Todos los mandos tienen un tacto aceptable o, al menos, similar al que puede tener cualquier modelo de la competencia.
El manejo del equipo de música, del climatizador, del teléfono y del ordenador de a bordo me ha parecido demasiado engorroso y muy poco intuitivo. El volante integra muchos botones, pero los que controlan el ordenador de a bordo ofrecen un funcionamiento algo complejo (ver imagen). También hay dos botones, escondidos detrás del volante que controlan el equipo de sonido y que resultan engorrosos (ver imagen).
La consola central está bastante liberada de botones, pero eso no hace que los mandos sean más fáciles de manejar. Sobre todo por la pantalla que hay en la parte superior, que cuenta con una tipografía anticuada y es demasiado pequeña para toda la información que tiene que mostrar (ver imagen).
Se ha cuidado la climatización en las plazas traseras, algo que se agradece en un vehículo con un habitáculo tan grande. Los pasajeros de las tres filas disponen de difusores y, además, los de la segunda fila pueden acceder a unos mandos giratorios, ubicados en el techo, desde los que se puede regular la temperatura, el caudal de aire y el guiado del aire por distintas zonas.
Aunque hay varios puntos de luz repartidos por todo el habitáculo, la iluminación del interior no es muy buena.... como en casi todos los turismos que se comercializan actualmente. Hay dos plafones en el techo dotados de led luminosos (ver imagen) y diferentes puntos de luz en la guantera (ver imagen), en el portón del maletero (ver imagen), en los espejos de los parasoles (ver imagen),
Rivales, gama y precios
Como te puedes imaginar, el Fiat Freemont tiene una larga lista de rivales para ponértelo difícil si estás buscando un vehículo familiar de estas características, sin embargo y salvo descuentos y promociones puntuales, cuesta encontrar una alternativa al Freemont con un motor Diesel de 170 CV, con una longitud de casi 5 metros y con un habitáculo de siente plazas. Las dos únicas alternativas que me han parecido realmente competitivas han sido el Citroën C8, el Ssangyon Rodius y, sobre todo, el Chevrolet Orlando.
La gama de Fiat Freemont es muy sencilla. Tan sólo se ofrecen dos equipamientos (Freemont y Urban), y dos motorizaciones diésel Multijet II 2.0 16v de 140 CV y 170 CV (este último disponible solamente para el acabado Urban).
En su primer nivel de acabado, el equipamiento Freemont ya cuenta con un alto nivel de contenidos de serie: 7 plazas, ESP (con Hill Holder y sistema antivuelco), 6 airbags, climatizador automático tri-zona, radio/CD/Mp3 con pantalla táctil de 4,3”, ordenador de viaje, mandos de audio en el volante, llantas de aleación de 17”, faros antiniebla, control de crucero, TPMS (sensor de presión neumáticos), keyless entry/go, elevadores para niños y alarma antirrobo.
El equipamiento Urban resulta aún más completo, sobre todo en términos de confort y utilidad urbana, al añadir al equipamiento anterior el sistema bluetooth, sensor de luces, volante y pomo de cambio en piel, sensores de aparcamiento traseros, barras longitudinales, asiento del conductor con regulación eléctrica (6 vías + 4 vías lumbar), retrovisores plegables eléctricos, lunas traseras tintadas y retrovisor con plegado eléctrico.
La versión Diésel de 170 CV con cambio manual asociada al acabado Urban, está disponible desde 30.050 €. Se puede financiar sin intereses y ofrece una garantía de 4 años -Fiat no especifica si hay límite de kilometraje-. Ver configurador.
Conclusión: El Fiat Freemont puede ser el familiar que andabas buscando si lo que quieres es un monovolumen de siete plazas a un precio competitivo. La versión Diésel de 170 CV ofrece un buen nivel de prestaciones y tiene un consumo moderado. Por dentro es amplio y cuenta con una calidad bastante correcta. La conducción no es uno de sus puntos fuertes, pero al menos resulta polivalente para moverte por caminos y carretera.
El Fiat Freemont ha sido uno de los candidatos que han optado a la edición de "Coche del Año en Internet 2012".
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A. R. Sastre, G. Rodríguez y Fiat