El Logan está siendo todo un éxito y está superando con creces las expectativas que tenía Renault en la pequeña berlina de Dacia. En Europa puede ser una buena opción para los usuarios que se encuentren en entornos rurales, que lo utilicen fundamentalmente por carreteras en mal estado y que no tengan complejos para moverse con asiduidad por caminos.
El Logan no es un portento tecnológico ni ofrece concesiones al confort, al refinamiento o al lujo, simplemente es un medio de transporte que intenta cumplir con la máxima corrección. El ahorro se ve, se siente y se palpa en todo lo que se toca. Se nota claramente que es un coche diseñado con una calculadora para hacer frente a un precio de salida ajustado con soluciones sencillas. Un buen signo de sencillez, es su diseño, su carrocería no presenta formas complejas, todas sus líneas son muy simples para favorecer una fabricación que no presente mayores problemas.
Interior espacioso
Su habitabilidad es su gran baza, con una longitud total de 4.250 mm, una anchura de 1.735 mm y una altura de 1.525 mm, por ejemplo, una persona de gran talla (1,90 de altura) puede acomodarse perfectamente en su asiento trasero, manteniendo una distancia al techo de 25 mm. El espacio en los pies para cada pasajero es generoso, 420 mm. El radio medio en las rodillas es de 185 mm. La anchura interior trasera, 1.420 mm, es casi tan importante como la que ofrece el Vel Satis, por ejemplo. El volumen del maletero es de 510 litros, un valor récord entre sus competidores, por tanto, no existe en el mercado un modelo con las dimensiones interiores, el maletero y el precio que presenta el Logan.
En su interior se respira más economía que diseño, nos encontramos algún elemento ya visto en otros modelos de Renault, como el volante y los tiradores de las puertas del Clio II. El salpicadero está fabricado de un solo bloque para eliminar juegos de acoplamiento, ocultar tornillería de fijación y favorecer una fabricación más sencilla.
Todos los materiales del habitáculo son duros y con una calidad que juega bajo mínimos. El interior tiene lo justo pese a que nuestra unidad era la más “lujosa”. Todo está correctamente ajustado y no hay mayores pegas dentro del nivel que tiene el Logan.
Escasa ergonomía
Los asientos son mejores que los de muchos productos coreanos, pero no son ni muy ergonómicos ni tienen aspecto de acoger demasiado bien el paso del tiempo, los tapizados no son muy modernos, el volante no es regulable ni en altura ni en profundidad, peroÂ…. no hay mas cera que la que arde.
La consola central concentra los mandos de confort (climatización, radio, elevalunas, cierre centralizado y luces de emergencia) funcionan correctamente aunque tienen un diseño de la década de los 80, pero van con la filosofía del Logan. Los mandos del volante que controlan las luces, claxon, limpiaparabrisas e intermitentes proceden del Clio II, y estos si que son algo más modernos.
La instrumentación tambien proviene del Renault clío II, es muy clara y moderna. En el centro cuentavueltas se encuentra un display digital que nos informa del estado del depósito de gasolina, la temperatura, hora y además de los consumos medios, autonomía, kilometraje parcial ectÂ….. algo difícil de encontrar en Rover 45 o un Daewoo Nubira, por poner un ejemplo.
El interior no es muy práctico y no cuenta con demasiados huecos para dejar objetos. Debajo de la consola central se echa de menos el típico hueco donde se dejan los objetos que más a mano tenemos, tan sólo nos encontramos dos útiles posavasos. Las bolsas de las puertas y la guantera no son muy amplias.
Maletero generoso
El maletero de 510 litros cuenta con una cifra bastante respetable que supera, por ejemplo a un Mégane con carecería de 3 y 5 puertas (330 litros) o un coche de similar concepción como el SEAT Córdoba (485 litros). Su capacidad no puede ampliarse, ya que los asientos traseros no son abatibles. La reducción de costes también se nota cuando abrimos el maletero, lleva los tapizados justos y hay mucha chapa a la vista, además la apertura se realiza mediante unos rudimentarios muelles, por otra parte el maletero sólo puede abrirse con la llave de contacto.
Mecánicamente incluye la plataforma B, que deriva directamente de la que presentan el Modus, Micra y Clio III. El tren delantero, de tipo pseudo-Mac Pherson con brazo triangular, procede del Renault Clio II. El tren trasero es idéntico al del Renault Modus. Está formado por un eje en H de deformación programada, asociado a unos muelles helicoidales y amortiguadores verticales. El tarado de los muelles equivale al de un Clio II de entrada de gama.
El Logan está equipado con frenos de disco en la parte delantera y de tambor en la trasera. Recibe de serie unas ruedas de 15 pulgadas así como el sistema ABS Bosch 8.0 de la misma generación que el del Renault Mégane, con repartidor electrónico de frenado EBV. Este sistema utiliza todo el potencial de frenado del tren trasero. Su respuesta y funcionamiento se comporta con total corrección.
La dirección asistida es hidráulica y tiene un giro de 10,50 m entre aceras, el diámetro de giro es igual de reducido que en el Renault Mégane. Tiene una tendencia a ser mas dura que blanda, algo que se agradece a altas velocidades, su tacto es correcto.
La distancia de la carrocería respecto al suelo es de 155 mm, supera en 20 mm los estándares europeos mientras que las oscilaciones de la suspensión delantera se han aumentado en 18 mm. Las suspensiones son blandas, suaves y confortables. Todo está diseñado para circular sin daños por carreteras en mal estado.
Las autopistas y vías rápidas no son su habitat natural, pero se defiende con bastante dignidad. Los balanceos no son demasiado exagerados pese a su configuración, aunque las suspensiones generan ciertas oscilaciones parásitas que nos obligan a hacer pequeñas correcciones con la dirección. Por otra parte, sin ser un velocista, se defiende bastante bien en carreteras con curvas, la zaga gira lo justo para ayudar, aunque no enamorará a nadie en este tipo de trazados. Su sitio son las carreteras con mal firme.
Motor 1.5 dCi DE 70 cv
Este propulsor de ciclo Diesel que utiliza la tecnología de inyección directa Common Rail, está fabricado en las factorías de Valladolid en exclusiva mundial para el grupo. Con una cilindrada de 1.461 cc (a base de unos pistones de 76 mm de calibre y una carrera de 80,5 mm) este motor K9K 768 procura una potencia de 70 CV medidos a un régimen de giro de 4.000 vueltas con un par motor de 160 Nm medidos a 1.700 rpm.
Dispone de una estrategia de inyección basada en una pre inyección que informa al módulo de gestión (a través del APC) de las características de inyección principal, reduciendo el consumo y el nivel sonoro.
La caja de velocidades es manual de cinco relaciones. Tiene un tacto frágil y poco agradable aunque se puede manejar con rapidez. El Logan dCi alcanza una velocidad máxima de 155 km/h. Las prestaciones son las esperadas teniendo en cuenta la carrocería, masa y potencial mecánico de nuestro protagonista. Los consumos son bastante ajustados, con un consumo de combustible de unos 6 litros en ciclo urbano, unos 5 en carretera cada 100 kms. Estos consumos corresponden a unas emisiones contaminantes de 125 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido.
Mejor que el gasolina
Si lo comparamos con la variante de gasolina 1.6 de 90 cv, nos encontramos un coche con un mejor tacto, -en algo se tenía que notar la incorporación de componentes más avanzados-. La caja de cambios es más moderna, aunque tampoco es un ejemplo de funcionamiento. El tacto de los pedales es mucho mejor que la versión de gasolina que pudimos probar en su día. Lo que menos nos gustó fué lo poco progresiva que erá la asistencia del freno y el punto demasiado alto del embrague.
Las simulaciones de acústica se han realizado de forma digital para reducir costes, y desde luego se nota. Aparte, no se han incluido demasiados materiales aislantes en el interior, capó y motor entre otras zonas. El nivel de ruidos y vibraciones es notorio a cualquier tipo de régimen.
Por otra parte resulta curioso que la prestación acústica de la climatización y de la ventilación del Logan figura entre las mejores del segmento, con 51 y 49 dB respectivamente. Es menos ruidosa que la de un Mégane. ¡curioso!.
Desde 10.200 euros
Dacia Logan dCi llegará al mercado español el 17 de marzo de 2006 a un precio de 10.200 euros la versión de equipamiento Ambiance y 10.700 euros la versión de equipamiento Laureate.
La versión Ambiance se distingue de la versión de gama baja Logan por un paragolpes del color de la carrocería en la parte inferior, un embellecedor de aspecto cromado en la calandra, protecciones laterales y embellecedores de rueda. En la versión de gama alta Lauréate, todo el paragolpes está pintado del color de la carrocería, las ruedas tienen un diámetro de 15 pulgadas', con un junquillo cromado corto alrededor de la calandra y llevan faros antinieblas integrados.
En definitiva el Logan dCi es una opción fenomenal para quien busque un coche espacioso, barato, con lo justo, sin grandes lujos, con un consumo ajustado y con una supuesta durabilidad y fiabilidad.