El Dacia Duster es uno de los modelos más comentados por nuestros lectores. En nuestro Blog de opiniones, muchos usuarios de este modelo publican infinidad de opiniones, dudas e inquietudes (ver opiniones). La gran mayoría de los comentarios resultan muy interesantes y aportan mucha información sobre el producto en cuestión.
Para nuestra primera toma de contacto quisimos elegir una versión con un acabado intermedio, que tuviera un equipamiento suficiente sin que el precio se disparara demasiado. Para ello, elegimos la versión Diesel 1.5 dCi de 85 CV con tracción delantera y asociada al acabado Ambiance.
El Dacia Duster es un vehículo ideal para desenvolverse por un entorno con caminos y carreteras en malas condiciones. No obstante, también se postula con un buen coche de batalla para utilizarlo a diario, ya que se desenvuelve bien en todos los terrenos.
La polivalencia es la gran virtud del Dacia Duster. Te sirve tanto para un roto como para un descosido. Si buscas un coche con un habitáculo superior al de muchos compactos (por ejemplo, un Renault Mégane) que tenga un precio competitivo, prestaciones suficientes y buenas cualidades para desenvolverse en todos los terrenos, sin duda, éste puede ser tu coche.
Interior con apariencia sencilla
Por dentro, es un coche cómodo y amplio. Me gustaron especialmente los asientos, tanto los de las plazas delanteras (ver imagen) como los de las traseras (ver imagen). No es que tengan un tapizado especialmente bueno, ni son de una fabricación especialmente lujosa, pero me resultaron cómodos. Quizá la banqueta de los asientos delanteros podía sujetar algo más, pero no me pareció especialmente plana. Los reposacabezas quedan lejos de la cabeza y no pueden ajustarse para poder acercarlos a la cabeza en una posición deseable.
La apariencia visual del interior es normal. La calidad es inferior a la que presenta, por ejemplo, un Renault Clio en sus versiones más básicas. Todos los plásticos del interior son rígidos y con un aspecto y tratamiento muy sencillo. Como ya ocurre en el Dacia Logan y Sandero, el salpicadero está fabricado en una sola pieza, al parecer, se ahorra en tornillería y se evitan grillos de una forma barata. Pese a que el aspecto de los plásticos es muy normal, todo está, aparentemente, bien ensamblado y sin grades faltas de ajuste.
Hay algunos elementos del interior que han sido heredados de las últimas fases del Renault Clio II. Por ejemplo, el volante, la instrumentación, el selector del cambio, los mandos de las luces, intermitentes y equipo de sonido y los tiradores de apertura interiores de las puertas. Si tenemos en la memoria el Sandero, este interior nos sonará y mucho.
Casi todos los mandos están concentrados en la consola central: se manejan los elevalunas, el warning, la climatización, el equipo de sonido y el cierre de seguridad. Los mandos tienen una apariencia poco sofisticada, aunque cumplen perfectamente con su función que, al fin y al cabo, es lo más importante.
El volante está fabricado con un plástico más bien duro –no rígido- que tiene buen tacto y evita que se resbale. El volante no tiene un solo botón, lo cual es de agradecer. El equipo de sonido se puede manejar desde un mando satélite situado a la derecha del volante, que funciona mucho mejor que la mayoría de los mandos que he podido probar en otras marcas y coches mucho más costosos (ver imagen).
El interior no cuenta con demasiados huecos y compartimentos para dejar los pequeños objetos que se suelen llevar encima (llaves, cartera, móvilÂ… etc). En la parte inferior de la consola central hay dos posavasos que pueden venir muy bien para guardar esas pequeñas cosas (ver imagen). En los guarnecidos de las puertas delanteras hay dos bolsas rígidas de escasa capacidad. Sin embargo, la guantera tiene mucha capacidad para guardar la documentación, el chaleco de señalizaciónÂ… y todavía queda espacio. Lo malo es que no tiene iluminación.
Capacidad de carga
El maletero ofrece una capacidad de 475 litros en condiciones normales, que se ven ampliados hasta poco más de 1.600 litros (ver imagen). Entra de todo y sus formas regulares permiten aprovecharlo al máximo. La boca de carga es muy amplia y el maletero apenas tiene profundidad. Todo esto permite que podamos introducir objetos grandes y voluminosos con facilidad (ver imagen).
El maletero cuenta con un tapizado de una calidad muy sencilla. Tiene una bandeja de un material sintético que se puede quitar y poner, pero que no se puede enrollar. Así que, cuando la quitamos, queda colgando y molesta bastante cuando queremos cargar el coche.
El Dacia Duster que pudimos probar tiene detalles de coche barato. Por ejemplo, el motor se hace notar con ruido y con alguna que otra molesta resonancia cuando gira al ralentí. El sistema de climatización es ruidoso (más cuando lo regulamos con aire caliente que frío). De las cuatro posiciones que ofrece el sistema de ventilación, en la segunda ya hace demasiado ruido. El tacto de algunos mandos no es el más deseado, aunque todos funcionan bien y se manejan sin esfuerzo.
Equilibrado y solvente en todos los terrenos
Hay cosas que me han sorprendido gratamente de este coche. Una de ellas es su comportamiento dinámico en todos los terrenos. En ciudad es un coche que ofrece mucha maniobrabilidad. La verdad es que el Dacia Duster se desenvuelve de maravilla. La dirección tiene un amplio radio de giro, se aparca con facilidad, se callejea sin problemas y la visibilidad es muy buena en todos los ángulos.
En carretera se muestra como un coche muy equilibrado. Como es lógico, no llega a la eficacia y estabilidad de un turismo pero, por ejemplo, va mejor que un Nissan Juke (un coche 100 % de carretera). El Dacia Duster es un coche que mantiene bien la trazada, sin malos gestos y sin inercias descontroladas. Lo hace todo bien.
Las suspensiones realizan un buen trabajo en líneas generales, ya que contienen muy bien las oscilaciones de la carrocería y absorben perfectamente los baches, un badén o cualquier tipo de imperfección que tenga el firme.
Nuestra unidad de pruebas estaba equipada con neumáticos de carretera con medida 215/65 R16 y tracción delantera. Tampoco tiene diferenciales ni controles de descenso. Todo corre a cargo de la pericia del conductor. Pese a no tener las mejores condiciones para afrontar las duras condiciones que hay fuera del asfalto, sorprendentemente esta versión se desenvuelve mejor de lo esperado. Es cierto que según se van complicando las cosas, se van notando las lógicas limitaciones. Pero, salvo situaciones extremas, el Duster se mueve como pez en el agua.
Para circular por caminos y afrontar alguna que otra rampa o, incluso, zonas embarradas, esta versión se mueve a las mil maravillas. Las suspensiones realizan un trabajo formidable, ya que absorben perfectamente las irregularidades del terreno. Tampoco se perciben molestos rebotes que descoloquen el coche e incomoden a los ocupantes. También es un coche que destaca por ofrecer buenos ángulos de ataque, ventral y de salida, pese a que la carrocería no está demasiado sobreelevada respecto al suelo. Si te mueves habitualmente por caminos y entornos rurales, no lo dudes un sólo momento, el Duster es tu coche.
La dirección tiene una asistencia más bien dura, aunque no se muestra pesada ni llega a cansar. Además, es bastante precisa y comunicativa.
Los frenos son correctos. Es cierto que se puede echar en falta algo más de mordiente, pero al final cumplen en condiciones normales. En uso intensivo se fatigan con facilidad.
Motor Diesel de buen rendimiento y bajo consumo
El motor (un 1.5 dCi de 85 CV) sorprende por funcionamiento y rendimiento mecánico. Mueve con suficiente solvencia los 1.255 kg de nuestra versión de pruebas. En la zona más baja del cuentavueltas no percibimos vacíos de potencia (es un motor que siempre muestra brío y buena respuesta saliendo desde parado). Hasta 3.800 rpm se muestra como un motor enérgico y con fuerza que reparte muy bien el par disponible hasta dicho régimen. A partir de 3.800 rpm no merece la pena estirarlo más, ya que hasta 4.800 rpm (régimen de giro en el que se produce el corte de inyección) el motor se desinfla como un globo.
El consumo de carburante es muy bajo en todo tipo de condiciones. En ciclo combinado el consumo siempre se situaba entre 5,5 y 6 litros. Sin duda, unas cifras notables si tenemos en cuenta el tamaño y el peso de este coche.
Otra de las cosas que me han sorprendido gratamente de esta versión es que, pese a ser un coche en el que se ha mirado mucho el coste, su calidad de rodadura y ruidos están bastante contenidos cuando circulamos estabilizados en carretera. El ruido que siempre se impone es el del motor, seguido muy de cerca por el aerodinámico. El de rodadura apenas se oye.
La versión probada se puede adquirir desde 14.260 €, aunque si queremos completar el equipamiento de serie, tendremos que gastarnos entre 15.000 y 16.000 €. De esta forma, podremos disfrutar del equipo Radio CD y el aire acondicionado.
Conclusión: Al final tenemos un coche que, en los tiempos que corren, aumenta de forma significativa su éxito comercial siendo, simplemente, un buen coche en líneas generales, con una polivalencia y un precio ajustado, que es lo que busca mucha gente. Un coche digno a precio competitivo. Si además de un coche de diario, necesitas salir del asfalto y no puedes comprarte un SUV caro ni un 4x4 de lujo, este coche te va a satisfacer plenamente. Hace lo mismo por mucho menos dinero.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: G. Rodríguez y Renault
Agradecimientos: La unidad de pruebas ha sido cedida por cortesía de Arroyo S.A., concesionario oficial de Renault en Arroyo de la Encomienda - (Valladolid), Ctra. Burgos-Portugal, km 129. Tlf: +34983408910