Citroën C5 CrossTourer es la versión campera de la berlina francesa. Sólo está disponible con la carrocería familiar y, al igual que el resto de versiones, la tracción será delantera. Los principales cambios de este modelo respecto a un “C5 normal”, son las protecciones plásticas presentes en los pasos de ruedas, las llantas de aleación de diseño exclusivo, los paragolpes traseros, las barras del techo que, en este caso, están pintadas en color negro y la altura respecto al suelo, que puede incrementarse hasta 15 milímetros.
La calidad manda en el interior
Por dentro, es exactamente igual que cualquier otro C5. Por lo que, dentro del habitáculo, encontramos un amplio equipamiento y una calidad percibida que hacen muy agradable la vida a bordo. Todo el interior está recubierto con materiales de muy buena apariencia visual y unos ajustes bien resueltos. Tanto los plásticos empleados en el salpicadero y consola, como los guarnecidos plásticos y textiles de puertas, asientos y suelo, tienen buena apariencia y tacto agradable. Los plásticos que no son blandos están bien pintados, con un acabado ligeramente brillante que da buen aspecto, como los de la consola y los paneles de las puertas. Todo está bien colocado y no se ven fallos evidentes de montaje de piezas, ni ajustes mal realizados. No obstante, hay detalles que debería mejorar. Por ejemplo, algunos botones de la consola tienen un tacto muy endeble y, a veces, se quedan encajados entre sí. Además, el plástico empleado en el centro de la consola tiene un peor aspecto que el resto de los usados en el interior.
El cuadro de instrumentación tiene una tipografía e iluminación, en blanco para los relojes y ámbar para los indicadores y el resto de testigos de la consola, puertas y pantalla multifunción -es muy agradable a la vista-. La intensidad de la iluminación del cuadro se puede regular mediante unos botones de difícil acceso.
Los mandos del puesto de conducción están bien dispuestos y son muy accesibles. No obstante, debería mejorar el mando del navegador, que tiene un manejo confuso y está demasiado alejado del conductor. Es imposible manejarlo sin mirar sus botones.
El botón que nos permite consultar el menú del ordenador es sencillo e intuitivo. Está situado en el mando de los ajustes del limpia y lava parabrisas, y nos ofrece datos sobre consumos, velocidades y distancias habituales.
Diseño peculiar en el volante
El volante tiene un diámetro adecuado, justo en el límite de lo que se podría empezar a considerar un volante grande. El grosor del aro es fino y el tacto del mismo es duro -está recubierto de un cuero de tacto agradable-. Los radios del volante no tienen la mejor ubicación para agarrarlo con suficiente confort. A lo pocos kilómetros, los brazos no van relajados y nos cansamos con prontitud. En la mitad del volante se han introducido dos piezas de metal pulido que no da mucha sensación de frío cuando entramos en contacto con ellas –su presencia es, meramente, estética-. El volante tiene regulación mecánica en altura y profundidad.
La consola contiene el climatizador, los mandos del equipo multimedia y/o audio y del navegador, que en nuestra unidad era el NaviDrive 3D. El equipo de sonido es más que correcto. Está firmado por Philips y tiene un sonido bastante bueno. Gestiona bien los discos CD con mp3/wma/cd audio, las memorias USB y los sistemas mp3 -la conexión USB está situada en el reposabrazos-. Nosotros hemos conectando un Ipod con el conector original, que es USB, y no ha funcionado. Lo ponía en carga, pero no lo gestionaba con éxito.
Amplio por dentro y con un gran maletero
Todos los asientos y, los delanteros en particular, son muy buenos. Los delanteros disponen de múltiples ajustes eléctricos. Aparte de los habituales en longitud, altura, inclinación del respaldo y ajuste lumbar, los delanteros tienen el respaldo dividido en dos secciones para ajustar la forma de la espalda –este detalle se agradece, ya que esta regulación permite recoger aún mejor la zona de los hombros-.
Los asientos traseros son cómodos, incluso para tres adultos que no sean muy voluminosos, sobre todo en anchura. Son asientos muy aprovechables de lado a lado, ya que permiten que los ocupantes de las plazas laterales puedan ir sentados muy cerca de las puertas para ganar unos centímetros de espacio lateral. Tres niños con sistemas de retención infantil de cualquier grupo viajarán justos, pero con espacio suficiente para poder poner los sistemas de anclaje y sus cinturones. Las plazas traseras se abaten con un pulsador -el respaldo se abate y la banqueta se inclina sobre el respaldo delantero- para dejar un piso completamente enrasado con el suelo del maletero.
Precisamente, el maletero es uno de los puntos fuertes de este modelo. Con una capacidad de 505 litros, hay suficiente espacio para guardar todo tipo de objetos. Además, para ganar en capacidad, los respaldos de los asientos traseros para conseguir un volumen máximo de 1.462 litros.
Un motor refinado y de bajo consumo
El motor es muy lineal y potente. No decae en prácticamente toda su banda de utilización y es agradable, ya que responde bien en casi cualquier circunstancia. Tampoco tiene retardos significativos en la entrega de potencia y es agradecido a la petición del acelerador.
Los 150 CV se hacen notar cuando aceleramos a plena carga, respondiendo casi inmediatamente a los requerimientos del acelerador.
Aunque el desarrollo de la caja de cambios fomenta el confort y las relaciones largas, el motor mueve con suficiencia al vehículo. En marcha normal es un motor que tiene un consumo ejemplar, muy bueno. Para nosotros está entre los que mejor se ha portado en este sentido. En nuestro circuito habitual -combina carretera de montaña, vías interurbanas, autovías y recorrido urbano-, nos ha dado un consumo medio de 7,0 litros, incluido recorridos buscando las cosquillas del propulsor. No es un dato malo teniendo en cuenta la masa del vehículo -1650 kg-. Si decidimos realizar un tipo de conducción en el que prime la economía, las cifras de consumo se pueden rebajar considerablemente.
Un buen nivel de confort
El nivel sonoro interior es muy bueno, gracias al confort de rodadura que nos da la suspensión Hidractiva III+ y a los vidrios laminados de las puertas y cristales de custodia –limitan, en gran medida, el nivel sonoro aerodinámico y mecánico exterior-. Si a esto le sumamos que el motor HDI de 150 CV es de los más silenciosos de su categoría -es un motor muy silencioso en frío y en caliente aún más-, nos encontramos un conjunto en el que el confort acústico es una prioridad.
Por último, el HDi de 150 CV tiene un tacto agradable, suave y con un nivel de ruidos y vibraciones muy contenido. Su funcionamiento es muy progresivo, algo que es de agradecer en una berlina de estas características. Por prestaciones, es una mecánica satisfactoria y más que equilibrada para una utilización normal en todo tipo de vías.
En marcha, el Citroën C5 es una vehículo muy aconsejable para aquellos conductores que buscan una berlina muy confortable con un nivel de estabilidad a la atura de los mejores de su segmento.
Para encontrar un modelo tan confortable como el C5, hay que irse a coches más costosos, y no todos llegan al nivel de confort que ofrece el modelo francés. Eso sí, si lo que buscas es diversión y dinamismo, es mejor que barajes otras opciones, porque el C5 te resultará anodino, que no aburrido.
Esta versión ofrece un equipamiento de serie muy completo que no deja opciones a la vista. Con este motor, el C5 CrossTourer puede adquirirse desde 30.640 euros (consultar precios).
Conclusión: La versión más campera de la berlina francesa, se presenta como una opción muy interesante dentro de las opciones que plantea el mercado. Respecto a su competencia, es un modelo que cuenta con un nivel de confort inigualable, una calidad de materiales y construcción realmente destacable, una gran amplitud en su interior, un comportamiento impecable en todo tipo de terrenos y un precio imbatible si tenemos en cuenta todo su equipamiento.