Las nuevas desmultiplicaciones, con una quinta marcha más corta -46,41 Km/h en lugar de 49,42 Km/h a 1.000 rpm- y una sexta que desarrolla 56,19 Km/h a 1.000 rpm son las modificaciones que se han efectuado sobre la caja de 5 velocidades para alcanzar una relación adicional.
La sexta nos sirve de desahogo para recorrer miles de Kilómetro por autovías y autopista mientras que las 5 relaciones restantes nos permiten obtener buenas cifras en prestaciones, aceleración y velocidad máxima. A la nueva caja se unen unas nuevas llantas de aluminio de 16 pulgadas, denominadas Húngaro -que comparte con la variante 3.0i V6 - y un mayor equipamiento.
En estas condiciones, el consumo disminuye ligeramente, gracias a la reducción del régimen motor. Los consumos, ya de por sí muy ajustados, bajan 0,1 litros/100 Km. En uso urbano el gasto se sitúa sobre los 9 litros y aunque pueda parecer elevado se encuentra dentro de lo normal. En carretera, con un rodar constante y con unos cruceros entorno a los 160 km/h el consumo se sitúa sobre los 6,5 litros. Los excelentes consumos y los 68 litros de capacidad del depósito de combustible nos permite sobrepasar los 1000 Km sin tener que pasar por el surtidor.
Un confort acústico de primera
En cuanto al confort acústico apenas hay diferencias, pero se reducen algunas décimas de decibelio que ayudan a mejorar ligeramente la buena insonorización del habitáculo. Y es que la mecánica es el único elemento que se impone en forma de ruido en el interior ya que tanto la aerodinámica como la rodadura son inexistentes.
Las leves mejoras que ha sufrido el C5 con esta versión vienen a mejorar y confirmar las excelentes cualidades de rutero que posee la berlina francesa. Como es un producto más que conocido poco podemos añadir al respecto. Pero al menos podemos redundar en las excelentes cualidades que nos ofrece en carretera. El C5 es una berlina concebida para efectuar largos desplazamientos por carretera y si es por autovía, autopista y con un firme en perfecto estado mucho mejor.
Para aquel que piense que el C5 no es un buen producto, hemos de decirle que muy a su pesar, está totalmente confundido. Y es que, aunque Citroën nos bombardee en forma de publicidad con suculentas ofertas, no nos tiene que llevar a engaño como para pensar que estemos ante un vehículo descatalogado y de rebajas. De entrada el C5 cuenta con la conocida suspensión neumática Hidractiva de tercera generación. Sus directos rivales carecen de ella, y ese es un punto que juega muy a su favor. El equilibrio de la suspensión es sencillamente sublime. Varía su distancia respecto al suelo en función de la carga e incluye una opción que Citroën denomina "Sport" que aumenta la firmeza de las suspensiones para evitar balanceos e inclinaciones. En ambas opciones el equilibrio es perfecto y los balanceos son escasos.
En carretera el confort es sobresaliente, con buen asfalto exhibe al cien por cien sus excelentes cualidades. Las irregularidades que pueda tener el firme son absorbidas a la perfección y el C5 trata a sus ocupantes a las mil maravillas. También es cierto que no somos ajenos a experimentar cierta sensación de flotación pero en el buen sentido de la palabra, ya que la sensación de aplomo, agarre y estabilidad es elevada.
Estable y cómodo
Precisamente la estabilidad se sitúa en la misma línea, su comportamiento en curva es neutro y con el control de estabilidad la carrocería no sufre inoportunos desplazamientos. El tren delantero sigue la línea marcada sin rechistar. Por muy sinuoso que sea el trayecto -aunque el C5 nos se encuentre en su hábitat natural - el chasis no se descompone y sigue fielmente las ordenes del conductor. Todos los movimientos son progresivos y muy cómodos.
Un apartado que favorece la acústica, el consumo e incluso el comportamiento, es la aerodinámica. Su frontal en forma de platillo volador, los faldones laterales y las molduras de la carrocería nos da a entender que estamos ante una carrocería muy elaborada. Cuando realizamos recorridos a una velocidad estable no percibimos ni un solo ruido aerodinámico y nos da la sensación de que el morro corta el aire como un afilado cuchillo.
La suavidad y progresividad de la que hace gala el 2.2 Hdi ya es sobradamente conocida. La entrega de potencia es progresiva y lineal. A partir de 1.800 rpm. encontramos una buena respuesta. Ya a 2.500 rpm tenemos a nuestra disposición 34,4 mkg para disponer de un buen nivel de prestaciones. En la zona alta podemos estirar hasta las 4.500 rpm pero no merece la pena sobrepasar las 4.000 rpm, ya que la respuesta es ridícula. Por otra parte la calidad acústica es de las mejores de su categoría y apenas irrumpe en el habitáculo.
Su interior es de los más espaciosos de su segmento. Gran amplitud en sus cinco plazas, sobre todo el conductor se encuentra con el suficiente espacio como para acomodarse a su gusto y las personas de gran altura se van a encontrar en perfectas condiciones. Las plazas traseras se encuentran al mismo nivel, el túnel de transmisión apenas roba espacio al ocupante del asiento central. Nuestra unidad contaba con tapicería de cuero, que dicho sea de paso, le hacia ganar muchos enteros si la comparamos con la de terciopelo.
La calidad del interior se encuentra a la altura de sus oponentes por mucho que se diga. El tamaño y el tacto del volante es perfecto y el del cambio se encuentra más o menos al mismo nivel. Entre las pegas que podamos poner al resto de los elementos del interior entra el diseño de algunos mandos y de la instrumentación, la apertura de los tiradores de las puertas y la calidad de algunos plásticos.
Full equip
Partimos de la base que la gama C5 incorpora de serie en todas las versiones 6 airbag, ABS, ordenador de a bordo entre lo más destacable. El C5 6 velocidades 2.2 Hdi solo se comercializa con los terminados SX y Exclusive, nuestra unidad contaba con el Exclusive. El equipamiento de este último es muy completo, no nos va a faltar el climatizador, control de estabilidad, climatizador, faros de xenón, sensores de lluvia, luz y aparcamiento.
En cuanto a la dotación de seguridad no vamos a echar ningún tipo de elemento, disponemos de airbag frontales, laterales, de tórax y de cortina para la cabeza. Como equipamiento opcional podemos incorporar si así lo deseamos, el techo solar por 876 euros, la tapizería de piel por 1.564 euros y el navegador por 2.600 euros. Éste último es preciso y cuenta con una buena cartografía pero está demasiado escondido y es complicado visualizarlo, quizás con un leve rediseño de la zona superior del salpicadero estaría solucionado.
En resumidas cuentas, el Citroën C5 es una berlina más que recomendable, por precio y por lo que nos ofrece. No hay grandes deferencias respectos a la versión de cinco velocidades, pero se mejora levemente en apartados como el consumo, rumorosidad y equipamiento. Es una opción muy recomendable para quien realice largos desplazamientos por carretera y quiera una berlina con un precio de salida muy ajustado, habitable, confortable, practica y con un mantenimiento poco costoso. La suspensión Hidractiva 3 es una baza importante como para decidirnos a comprarlo ya que proporciona un equilibrio y un confort difícil de igualar además de ser un elemento que le sitúe en una superior categoría.