Si estás buscando una berlina amplia por dentro y compacta por fuera, con un coste de mantenimiento bajo, un consumo de carburante ridículo, un interior bastante sufrido y un precio no demasiado alto, el C-Elysée puede que sea el coche que andabas buscando.
Nosotros hemos podido probar la versión Diésel de 92 CV que, frente a otros modelos de la competencia, presenta un motor suave y refinado.
Cómodo y muy estable
Antes de nada, debo decir que, pese a todo lo bueno o malo que tiene este coche, me ha resultado muy satisfactorio e interesante. En primer lugar, lo que más me ha sorprendido, es su comportamiento en carretera. En este sentido, me atrevo a asegurar que el C-Elysée es la berlina de este tamaño más estable y segura de su segmento.
Pese a que, como es lógico, no presenta una suspensiones firmes y elaboradas, es un coche que entra muy bien en curva y que tiene, como seña de identidad, eficacia y equilibrio. Ya sea en curvas de velocidad lenta o rápida, el tren delantero se inscribe perfectamente en la curva sin demasiado subiviraje y con unos movimientos de carrocería muy compensados en todo tipo de giros y situaciones.
Además de controlar bastante bien las oscilaciones de la carrocería, las suspensiones son capaces de filtrar muy bien las imperfecciones del firme, y los baches tienen que ser brutales para que se hagan notar de forma seca y desagradable.
La dirección tiene un buen tacto y resulta suave en todo tipo de maniobras. Además, es bastante comunicativa y permite que podamos girar con rapidez.
Frenada potente
Los frenos también son potentes, y es difícil que den signos de fatiga salvo que los maltratemos a conciencia.
En carretera, los ruidos aerodinámicos y mecánicos se hacen notar más de lo deseado sin que tengamos que ir a velocidades por encima de las legales. Quizá es uno de los puntos más negativos de este coche.
El motor, aunque también se hace notar, no resulta desagradable por el ruido y las escasas vibraciones que emite al habitáculo.
El interior, como cabía esperar, no presenta grandes lujos ni mucho refinamiento. Por calidad y acabados, es el equivalente a lo que podemos encontrar en algunos utilitarios. Todas las piezas del interior no cuentan fallos reseñables en los acabados, pero todo es rígido y con una textura rugosa.
En el caso de nuestra unidad de pruebas, el volante y la palanca de cambios estaban forrados en cuero.
Amplio y buenos asientos delanteros
Una de las partes que más me ha gustado del interior, además del espacio disponible en todas las plazas, son los asientos delanteros. Me han gustado por la consistencia del mullido, porque me han resultado confortables y porque son bastante envolventes, algo difícil de encontrar en un coche de este precio.
Los asientos traseros, sin ser mejores que los delanteros, no son demasiado incómodos. No obstante, los reposacabezas, que están integrados en el propio respaldo, no se pueden regular.
La posición al volante es cómoda y, pese a que le volante no cuenta con ajuste en profundidad, uno encuentra la postura con rapidez.
Todos los mandos están bien ubicados y su manejo es sumamente sencillo. Lo mismo ocurre con la instrumentación, te ofrece lo justo y necesario para la conducción. Se agradece.
El interior no cuenta con demasiados huecos para guardar objetos, sin embargo, la guanera es bastante capaz y hay un apoyabrazos entre las dos plazas delanteras que tiene un compartimento muy práctico.
El Citroën C-Elysée tiene una serie de detalles que invitan a pensar que se han tenido que reducir costes para obtener un precio competitivo. Por ejemplo, la apertura de la tapa del maletero no está amortiguada, hay zonas del interior que no están totalmente tapizadas y la guantera no cuenta con iluminación.
El maletero es enorme. Sus 506 litros de capacidad colocan al C-Elysée como una de las berlinas más capaces de su segmento. Además, y por si fuera poco, los respaldos se pueden abatir para aumentar la capacidad de carga y para transportar objetos de generosa longitud.
Motor refinado y de bajo consumo
Dejo casi para el final uno de los puntos fuertes de esta versión, el motor. Bajo el capó encontramos un buen motor Diésel de 92 CV y 1.6 litros de cilindrada, que es capaz de mover con soltura al C-Elysée con un gasto de carburante muy bajo. De hecho, según nuestras mediciones, en carretera se pueden conseguir medias de menos de 5 litros en carretera y de unos 5,2 litros en ciudad.
El motor es muy suave y agradable de utilizar, lo que es de agradecer para disfrutar de un tipo de conducción en el que debe mandar el confort. Además, el cambio –que es de cinco velocidades- hace gala de un guiado muy suave y unos desarrollos muy bien elegidos para encontrar ese compromiso perfecto entre prestaciones y consumo.
Precio y equipamiento
El Citroën C-Elysée HDi 92 Exclusive está disponible desde 17.900 €, un precio que no incluye descuentos promocionales, aunque puede acogerse al Plan PIVE 2 (ver todos los precios). Si hablamos de equipamiento, el C-Elysée puede incluir aire acondicionado con display digital, ayuda al estacionamiento trasero, regulador-limitador de velocidad y radio-CD mp3 con kit manos libres Bluetooth.
Conclusión: El Citroën C-Elysée se conduce como un utilitario y tiene la amplitud de una berlina de gran tamaño. Además, tiene un maletero enorme y, en general, es un coche muy satisfactorio y práctico. El motor Diésel de 92 CV es un gran aliado para disfrutar de un buen nivel de prestaciones y un consumo de carburante ridículo. Por estabilidad en carretera, se sitúa entre los mejores de su categoría.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: A.R. Sastre, G. Rodríguez y Citroën