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Citroën C-Crosser Gama 2007

Citroën C-Crosser es la apuesta de la marca francesa con la que accede al segmento de los SUV (Sport Utility Vehicle) de alta gama, para plantar cara a modelos rivales de similar categoría con argumentos suficientes como es su configuración interior de hasta siete plazas, una gama de motorizaciones de altas prestaciones y respetuosas con el medio ambiente, un diseño seductor y su tremendo desenvolvimiento en cualquier tipo de terreno gracias a la tracción total.

Citroën C-Crosser fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2007 y se integra en la ambiciosa y completa gama de productos de Citroën, con diez berlinas, cuatro monovolúmenes, un vehículo de filosofía Ludospace y un 4X4.

Un chasis desarrollado en conjunto pero sin perder identidad
Citroën C-Crosser es un modelo que nace como fruto de un proyecto común diseñado bajo la alianza que mantiene el Grupo PSA Peugeot Citroën y Mitsubishi Motors Corporation para la producción de un 4X4 destinado al mercado europeo.

La planta nipona de Mizushima es la encargada de llevar a cabo la producción del C-Crosser, junto al Peugeot 4007 y el Mitsubishi Outlander, suministrando 20.000 unidades anuales de este modelo a Citroën.

Los ingenieros de la marca francesa han colaborado estrechamente en el desarrollo del vehículo, siendo especialmente optimizado para el mercado europeo en materia de comportamiento rutero. Así, se ha conseguido obtener un nivel máximo de confort y estabilidad, así como un placer de conducción óptimo.

El primer SUV de Citroën adopta la plataforma del Mitsubishi Outlander K2 lanzado en 2005. Se trata de la plataforma GS construida entre Chrysler y Mitsubishi para vehículos compactos, pero con especificaciones técnicas para cada una de las marcas.

Como el Mitsubishi Outlander y el Peugeot 4007,  el chasis es monocasco y ha sido fabricado con la tecnología RISE (Reinforced Impact Safety Evolution) que ha tomado en cuenta para su construcción conceptos como la integridad estructural y zonas de deformación programada que absorben la energía causada por impactos. Se han reforzado  más de quince puntos importantes de la carrocería, mejorando de forma significativa la seguridad de los ocupantes del vehículo.

Citroën C-Crosser mide 4.645 milímetros de longitud, 1.805 milímetros de ancho y una altura de 1.670 milímetros, que llega a 1.715 milímetros si el nuevo SUV de la marca francesa equipa barras de techo. La distancia entre ejes es de 2.672 milímetros, una cota suficientemente amplia para acoger un habitáculo destinado a siete ocupantes.

Con el objetivo de mejorar en todo lo posible el comportamiento del vehículo, el techo es de aluminio, cinco kilogramos más ligero que un techo de idénticas proporciones realizado en acero. La utilización de un material más ligero ha permitido disminuir el centro de gravedad en cuatro milímetros.


Suspensiones optimizadas especialmente para Europa
El Citroën C-Crosser monta en el tren delantero un esquema pseudo McPherson que dota al vehículo de gran estabilidad. En el eje posterior, se ha optado por una configuración multibrazo, que ofrece una menor inclinación de la carrocería a la hora de afrontar las curvas y una mayor adherencia, pudiendo rectificar constantemente la caída de los neumáticos y existiendo mayor contacto con el asfalto.

Además, el sistema multibrazo se ha reforzado con una barra estabilizadora de veinte milímetros de diámetro que favorece al máximo la estabilidad en marcha y contribuye a la seguridad activa del vehículo, con una alta dosis de comodidad, independientemente del volumen de carga.

El equipamiento de neumáticos específicamente desarrollados por Michelín con llantas de aleación de aluminio de dieciocho pulgadas de diámetro contribuyen, aún más, a lograr este alto confort a bordo.

Con dirección asistida variable
Independientemente de cómo sea el estado del firme de la carretera, Citroën ha revisado concienzudamente el sistema de dirección, implantando una de asistencia variable hidráulicamente, pues está asegurada por una bomba de caudal descendente. La variación de la asistencia, y por tanto de la dureza del volante, se determina en función del régimen del motor.

Perfección en la frenada y en el mantenimiento de la trayectoria
El sistema de frenos que equipa el Citroën C-Crosser supera los estándares de la marca en cuanto a mordiente, dosificación y  eficacia.

El sistema de frenado cuenta con discos ventilados con estribo de doble pistón en el eje delantero y discos macizos en el eje trasero. Además, incorpora sistema antibloqueo de frenos ABS con repartidor electrónico de frenada específico de este modelo REF.

El control de estabilidad ESP también es un elemento de serie y desconectable mediante un botón situado en el salpicadero, a la izquierda del volante y cuenta con una función que evita o limita la diferencia de giro de las ruedas en caso de pérdida de adherencia.

Tracción total con tres programas de funcionamiento para viajar con seguridad
Citroën C-Crosser incluye tracción total permanente, con tres programas de funcionamiento, según las condiciones del firme y el deseo del conductor de mantener el control sobre la mecánica, programas que se conectan y desconectan mediante el mando situado tras la palanca de cambios.

El modo 2WD, está pensado para circular sobre asfalto en buenas condiciones, sin pérdidas de adherencia. La motricidad se limita al eje delantero, con un consumo de carburante mínimo.

El modo 4WD reparte la tracción a ambos ejes de forma automática, de forma que el tren delantero recibe un mayor porcentaje del par motor. Esta relación cambia automáticamente gracias a un calculador que detecta cuándo el tren trasero necesita más par, asegurando un óptimo comportamiento en carretera.

El modo LOCK se debe de activar en casos de mala adherencia en el firme, como en superficies con nieve, arena o barro. En este modo es la electrónica la que se encarga de mandar alrededor de 1,5 veces más par al eje trasero que en el modo 4WD, para optimizar la motricidad, gracias a un mejor reparto del par.

Citroën ha diseñado un sistema de transmisión a la carta y  está gestionado por un calculador, que varía el reparto de par entre los dos ejes de forma continua y automática, para garantizar la mejor tracción del vehículo en cada circunstancia, teniendo en cuenta factores como la velocidad del vehículo, el ángulo de giro del volante, la diferencia de velocidad de giro entre ambos ejes o el hundimiento del pedal del acelerador.

Diseño refinado y robusto
Deportivo, con armonía de estilos y de líneas, robusto y refinado. Así es el diseño de la carrocería del Citroën C-Crosser, con un Frontal poderoso en el que son los chevrones los que le confieren fuerza y el estatus que destila. La forma del capó otorga mayor fuerza a los chevrones, que se extienden sobre la calandra y sirven de nexo, como en otros modelos de la marca, con los grupos ópticos.

Las molduras cromadas, situadas a ambos lados de la matrícula, la rejilla acabad en panal de nido de abeja para la entrada de aire al motor y los pilotos antiniebla, enrocados en un anillo cromado, otorgan un toque de distinción al frontal. Los grupos ópticos se extienden hacia el capó siguiendo los pasos de rueda.

La silueta presenta un perfil dinámico y robusto, gracias a sus cuidadas proporciones  y a su línea de techo levemente tendida hacia la parte trasera, su cintura de carrocería alta y sus aletas redondeadas.

En el acabado Exclusive, las lunas sobretintadas, la moldura cromada que realza la cintura de la carrocería, el diseño de las llantas diamantadas de doble tono o las barras de techo de aluminio, son sólo algunos de los elementos estéticos que ponen de relieve su marcado carácter de vehículo alto de gama, a la vez que transmite solidez y resistencia.

La zaga muestra el mismo estilo dinámico, robusto y refinado que la delantera. El paragolpes trasero de forma envolvente, se integra perfectamente con los pasos de rueda. La moldura cromada no sólo es un elemento que aporta elegancia, sino que une  las dos partes del portón trasero. Los grupos ópticos traseros están equipados con LEDs para las funciones de posición y de freno, asegurando una iluminación óptima con un bajo consumo de energía.

También aumenta la gama de colores para la carrocería con las tonalidades Marrón Mangaro y Azul Muzzano.
Espacio interior modulable y práctico, diseñado con clase y estilo
En el salpicadero del Citroën C-Crosser, prima la funcionalidad sobre la estética. Realizado en material granulado de color negro, contrasta con la  tapicería específica de los asientos y de las puertas, creando una atmósfera de lujo; la disposición de los mandos se ha posicionado con absoluta intuición. El cuadro de instrumentos tiene los relojes enmarcados en aluminio, y presentan nuevas grafías; el volante es de cuero y los asientos, delanteros, envolventes, especialmente el del conductor. Están tapizados en cuero perforado.

Citroën C-Crosser ofrece siete plazas, gracias a su configuración interior de 5 + 2, distribuidas en dos filas de asientos. La tercera fila de asientos es una banqueta que, únicamente, puede acoger a dos pasajeros, pudiendo plegarse y ocultarse en el suelo del maletero, quedando una amplia superficie de carga completamente plana.

El acceso a la tercera fila se realiza fácilmente, desplazando la fila intermedia y a dos barras de color aluminio integradas en las paredes laterales del maletero. Dos reposacabezas ocultables y dos cinturones de seguridad, enrollados en los montantes traseros, garantizan la seguridad de los pasajeros situados en estas plazas.

La segunda fila es abatible por secciones (2/3 y 1/3) y los respaldos pueden inclinarse en tres posiciones distintas. También se desliza longitudinalmente ochenta milímetros. Además, puede plegarse sobre sí misma contra la primera fila, bien mediante la palanca situada en cada asiento o, automáticamente, mediante dos botones eléctricos ubicados por encima de ambos pasos de rueda. Realizada esta operación, la superficie de carga queda perfectamente plana.

Un maletero grande y funcional
El volumen del maletero es de 510 litros de capacidad en configuración de cinco plazas y con los asientos de la segunda fila avanzados, mientras que es de 441 litros si la segunda fila está retrasada. Cuando las dos filas traseras se pliegan, la capacidad del maletero alcanza los 1.686 litros.

El acceso al maletero, a través del portón trasero, se puede realizar en dos mitades. Si abrimos la mitad inferior, de chapa, se facilita la carga de objetos pesados de hasta 200 kilogramos, ya que puede soportar una carga de hasta 200 kg y también puede servir para sentarse. La apertura por luneta practicable es, también, de fácil uso y muy ligera.

Una bandeja flexible oculta los objetos del maletero ante amigos de lo ajeno y cuenta con dos posiciones para tener en cuenta la inclinación de los asientos de la segunda fila. Opcionalmente se pueden instalar unos raíles de aluminio y cuatro ganchos, que permiten la fijación de accesorios. En el lado izquierdo hay una toma de corriente de doce voltios y, opcionalmente, es el hueco destinado al sistema de sonido de alta fidelidad. Las herramientas necesarias para la sustitución de la rueda de repuesto, colocada en los bajos del vehículo, están en el hueco derecho, justo encima del paso de rueda.

Compartimentos útiles
22 huecos portaobjetos se reparten por el habitáculo. En la parte superior del salpicadero, hay un compartimento cerrado y dos guanteras con función calefacción o refrigeración, que cuentan con un mando a modo de rueda para  neutralizar la función. En la parte inferior del salpicadero hay otro compartimento, con cerradura, de gran capacidad.

El apoyabrazos central es regulable en longitud. Se puede desplazar un máximo de sesenta y cinco milímetros por simple presión. En cada puerta existe un hueco, en el que se puede colocar una botella, además de una bolsa para revistas o periódicos.

La segunda fila de asientos integra un brazo con dos portavasos. Los respaldos de los asientos delanteros disponen de mesillas plegables. 

Dos niveles de acabado con quipamiento propio de buque insignia
Citroën C-Crosser cuenta con únicos niveles de acabado: VTR y Exclusive. El primero cuenta con Climatización automática, llantas aluminio de 16Â’Â’, radio CD MP3 con seis altavoces y mandos en volante, regulador de velocidad, encendido automático de luces, antiniebla delanteros, retrovisores exteriores eléctricos, térmicos y abatibles eléctricamente, elevalunas eléctricos delanteros y traseros secuenciales y antipinzamiento, ordenador de abordo multifunción, volante y pomo de palanca de cambios acabados en cuero, guantera refrigerada, asiento conductor regulable en altura, banqueta segunda fila abatible automáticamente en proporción 2/3 - 1/3, banqueta segunda fila deslizante con respaldos inclinables en proporción 2/3 - 1/3, fijaciones ISOFIX para silla de niños en plazas laterales traseras, banqueta de dos plazas escamoteable en tercera fila, portón trasero dividido en dos partes con luz antiniebla integrada, barras en techo color gris aluminio y tapizado de asientos en tejido Diamante negro.

El acabado Exclusive añade, al anterior, llantas aluminio de 18Â’Â’, faros de xenón y lavafaros, inserciones aluminio en paneles de puertas y en la consola de la palanca de cambios, asiento conductor con reglajes eléctricos, asientos delanteros calefactables, cargador de seis discos compactos, asistente de ayuda al estacionamiento trasero, lunas traseras tintadas, marcos de lunas y embellecedores de entrada de puertas cromados y tapizado de asientos de las dos primeras filas en cuero negro.

Opcionalmente, se pueden montar sistemas tecnológicamente muy vanguardistas como el sistema de sonido de alta fidelidad desarrollado por la marca Rockford Fosgate, con ocho altavoces y un amplificador de 650 vatios de potencia; sistema de navegación con pantalla táctil de siete pulgadas y disco duro de 30 Gb, Ayuda al estacionamiento trasero por cámara e interfaz de conexión manos libres Bluetooth.

Un potente diesel con cambio manual o automático de doble embrague
Citroën C-Crosser cuenta con una sola mecánica, de combustible diesel, comercialmente conocidas como HDi 160 FAP, desarrollada por PSA Peugeot Citroën y su fabricación se lleva a cabo en la factoría francesa de Trémery. Se trata de un bloque de cuatro cilindros en línea, dotado de tecnología HDi, de inyección directa Common Rail de tercera generación, con una presión máxima de 1.800 bares.

Incorpora un turbocompresor de geometría variable y una cámara de combustión de diseño ECCS (acrónimo de Extreme Conventional Combustion System), que optimiza la mezcla aire/carburante. Mediante estas técnicas, la mecánica ofrece mayores prestaciones, reduce los consumos y mejora el nivel de emisiones contaminantes gracias, también al filtro antipartículas FAP.

Este propulsor, con 2.179 centímetros cúbicos, desarrolla una potencia máxima de 156 caballos a 4.000 revoluciones por minuto. El par motor máximo es de 380 Newton metro, disponible desde apenas dos mil revoluciones por minuto. La transmisión es manual de seis velocidades.

El consumo en ciclo mixto es de 7,3 litros cada cien kilómetros y la tasa de emisiones de CO2 es de 194 gramos por kilómetro. Su velocidad punta es de 200 km/h y su aceleración de cero a 100 km/h se lleva a cabo en 9,9 segundos.

Transmisión de doble embrague DCS Dual Clutch System
La nueva caja de cambios que equipa el Citroën C•Crosser 2.2 HDI 160 FAP Gama 2010 supone la entrada de la marca en las cajas de cambio robotizadas. Su funcionamiento, gracias a un sistema de doble embrague, combina el confort que proporcionan las transmisiones automáticas clásicas con cambios entre relaciones imperceptibles, lo que facilita las maniobras a baja velocidad.

La nueva transmisión DCS incluye una función de arranque en pendientes con un desnivel superior a cinco grados. Dispone de seis relaciones y está formada por la unión de dos cajas tradicionales, cada una de ellas con su propio embrague. Una de las cajas de cambios dispone sólo las marchas impares (1ª, 3ª, 5ª) y marcha atrás y, la otra, las relaciones pares (2ª, 4ª y 6ª).
Los cambios entre relaciones se pueden llevar a cabo bien mediante la clásica palanca de cambios ubicada en el túnel de transmisión, pasando de las diferentes posiciones: manual, que permite al conductor liberta en la elección del engranado de las marchas y, la posición D, que permite la gestión automatizada de la caja de cambios.
Detrás de la palanca de cambios, un mando selector permite elegir entre dos modos de gestión para el cambio de las marchas: Normal y Sport. El primero está activado por defecto siempre que se acciona el contacto, mientras que el segundo aporta mayor dinamismo en los cambios de marchas. El modo manual se acciona con sólo mover la palanca de forma  transversal desde la posición D.
Los cambios también se pueden realizar sin apartar las manos del volante, mediante unas levas fijas integradas; la del lado izquierdo reduce y la del lado derecho incrementa. Se pueden usar las levas para cambiar en modo manual y, para regresar a modo automático, basta con mantener pulsada unos segundos la leva derecha que incrementa las relaciones.
Cómo funciona la transmisión DCS
Dado que cada una de las cajas de cambio dispone de un embrague, cuando se inserta una marcha, un calculador determina cuál es la siguiente y la engrana. En el momento de realizar el cambio, el primer embrague se abre y el segundo se cierra, por lo que la marcha preseleccionada se engrana y no se producen ni tirones ni pérdidas de par motor.

Puede darse el caso de que el conductor tenga engranada una relación y el calculador tenga preasignada una relación superior y que, en un caso de que el conductor desee realizar  una reducción para después aumentar una marcha y disponer de mayor potencia para realizar un adelantamiento, el retraso hasta que se produce el cambio se alargará ligeramente, pero la rapidez y el confort de este no cambia en absoluto.

Ambas semi-cajas están instaladas en un eje común, como los dos embragues, alimentados con un baño de aceite para transmitir el par entregado por el propulsor. El sistema de mando de los embragues y el mando de los cambios de marcha están gestionados por un sistema hidráulico controlado por un ordenador que maneja los accionadores de ambos dispositivos.

Citroën C•Crosser 2.2 HDI 160 FAP, con esta nueva transmisión DCS, consume en ciclo combinado 7,3 litros cada cien kilómetros y emite 192 gramos de dióxido de carbono por kilómetro.

Seguridad pasiva de alto nivel
Láminas de acero de alta resistencia que limitan las deformaciones en caso de impacto; travesaños delanteros optimizados en su forma para absorber la mayor cantidad de energía que se desprende tras un impacto y barras laterales de refuerzo en las puertas, son sólo algunos de los elementos que se han implantado en el Citroën C-Crosser para reforzar la estructura del vehículo y ofrecer el máximo nivel de protección a los ocupantes.

El equipamiento de seguridad incluye seis airbags de serie: dos airbag frontales, dos laterales y dos más de techo,  que cubran tanto la parte delantera como la trasera. Los airbag delanteros son adaptativos: la presión de inflado y el volumen dependen de la fuerza del impacto.

El airbag del pasajero se puede desconectar mediante la llave de contacto del coche, permitiendo la colocación de un asiento de seguridad para niños en el asiento derecho del conductor. Un testigo luminoso indica su estado.

Los cinturones de seguridad de todas las plazas disponen de tres puntos de anclaje, con  pretensor pirotécnico y limitador de esfuerzo, que reduce la presión en el tórax en caso de impacto en el de la plaza del conductor. Mediante una alerta sonora y un testigo luminoso en el cuadro de instrumento, el conductor puede detectar si el acompañante o el resto de pasajeros no llevan abrochado el cinturón de seguridad. Los asientos laterales de la segunda fila disponen de fijaciones ISOFIX para colocar sillitas infantiles.

La seguridad de los peatones también cuenta
Citroën C-Crosser incorpora elementos de seguridad que minimizan los daños en caso de atropello como son las estructuras deformables del capó del motor y las aletas que cuentan con un espacio generoso entre la estructura y los paneles exteriores, espacio que permite absorber mejor los impactos y, los paragolpes, que están rellenos de espuma de poliuretano, que absorben la energía y minimizan las lesiones en los miembros inferiores del peatón.

Texto: Francisco Romero

Publicado el 06/02/2007 a las 00:18