Bugatti Veyron Grand Sport LÂ’Or Blanc es una versión especial y única del deportivo de altas prestaciones francés y, más exclusivo aún, si cabe, al presentarse en versión targa. La nueva edición limitada del Veyron Grand Sport, del que sólo se fabricarán 300 unidades, tendrá un precio tan prohibitivo como el modelo del que deriva: 1.650.000 euros.
El Bugatti Veyron Grand Sport LÂ’Or Blanc es un coche que marcas tres hitos: es el primer vehículo en incorporar porcelana a su carrocería, el convertible más rápido del mundo y la versión del Bugatti Veyron más cara jamás vendida.
Un arte de 250 años en el tratamiento de la porcelana: reto conseguido
El nuevo Bugatti Veyron Grand Sport LÂ’Or Blanc es el resultado de una estrecha colaboración entre la marca francesa Bugatti y la empresa berlinesa Königliche Porzellan-Manufaktur Berlin, ésta última una especialista en el tratamiento y creación de auténticas obras de arte de porcelana.
Con una experiencia acumulada de 250 años, Königliche Porzellan-Manufaktur Berlin y un equipo de más de 170 personas, entre artesanos y especialistas en producción de objetos preciosos, esta empresa berlinesa fabrica piezas artísticas de porcelana, hechas a mano y partiendo desde moldes de yeso realizados “ex profeso”, creados y optimizados en varias semanas de duración en el departamento de investigación y desarrollo.
Thomas Wenzel, Jefe de Diseño de Königliche Porzellan-Manufaktur Berlin explica que “la porcelana es uno de los materiales más resistentes que existen en el mercado, pero su grado de calidad depende, en gran medida, de la excelencia del proceso de fabricación. Por ello, para su instalación en la carrocería y en el interior del nuevo modelo de Bugatti, se ha calculado con suma exactitud la contracción natural del material de, aproximadamente, un 16 por ciento durante la cocción y el secado. Tras estas comprobaciones, las incrustaciones en la carrocería se han ajustado perfectamente, por lo que el reto que nos planteamos ha sido superado con éxito”.
Extravagancia, lujo, pureza: casi diseñado por completo nuevamente
El diseño de la carrocería del Bugatti Veyron Grand Sport LÂ’Or Blanc se ha llevado a cabo en el estudio de diseño de la marca francesa. Su responsable, Achim Anscheidt, trabaja en una amplia sala de paredes blancas donde el elemento predominante es la luz.
De sus palabras se desprende que el equipo de diseño que ha trabajado en el Veyron Grand Sport LÂ’Or Blanc ha mirado intensamente la carrocería del Grand Sport, desde diferentes ángulos, analizando los reflejos de luz sobre la misma y destacando los que más atracción despiertan. La luz de estudio se refleja en los bordes invisibles entre las formas del cuerpo del Grand Sport. En varias etapas, cada línea de reflexión se ha traducido por los diseñadores de Bugatti a la carrocería, previamente pintada en un tono blanco vibrante y, mediante una cinta de precisión se adhiere a la carrocería, perfectamente alineadas y en piezas de hasta cinco metros de largo.
Si la línea no se ajusta plenamente a la intención de los diseñadores, éstos ponen una cinta correctora por encima de la línea original. Este proceso se repite hasta que la última línea tiene la tensión correcta y el carácter, evaluando la distancia entre las rayas y los espacios en blanco, la mejor forma de asegurar que el flujo de las líneas de un lado de la carrocería, extendiéndose a través del techo y la parte trasera, es el mismo en el lado opuesto.
La cuidada atención al detalle se presta, también, en la revisión más minuciosa de la más pequeña imperfección, ya que el objetivo final es alcanzar una perfección sin igual. Finalmente, las líneas se extienden a través de la forma perfecta de Bugatti como una red de reflejos de la luz.
En el transcurso de varias semanas, el equipo de diseñadores desarrolla la composición final de las curvas dinámicas y líneas delicadas que se ejecutan sobre la carrocería, como si se tratara de las artísticas serpentinas Stelvio.
Único en el mundo: el primer modelo con pintura de porcelana
En el siguiente paso, los especialistas en pintura de Bugatti se dedican a la terminación de la obra maestra francesa. Durante tres semanas, cada milímetro de las líneas marcadas se llenan a mano con el color azul característico y, además, todo el cuerpo de la carrocería, recibe hasta cinco capas de laca transparente.
Mientras que las líneas azules dominan en los espacios en blanco en la parte inferior, la relación de los colores invertidos en su transcurso hacia el techo, permite que el blanco intenso sea aún más fuerte.
Doce elementos de fina porcelana completan el enfoque estético de esta versión especial y única del Bugatti Veyron Grand Sport. La porcelana se ha usado para las incrustaciones del centro de las llantas de aleación, en la tapa del depósito de combustible y el tapón de llenado de aceite, así como en el anagrama “EB” de la zaga, cuya superficie blanca y brillante combina con el acabado brillante de la pintura lo que sugiere que el coche, también, está recubierto, con una delgada capa de porcelana.
Habitáculo a la altura de la carrocería
El interior del vehículo prosigue una estrecha relación con el exterior, sobre todo en lo que a esquema de colores respecta, dominando el color blanco y el azul, mientras que los materiales reinantes son el cuero y el aluminio.
Finas incrustaciones de porcelana se han integrado en los laterales de la consola central y, entre ambos asientos, se halla un elemento especialmente decorativo y llamativo. Se trata de un pequeño elefante en pie diseñado por el escultor Rembrandt Bugatti, hermano del que fuera el fundador de la marca, Ettore Bugatti, realizado en taracea de porcelana. Este elemento ya fue utilizado por Ettore Bugatti para decorar la parrilla del radiador del clásico Bugatti Royale.
Incrustado en la parte superior de la consola central, se halla un plato de porcelana fina con los bordes terminados en diamantes pulidos, una técnica exclusiva que, por vez primera, también ha sido realizada por Königliche Porzellan-Manufaktur Berlin, convirtiéndose en una exclusiva parte de un conjunto de picnic.
Lujo e innovación a alta velocidad
Como el vehículo de producción más rápido del mundo, el Bugatti Veyron Grand Sport LÂ’Or Blanc, monta el propulsor de 16 cilindros en W y 4 turbocompresores que genera una potencia máxima de 1001 CV. Asociado a una caja de cambios automática y de doble embrague DSG de siete relaciones es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 407 km/h con el techo puesto y de 360 km/h sin él.
Texto: Iván Bueno