Con poco más de cuatro años en nuestro mercado, el Z4 sigue siendo uno de los automóviles más encantadores del mercado. Con motivo de la renovación que recibió hace prácticamente un año, ahora el modelo de BMW es mucho más accesible gracias a su nueva motorización de gasolina de 156 CV ¿Será suficiente para seguir disfrutando de la conducción? Nosotros te lo contamos.
Con mucha personalidad
Por fuera, es tan atractivo como cualquier otro Z4; su silueta es la misma, tiene unos faros con anillos luminosos de LED que hacen las veces de luz diurna, y también luce unas bonitas llantas de aleación de 17 pulgadas.
Por dentro uno encuentra lo que espera, ya que tiene el estilo de los roadster de hace unos años. Nos gusta que este Z4 tenga el equipamiento justo y necesario, y que no trate de abrumar con pantallas multfincionales, ni asistentes varios a la conducción. Es una versión concebida para disfrutar única y exclusivamente de la conducción.
Entrando más en detalle, el climatizador, que enfría y calienta el habitáculo con suma rapidez, está presente en la consola central y presenta unos mandos convencionales que funcionan muy bien y se pueden manejar con rapidez.
Lo mismo ocurre con el equipo de sonido; suena muy bien, y se puede emparejar el teléfono móvil y, además, dispone de dos tomas (Jack y USB) para escuchar música.
Tampoco hay que achacar nada a la calidad de realización, y es que, el BMW Z4 no sólo ofrece un interior muy bonito, también presenta unos acabados y unos materiales sólidos y de gran calidad. En el interior encuentro materiales acolchados de sobresaliente aspecto, un muy buen tapizado de cuero e inserciones de aluminio para poner la guinda a este buen pastel.
Suficientemente confortable y práctico
La posición al volante es la que se espera, muy baja, con las piernas bastante estiradas y con el trasero cerca del suelo. Se va muy cómodo, porque el puesto de conducción está muy bien diseñado y todos los mandos están dónde deben estar. El volante y el pomo del cambio tienen un diseño perfecto, además de estar fabricados con materiales de primera calidad. Por su parte, los asientos, que sin ser un ejemplo de ergonomía y sujeción, resultan confortables y no permiten que el cuerpo se desplace sin control a poco que vayamos rápido por una curva.
Pese a que estos coches no pueden ser muy prácticos por razones lógicas, el BMW está muy bien aprovechado por dentro, por lo que no van a faltar suficientes compartimentos para dejar los pequeños objetos que solemos llevar encima.
Capota rígida eléctrica
A diferencia de la anterior generación del BMW Z4, el actual sólo se comercializa con techo duro. Su funcionamiento es impecable, no sólo porque toda la cinemática para abrirlo y cerrarlo sea rápida, eficaz, refinada y silenciosa, sino también porque no es muy grande y ocupa muy poco espacio en el maletero cuando vamos descapotados (El techo duro se abre simplemente pulsando una tecla. Esta operación dura 19 segundos y puede ejecutarse a una velocidad de máximo 40 km/h -ver imagen-).
Asimismo, con el techo puesto, no hemos percibido ruidos aerodinámicos, y el aislamiento acústico es tan bueno como cualquier otro coche carrozado de este precio. Descapotados, la aerodinámica está muy bien estudiada, ya que podemos conducir sin problemas hasta unos 120 Km/h sin tener que instalar ningún deriva brisas. A partir de esa velocidad, es recomendable instalarlo y subir las ventanillas.
Al disponer de un muy buen sistema de climatización, es posible conducir descapotados en invierno, aunque dentro de unas temperaturas razonables. Nosotros lo hemos probado en carretera circulando en autovía a 120 km/h con una temperatura exterior de unos 10 grados aproximadamente. Eso sí, conduciendo con ropa de abrigo, activando la calefacción de los asientos, regulando el climatizador en su temperatura más alta y con la ventilación prácticamente al máximo.
Un motor de gasolina que da muchas alegrías
Ya que estamos en movimiento, llega la hora de analizar lo que tenemos bajo el capó. Se trata de un motor con tecnología TwinPower Turbo de 2.000 cc de 156 CV de potencia, disponible a 5.000 revoluciones. El par máximo de 240 Nm de esta nueva variante del motor de cuatro cilindros está disponible entre las 1.250 y 4.400 vueltas.
El conjunto de la tecnología BMW TwinPower Turbo incluye una unidad turbo tipo Twin-Scroll, inyección directa de gasolina High Precision Injection, regulación plenamente variable de las válvulas VALVETRONIC y regulación variable de los árboles de levas doble-VANOS.
Esta mecánica está acoplada, de serie, una caja de cambios manual de seis marchas, aunque opcionalmente puede estar equipado con una caja de cambios automática deportiva de ocho marchas.
Para empezar, el motor tiene un tacto formidable, siempre muy refinado y con sensación de que tiene más fuerza de lo que declara su potencia real. Puede que esa sensación se deba a la acción del turbo, que le da mucha vida en la zona baja y media del cuentavueltas, pero que tampoco trata de engañarnos con una patada descomunal. En general es un motor constante, bastante plano y muy utilizable, ya que hay que estirarlo bastante si queremos sacar lo mejor de él.
Además, este motor está muy bien acompañado. La caja manual de 6 velocidades tiene un guiado sólido, a la vez que preciso, rápido y agradable de utilizar. Asimismo y, para rematar la faena, el grupo pedalier (embrague, freno y acelerador) ofrece un tacto exquisito y mucha precisión en su funcionamiento, lo que logra que encontremos un tacto de conducción sobresaliente.
Mecánica equilibrada por prestaciones y consumo
Por prestaciones, el BMW Z4 sDrive18i es un coche más que aceptable para darnos unas cuantas alegrías, y es suficientemente potente para ir a un ritmo ágil sin sentir que estamos en un coche limitado. En cifras, este Z4 para el crono en 7,9 segundos al acelerar de 0 a 100 km/h (con caja automática: 8,1 segundos) y alcanza una velocidad punta es de 221 km/h (220 km/h).
Pero si hay un equilibrio más que destacable entre prestaciones y rendimiento mecánico, cuando hablamos de consumo, este Z4 aprueba con nota. Y es que, nos encontramos un coche claramente sostenible que le cuesta gastar más de 7 l/100 km en ciclo mixto y, si vamos a un ritmo muy ágil, la media no va más allá de 9 litros, lo que es un dato muy bueno. Estabilizados en carretera y, según nuestras mediciones, hemos llegado a obtener una media de 6,7 l/100 km circulando a velocidades legales.
Después de realizar unos cuantos kilómetros, me queda claro que el motor resulta muy equilibrado por rendimiento y consumo pero… ¿Y el chasis? ¿Estará a la altura de lo esperado? Pues sí. Y es que, sin ser extremo y sin tener una suspensión incómoda, el Z4 hace gala de un comportamiento en carretera muy eficaz y un paso por curva equilibrado. Es un coche en el que manda el equilibrio y en el que la carrocería apenas balancea en los cambios de dirección. Además, es muy fácil de conducir al límite, ya que el tren trasero se muestra muy estable y la adherencia es destacable en todo tipo de circunstancias. En parte, ayuda mucho la forma que tiene de entregar la potencia, algo que nos permite tener un coche muy noble y muy poco exigente.
Tres modos de conducción
Para rematar la faena, el BMW Z4 incorpora de serie un selector de reglaje personalizado que permite obtener la configuración más apropiada en función del comportamiento dinámico del coche y de las preferencias personales del conductor. El selector basculante que se encuentra en la consola central permite elegir entre los modos «COMFORT», «SPORT» y «SPORT+» (ver imagen).
Precio y equipamiento
El BMW Z4 sDrive18i está disponible desde 38.900 € (ver todos los precios). El equipamiento de serie también incluye faros de xenón, climatizador, luneta posterior de cristal calefactable, sistema de cierre suave Soft-Close de la tapa del maletero, así como neumáticos tipo runflat con sistema de aviso de pinchazos.
Todas las variantes del biplaza descapotable están equipadas de serie con el sistema de audio BMW Business, que incluye unidad CD, conexión AUX-In y seis altoparlantes.
El nuevo BMW Z4 también puede contar, entre otros, con sensor de lluvia, sistema de orientación del haz de luz según el trazado de las curvas, y sistema de conexión y desconexión automática de las luces altas. Adicionalmente pueden adquirirse el sistema de regulación automática de la velocidad que, a su vez, incluye la función de frenado, así como el sistema de control de las distancias al aparcar Park Distance Control, que funciona con sensores montados en la parte delantera y posterior del coche.
Conclusión: La nueva versión acceso del Z4 resulta muy recomendable y satisfactoria por precio, equipamiento y prestaciones. Lo mejor que tiene, es el equilibrio que guarda en todos los apartados, pero sin perder un solo ápice de diversión al volante y sin tener lagunas significativas. A nosotros nos gusta, nos convence y lo recibimos con agrado, porque tiene el saborcillo de los roadster de hace años, pero con la calidad y la tecnología de BMW.