El BMW X6 es un modelo, por el momento, único en el mercado. Por calidad, equipamiento, tecnología y dinámica, el X6 es un auténtico referente que no tiene rival e impresiona por imponente que resulta. Nosotros probamos una de las versiones Diesel más potentes, concretamente el 6 cilindros de 306 CV. Se puede adquirir desde 74.400 €.
Único en su especie
Si realizamos un pequeño intento de compararlo con lo que tiene la competencia, lo único que encontramos, es el Cayenne de Porsche. El modelo de la marca de Stuttgart no es mejor que el X6, dinámicamente es mucho peor y, además, es tan horriblemente feo, que Porsche debería pagar para que la gente lo comprara –aún así, inexplicablemente lo venden como rosquillas-.
Pero dejando de lado lo que hay en el mercado, algo que, como puedes ver, no debe preocuparle a BMW, el X6 es un coche imponente que no esconde sus virtudes ni a primera vista. A nadie se le escapa que, la puesta en escena es espectacular. La carrocería es musculosa, sus dimensiones están muy por encima de la mayoría de los automóviles que hay en el mercado y sus enormes neumáticos de 20 pulgadas son descomunales. Por estética, es de lo mejorcito que he visto en muchos años.
Interior
Por dentro, como cabe esperar en un BMW de más de 70.000 €, lo que prima es la calidad por encima de todo. No obstante, hay algunos fallos de acabado que no debería estar presentes en un coche como éste. Por ejemplo, a la altura de la columna de la dirección hay dos piezas de plástico que no están bien ajustadas, en las zonas menos visibles del maletero hay zonas que no están bien tapizadas, la apertura mecánica de la guantera y del apoyabrazos central que hay en las plazas delanteras tiene una apertura un tanto tosca y poco cuidada, hay algunas piezas en la consola central que no están bien ajustadas, el ensamblaje de algunas zonas del salpicadero debería ser mejores y la iluminación ambiental del interior y maletero debería ser de mayor calidad. Con todo esto, no quiero que pienses que el X6 es un coche que esté mal fabricado, ni mucho menos. No en vano, puede que mucho de estos detalles los pases por alto o, simplemente, no les des mayor importancia, aún así, creo que BMW debería haberlos cuidado mucho más.
Ya que hablamos de ensamblaje y fabricación. Me gustaría destacar, muy positivamente, la calidad de algunos materiales y la solidez que transmiten todos los componentes del habitáculo. Para empezar, el salpicadero está fabricado, en su gran mayoría, con un material plástico –de tacto blando- que ofrece una textura mate y un tacto sensacional. Ni que decir tiene que nuestra unidad, tapizada con inserciones en cuero y madera, transmite una calidad superior y hace que el interior sea muy acogedor. No obstante, me gustaría que el tapizado de piel de los paneles de las puertas estuviera más acolchado para que el confort fuera aún mejor.
La presentación del salpicadero es fantástica, no sólo por la calidad de los materiales, sino por el diseño del mismo. Como suele ser habitual en los últimos modelos de BMW, lo que prima es la sencillez y la lógica. El X6 no es un coche que trate de impresionarnos a base de botones y luces de neón. Se trata de un coche muy bien diseñado, que se esfuerza para que nos adaptemos rápido y manejemos todas sus funciones con comodidad y sin volvernos locos.
Puesto de conducción y asientos delanteros
A nivel de ergonomía, me parece un coche ejemplar. En pocos automóviles me he sentido tan cómodo y tan famirializado desde el primer momento. Para empezar, el puesto de conducción es confortable y, como en todos los BMW, se puede ir muy bajo si un conductor de talla media lo desea.
Los asientos delanteros son de gran calidad. Están tapizados en cuero beige y cuentan con reglajes eléctricos de todo tipo para adaptarse a la talla y complexión de cada persona -por ejemplo, se puede variar la longitud de la banqueta, curvar el respaldo y hacerlo más envolvente y ajustar la zona lumbar-. Además, es posible memorizar hasta dos reglajes diferentes y el asiento del acompañante cuenta con las mismas prestaciones y equipamiento que el del conductor.
Mandos: disposición y funcionamiento
Los mandos de control (volante, cambio y pedales) se manejan perfectamente. El volante es sobresaliente; está tapizado con un cuero rugoso y grueso de mucha calidad, es completamente redondo y tiene un tamaño perfecto.
El mando del cambio es una maravilla. Además de tener un tacto refinado, es muy accesible y se maneja perfectamente. A diferencia de otros mandos, éste, resulta más compacto, te informa muy bien de su funcionamiento y resulta muy intuitivo.
Al lado del cambio, se encuentra el mando HMI –que BMW denomina IDrive-. Éste, es un mando que BMW ha sabido evolucionar y que, en la actualidad, es un auténtico referente. Integra un mando giratorio y siete botones desde los que podemos manejar todas las funciones del X6 (sistema de navegación, equipo de sonido, teléfono y todos los ajustes del vehículo). Lo mejor de todo, es que el manejo es sencillo y se ha configurado perfectamente para que no nos volvamos locos y la utilización sea muy intuitiva. Este dispositivo, se completa con un sistema de control por voz que, aunque facilita las cosas y resulta muy útil, tiene sus limitaciones y todavía le queda margen de mejora.
Por lo demás, desde la consola central, están muy bien organizados y configurados todos los mandos que nos permiten controlar el sistema de climatización y algunas funciones del equipo de sonido. También están muy accesibles un grupo de botones dedicados para la apertura del maletero, desconexión de control de estabilidad, asistente de aparcamiento y conexión del control de descenso.
El resto de mandos ofrecen un tacto de calidad y están muy bien dispuestos y ordenados.
La parte superior de la consola central, está gobernada por una pantalla –de formato panorámico- que tiene una resolución de 800 x 480 píxeles. Se visualiza con claridad y muestra mucha información de todas las funciones que lleva el vehículo.
Nuestra unidad de pruebas equipaba el navegador profesional de BMW –que funciona de maravilla- y un equipo de sonido, de bastante calidad, que era capaz de reproducir archivos de sonido vía Bluetooth, CD compatibles WMA/MP3 o bien mediante una toma externa USB ubicada en la guantera.
Habitabilidad
Aunque el BMW X6 es un coche de generosas dimensiones –mide casi cinco metros de largo y dos de ancho- cuando entramos dentro, parece algo más pequeño. Y es que no debemos pasar por alto que, el X6, luce una imponente y estilizada carrocería de coupé.
En las plazas delanteras no hay problemas de espacio, ni tan siquiera para una persona de generosa estatura. Existe gran sensación de amplitud y todo el salpicadero resulta bastante envolvente. Ya detrás, se nota mucho la caída del techo que le otorga ese corte de coupé en la parte trasera. Es cierto que, para personas de una estatura media -1,75 m, aproximadamente- no hay problemas de espacio, sin embargo, personas de más de 1,90 m de estatura tendrán problemas. Tampoco hay mucho espacio para las piernas o, al menos, no es el esperado en un coche de este tamaño.
Los asientos de las plazas traseras no ofrecen ningún tipo de reglaje para adaptarse mejor a la altura y complexión de los ocupantes. La banqueta va muy cerca del suelo para aprovechar al máximo el espacio de altura, y eso puede restar algo de confort a los ocupantes, sobre todo a los que son más altos. Sin embargo, hay cosas que me han gustado. Por ejemplo, en el caso de nuestra unidad de pruebas, las dos plazas traseras eran totalmente independientes, lo que permite que los ocupantes vayan con mayor comodidad. Además, entre los dos asientos, hay un apoyabrazos que queda a la altura perfecta para que los brazos descansen adecuadamente y una pequeña bandeja multiusos que integra dos compartimentos, un cenicero y dos posavasos.
Compartimentos y maletero
Aunque es un coche de cierto corte deportivo, el BMW X6 tiene un interior bastante práctico, al menos para dejar los objetos que solemos llevar encima.
Los pasajeros delanteros, disponen de una guantera –no demasiado grande- que es suficiente para guardar el chaleco de emergencia, la documentación y el manual de usuario.
Entre los dos asientos, hay un cofre –que hace de apoyabrazos- bastante amplio y, delante del mando del cambio, hay dos posavasos bastante prácticos.
Ya en las plazas traseras, hay una bandeja muy completa de la que he hablado anteriormente, y dos pequeños huecos ubicados en los extremos de las banquetas de los asientos que, sin ser excesivamente útiles, pueden venir muy bien.
Por ultimo, todas las puertas incorporan unas bolsas rígidas compartimentadas que son bastante amplias.
Todos los compartimentos están tapizados con fondos de goma, salvo la guantera, que está revestida con fibras sintéticas. A mi me hubiera gustado que, algunos huecos, estuvieran revestidos con guarnecidos de mayor calidad y que, alguno de ellos –como este- deberían estar iluminados.
El matero tiene una capacidad de 570 litros -es un buen dato sin que resulte excesivamente amplio-. En cualquier caso, esta cifra se puede ampliar hasta los 1.450 litros si se abaten los respaldos de los asientos traseros en proporción 60/40 -cuando están totalmente abatidos, éstos no quedan totalmente enrasados con el piso-.
Las zonas más visibles del entorno del maletero están muy bien guarnecidas con un tapizado de bastante calidad.
El equipamiento del maletero es completo. Integra argollas y raíles para instalar redes que permiten organizar mejor la carga, cintas elásticas para sujetar pequeños objetos, un botiquín y una toma de corriente de 12 V.
Debajo del piso, hay un doble fondo, bastante práctico, en el que están perfectamente presentados un destornillador multiusos y el gancho que permite remolcar el vehículo en caso de que, éste, quede inmovilizado. Además, ofrece mucho espacio para guardar objetos que no queramos que queden a la vista, o bien, que no se utilicen con demasiada frecuencia. Este doble fondo se abre perfectamente y está sustentado por un amortiguador que, además de facilitar el cierre y la apertura del mismo, permite que quede fijo cuando lo dejamos abierto.
A ambos lados del maletero, hay dos compartimentos con tapa que ocultan los fusibles en el lado derecho (ver imagen), y los triángulos de señalización en el derecho (ver imagen).
Lo que menos me ha gustado del maletero es la iluminación. Además de resultar pobre, los dos puntos de luz están integrados en el portón, por lo que quedan muy alejados para que cumplan con su función adecuadamente. Tampoco me ha gustado algunos acabados del guarnecido que hay en las zonas menos visibles del doble fondo del maletero (ver imagen). Estos acabados deberían ser mejores.
El portón del maletero equipa un asistente que permite abrirlo y cerrarlo automáticamente sin intervención del usuario -es de agradecer en un coche equipado con un portón tan grande, pesado y aparatoso-. Si queremos abrirlo, se puede hacer de tres maneras: desde un botón dedicado que hay en el salpicadero, desde el mando a distancia, o bien, desde un pulsador hay encima de la matrícula. Para cerrarlo, hay que pulsar un botón que está integrado en el interior del propio portón (ver imagen). Este mecanismo de cierre y apertura, integra un sistema preventivo que permite detenerlo automáticamente cuando detecta que el portón está golpeando contra un objeto o persona.
El resto de las puertas, también incorporan un dispositivo de seguridad que permite ajustarlas perfectamente cuando no están bien cerradas.
Motor Diesel de 6 cilindros y 306 CV
La versión del X6 que nos ocupa, equipa uno de los mejores motores Diesel que hay actualmente en el mercado. Se trata de un 6 cilindros en línea equipado con lo último en tecnología. Tiene potencia y par para aburrir. Entrega una potencia de 306 CV a 4.400 rpm y un par motor máximo de 600 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm. Con estas cifras, el BMW X6 xDrive40d acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 236 km/h (nosotros alcanzamos los 245 km/h en circuito cerrado y, al motor, todavía le quedaba suficiente régimen de giro para superar los 250 km/h, aunque nos quedamos sin pista para poder comprobarlo).
Por tamaño y prestaciones, al BMW X6 se le quedan muy pequeñas las calles y carreteras españolas. Para empezar, a nadie se le escapa que, a un coche de este tipo, las limitaciones de velocidad no sólo son ridículas, sino que llegan a resultar incómodas para un motor de tal calibre. De hecho, a 120 km/h el motor gira en octava velocidad a 1.800 rpm, por lo que la sensación que uno tiene es que el motor va ahogado y el coche prácticamente parado.
Se trata de un motor tan sobrado en fuerza y prestaciones, que no hace falta estirarlo al máximo para circular con suficiente agilidad. Un buen ejemplo de ello es que podemos ir a 50 km/h en octava velocidad a un régimen de giro de unas 1.200 rpm sin que el motor muestre una sola queja.
Sacando el máximo partido al motor, la aceleración no impresiona, sin embargo, el BMW X6 acelera con rapidez y de forma constante, como si fuera locomotora. Hasta 180 km/h acelera con suficiente rapidez y, a partir de esa velocidad, la física y los desarrollos del cambio comienzan a pesar demasiado para ganar velocidad con la misma rapidez hasta alcanzar la velocidad máxima.
Cambio automático de 8 velocidades
El motor está asociado a una nueva caja de cambios ZF automática de 8 relaciones que es muy rápida y le saca mucho partido al motor. Se puede manejar desde el mando habitual del cambio (ver imagen), o bien, desde unas levas que hay detrás del volante.
No se trata del típico cambio aburguesado en el que metes la directa y te olvidas de gestionar las marchas. Resulta tan rápida que, en muchos casos, es recomendable manejarla manualmente para mejorar algo más la gestión automática. Por ejemplo, en la modalidad automática, si no sobrepasamos un doble fondo que hay al final del recorrido del acelerador, el motor sube de marcha cuando llega a las 2.000 rpm, y las reducciones son suaves sin que el motor sacuda de forma desagradable a los ocupantes cuando retiene.
Si queremos correr y sacar lo mejor del conjunto motor-cambio, esta combinación no decepciona, ya que las transiciones de las marchas se producen con rapidez, y la electrónica permite que el motor suba mucho el régimen de giro cuando reducimos velocidades.
En un uso normal, aunque el tacto del coche es bueno en líneas generales, la respuesta del acelerador es lenta. Por ejemplo, cuesta mucho trabajo dosificar la aceleración cuando sacamos el X6 de un garaje con rampa, y también es difícil evitar, en más de una ocasión, molestos tirones producidos por la brusca entrega de par y potencia del motor cuando estamos cambiando de marcha o saliendo desde parado a un ritmo moderado.
La buena gestión del cambio automático, que en su modalidad más económica creo que podría aprovechar mejor el par motor, hace que los consumos sean bastante moderados si tenemos en cuenta la potencia y cilindrada del motor, además del peso (2.185 kg). Practicando una conducción normal, el consumo siempre se ha estabilizado sobre los 10,5 litros y, lo mejor de todo, es que siempre se ha estabilizado sobre esa cifra tanto en recorrido urbano, como en carretera.
Lo bueno de este motor es que, a pesar de ser muy potente, el gasto de carburante no se dispara demasiado si le exigimos con continuas aceleraciones y vamos con acelerador a plena carga para disfrutar de las prestaciones. En ese caso, nosotros obtuvimos un consumo medio de unos 14,5 litros en un recorrido aproximado de unos 60 kilómetros en carreteras con muchas curvas y desniveles.
Como cabe esperar en un coche de este precio, el motor apenas se oye y no se perciben vibraciones parásitas. Básicamente manda el refinamiento. Cuando lo llevamos muy alto de vueltas, el ruido que emite es bastante deportivo y me ha recordado mucho al que puede tener un motor de gasolina de BMW con la misma arquitectura.
Suspensión pilotada
La tracción integra, el buen reparto de masas y el formidable trabajo de las suspensiones, hacen que, este X6, ofrezca un comportamiento en carretera sobresaliente. Para empezar, el X6 equipa dos programas de control preasignados (Normal y Sport) que varían la dureza de la suspensión, de la dirección, mejora la respuesta del acelerador y agiliza la gestión del cambio. La diferencia entre un programa y otro se nota. Con el “Sport”, el coche es más estable, la carrocería tiene un menor balanceo, la dirección transmite mejores sensaciones y mayor precisión y el subviraje es menor.
Con el programa “Normal” –es más burgués- la suspensión absorbe mejor las irregularidades del firme y resulta más confortable, aunque se la nota firme y más enérgica que la que puede equipar, por ejemplo, un Audi Q7 o un Volkswagen Touareg.
En carretera, el BMW X6 es un coche poderoso y hasta superdotado; es muy estable, ofrece una pisada magnífica y transmite una gran sensación de seguridad. En carreteras con muchas curvas, sorprende por su agilidad –sobre todo en los giros más cerrados- y es más eficaz de lo que parece. Pese a que tiene una masa que supera las dos toneladas, el X6 puede presumir de ser un coche más ágil, estable y rápido que otros con un menor peso y centro de gravedad más bajo.
En curvas de media y alta velocidad se comporta perfectamente, tiene una entrada en los giros realmente buena y mantiene muy bien la trazada. Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos con el gas a la salida de la curva, ya que si nos excedemos, el tren delantero comienza a experimentar una marcada tendencia a irse recto. En cualquier caso, BMW ha configurado un setup de serie bastante acertado para que, este X6, sea un coche muy fácil de conducir, de reacciones predecibles y con una zaga que se mantiene pegada al asfalto.
Gran parte de la responsabilidad en cuanto a estabilidad y buena capacidad de frenado y tracción se refiere, recae sobre los enormes neumáticos -nuestra unidad equipaba unos Bridgestone Dueler H/P Sport con medida 275/40 R20 106W para el tren delantero y 315/35 R20 110W para el trasero-.
La dirección transmite buenas sensaciones cuando circulamos por carretera, con un comportamiento más cercano al de un turismo, que al de un 4x4. No obstante, lo peor que tiene, es que le cuesta mucho alinearse con rapidez para recuperar su posición original, lo que resulta muy incómodo cuando se circula por ciudad -supongo que todo se debe a los reglajes de las geometrías de la suspensión delantera-.
Un buen "todocamino"
Fuera del asfalto, es un coche que sorprende. Es cierto que su hábitat natural es la carretera, aunque tenga tracción integral y cierto aspecto de 4x4. No en vano, y pese a que tiene unos neumáticos con un perfil muy bajo y una distancia respecto al suelo no muy amplia, el X6 se desenvuelve de maravilla por caminos en mal estado y superficies de baja adherencia. Aún así, debemos ser conscientes que no se trata de un Land Rover Defender, y que es un coche de lujo básicamente concebido para carretera.
Cuando se circula por un camino, la suspensión absorbe bien las irregularidades en sus dos programas (Normal y Sport). También es un coche que tiene cierta capacidad para subir sin problemas rampas pronunciadas, aunque siempre hay que tener muy vigilado el ángulo ventral, que es la gran limitación de este coche cuando nos adentramos por zonas complicadas.
Para subir rampas muy pronuncias, el X6 ni se inmuta y tracciona a la perfección. Cuando se trata de bajarlas, equipa un control de descenso muy útil que funciona perfectamente y asiste para que el coche retenga automáticamente sin que el usuario intervenga.
Si decides conducir rápido en pistas con barro y nieve, el tren trasero te dará mucho juego para divertirte bastante, pero tendrás que anticipar mucho la frenada, ya que en este tipo de superficies el ABS interviene tanto, que el coche apenas frena.
Asistentes a la conducción
Como te puedes imaginar, en ciudad es un coche con sus inconvenientes, aunque se conduce mejor de lo que parece. Cuando se aparca en batería, hay que tener muy en cuenta que la plaza no sea muy estrecha para que se puedan abrir las puertas y tener espacio suficiente para salir. Afortunadamente, cuando se trata de aparcar, el BMW X6 equipa un muy buen asistente de estacionamiento que es una auténtica maravilla. Equipa tres cámaras (una en el portón trasero y dos en cada uno de los retrovisores exteriores). Estas cámaras permiten que tengamos un plano cenital que nos ayuda a tener una mejor perspectiva del vehículo, la verdad es que ayuda y mucho. También podemos elegir la perspectiva habitual de la cámara trasera para ver mejor lo que tenemos detrás (ver imagen).
El BMW X6 también puede equipar otros asistentes a la conducción, como por ejemplo, el asistente de carril. Este dispositivo nos avisa, mediante unas vibraciones en el volante, cuando sobrepasamos las marcas viales de la carretera.
Otro de los dispositivos que resulta interesantes, es el sistema HUD. Se trata de una solución que proyecta en el parabrisas información relativa a la velocidad a la que circulamos, las limitaciones de velocidad de cada vía, navegación y diferentes alertas del vehículo. Aunque resulta interesante y útil, me hubiera gustado que fuera más configurable y que, sobre todo, la información se viera con mayor claridad.
Precio y equipamiento
El BMW X6 xDrive40d está disponible desde 74.400 €. Como cualquier modelo de la marca alemana, el equipamiento puede llegar a ser muy completo gracias a la gran cantidad de opciones que hay disponibles. Nuestra unidad de pruebas no contaba con el equipamiento más alto, pero no le faltaban elementos como suspensión de control electrónico "Adaptive Drive" (3.963 €), avisador de cambio de carril (626 €), desactivación del airbag del acompañante (49 €), faros LED adaptativos (2.650 €), sistema HUD que proyecta información sobre el parabrisas (1.614 €), techo eléctrico (1.494 €), llantas de aleación de 20 pulgadas (2.520 €)... así hasta un largo etcétera.
Conclusión: El BMW X6 tiene la capacidad de ser uno de esos automóviles que te gana con la vista, te convence cuando te pones a los mandos y te cautiva cuando lo conduces. La versión Diesel de 306 CV ofrece un muy buen nivel de prestaciones y tiene un consumo bastante moderado. Su comportamiento en carretera es una auténtica referencia si lo comparamos con las “alternativas” equivalentes.
Texto: Gustavo Rodríguez
Fotos: G. Rodríguez y BMW