BMW quiere estar presente en todos los frentes, y para ello, entra de lleno en el segmento de los monovolúmenes compactos con su nuevo Serie 2 Active Tourer. Puede que haya llegado tarde, o que incluso sea un modelo impropio para una marca que siempre ha tenido entre ceja y ceja la deportividad y las grandes berlinas, pero, aún así, hay que reconocer que se han estrenado por todo lo alto con un modelo que destaca por calidad, equipamiento y confort.
Nosotros nos subimos a la versión 118d, que equipa un motor Diésel de 2.0 litros, cuatro cilindros y 150 CV. Sin haber probado el resto de opciones mecánicas, sí que podemos asegurar que es de las variantes más interesantes, sino la que más. Su elevado refinamiento, bajo nivel de ruidos, excelente funcionamiento y nivel de prestaciones, permiten dar un salto de calidad a este monovolumen.
Calidad con el sello de BMW
Su interior, al menos el que lucía nuestra unidad de pruebas, lucía un aspecto y calidad que no está al alcance de ningún vehículo de esta categoría. Por ejemplo, un Clase B de Mercedes-Benz, queda muy lejos en acabados y calidad de materiales, y eso que es el modelo más equiparable por precio.
Todos los acabados del interior son impecables. La solidez es la nota predominante, que se ve acompañada con una calidad de materiales sobresaliente. Además, nuestra unidad de pruebas contaba con una tapicería de cuero en asiento y paneles de las puertas, que también era de gran calidad.
Por dentro, es un coche muy amplio en todas las plazas. En las delanteras la sensación de amplitud es muy buena, y los asientos resultan confortables. No obstante, si tuviéramos que poner algún ‘pero’, nos hubiera gustado que la banqueta fuera algo más envolvente y contara con regulación en longitud.
Detrás, la posición permite que podamos ir con un gran nivel de confort. Además, los respaldos de los asientos pueden regularse en inclinación, todo ello para hacer los viajes más placenteros.
Muy versátil y funcional
El maletero de volumen variable entre 468 y 1.510 litros y el respaldo de serie de los asientos posteriores que puede abatirse en relación de 40:20:40, son expresión de la gran utilidad diaria de este nuevo modelo. Además, el maletero puede aprovecharse de diversas maneras, pues la banqueta de los asientos posteriores puede desplazarse horizontalmente. Por lo tanto, es posible agrandar el volumen del maletero o aumentar el espacio disponible a la altura de las rodillas, según sea necesario.
Otro detalle ingenioso es el piso plegable del maletero, debajo del que se encuentra un práctico vano que se puede aprovechar de varias maneras. El respaldo de inclinación regulable de los tres asientos traseros permite aumentar el nivel de confort, o bien, ampliar el espacio disponible en el maletero, según sea oportuno.
El gran portón del maletero, muy ancho y con amplio ángulo de apertura, permite acceder muy cómodamente al compartimiento de carga. El portón se abre o cierra automáticamente (opcional), simplemente pulsando un botón. O también puede accionarse de manera más cómoda, realizando un movimiento debajo del paragolpes posterior, aprovechando la función Smart Opener, incluido en el equipamiento opcional “Acceso confort”.
Un cofort de marcha sobresaliente
En marcha, tal y como cabe esperar en un BMW, la calidad de rodadura es impecable, siendo un coche que se muestra siempre muy asentado y con un rodar sólido y decidido. La dirección tiene tacto formidable, no sólo por precisión, sino también por agrado de uso.
Otro de los puntos fuertes de este coche, ya que hablamos de la conducción, es lo bien definido el puesto del conductor. En este sentido, encontraremos unos mandos simplificados y muy bien ubicados, un cuadro de instrumentos prácticamente perfecto y una regulación de asiento y volante que hace que nos encontremos a la perfección desde el primer momento.
Si deseamos ir a un ritmo ágil, algo que no debería ser lo habitual en un vehículo de este tipo, este Serie 2 es un coche muy predecible en todo tipo de condiciones. Bien por los reglajes de su chasis o por la tracción delantera, su carácter es subvirador –sobre todo en curva lenta-. Esto nos permite corregir perfectamente sin que nos exija lo más mínimo. Además, es un coche muy equilibrado y noble de reacciones por muy rápido que vayamos o por muy mal que esté el asfalto.
El motor, tal y como hemos comentado al principio, es sobresaliente. Tanto es así que, en la actualidad, no hay un motor de esta cilindrada y potencia que sea equiparable a este 2.0 litros de 150 CV. No sólo es suave, progresivo en su respuesta y bastante reactivo en todo su margen de giro, sino que hace gala de un refinamiento que ya quisieran tener algunos motores de gasolina.
Pero este motor no sólo es una delicia, también consume muy poco. Según nuestras mediciones, en carretera en condiciones normales y no precisamente favorables, podemos llegar a obtener una media de 5,4 l/100 km, lo que es un dato extraordinario.
Su precio y equipamiento
Para rematar el conjunto mecánico, nuestra unidad venía equipada con el cambio automático de ocho velocidades, que es muy recomendable por funcionamiento y confort.
En cuanto a equipamiento se refiere, podemos disfrutar de todo lo que queramos; una pantalla virtual tipo Head-Up Display, techo panorámico, lo último en conectividad, asistente de conducción en retenciones de tráfico y un paquete deportivo M para darle un toque racing si así lo deseas. El precio de la unidad probada está disponible en unos 30.000 € (consultar todos los precios), lo que es una cifra que se ajusta perfectamente a la calidad que ofrece el producto.
Conclusión: BMW ha entrado con mucha fuerza en un segmento muy poblado y competido, sin embargo, este Serie 2 Active Tourer poco o nada tiene que ver con cualquiera de sus rivales. El modelo alemán es un producto de mucha calidad que está destinado a los clientes más exigentes, que buscan un familiar Premium, acompañado de un equipamiento y opciones mecánicas de primer nivel. La versión Diésel de 150 CV es una de las más recomendables de la gama.