Audi R8 e-tron es el prototipo de la nueva versión del deportivo R8 que, con un sistema de propulsión totalmente eléctrico, llegará a finales de 2012. Como el resto de versiones de este modelo, será construido en la factoría que quattro GmbH tiene en la localidad alemana de Neckarsulm. Además, contará con una variante específica destinada a la competición.
La luz verde concedida a la producción del Audi R8 e-tron coincide con la decisión de BMW de producir en serie el BMW Vision EfficientDynamics, un deportivo híbrido de altas prestaciones basado en el concepto del mismo nombre y que también se encuentra en fase de pruebas (más información).
Tres modelos de máxima eficiencia en camino
El nuevo Audi R8 e-tron es sólo uno de los tres nuevos modelos que se ofrecerán en una gama de cero emisiones de CO2. El primero en llegar será el Audi Q5 Hybrid el próximo año y al que se sumarán este deportivo y el Audi A1 e-tron, un utilitario exclusivo totalmente eléctrico.
Con el mismo dinamismo que las versiones térmicas
Audi R8 e-tron mide 4,43 metros de longitud, 1,90 metros de ancho y sólo 1,25 metros de alto, dimensiones propias de un superdeportivo. Además, cuenta con una distancia entre ejes de 2,65 metros, cota que le permite ofrecer un generoso espacio para el conductor y el pasajero.
El bastidor de esta versión eléctrica presenta diferencias técnicas con respecto al resto de versiones térmicas, fruto de las exigentes y esenciales condiciones de eficiencia y autonomía, especialmente entre los coches eléctricos. Así, los especialistas de la marca han mantenido la estructura de la carrocería fabricada en aluminio bajo la filosofía Audi Space Frame, reduciendo el peso en 200 kilogramos y arrojando una cifra final de sólo 1.600 kilogramos.
Los trenes de rodaje, fabricados en aluminio forjado, cuentan con brazos de doble triángulo en el eje delantero y en forma de trapecio en el eje trasero, con amortiguadores y muelles firmes, una configuración que ha demostrado su eficacia en la competición automovilística como un diseño óptimo para ofrecer un alto dinamismo combinado con una máxima precisión.
La dirección es asistida electromecánica y de cremallera y piñón variable en función de la velocidad. Las llantas de aleación también son de aluminio forjado y de 19 pulgadas de diámetro.
Como el resto de versiones térmicas del Audi R8, cuenta con el exclusivo sistema de tracción total quattro con vectorización del par motor, distribuyendo la carga de potencia en condiciones normales en un 70 por ciento al eje trasero y el 30 por ciento restante a las ruedas delanteras, si bien en caso de deslizamiento en alguno de los ejes, esta relación cambia en una fracción de segundo.
El Audi R8 e-tron también gestiona la dinámica lateral a través de sus cuatro motores, pudiendo compensar los efectos de subviraje y sobreviraje mediante potentes intervenciones en los frenos y transmitiendo una potencia adicional selectiva sobre la rueda afectada.
El Audi R8 e-tron cuenta con una óptima distribución de masas, la misma que en el Audi R8 5.2 FSI quattro, en una proporción 42:58 entre los ejes delantero y trasero, en parte gracias a la ubicación de la ubicación de la batería y del sistema de refrigeración montados inmediatamente por detrás del habitáculo.
Deportivo de altas prestaciones totalmente eléctrico
El futuro Audi R8 e-tron, ya en fase de pruebas, proporciona una nueva visión de la filosofía de movilidad eléctrica de Audi, que se extiende mucho más allá de la tecnología de desarrollo de las baterías y la sustitución de un motor de combustión interna por uno eléctrico. Es un concepto integral, que muestra la compleja interacción de todos los componentes afectando, fundamentalmente, a los factores de eficiencia y autonomía.
El sistema de propulsión eléctrica que montará el nuevo Audi R8 e-tron quattro es el mismo que la marca alemana mostró en el concepto Audi e-tron, con cuatro motores eléctricos de imanes asíncronos permanentes, conectados en paralelo y en serie y montados en parejas en cada de uno de los ejes, ofreciendo una potencia máxima de 313 caballos (230 kW) y con un par motor máximo de 4.500 Newton metros, transmitiéndose inmediatamente a las ruedas de ambos ejes.
Con semejante sistema, el Audi R8 e-tron ofrecerá un rendimiento prestacional impresionante, con una aceleración de cero a 100 km/h en sólo 4,8 segundos.
Una potente batería como medio de suministro de energía
Para alimentar de energía a los cuatro motores eléctricos, los ingenieros de Audi han desarrollado y montado una batería recargable de ión de litio formada por células individuales que ofrecen una alta densidad de energía, siendo capaz de almacenar hasta 53 KW/h de energía y con un peso de 550 kilogramos. Mediante un sistema de gestión inteligente de la batería, se controla y optimiza la entrega de la misma, ofreciendo una autonomía máxima de 250 kilómetros. La batería cuenta con un sistema de refrigeración líquida propio que permite que se encuentre siempre en una temperatura óptima de funcionamiento.
Para recargar la batería, basta con conectarla a una toma de corriente doméstica de 230 voltios durante seis horas, tiempo que se extiende en dos horas más si la batería se encuentra totalmente descargada. El sistema de recarga de la batería del Audi R8 e-tron cuenta con una opción de recarga rápida, en sólo dos horas y media.
Además, cuenta con un sistema de frenada regenerativa, por que cual se recupera la energía cinética generada en las fases de deceleraciones y frenadas, transformándola en corriente eléctrica y almacenándola en la batería.
Interior: todo bajo control
A diferencia de los modelos estándar, el Audi R8 e-tron cuenta con una pantalla gráfica para mostrar el modo de conducción. Esta pantalla se encuentra entre las dos grandes esferas de la instrumentación redondos, mostrando los flujos de energía en recuperación y el de potencia de salida (ver imagen). Además, desde la pantalla del sistema MMI, el conductor puede seleccionar el nivel de recuperación de energía mediante los interruptores del volante influyendo directamente en la recuperación de energía y en la potencia de frenado de los motores eléctricos a fin de aumentar la eficiencia.
Texto: Francisco Romero