El Audi Q5 es el SUV del segmento medio con más éxito de Europa, China y EEUU. Un buen ejemplo de ello son sus buenos resultados comerciales -desde que saliera a la venta en 2009, la marca alemana ha vendido unas 430.000 unidades en todo el mundo-. Para ponerse al día y seguir liderando su competida categoría, el Q5 ha recibido una serie de mejoras que afectan a su diseño, gama de motores, bastidor y equipamiento. Lo puedes adquirir desde 36.780 € (ver precios).
Versión de acceso a gama
En SOBRECOCHES.com únicamente hemos probado la versión más básica y menos potente de toda la gama; un Diésel 2.0 TDI de 143 CV. Que sea la opción menos potente, no es ningún inconveniente para no decidirse por ella. Es más, creo que es la más equilibrada de toda la gama, ya que sus prestaciones son más que suficientes para mover con soltura la masa de este coche, y el motor y todos los mandos mecánicos tienen un tacto formidable.
Además de tratarse del motor más básico de la gama, nuestra unidad de pruebas estaba asociado al nivel de acabado más económico (Advance). No obstante, debo puntualizar que estaba cargadita de opciones como más adelante comentaré cuando trate en profundidad el precio y el equipamiento.
Asientos y habitabilidad
Por dentro, lo que menos me ha gustado son los asientos delanteros. Más que por su tapizado de tela, que me parece sufrido y de una calidad bastante justita para lo que se espera en un coche de esta categoría, lo que menos me gustó es su diseño. La sujeción que ofrecen es normal, pero lo peor de todo, es que no son de ese tipo de asientos que no se amoldan perfectamente al cuerpo. En mi caso, además de no encontrarme plenamente acoplado a sus formas, la parte superior del respaldo quedaba algo alejada y no cubría completamente toda la anchura de mis hombros. Los reposacabezas tampoco tenían un diseño demasiado sofisticado, y no contaban con las regulaciones necesarias para que quedaran en el punto ideal.
En las plazas traseras, como suele ser habitual en la inmensa mayoría de los coches, los asientos son muy normales. Al igual que los delanteros, éstos ofrecen una sujeción correcta y permiten que la postura, una vez sentados, sea buena. Además, el respaldo puede variar su inclinación (entre 24 y 30 grados) y hay un reposabrazos en la plaza central. Sin embargo, y aunque no son unos malos asientos, no termine de encontrarme plenamente cómodo y la banqueta tenía una longitud algo escasa, al menos en mi caso.
Todos asientos estaban tapizados con una especie de tela sintética que forma parte del equipamiento de serie y que se denominan “Tela Estepa”.
En cuanto a espacio se refiere, no es un coche que tenga problemas en este sentido. Cuatro adultos viajaran con un muy buen nivel de confort, y los de las plazas traseras tendrán suficiente espacio para las piernas y en altura.
Acabados: carrocería e interior
La calidad y el diseño del interior están al nivel de lo que se espera en un Audi. Aunque no es un coche –al menos la versión que nos ocupa- con un interior lujoso, todos los materiales que ha utilizado Audi –salvo el tapizado de los asientos- son de buena calidad o, al menos, me han parecido muy agradables a la vista y al tacto. Se nota que Audi se ha molestado en dar un acabado interior de calidad.
El Audi Q5 es un coche que transmite calidad desde el primer momento. Por fuera, el ensamblaje de piezas es muy bueno, y las soldaduras y el acabado de la pintura en las zonas menos visibles están más cuidadas que en otros modelos de similar e inferior categoría. Según Audi, el ensamblaje de sus carrocerías apuesta por una precisión a la décima de milímetro. En muchos ámbitos se utilizan adhesivos técnicos para reforzar las uniones, así como la soldadura láser en las taloneras y en las puertas. Los componentes de las zonas visibles del canal de agua en la zaga, así como la pieza lateral y el techo, se unen mediante procesos de soldadura de alta tecnología con aportación de material; la junta prácticamente invisible que se genera es una muestra de la filosofía de calidad de la marca.
Mandos: disposición y funcionamiento
A nivel de diseño, ergonomía y disposición de mandos, el Audi Q5 es tan bueno como cualquier otro Audi. Todo está donde debe estar, no hay una excesiva sobrecarga de botones y uno se adapta desde el primer momento para hacerse con las funciones del coche. Tan sólo hay dos detalles que me parecen mejorables. En primer lugar, se ha querido simplificar tanto el funcionamiento del climatizador que, para variar la temperatura o la potencia del sistema de ventilación, hay que pulsar previamente un botón para activar una de estas dos funciones. Por otra parte y, en segundo lugar, el mando multitarea, que Audi denomina “MMI” (ver imagen), está muy bien y ofrece los atajos ideales para manejarlo con comodidad, pero su ubicación en vertical hace que sea mucho más incómodo de manejar que los modelos que lo llevan en horizontal, justo al lado del mando del cambio (ver imagen).
El tacto de todos los mandos es bueno y transmiten precisión, no obstante, algunos, como las ruletas giratorias del “MMI” y del climatizador, funcionan bien pero ofrecen un tacto que no está a la altura de lo que se espera en un coche de este precio (ver imagen).
Por diseño y tipografía, el cuadro de instrumentos es impecable. Toda la información se lee con una claridad absoluta y, en el centro, está el típico display que ofrece mucha información sobre el ordenador de a bordo, sistemas multimedia, posibles incidencias del vehículoÂ… etc (ver imagen).
El volante tiene un diseño perfecto y Audi se ha preocupado, especialmente, en no recargarlo de botones. Quizá todo esté demasiado simplificado, sobre todo para manejar el ordenador de a bordo del vehículo.
Para liberar al volante de botones, por ejemplo, el regulador de velocidad se controla desde un mando, de buen tacto y bastante sólido, que se encuentra detrás del volante –su funcionamiento es bueno- (ver imagen).
Nuevos colores en el interior
En función de la decisión de cada cliente, se puede elegir entre una amplia paleta de colores en el interior; todos los tonos son nuevos, con excepción del negro. Muchos elementos de los asientos, del tablero de instrumentos y de los revestimientos de las puertas se han realizado en negro, marrón castaño, gris titán y beige pistacho o beige trufa. La moqueta es de color negro, gris acero o beige, y el revestimiento interior del techo de color plata, beige o negro. En los tapizados se suma a todo ello la combinación negro/marrón maya.
Como alternativa a la tela como material de la tapicería, Audi ofrece el cuero Milano y el cuero napa fina, así como una combinación de Alcantara y cuero. Un gran número de paquetes de cuero y de composiciones del programa Audi exclusive, entre ellos el cuero de alta calidad Valcona, completan la oferta. Para el revestimiento interior del techo se puede optar por el material Alcantara en dos colores. En el programa Audi exclusive el cliente encontrará más propuestas de personalización, entre ellas la Audi exclusive line. Su color básico es el negro, con los asientos deportivos tapizados en cuero napa fina de dos colores; las bandas centrales son de color blanco alabastro, cognac y gris nube.
El paquete deportivo S line inunda el habitáculo de negro. Para los tapizados se ofrece una mezcla de tela y cuero, una combinación de Alcántara y cuero y el cuero napa fina; los respaldos incorporan inscripciones S line grabadas.
Las costuras en color contrastado gris (no disponibles con el cuero napa fina) aportan el toque especial. En el volante, en la palanca de cambio o de selección y en las alfombrillas también se pueden apreciar detalles de gran delicadeza. Las inserciones decorativas se realizan en aluminio cepillado mate o en lacado brillante. Los asientos deportivos, el tren de rodaje deportivo S line, las ruedas de 19 pulgadas, los emblemas en la carrocería y en las molduras de acceso, así como la protección para el borde de carga en acero inoxidable, completan el paquete deportivo S line.
Un interior muy práctico
Como buen vehículo familiar que se precie, el Audi Q5 es un coche bastante práctico para el día a día. Nuestra unidad de pruebas equipaba muchos compartimentos que nos permitían dejar una gran variedad.
Entre los dos asientos delanteros, hay un apoyabrazos muy práctico que integra varias posiciones en altura y longitud que permiten que el brazo derecho del conductor descanse perfectamente (ver imagen). Además, se puede retirar por completo –aunque no resulta molesto cuando se lleva en la posición más baja- y oculta un cofre bastante profundo que integra una toma auxiliar “Jack” para conectar un dispositivo externo y varias ranuras que pueden servir, por ejemplo, para clasificar hasta siete cajas de CDÂ’s (ver imagen).
La gama de huecos portaobjetos se completa con las habituales bolsas rígidas integradas en cada uno de los paneles de las puertas (ver imagen), una guantera (ver imagen), dos posavasos y una pequeña bandeja para dejar llaves o monedas (ver imagen), dos posavasos integrados en el apoyabrazos de las plazas traseras (ver imagen), un cenicero (ver imagen), un portagafas (ver imagen), parasoles con iluminación y con una pestaña que nos permite dejar tarjetas o tickets de compra (ver imagen), un cajón ubicado debajo de la banqueta del asiento de acompañante (ver imagen), ganchos integrados en los agarraderos del techo y en el pilar B (ver imagen), una bolsa con red integrada en los respaldos de los asientos delanteros (ver imagen), tres ranuras para dejar monedas o tarjetas y un gancho y otra pequeña bolsa con red situadas a la izquierda de la plaza del acompañante (ver imagen).
Maletero
En sus medidas básicas, ofrece un volumen de 540 litros (ver imagen). Su borde de carga se encuentra a una altura de sólo 69 cm, y queda prácticamente a ras del suelo de carga. El ancho de carga mide 105 cm, y la longitud de carga 93 cm. En él caben sin problema cuatro bolsas de golf, y la carga máxima permitida asciende a 580 kg. El equipamiento de serie incluye una red divisoria, una toma de corriente de 12 V, ganchos para bolsas abatibles, cuatro argollas de amarre y dos puntos de luz que iluminan poco (ver imagen).
El maletero se puede ampliar cómodamente mediante las dos manillas situadas en las paredes laterales (ver imagen). Al tirar de ellas, los respaldos divididos de los asientos traseros caen por sí solos sobre los cojines, ya que están pretensados con resortes. Si se accionan las manillas cuando los respaldos están abatidos, estos vuelven a levantarse unos 45 grados. El espacio de carga ampliado ofrece un volumen de 1.560 litros y una longitud de carga de 170 cm (ver imagen).
Debajo del suelo de carga extraíble hay un compartimento adicional que puede equiparse con una cubeta para utensilios sucios. Otros equipamientos opcionales son el portón trasero con accionamiento eléctrico (de serie Ambiente), el sistema de rieles con set de fijación y una alfombrilla reversible. La banqueta trasera plus (de serie en Ambiente), disponible con carácter opcional, se puede desplazar 100 mm longitudinalmente, e incorpora dispositivo de carga larga; como complemento se ofrece una bolsa para esquís y snowboards (ver imagen). El asiento del acompañante con respaldo abatible, que amplía considerablemente el volumen de carga, se cuenta también entre los equipamientos opcionales.
Desde el acabado más básico (Advance), el respaldo de la plaza central trasera se puede abatir por completo para dejar un hueco muy amplio que nos permite acceder al maletero (ver imagen).
De todos los opcionales y, sin haberlo probado, una de los que más me gusta es el portón trasero con accionamiento eléctrico. En coches de este tipo, con portones grandes y pesados, asistentes como estos, son una auténtica delicia y te hacen mucho más cómoda la utilización del maletero. Ya pude probar un sistema similar en un X6 (ver prueba) y me encantó.
El programa de accesorios ofrece diferentes soportes para el trasporte de bicicletas, kayaks, tablas de surf y esquís. En función de la motorización, el Audi Q5 puede arrastrar remolques de hasta 2,4 toneladas de peso (con una pendiente del 12%).
Agrado y equilibrio en la conducción
Uno de los apartados que más me ha gustado del Audi Q5, es el buen tacto que ofrece cuando lo conduces. En primer lugar, el funcionamiento de todos los mandos mecánicos (dirección, pedales y cambio) es muy bueno. Todo está perfectamente diseñado y tarado para que todos los mandos mecánicos transmitan solidez, precisión y agrado de conducción. No es el típico coche que le exija un esfuerzo extra al conductor para modular adecuadamente el embrague y evitar molestos tirones en las transiciones de las marchas. Lo mismo ocurre con el acelerador y freno, todo está puesto a punto para que prime el refinamiento a la hora de conducirlo.
El guiado del cambio también es muy bueno. Resulta preciso y sólido, pero sin llegar a ser denso cuando se trata de manejarlo.
La dirección, como buen Audi que se precie, es sobresaliente. Es precisa, tiene un tacto delicioso y el grado de dureza justo en todo tipo de condiciones, ya sea a baja o alta velocidad. Además, en esta nueva versión, se ha mejorado la servodirección electromecánica para que no consuma energía cuando se circula en línea recta, con lo que reduce el gasto de combustible en hasta 0,3 litros a los 100 km. Su motor eléctrico está integrado en el mecanismo de la dirección de tal modo que ahorra espacio y peso. La nueva dirección, que adapta su asistencia a la velocidad a la que se circula, presenta una relación de transmisión directa de 15,9:1, al tiempo que su repuesta es espontánea y diferenciada. El diámetro de giro del Audi Q5 mide alrededor de 11,6 m.
Si por algo se caracteriza esta versión del Audi Q5, es por su formidable equilibrio cuando se pone en movimiento. Además de ser un coche muy confortable, resulta equilibrado en cualquier circunstancia, ofrece unas reacciones muy sanas y el balanceo de la carrocería está muy controlado.
Además de deleitarlos con una facilidad de conducción asombrosa –algo habitual en todos los modelos de Audi-, en carretera es un coche eficaz y muy estable, ya sea en curva rápida, en zonas lentas o en carreteras con muchos desniveles. El Audi Q5 es un coche preciso a la hora de guiarlo, el tren delantero nos da mucha información, y el equilibrio entre ambos ejes es perfecto para que el Q5 siempre responda y circule de una forma equilibrada.
Solvente en otro tipo de superficies
Fuera del asfalto es un coche que sorprende, aunque debemos ser conscientes que no se trata de un todoterreno puro y duro. Aún así, cuando nos adentramos por un camino, no es un coche que desentone o se encuentre incómodo en ese tipo de condiciones. El Audi Q5 absorbe muy bien todas las imperfecciones del terreno, sin trasladar ni una sola sacudida seca y violenta a los ocupantes.
A la hora de meterlo en zonas con mucho barro o, incluso, nieve, la versión de tracción delantera tiene sus limitaciones, no obstante, se defiende con bastante dignidad para salir bien parada de este tipo de situaciones.
Cuando se trata de subir una rampa pronunciada, el tren delantero tracciona bien para que el coche avance sin problemas, no obstante, encontraremos mayores limitaciones en los angulos de ataque, ventral y salida. Por el contrario, cuando llega la hora de bajar una rampa, podemos activar un control de descenso que retiene automáticamente el vehículo para evitar que pisemos el freno y la zaga se nos anticipe irremediablemente. En cualquier caso, no debemos temer grandes imprevistos, ya que el control de estabilidad funciona bien para mantener al Audi Q5 siempre por el sitio.
La medida del neumático que montaba nuestra unidad es todo un acierto para encontrar un buen compromiso entre el asfalto y la tierra, además aporta mucho para que el coche sea confortable y tenga unas reacciones muy progresivas en los fuertes apoyos en curva. Nuestro Audi Q5 equipaba unos Good Year Excellence 235/60 R18 con código de carga "103" y de velocidad "W" (ver imagen).
En carretera, además de ser un coche muy cómodo de suspensión, también lo es por acústica, ya que todos los ruidos generados por la aerodinámica y rodadura están muy bien aislados. Si circulamos a una velocidad alta -cercana a la máxima-, el ruido apenas se incrementa y sigue siendo un coche confortable y muy estable.
Los frenos han funcionado perfectamente, aguanta bastante bien el uso intensivo cuando se les exige al máximo y, aunque el ABS se interpone demasiado cuando queremos frenar con potencia en un camino de tierra, la frenada es mucho mejor que en otros coches de similares características.
Motor y prestaciones
El motor Diésel 2.0 TDI de 143 CV es una delicia. Según Audi, frente a la anterior versión, se ha conseguido reducir el consumo hasta un 15% y ha aumentado su potencia en 3 CV. De serie, incluye un sistema de arranque y parada que funciona a bajas temperaturas gracias a una eficiente batería, y que genera muy pocas vibraciones cuando interviene.
El 2.0 TDI tiene una cilindrada de 1.968 cc. Sus sutilezas técnicas son la reducida fricción interna, el turbocompresor con los álabes variables y el péndulo centrífugo en el volante bimasa. Éste último hace aún más suave la marcha del motor a bajas revoluciones, lo que permite cambiar más pronto a una marcha superior, y con ello una conducción más eficiente.
Audi ha mejorado tanto este motor, que en el Q5 tiene un refinamiento equiparable al de una buena mecánica de gasolina. Su tacto es muy suave, apenas hace ruido y las vibraciones están bien aisladas, aunque se hacen notar ligeramente en el embrague y mando del cambio.
Por prestaciones, esta versión es suficientemente solvente para las exigencias de cualquier conductor. Además, el rendimiento y funcionamiento de esta mecánica es tan bueno, que prácticamente veo innecesaria más potencia.
Los 143 CV están disponibles a 4.200 rpm y, el par máximo, se puede utilizar entre 1.750 y 2.500 rpm. Estas cifras son suficientes como para acelerar de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 192 km/h.
El consumo de carburante es lógico y correcto si tenemos en cuenta la carrocería y la masa de este vehículo (1.755 kg). En un recorrido mixto que combina ciudad y carretera, el consumo siempre se ha estabilizado sobre los 8 litros, una cifra que se puede rebajar en 1 litro con facilidad a poco que salgamos de un entorno urbano. No en vano, lo mejor de todo, es que se trata un motor muy equilibrado en cuanto a consumos y, éstos, se mantienen bastante estables aunque variemos el tipo de conducción.
Este motor, en su versión de 143 CV, únicamente está disponible con una caja manual de 6 velocidades. Su funcionamiento es muy bueno y contempla unos desarrollos muy bien elegidos para no penalizar en prestaciones y aportar bastante para que el consumo y emisiones (139 g/km de CO2) sean equilibrados.
Equipamiento
El nuevo Audi Q5 presume de un equipamiento de serie muy abundante. Junto a los elementos técnicos y de confort ya indicados incorpora un vasto paquete de sistemas de retención, que incluye airbags de gran tamaño, airbags laterales delante y el sistema de airbags para la cabeza; los cinturones de tres puntos delanteros están equipados con tensores y limitadores de fuerza. En caso de una colisión trasera, el sistema integral de reposacabezas ofrece un seguro apoyo para el torso y la cabeza del conductor y del acompañante. Las fijaciones Isofix para asientos infantiles en las plazas traseras también se equipan de serie.
Además Audi ofrece muchos equipamientos opcionales, muchos de ellos procedentes del segmento de lujo. Cabe destacar, por ejemplo, los airbags laterales en la parte trasera, la fijación Isofix para el asiento del acompañante, el asistente para las luces de carretera, los retrovisores exteriores antideslumbrantes y la llave de confort para acceder cómodamente al vehículo.
El climatizador automático de confort de tres zonas, que integra un nuevo filtro de polvo fino, el gran techo de cristal panorámico de dos piezas, la calefacción estacionaria y las cortinillas para las ventanillas laterales traseras garantizan el mejor de los climas en cualquier situación.
El denominado paquete de confort está compuesto por una serie de atractivos equipamientos opcionales. El paquete de asistentes integra el adaptive cruise control, el Audi active lane assist y el Audi parking system plus.
Precio y equipamiento opcional
El Audi Q5 remodelado está en los concesionarios desde finales del verano de 2012. A pesar de la amplia revalorización, su precio apenas se ha incrementado, e incluso el precio de entrada, en la versión Advance, se ha reducido en algunas motorizaciones.
La versión que hemos probado (Q5 Advance 2.0 TDI 143 CV) es la más económica de toda la gama. Se puede adquirir desde 36.780 euros y contaba con todo este equipamiento opcional: Alarma antirrobo (550 €); Banqueta tras.Plus (265 €); Climatizador confort 3 zonas (765 €); Faros xenón Plus (1.285 €); Indicador presión neumáticos (95 €); Interfaz Bluetooth (695 €); Llantas aleación 8Jx18 de 10 radios (1.255 €); Pintura de contraste (395 €) ; Preparación para dispositivo de remolque (250 €) ; Paquete portaobjetos (190 €); Regulador de velocidad (330 €); Reposabrazos delantero (210 €); Retrovisor exteriores térmicos y abatibles eléctricamente (475 €); Sensor luz y lluvia (165 €); Sistema aparcamiento acústico trasero (435 €) y tornillos de rueda antirrobo (35 €). Aquí puedes consultar el configurador de audi.
Sus rivales
Si comparamos el Q5 2.0 TDI 143 CV Advance con sus rivales, el modelo de Audi es el que sale mejor parado por precio y calidad. Para empezar, el BMW X3 xDrive20d es más potente (184 CV) y también más caro (43.900 €). El Mercedes-Benz GLK 200 CDI BlueEFFICIENCY le iguala en potencia pero también es algo más caro (37 597 €) siendo un producto de inferior calidad. Por último, nos queda el Land Rover Freelander 2 eD4 2.2 S Stop/Start 4x2 150 CV que tiene un nivel de potencia y tamaño similar, aunque es peor coche y su precio es algo más ajustado.
Si lo comparamos con el Audi Q3, el Q5 me sigue pareciendo preferible pese a que es más caro a igualdad de motor y equipamiento. No sólo es superior en cuanto a tamaño, sino que supera con creces al Q3 en refinamiento, calidad y confort de marcha.
Conclusión: El Audi Q5 se ha ganado a pulso su éxito comercial gracias a lo equilibrado y completo que resulta. La versión más básica y menos potente de la gama es muy satisfactoria en cuanto a consumo, prestaciones y, sobre todo, agrado de conducción. Frente a sus rivales, es la mejor opción por calidad y precio.
Texto y fotos: Gustavo Rodríguez