El Audi A3 Sportback g-tron, primer automóvil de gas natural de fabricación en serie de la marca de los cuatro aros – estará disponible en los concesionarios antes de que acabe el año–, interpreta el principio de la movilidad sostenible de un modo novedoso y revolucionario.
Una mecánica ya conocida
Su motor TFSI de 1,4 litros de 110 CV (81 KW) funciona con Audi e-gas, un combustible fabricado artificialmente que, desde el punto de vista químico, es prácticamente idéntico al gas natural, y por consiguiente se puede distribuir a través de la red de gas natural. Este combustible, que la marca de los cuatro aros produce en su nueva planta de Werlte, en Emsland (Alemania), es neutro en emisiones de CO2. Sus componentes básicos son agua y dióxido de carbono, y su tratamiento se lleva a cabo exclusivamente con electricidad obtenida de forma regenerativa.
El A3 Sportback g-tron es un vehículo bivalente: puede circular unos 900 km en modo gasolina, y otros 400 adicionales utilizando gas. En este último caso es posible utilizar tanto con e-gas como con gas natural o el biometano que se suministra en algunas estaciones de servicio. Para ello, el motor 1.4 TFSI ha recibido modificaciones en la culata, el sistema de inyección, el catalizador y la turbosobrealimentación.
El gas se almacena en dos depósitos situados bajo el piso del maletero, con una capacidad de unos 7 kg cada uno, y que almacenan el gas a una presión de 200 bares, construidos según un innovador proceso utilizando diferentes capas de distintos materiales que garantizan la máxima resistencia mecánica.
Bajo consumo y emisiones
El consumo medio es inferior a los 3,5 kg de gas natural o Audi e-gas cada 100 km, lo que supone unas emisiones de CO2 en el escape de 95 g/km, y un gasto en combustible para el cliente que ronda los 4 euros por cada 100 km recorridos. El Audi A3 Sportback g-tron alcanza una velocidad máxima superior a los 190 km/h, y acelera de 0 a 100 km/h en menos de 11 segundos.