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Alfa Romeo Giulia Giulia 2.0 Turbo 200 CV

Alfa Romeo Giulia

Después de siete años sin tener una berlina de tamaño medio en su catálogo, Alfa Romeo ofrece, desde 2016, un nuevo modelo que viene a cubrir la vacante del 159, el último modelo firmado por Giorgetto Giugiaro en la firma del biscione. Al mismo tiempo, la marca italiana recupera la denominación Giulia, que hizo su debut en una berlina, también de corte deportivo, que se lanzó al mercado en 1962. Nosotros nos pusimos al volante de la versión de gasolina menos potente de la gama, que cuenta con un motor de gasolina de 2.0 litros con 200 CV asociado a un cambio automático de 8 velocidades. Esta variante de acceso se puede adquirir desde 38.940 euros (aquí puedes consultar todos los precios).

Si comenzamos por su estética, sin llegar a la elegancia del 159, el Giulia mantiene el ADN de la marca con unas formas similares a las de su predecesor y una frontal que resulta inconfundible. Asimismo, el diseño está condicionado por la parte técnica que presenta este coche. Y es que, con el fin de repartir los pesos a la perfección, el motor y las piezas mecánicas se disponen entre los dos ejes. Esta es la razón por la que el Giulia tiene voladizos muy cortos, un capó y guardabarros delanteros largos, un habitáculo desplazado hacia atrás y asentado sobre las ruedas motrices y guardabarros traseros musculosos. Todo esto se traduce en una batalla muy generosa, la más larga de su categoría, contenida en una de las carrocerías más compactas.

Un habitáculo con un atractivo muy especial

El interior, como buen alfa y coche italiano que se precie, es muy atractivo a la vista. La posición al volante puede ser muy baja, algo casi que es de obligado cumplimiento en un Alfa Romeo. Nuestra versión de pruebas, asociada al acabado 'Super', no contaba con reglajes eléctricos en los asientos delanteros. Para equiparlo, algo que recomendaría, hay que adquirir el pack 'Power Seats', que tiene un coste de 1.039 euros. Con este equipamiento, dispondremos de 6 posiciones diferentes con función de memoria en el caso del asiento del acompañante. Como he comentado con anterioridad, es algo que recomendaría, ya que los reglajes mecánicos, que son muy amplios y variados, ofrecen mucha resistencia y son demasiado bruscos al manejarlos.

Si hablamos de los asientos delanteros, y más concretamente del asiento del conductor, nos han parecido confortables y envolventes en la zona lumbar y de la espalda, pero deficientes en cuanto al diseño de la banqueta. Ésta, que es algo corta y estrecha, resulta muy molesta en la parte lateral izquierda, condicionando en exceso la posición de la pierna derecha cuando descansa en el reposapiés. Asimismo, los reposacabezas, que únicamente cuentan con regulación en altura, son atractivos por diseño -exhiben en relieve el logo de Alfa Romeo-, pero cuentan con un mullido demasiado firme.

Los asientos de nuestra unidad de pruebas estaban tapizados en piel de bastante calidad que daba la impresión de ser resistente al uso y el paso de tiempo. Hay otros tapizados sintéticos con aspecto de piel que están muy bien logrados y que transmiten buenas sensaciones al tacto y a la vista, sobre todo los de la parte más visible de los paneles de las puertas y del salpicadero. Como en la inmensa mayoría de los coches, incluso en modelos de esta categoría, sigo echando en falta más mullido en las zonas en las que apoyamos los brazos y, sobre todo, los codos. 

Las plazas posteriores me han resultado confortables y satisfactorias por espacio y confort. Pese a que las formas de la carrocería son muy aerodinámicas, el interior no se ve mermado en cuanto a espacio. Los asientos, que me resultado cómodos, lo habrían sido mucho más si recogieran mejor en la parte lumbar. Como en otros coches de su segmento, no encontramos un apoyabrazos en la plaza central. Además, si queremos que el asiento trasero pueda abatirse asimétricamente, hay que gastarse 364 euros.

Aunque en el Giulia el diseño es importante, algo que es de obligado cumplimiento, cuenta con un interior muy funcional, sobre todo por el diseño y ubicación de todos sus mandos. Nos llama la atención el botón de arranque que, como un claro guiñó a Ferrari, está ubicado en el volante. Los mandos del sistema de climatización también son bastante funcionales, pues son giratorios y se manejan con rapidez y de manera intuitiva. Lo mismo ocurre con el mando que nos permite controlar el sistema Connect Nav 3D de 8.8" - desarrollada con Magneti Marelli -, que nos permite movernos con sencillez por todos los menús que nos ayuda a gestionar la radio, el navegador y diferentes funciones del vehículo. La pantalla no ofrece una gran resolución, pero todo se ve con bastante claridad. Por último, al lado del mando del cambio encontramos el  selector Alfa DNA para gestionar los diferentes modos de conducción.

Los materiales y los acabados del interior tienen luces y sombras. En líneas generales, no solo por su atractivo aspecto, el habitáculo da una buena sensación de solidez y calidad. No obstante, Alfa Romeo ha descuidado algunos detalles. Por ejemplo, algunas zonas del salpicadero -muy pocas- crujen al presionarlas o cuando pasamos por encima de un bache. También hay plásticos muy sencillos que desentonan con otros que son de una calidad muy superior. Por ejemplo, el mando del cambio está construido con unos materiales muy sencillos con algún borde cortante -la retroiluminación de la marcha seleccionada también deja bastante que desear-. En la misma línea, también ha otros mandos, como el selector Alfa DNA y los mandos del sistema de infoentretemineto, que presentan un tacto mejorable y unos plásticos demasiado sencillos.

El maletero tiene una capacidad de 480 litros, una cifra destacable y que se encuentra dentro de lo que se espera en un coche de este tamaño y carrocería. Sus formas, que resultan regulares, nos permiten aprovecharlo al máximo. La iluminación resulta algo pobre, y, el tapizado del mismo, es muy normal. Ya que hablamos de su guarnecido, hay que destacar que no encontramos ningún tipo de revestimiento en la parte superior, algo que suele descuidarse en berlinas de este tipo.

Un chasis muy elaborado

Alfa Romeo se ha esforzado en ofrecer unas suspensiones muy elaboradas, algo que queda patente una vez que recorremos los primeros kilómetros. En la parte delantera, incorpora una nueva suspensión de doble brazo oscilante con eje de dirección semivirtual para optimizar el efecto filtrante y garantizar, en teoría, una dirección rápida y precisa. También sobre el papel, este tipo de suspensión mantiene constante el apoyo del brazo en tierra durante las curvas y, gracias a la huella en el suelo siempre perfecta, es capaz de garantizar altas aceleraciones laterales. Para el eje trasero se ha optado por una solución multilink - patentada por Alfa Romeo -.

En cuanto a su comportamiento dinámico, si por algo destaca este Alfa, es por su sobresaliente estabilidad lineal. Se puede ir a velocidades de vértigo en línea recta con una sensación de seguridad que he vivido en muy pocos coches. En curva, se nota que es un coche efectivo y con un muy buen nivel de grip, salvo en apoyos fuertes. En este tipo de condiciones, debemos ser finos con la dirección, ya que si, incrementamos el giro en exceso, las ruedas delanteras pierden el agarre deseado. También es un coche sensible cuando vamos muy rápido por zonas bacheadas con don diferentes desniveles -en ese tipo de condiciones se vuelve un coche nervioso y algo impreciso-. Por su parte, la zaga nos ha parecido de reacciones nobles y bastante equilibrada, aunque no queda exenta del nerviosismo anteriormente mencionado en determinadas condiciones a altas velocidades.

Como ya es norma en Alfa Romeo desde hace tiempo, el Giulia equipa un nuevo selector Alfa DNA, el cual modifica el comportamiento dinámico del vehículo en función del modo seleccionado: dinámico, natural, eficiencia. Donde más se nota la intervención de este sistema, es sobre el pedal del gas y el cambio. De todos los perfiles de conducción, el más recomendable es el modo dinámico, que es el que permite mejor funcionamiento y precisión del pedal del gas y, lo que es más importante, del funcionamiento de cambio.

El Alfa Romeo Giulia introduce, como novedad mundial, un sistema electromecánico que combina el control de estabilidad y el servofreno. De este modo, además de ofrecer la optimización de peso más importante y vibraciones de pedal reducidas, se garantiza una respuesta de freno instantánea y, por consiguiente, unas distancias de frenado hasta parada de récord: 38.5 metros para frenar de 100 km/h a 0, teniendo en cuenta que esta distancia baja a menos de 32 metros para el Giulia Quadrifoglio con discos de freno cerámicos de carbono. El tacto puede resultar agradable para muchos conductores que les incomoden las vibraciones que suelen producirse en el pedal. A nosotros, por tacto, nos ha parecido algo artificial, dificil de dosificar en ocasiones y algo esponjoso para tratarse de una versión de corte deportivo.

Para completar la tecnología del equipo de frenos, el Giulia también introduce un nuevo sistema de frenada de emergencia autónoma (AEB) con detección de peatones. Esta tecnología ralentiza o frena automáticamente el vehículo para evitar una colisión inminente. En concreto, el dispositivo utiliza sensores de radar y una cámara para detectar si el Giulia se aproxima a otro vehículo u obstáculo (incluidos los peatones) demasiado rápido a lo largo de su trayectoria. El sistema avisa primero al conductor sobre el obstáculo mediante una alarma acústica y, si el conductor no reacciona rápidamente, frena de manera autónoma para evitar la colisión.

Un avanzado motor de gasolina

De la gama Giulia únicamente he podido probar la versión de gasolina que es objeto de esta prueba. Se trata de una motorización sobrealimentada de 2.0 litros que alcanza una potencia máxima de 200 CV (aquí puedes consultar sus especificaciones técnicas con todo lujo de detalles). Es un motor que, sin ofrecer mucha patada -es muy progresivo-, brinda un muy buen rendimiento y corre más de lo que nos dicen las sensaciones. No es un motor de raza, de esos de los que enamora a los conductores que busquen algo muy deportivo. Tampoco suena bonito y, además,  no nos ha parecido especialmente silencioso cuando arrancamos o nos movemos a ciertos regímenes.

Esta motorización únicamente se comercializa con un cambio automático de convertidor de par –la marca lo denomina comercialmente como nueva Q-Tronic de 8 velocidades-. Es una transmisión que funciona adecuadamente, aunque no es todo lo rápida y deportiva que se espera en un coche de este tipo. Además, en muchas ocasiones responde con incómodos tirones que hacen acto de presencia en función del régimen de giro al subir y bajar marchas. Esta caja se puede manejar desde el mando del cambio, o bien, desde unas levas metálicas de bastante calidad y generoso tamaño que se sitúan detrás del volante.

La gama del nuevo Giulia en el lanzamiento consta de tres niveles de acabado (Giulia, Super y Quadrifoglio), dos paquetes (Lusso y Sport), 18 versiones interiores diferentes y 13 colores de carrocería. Además, los clientes pueden elegir entre dos tracciones (tracción trasera o tracción total), dos tipos de transmisiones (la nueva transmisión automática Q-Tronic de 8 velocidades, o la transmisión manual de 6 velocidades) y tres nuevos motores: el motor de 200 CV 2.0 litros TBi y el motor de 150 CV o 180 CV (también en versión ECO) 2.2 litros JTDm, además del motor ya presentado de 510 CV y 2.9 litros BiTurbo gasolina en la versión Quadrifoglio.

El generoso equipamiento estándar montado en el nivel de acabado Giulia se complementa en el segundo nivel de acabado, Super, con: llantas de aleación de 17" (específicas de 16" para el motor turbodiésel de 2.2 litros y 180 CV ECO) y doble tubo de escape cromado plateado. Los sofisticados asientos de cuero y de tela también son estándar, junto con el reposapiés y la elección opcional de tres colores para el salpicadero y los los paneles de puertas. El Giulia Super puede equiparse con el motor de 200 CV 2.0 litros TBi y el motor de 150 CV, 180 CV o 180 CV ECO 2.2 litros JDTm.

A partir del nivel de acabado Super, los clientes del Giulia pueden personalizar su vehículo con dos paquetes específicos: Lusso o Sport. El primero incluye faros de 35 W bi-Xenón, asientos en cuero fino, salpicadero y volante de dirección calefactados, retrovisores exteriores plegables y pantalla TFT de 7". Aquellos que prefieren acentuar su espíritu deportiva pueden elegir el paquete Sport que cuenta con: faros de 35 W bi-Xenón, volante deportivo de cuero e inserciones de aluminio.

Publicado el 02/05/2018 a las 00:00